Ana Minga
Escritora ecuatoriana (Loja, 1983). Realizó estudios en la Facultad de Comunicación Social, Universidad Central del Ecuador. Ha obtenido el primer lugar en el concurso de cuento “Rostros de Luna”, organizado por el Museo de Bellas Artes de la ciudad de Quito; el primer lugar en el Concurso de Poesía 2003 de la Universidad Central del Ecuador, medalla de plata en el Concurso Universitario de Poesía 2006 de la Universidad Central del Ecuador, y mención de honor en Segovia, España, en el I Concurso de Relato Corto de Villa Pedraza.
IV
a mi madre
Me clama piedad
se levanta resistiendo la ausencia de alimento
intuye que quiero lanzar mi alma por el desagüe
sé que en cualquier momento va a morir
que no soy la que ella quisiera.
Hoy le he dicho
que todo su rostro se parece al de Frida Kahlo
(mira qué guapa)
pero aquí entre nos
el parecido no está sólo en el rostro
también son las bellas trenzas
y el vientre dañado
pues en este complot
yo puedo ser su hija
pero en otro
fui el feto perdido de Frida.
¡Reza! ¡reza por favor!
le grito
y ella reza a no sé quién para tener valor
mientras
esperamos que explote el veneno.
VI
Sólo cuando nos obligan a hablar
nos asomamos por los ojos
la boca
las orejas
las manos.
Adentro somos cuervos
nadie escucha nuestro violín
las velas se apagan
en la lengua fluye desnudo un insecto
los pretextos se derrumban tras las columnas
nos hemos sacado la mirada.
IX
Salten como yo
¡bailen!
tomen vodka
vengan con el pastel
hoy celebro mi último cumpleaños
con una calavera en el pensamiento
no se asusten
si al final
sólo quedan
espejos
XVI
El día que comenzaste a quedar en silencio
mi padre en el cartón de su ropa
traía el aliento de los amantes enterrados.
Callada supe
cómo el fémur cruje debajo de las hojas.
Este mes
ese padre mío dejará a los de Sumpa
saldrá de la llaga
bajo el brazo llevará sus restos
mientras yo por las calles
llevaré a tu hijo en el cerebro.
F
Ayer sufrió de nervios
y ahora
el borracho está bajo la cama
diciendo que su familia lo hizo palillo de dientes
balbucea en calcomanía
el escándalo de llevar una estaca
entre la carne y el esternón
pues según el testimonio de su presencia
lo confundieron con vampiro
siendo amante.
Le atraviesa la mañana
escondido bajo la cama
declarándose cuerdo
para dejar de vivir en un hospital psiquiátrico.
Se le revienta algo
—se revienta—
tal vez esta noche
nos reventamos por completo.
1
Dentro del cuerpo vive un despojo de la rutina
una infancia que ya no quiere dormir
con el fantasma del miedo.
En esta jaula
los minutos muertos como borrachos caen al suelo.
¿Alguien puede encender la vida?
2
Ayer fue difícil existir
pesaron las imágenes de la noche
la madrugada amenazó con recuerdos grises
y el día lastimo los pies.
Es complicado vivir tres veces en un solo giro.
Al corazón le dio taquicardia
cuando miro como un excursionista
las sombras que dejo un cuerpo sin norte.
Hubo lágrimas de animal abandonado
que sabia de todas las ausencias
de las disculpas que no sirven para nada.
el tiempo fumo otra vez en las tinieblas
y un niño entendió la moraleja de su cuento:
en uno no existe olvido
pero el resto nos olvida.
El payaso se confundió en plena función
no supo si reían con él o de él
y los aplausos desaparecieron
cuando ya no tuvo su nariz roja.
Luego de la fiesta
el ebrio lloró con todo su cuerpo
mientras el sobrio encontró el punto final
al temblarle las manos.
La llama de la vela no consumió la plegaria
el teléfono no escucho la única llamada.
Me dolieron los huesos
los fantasmas me miraron desde el techo.
