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sábado, 5 de enero de 2013

ALEJANDRA GONZÁLEZ CELIS [9099]




Alejandra Sofía González Celis
Chile, 1976 | Nació en Santiago de Chile. Ha asistido a talleres literarios con Mauricio Redolés, Andrés Morales y fue becada por la Fundación Pablo Neruda en el año 1998. Asimismo ha participado en tres publicaciones en calidad de antologada: Apuntes a la base del fuego, Yo no me callo y Vagonetas presidenciales. Es Trabajadora Social de la Pontificia Universidad Católica de Chile y cursa actualmente su primer año de Magíster de la misma disciplina. Ha publicado La enfermedad del dolor bajo Ediciones del Temple, 1ra Edición 2000, 2da Edición 2003, y tiene al menos dos libros inéditos (Jauría y El libro de la Pobreza) que esperan se levante de su cama y los publique.




LOS HABITANTES DE LAS CUEVAS DE CATÉTER

Nosotros
los niños enfermos
seguíamos jugando
en las esquinas de las salas comunes

unos amontonados en sillas de ruedas

otros sujetos a una cama donde descansaban
nuestras cabezas condenadas a cascos respiradores 
de astronautas abandonados en atmósferas extrañas

o atornillados
a balanzas que mantenían nuestras columnas en su lugar

A la mayoría de nosotros le habían nacido alas de aviones
que obligaban a nuestros brazos 
a ser amigos de sueros y calmantes

Cada vez que volvíamos de ser abiertos
seguíamos jugando
y entre mareos posteriores al sueño anestésico
nos contábamos del tiempo
anterior a la morfina
y a las cicatrices

de nuestras casas con sábanas dibujadas
de nuestro propio televisor
de las peleas con hermanos sanos y ausentes
que no dejarían entrar

No llorábamos por las heridas
ni por las enfermeras
ni por el constante perforar de pieles
no acostumbradas a ser cuevas de catéter

ni por la comida que ingeríamos sin molestar

o la continua carencia de padres

Llorábamos por las noches
por el niño nuevo de la cama de al lado que lloraba
que se iría en uno o dos días

que nos recordaba la obligación del llorar.

De La enfermedad del dolor






LA PERRA SIN NOMBRE

La perra sin nombre viajó toda quiltra
de ciudad en ciudad
de patada en patada

El inicio del viaje fue su propio nacimiento

Sabe que tuvo una madre
No la recuerda
Sabe que tuvo hermanos 
No los recuerda

Su recuerdo:
Haber sido la mascota de unas monjas secas
que como higueras amontonaban niños y perros 
en un patio
y unas piezas con camas

Los niños eso sí le pegaban chicles en su lomo perro
pero a la perra igual le daban pena
sus ojos llenos de rabia, los nombres de santos
que las monjas les habían dado:
Antonio, Mateo, María

Niños inexistentes emparentados en el abandono con la perra sin nombre

Nunca pudo soportar tanta tristeza
nunca pudo soportar las ruedas de los autos

que amenazantes le gritaban desde los caminos
a los que partió hastiada de tanto sobajeo en su lomo
sobajeos de monjas aburridas

Perra sin nombre
perseguía y perseguía
así como su cola
así como a las bicicletas estúpidas
que se alejaban burlándose

Perra sin nombre se llenó de rabia en la calle

Su cabeza anónima aplastada por un auto en la ruta 68
Ella iba camino a la playa

Le habían dicho
Que allí los botes tenían nombre







LA PERRA DESOLADA

Este no es un blues quieto que aparece lejano en una calle que se llama noche
No es un parque 
No es un lomo perro abierto por las manos de un niño enjaulado en su antejardín
o una mosca en un vidrio verde

Esta es la perra desolada vagando por los caminos

Esta es la perra desolada entrando a los bares y a los supermercados
con una pata chueca y una manta de tiña comiéndole los pelos

Es la perra desolada

No
No es un supermercado
Ni una calle
o una noche
No es un blues

Es una perra desolada
Una perra tango
dando vueltas

torpemente

De Jauría






CANTO DE LA HEMBRA ANCIANA

Cada uno de estos hijos los he parido sin dolor
Cada uno de estos hijos ha caído al suelo
Como cuesco de aceituna 
Y sin ningún padre
se han levantado
negros y olorosos

hay algunos que se han encamado con putas
hay otros que han traído mujeres decentes
pero yo a todos los nietos los quiero igual
sean o no sean
hijos de puta

todos colaboran en la casa
y a nadie se le pregunta
de dónde viene la plata

a veces son diez lucas
o un kilo de arroz
o 2 litros de bebida

a veces incluso han sido un par de chalas blancas
que todavía tengo en su caja

En el baño la lavadora está tapada con un pañito bordado 
y en esa misma lavadora lavo
toda la ropa de mis hijos
con el amor de la mami
el amor de la comida
el amor de la comida
el amor de la comida

