Marta Navarro García. Zaragoza. Publicaciones: “Ocho islas y un invierno” (El Desembarco, Sevilla, 2008) y “La victoria del Heno” Premio de Poesía “Victoria Kent”, (Fundación “Victoria Kent de Cádiz”), Málaga, 2007). Accésit con “La espalda del viento” Premio de Poesía “Gabriel y Galán” en 2005. Libros colectivos: “Poesía Amorosa” (Certamen Internacional de Poesía Amorosa del Círculo de Bellas Artes de Palma de Mallorca año 2003 y 2004).“Con buenas palabras” “Jirones de Azul”, Sevilla, 2006). “José Antonio Labordeta: creación, compromiso, memoria” (Rolde de Estudios Aragoneses, Zaragoza, 2008).“I Encuentro de poetas hispanomarroquí” (Tetuán-Sevilla, 2010). “Voyeur. Literatura y erotismo”, (Ediciones del Viento, 2010). “I Encuentro de poetas hispanomarroquí” (Tetuán-Sevilla, 2010) YIN, “Antología de poetas aragonesas” de la editorial Olifante. Colaboraciones: Revista de Cultura Aragonesa “Rolde”, revistas digitales “Espacio Luke”, “El Cronista de la Red” y “Narrativas Literarias”. Colaboro en la revista “PIKARA” y en Canal Cultura de Diario Aragonés. Autora de letras de canciones para los grupos de rock Anima mundi y Nadie. Editora del blog cultural Entrenómadas.
En los mapas
de su cuerpo
no están señalados
los paraísos.
Encontrarlos
es cosa del destino
….o de nómadas sedientos.
(De “Entrenómadas”)
Días sin usar
Duermen los peces bajo el asfalto gris de la memoria. Sólo el jardín de Gary conoce los secretos de aquel invierno en el que tú te convertiste en viento y yo en agua. Los amigos nos buscaron en valles oscuros, en playas desiertas, en lugares lejanos. Pero los dos dormíamos, como los peces, bajo el asfalto gris de la memoria, cerca de donde crecen las manzanas azules y los días sin usar. Y, si nunca existimos, por qué se empeñan en recordarnos, en buscarnos.
(De Otoño y cien caballos dormidos)
Para Franco Battiato “IL VUOTO”
Soy el abismo que huye a tierra firme,
una isla perdida en busca de océanos y náufragos,
el tiempo que se observa en las heridas de un reloj.
Me transformo,
me disuelvo, soy tigre, soy agua, soy el vacío.
(Ocho islas y un invierno)
Hotel Lanchesmer
El hotel Lanchesmer siempre decide
quién puede dormitar en sus habitaciones
y quién no debe acceder más allá del hall.
Hay mujeres que sueñan con perderse
entre las sábanas de la 222.
Dicen que en su cama de terciopelo líquido
el punto G se ilumina como un neón hambriento
devorando de placer a los amantes
y que sus gemidos se contagian a otras habitaciones
hasta estallar en un agudo capaz de dejar
ronca a la mejor soprano.
Pero no todo es placer en el Hotel Lanchesmer.
Cuenta la leyenda que cien hombres maduros
con aroma de seis cifras entraron una madrugada
clandestinamente y desaparecieron.
En noches de luna llena
se les oye golpear las puertas
y gritar desesperados que nunca más
volverán a lamer el sexo albino y primerizo
de ninguna Lolita,
que no regarán whisky helado
ni esnifarán comida blanca,
sobre sus pubis rizados, arrogantes y náufragos.
Me han contratado
como contrabandista de contratos
en el hotel Lanchesmer.
A punto estoy de probar la habitación 222.
O de liberar a los maduros inmaduros
que entraron clandestinamente.
To be or not to be. Lanchesmer, 2010.
(Rosas y Lagartijas)
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