Federico Araya (San Juan, Argentina, 1977). Ha publicado Todos estamos solos (poesía, 2003) y Las Paredes y el Vacío (poesía, 2005). Miembro fundador de la revista literaria Lavidapuera (San Juan, 2000). Coordinó y produjo Ciclos de poesía en las ciudades de Caucete, San Juan, Mendoza, Villa María, Córdoba. Estuvo a cargo de talleres de lectura para los Centros de Actividades Juveniles (2006 - 2009). Miembro fundador de Centro Cultural El Candil, Caucete (2007 hasta la actualidad). Creador del Ciclo de recitales de poesía Antidomingo, Caucete (2011) Es coordinador del ciclo de cine público y gratuito "Trae tu silla" (Caucete, 2011).
POSTAL
La navidad
es un ejército
de familias cargando
bolsas de supermercado
FÁBRICA
Hace días que veo una chica
en la fábrica donde trabajo
arrinconada
pensativa
muda
mastica sus uñas
Tiene
los ojos
hinchados y cristalinos
Cuando nos dan un rato para descansar
todos se juntan en algún sector
y hablan de la tele
o cualquier otra cosa
pequeños grupos desparramados
en este gigantesco animal
que escupe engranajes
hablan
de cosas sin importancia
a la hora del descanso
Pero ella se va a su rincón
y mira hacia otro rincón
muy lejano
nadie se le acerca
a preguntarle nada
Acá nadie le preguntaría si se siente bien
o mal
Acá
nadie
pregunta
nada.
ALMUERZO FAMILIAR
a la familia tipo
in memoriam
Los cuchillos que chirrían en los platos
es casi todo lo que se oye entre nosotros
y la deglución de la carne
y la hornalla encendida al fondo
alguien pide sal
alguien pasa la sal
Los niños se miran entre sí
sabiendo que si se ríen
hay golpe en el cabeza
alguien pide soda
alguien pasa la soda
Mis ojos enfocan las moscas
que vuelan en la ventana
Un nudo avanza por mi garganta
pero no es la náusea
es la vida
alguien pide pan
alguien pasa el pan
Ella mira las agujas del reloj
y descascara el pan
las horas trágicas nublan sus ojos
que cubre con una servilleta de tristeza
Los otros
que completan esta mesa de duelo
aprietan la carne con sus mandíbulas
dientes cavando un campo minado
Cenamos en silencio
pensando tal vez
que no nos aguantamos más
que deberíamos separarnos
antes de fin de año
La hornalla que calienta la sopa
acaba de apagarse
yo la dejaría así eternamente
Pero alguien pide encenderla
Alguien lo hace.
POEMA DE ALGUIEN MIRANDO EL TECHO
Tirado en la cama
tengo sobre mí
el techo de esta casa de los 50`s
El techo está descascarado
se vislumbra el hierro de la viga
el color gastado de un ladrillo carcomido
islas de pintura desparramadas en un mapa de hormigón
viejas pinceladas de anteriores inquilinos
sepultados tal vez
o sobrevivientes en otras casas
Yo todavía no he pintado el techo
ni quiero hacerlo
está bien así
no tiene la monotonía blanca del orden
Puedo ver figuras en él
mujeres fragmentadas por ejemplo
en un rincón sus piernas
en el medio el humo de sus almas encendidas
más allá charcos de vino con el que se emborrachan
justo sobre mí hay ojos mirando la tranquilidad
de mis días
Si enmarco alguna parte del techo
podría obtener piezas de algún museo de arte contemporáneo
sin sangre ni locura
Por eso prefiero no enmarcar nada y mirar el techo
tal como está
un mapa de hormigón
islas con horizontes de grietas
mujeres levantándose entre las ruinas
del tiempo.
SOY UNA CASA
Mis brazos tienen las marcas
de las mesas donde me apoyé
Mesas vacías
marcas de platos sucios
charcos de vasos volcados
Y en mis codos perduran las marcas
de las barras donde sucumbí
Montañas de borrachos tragando
el epitafio de una generación demolida
Y mi pecho tiene las huellas
de las camas que ocupé
La marca de una mujer soñando
con una versión mejorada de mí
Para todo eso no hay restauración
Soy una casa de paredes agrietadas
aire y tabaco concentrados
una mesita bajo el foco apagado
bajo el murmullo de una pelea
a puertas cerradas
que siempre pierdo.
ESPERANZA DEL VENCIDO
Miro a través de la ventana
La nieve cae en silencio
y se acumula en la calle
Veo a través de la ventana
este pedazo de mundo
crucificado por la mano
que traza la historia
Le hablo a mi reflejo de la ventana
le digo que la cosa está perdida
y que es mejor estar dentro de casa
y no salir a pelear
le digo que conviene estar sentado
y ver la nieve caer y la calle entumecerse
ver la flor crecer en su escarcha
y esperar que se fortalezca hasta ser plomo
y mate desde su lugar
le digo que la cosa está perdida
y que es mejor no salir a pelear
porque para salir a pelear hay que tener el valor
que yo perdí cuando me quitaron la juventud y la noche
le hablo a mi reflejo empañado
en la ventana fría
le digo que hemos perdido horas soñando
con un mundo que no existirá
le digo que debemos esperar que el terremoto haga su trabajo
y los huracanes barran las ciudades
y las lluvias laven las costras
y el sol despelleje el acero
y esperar
que el pájaro que cruza a tientas el paisaje
cuelgue su canto en el silencio de los siglos
para que la humanidad tiemble y caiga
algún día.
DOMINGO TEDIO Y LÁGRIMA (Los Decepcionados)
Fumé maquinalmente durante todo el día
Contemplé a través de la ventana
la persistencia del cielo sin migraciones
Vi la tele durante horas
vi sus escenarios de estiércol
Escuché tras las paredes
las peleas por dinero de mis vecinos
Leí el diario de la semana anterior
Leí cartas que nunca envié
a mujeres que nunca olvidé
Transcurría un día más
y me molestaba
No trabajaba
no amaba a nadie
no escribía poemas
no destrozaba viejas cartas
Salí a la vereda
Los niños jugaban al fútbol en la esquina
La cima de una montaña
reflejaba la última luz en sus piedras
La brisa de otro lugar se acoplaba
a mis bostezos lacrimógenos
Encendí el último cigarrillo
y volví a casa
y cerré la puerta
Me fui a dormir antes
de que el día le dejara
a la noche
el trabajo de consumirme.
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