Aquí la mami se respeta
por sobre todas las cosas
por sobre todas las mujeres
por sobre todos los vecinos
por sobre Carabineros
e Investigaciones

Porque da de comer
Porque deja vivir en la casa
porque no hace preguntas

De El libro de la Pobreza







Tibia y dormida
encima de siete baldosas
he sido arrastrada a esta punta del camino
donde las lágrimas de los niños
fueron convertidas
en sal de comer

no hay antídoto para este mal

no hay ninguna pastilla que
nos saque lo de adentro del cuerpo
y nos lo cambie por otro

nunca podremos imaginar cuándo

comenzó todo esto





Selección de Cuadernos de encierro y calle




De la Calle

Principio
Esta poesía no es normal
porque es una poesía pobre
Es una poesía añeja y guardada y no sabe hablar
y se esconde y atosiga en las esquinas
muerde
ladra

Esta poesía se para en las esquinas y compra

compra

algunas veces

compra.






Esparta practicaba una rígida eugenesia. Nada más nacer, el niño espartano era examinado por una comisión de ancianos en el "Lesjé" (“Pórtico”), para determinar si era hermoso y bien formado. En caso contrario se le consideraba una boca inútil y una carga para la ciudad. En consecuencia, se le conducía al "Apótetas" (lugar de abandono), al pie del monte Taigeto, donde se le arrojaba a un barranco.




Espártame

Espártame. Aparta de mi este cáliz. Que no vaya a ser mi boca la que pronuncie las palabras. Que no vaya a ser mi boca la que las calle. Que no vaya a ser.

Espártame, Señor. Espántame lentamente cada uno de los fantasmas que me inundan. No dejes que puedan aparecerse en las noches, presurosos, como peregrinos anónimos que caminan por los caminos. Que no vaya a ser Cristo. Que no vaya a ser su imagen una distinta y sea yo quien no le reconozca. Que no vaya a ser yo la que tenga que juzgarle y crucificarle. Que no vaya a ser yo quien lo niegue y quien lo traicione.

Espártame. Sáname de mí. Inúndame con tu espíritu. Protégeme de lo que no sé. De lo que no ha ocurrido. Protégeme de este accidente. No dejes que vayan a tirarme por el cerro. No dejes que esta invalidez aparezca temprano. Haz mi señor, que todo ocurra a la hora precisa. Que nada vaya a adelantarse.

Espártame.

Espártame señor.

Por mi culpa, por mi culpa. Por mi gran culpa.





Posesiones

Una plancha
una lavadora de carga vertical
un tarro parafinero
una tele
la cama
las gatas
el perro

¿Los cuadernos del Michael?
¿Sirven los cuadernos del Michael?




Del encierro


Subterráneo

1

Como un estómago abierto
Natasha ha salido a la calle
no hay nada ya que lleve su nombre
ni los árboles
ni las paredes que sostenían su rostro

Dejaron de hacerlo hace 14 años

Tan solo una lápida esperaba su cuerpo

pequeño

como un estómago abierto
lo que busca

es a alguien que la alimente


2

Mamá es una palabra
dormida en el sillón de la entrada
un florero que se rompe
una palabra de la que hay que esconderse

Papá era una voz
la única voz oscura
antes que el primo Hans

antes que Heiner



3

Natasha esta parada en la entrada

Qué casa es esta
Quiénes la habitan
Dónde esta mi cuerpo
Dónde mi cama

Natasha pronuncia la palabra

Un perro ladra


4

Heiner es el bien amado
Sus manos densas han construido el cuerpo de Natascha
la han moldeado
a su imagen y semejanza

Oh Heiner
nunca me bandones
qué sería de este cuerpo
vacío
quién pondría las piezas del ajedrez

Tu construiste este lugar
cuidadosamente lo has ordenado
me has dado todo lo que necesito
una cama
mi comida
mi televisor

El señor hizo en mi maravillas
Grande es mi dios




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