Michel Cassir (1952, Alejandría, Egipto). Poeta y científico franco-libanés. Ha vivido en México y ahora radica en París. Actualmente edita la colección Levée d’ Ancre, para Editions l’ Harmattan. En el años 2007 obtuvo el Grand Prix de la Poésie Francophone, por el conjunto de su obra. Ha sido traducido al español, el árabe y el turco; él a su vez traduce poetas latinoamericanos. Ha sido incluido en diversas antologías y realizado una serie de presentaciones poéticas en Francia, Italia, México, Argentina, Nicaragua, El Salvador, Líbano y Turquía, entre otros países. Ha publicado varios poemarios, entres los que podemos mencionar Le sang qui monte lucide (1976), Une étoile avala moi (1979), A cause des fusées et de la mélancolie (1986), Ralenti de l’éclair (1995), Il n’est d’ange que de parfum (2000), Eluminure de terre (1995), Atelier de sable (2000), L’infini rapproché par les cornes (2003) y dieux des dieux des dieux (2008).
Dioses
Dios dioses dioses
giran en la turba
antes de la ebriedad
antes de la espada y la abstinencia
dios dioses dioses
en la punta de la lengua
en el borde de la lámpara
con el gusto de roca desmoronada
en el khamsin nativo
dios dioses dioses
de paja los dedos expertos
en todos los crímenes
de panes distribuidos
como los tentáculos
de la compasión
pero dioses de caballos
agotados iluminados
que devuelvan a los campos
su esplendor primero
brazo de hierro con lo invisible
mi padre se levanta
desde su terruño estrecho
maculado de sabia
y de canto subterráneo
dioses del espanto
y de las parábolas
para unificar los estallidos
del espíritu
dioses de naufragios
para embrujar
el hueco del baile
dios dioses dioses
para el trigo transgénico
que no ha buscado nacer
que ha perdido
el hilo del alba
dioses que regulan
el soplo de la bolsa
a escondidas
dioses del ocio puntiagudo
como la horquilla
de un diablito
de pacotilla
dios dioses dioses
que giran más rápido
que la tierra
que la oración
para poner soles
en los cuatro rincones del cuerpo
el pensamiento al revés
noctámbulo
tiempo de una vuelta
en las cimas
a pérdida de vista
el cielo el cielo rojo
como la historia
dios dioses dioses
con zapatos de plata
de las minas legendarias
arrancando el corazón
de los condenados de la rueda
de la fortuna
el paraíso está pavimentado
de sermones
tabiques
para las buenas almas
nutridas con el plomo de las imágenes
tumefactas
dios dioses dioses
para el invierno el concierto
de los cuervos el repliegue
la siembra tragada
el silencio
dios dioses dioses
mal afeitados mal nutridos
rajados atomizados
en el centro de los desastres
olvidados en el fondo de un bolsillo
dejan su lugar
a dioses de santuarios
de museos de terrazas
de milagros plebicitados
dioses de las multitudes
girando
alrededor de la multitud
ella misma desvanecida
dios dioses dioses
de humo de satélite
de red de contra-espionaje
de la ficción llevada
hasta la tiranía
dioses de opereta
de ópera de bañera
de sentido adolorido
de perla que se deslizó
en un escote de infierno
dioses de ciclones
dios dioses dioses
de leones y de fluorescencia
de riñones que corren
por las dunas
dividiendo lo infinito en vértigos
dios dioses dioses
sin aliento
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