Maria Pia Argentieri nació en 1935 en Roma. Entre otros libros, ha publicado: La ballerina di Lipchitz, Su abusate rovine, Così sia, La piuma del canarino y Aporia.
PRÓLOGO
1
Si coges los numerosos cabos
de cualquier hilo
e intentas contarlos
entre los dedos te quedan
deshilachados
vuelven al origen
de la madeja informe.
2
Estrecha el viento
recoge el agua
bebe el silencio.
No te preguntes
cuál el hidrógeno
dónde el oxígeno
por qué la oscuridad.
3
¡Alto! Donde comienza
esta juntura de la red
laberinto predilecto
de pensamientos
un gesto, una palabra
es la catástrofe
meteoro
que parte en dos
un cometa.
LA PLUMA DEL CANARIO
No es tuyo el alarido
cuando el viento golpea
la punta de los limones
o pliega la albahaca
entre maceta y maceta
de pronto en la noche...
no es tuyo el epitafio
para el torbellino
dilatado en aventuras
o la mano que borra
los velos del frío
entre ozono y asfalto.
Tuya es la pluma del canario
filtro de la gata
que espía tras la lámpara
tu dolor.
TU NOMBRE
No conozco tu nombre
sólo este hechizo
me obliga
rigurosamente
a este vagar perpetuo
en una misma galaxia
satélite
condenado entre las estrellas.
NIDO DE AVISPAS
Las flores, el mar
infinito indiferente,
nadie que te siga
ni siquiera el viento
en el petrificado verano,
sino nido de avispas
espectro de intrusión
semejante al tuyo
desde desconocidos planetas
plomo
de un día polar.
PARA NOSOTROS
Estábamos muy cerca
la mano inmóvil
en los cabellos aún negros
frío el aliento
en la insólita expoliación,
ofrecida
sin incienso ni mirra
quizás arena
que se desliza rápida
entre nacimiento y clepsidra.
Desaparecida Place Fûrstemberg
con los bancos verdes
las luces amarillas
entre las brumas de Dalí...
En el inútil vaivén
este estar
chorro que vuelve
a las fauces del tritón
en el circuito de las aguas.
Selección, traducción de Carlos Vitale
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