Ayer fue difícil existir
mañana ya es hoy
es decir un prematuro ayer.
Es complicado vivir tres veces en un solo giro.
3
Llueve
ahuecada lluvia en la que un cadáver pide limosna.
Nunca había visto a un cadáver pedir limosna.
Los pies caminan sobre la locura
ese engendro que no cierra la boca.
Rinocerontes son el perro y el por qué
audaces son el sí y el no
el azar se entiende con el quizá.
Sigue la lluvia
ese cadáver arde en dolor
llora como lo hace un borracho
con todo su cuerpo.
Desde la migraña
quito una lagrima de cebolla
y con uno ojo abierto y otro cerrado
me llega la realidad a palazos:
bajo la lluvia
un cadáver pide limosna.
4
Abandonada en la calle
¿a quién pertenece
esta sombra?
Alejandro Jodorowsky
Adolorida detrás de las pestañas
Culpable por escuchar pianos a media noche
Por quedarme en las calles como huérfano de los días.
Soy culpable de probar la hierba de otros
De caminar con miedo vagabundo
Que lleva en un costado abierto el desprecio.
Soy culpable de estrenar esta melancolía de delfines
De mirar la nada con ojos llenos de muerte.
5
La memoria muestra ojos deteriorados
la muerte se arrastra como un enfermo
los demonios murmuran cuchillos
mientras las cosas raras se sientan
el lado mas oscuro del cuarto siente el temblor de las
manos
todo tiembla
cuando el Dios vino reza en las venas.
6
Mas allá de la vela
oscuridad
tengo miedo
mi sangre brota entra lagrimas de marihuana
tengo miedo.
Soy maldición
estoy hecha un cuervo
me he sacado la mirada
la llevo en algunas canicas de mi suerte.
Negada por cada uno de mis dedos
la luna vuelve a su insomnio
la vela se apaga
el entierro es inevitable
aunque los niños no deban morir.
7
Es difícil convertirse en león
o en algún Dios invencible
cuando las palabras se rompen y lloramos pájaros
muertos.
Cuando por enésima vez golpeamos la pared
diciendo:
¡esto es todo!
Ya no podemos desconocer
las conversaciones alrededor de una mesa llena de
botellas.
Es imposible negar que la vela consume un sueño.
Ya no podemos abrazar a los que se cansaron de
parirnos.
Doctor:
Para despistar siempre nos convertíamos en otra cosa
pero esto es un desatino
lo que somos ya no se desprende.
8
Algo se hunde
se rompe
su cabeza ya no avanza.
Nadie lo conoce
su dolor alcoholizado busca una ventana
pero en su casa solo hay espejos
que hablan de su regreso.
Gira como Lucifer en el silencio
y otra vez se pregunta:
¿Qué se hace con el niño que nace soñando
con la muerte?
9
Otra vez este huérfano
Fue tentado por las botellas del alcohol
Y por los tabacos que son necesarios en la despedidas
No hay regreso se repite
mientras observa el horizonte
ese camino donde se pierde el alma.
Poco a poco su huesos se adormecen
el alcohol corta su voz
y el corazón se le arruga
como las frases que tiene escritas en el papel.
Mientras bebe
sus manos enloquecen
y buscan un cordón umbilical
no lo encuentran
y él llora en el fondo del bar.
Huérfano de vida y de ataúd
su canción de cuna siempre saldrá de una rokola.
10
Un abismo se acerca
cuenta regresiva
no importa
ya estamos adiestrados para mutilarnos los ojos
ya conocemos como preparan su menú los demonios
sabemos que vendrá el vacio a mitad de semana
que se acerca al filo oxidado de una navaja.
Hay poca arena en el reloj
la muerte nos dejara con la boca abierta.
Pero no importa
a punta de reiteraciones ya estamos preparados
para que el infierno nos envuelva
entonces
por qué el miedo
si ya somos completamente ingenuos
nosotros sin nadie:
absurdos.
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