Ernesto Centurión. Nació en Asunción, Paraguay, en 1980. Estudió en la Escuela Municipal de Arte Dramático de Asunción y realizó la Licenciatura en Letras en la Universidad Nacional de Asunción. Desde muy temprano escribe sus primeros poemas, participó en encuentros de escritores y festivales de poesía. Sus trabajos son inéditos. Actualmente vive en Alemania.
Palabras de guerra y paz
Bombas inteligentes, verdugos del imperio
Asesinos de pueblos, destructores de la vida, la paz, la humanidad
Y si mis ojos se levantan para mirar el rostro del asesino
De aquel militar oligarca, el que hizo desaparecer a personas
Y no pensó jamás que quedaría la mirada del pueblo
Acusándolo,
Y si cerrara los ojos a los hijos de las calles, de las miserias humanas
De la ignorancia y la mentira,
Sería un paria arrastrándome como un insecto inofensivo
Que se alimenta de la podredumbre social
Si abriera los ojos a las guerras de independencia que hace doscientos años
Aceitaron la historia de nuestra América,
Y pusieron los cimientos para la construcción de la patria nueva…
Y forjáramos las sendas de Pancho Villa, Martí, Sandino
Para construir las carreteras iniciadas por los desaparecidos de estas tierras
Por la genocida guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay
Y descubriéramos la cara del imperialismo que destruyó el continente a pedazos
Con sus políticas de dominación…
Y por fin nos reconociéramos a nosotros mismos
Hijos de las selvas, los desiertos, las montañas y los mares
Si llegáramos a despertar como un volcán de riquezas naturales
Y amarráramos bien fuerte nuestras fronteras hasta hacerlas desaparecer
Por fin el sueño no tan lejano será nuestro
Y el futuro sembrado de unión, solidaridad y fraternidad
Romperá las cadenas que nos atan, más aún
Nuestra historia no será solo la nuestra, sino que se propagará
Por el mundo entero
Como un tesoro escondido en estas tierras
Celosamente guardado por los pueblos originarios
Y generosamente esparcido por el mundo
Para no hacer solo una patria grande sino un universo de paz…
Las callejuelas
He oído hablar de los hombres
que nombran y profesan la unión
de nuestros pueblos,
la magnitud insoslayable
de un nuevo amanecer en contra
de una corriente artificial,
manipulada y desinformada
La desinformación no es otra cosa
que el pasado, no es otro momento
que el presente, cuando está muriendo
y hoy estamos todos en ese
amanecer de descubrirse, de responder
a nuestra larga vocación de ser pueblo.
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