Octavio Pineda Domínguez (Gran Canaria, España 1979).
Nace y estudia en Las Islas Canarias. En 2004 obtiene la licenciatura de Filología Hispánica por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Desde septiembre de 2004 vive en Toulouse, donde ha trabajado durante cinco años como asistente de lengua y como Lector de español en la Universidad Toulouse II. En esa ciudad ha combinado la faceta de profesor con la de estudiante de un doctorado en literatura hispanoamericana contemporánea (sobre poesía argentina). En 1998 debuta en el panorama literario canario con el premio de poesía joven “Ciudad de Telde” de 1998, a la vez que empieza a participar como colaborador en la revista universitaria Calibán (de la ULPGC). Ha sido editado en la colección Ágape dentro de la antología “Y como eramos pocos” sobre nueva poesía canaria, y en la publicación Nu2 de Lanzarote. En septiembre de 2009 publica sus primeros poemarios: bersos (que fue galardonado en 2008 con el VII Premio de Poesía Domingo Velázquez de Fuerteventura) y amasijos conversaciones y otras ciudades (ganador del accesit del premio de creación joven 2009 del Insituto de juventud español). Tiene también algún otro texto inédito esperando ver la luz
pregunta
¿qué se ama cuando se ama?
Gonzalo Rojas
¿ qué se ama?
dice Gonzalo
con la boca turbia
cuerpos que cicatrizan en el abrazo
ella
tan roja como una cremallera
¿es el tacto o la voz en el oído?
la ropa de mañana
y manos haciendo el desayuno
pechos como burbujas que parpadean
libros que no hablan
tal vez
¿qué se ama?
dice
el incendio de una pierna
hasta reventar
con su rincón abierto
su mapa de calles y cajones
el pie que nos susurra por qué no has nacido hoy
quizás tú
el sudor la camisa los olores
la estatura y el silencio
o
una gota de lluvia amarrada a la puerta
no sé Gonzalo
no sé
¿qué se ama?
dice
tal vez
simplemente sea
el aire abierto que desaparece
la otra orilla de la boca
cuando dos cuerpos se retratan
(del poemario Bersos)
bersos V
dice que el aullido
desprestigia a la bestia
pero yo la amo
la amo
con el dialecto animal
(del poemario Bersos)
desprestigia a la bestia
pero yo la amo
la amo
con el dialecto animal
(del poemario Bersos)
conversaciones en Montevideo
Avenida 18 de julio
delante de la intendencia delante de un café
guerrillero de suele ser así o la sonrisa de
ella adora la nieve imposible y cómo
Europa es un teatro y delante de otra boca
me habla como si nos hubiéramos conocido
en una novela muchos días buscando la
misma palabra que dijimos el mismo
capítulo sin repetir que el tiempo
desordenaba párrafos y enredaderas en la
otra ella maniática con su discurso de
siempre y la distancia junto a los dos
escuchándonos también sentada en otra
mesa de la cafetería
(del poemario amasijos conversaciones y otras ciudades)
Avenida 18 de julio
delante de la intendencia delante de un café
guerrillero de suele ser así o la sonrisa de
ella adora la nieve imposible y cómo
Europa es un teatro y delante de otra boca
me habla como si nos hubiéramos conocido
en una novela muchos días buscando la
misma palabra que dijimos el mismo
capítulo sin repetir que el tiempo
desordenaba párrafos y enredaderas en la
otra ella maniática con su discurso de
siempre y la distancia junto a los dos
escuchándonos también sentada en otra
mesa de la cafetería
(del poemario amasijos conversaciones y otras ciudades)
conversaciones en el Arena de México
Consejo Mundial de Lucha Libre
Ciudad de México, DF
entre los gritos de la gente las luciérnagas el reloj de polvo la armadura y una ciudad inundada cubierta del enmascarado el atómico el roedor de dentaduras el abanico de palmas corre de un lado a otro buscando un tropiezo imposible o resbalar en la tierra saltarín de árboles el desigual el tornero el mecánico brinca y voltea la cabeza contra la lona los agujeros del disfraz le deshacen los párpados y derrumba aplausos cosidos a la ropa el ataúd y el escalera el sonámbulo el piedra el espejismo en la noche el tan seguro de sí mismo como un graderío de arena
(del poemario amasijos conversaciones y otras ciudades)
Consejo Mundial de Lucha Libre
Ciudad de México, DF
entre los gritos de la gente las luciérnagas el reloj de polvo la armadura y una ciudad inundada cubierta del enmascarado el atómico el roedor de dentaduras el abanico de palmas corre de un lado a otro buscando un tropiezo imposible o resbalar en la tierra saltarín de árboles el desigual el tornero el mecánico brinca y voltea la cabeza contra la lona los agujeros del disfraz le deshacen los párpados y derrumba aplausos cosidos a la ropa el ataúd y el escalera el sonámbulo el piedra el espejismo en la noche el tan seguro de sí mismo como un graderío de arena
(del poemario amasijos conversaciones y otras ciudades)
enjambre IV
consiste en moldear cuerpos y apretar
árboles el beso saca de pronto su turbina
de papel y su paladar su océano su
niebla de carne mantiene el vértigo en
los labios y otra sed dibujada pintando
nubes o tejiendo contorsiones hace que
la expresión se disuelva y se extravíe
hasta que la boca aparezca en un espejo
(del poemario inédito enjambre)
nacimiento de las islas
es un proceso
de transparencias y desapariciones
como un taller de espuma
basta con que una ola
se mantenga fija
en un punto del océano
solo requiere
una inscripción lenta del territorio
luego hay que elegir
el tono de la luz
su inmersión su detalle
precisa calma y algo de viento
la misma escalera de lava
que la empuje
la misma interrupción
solo entonces
tras un método extraño
de soledad y silencio
la isla aparece en el horizonte
con su silueta de agua
(del poemario inédito cuaderno insular)
http://www.laotrarevista.com/2009/11/octavio-pineda-poemas/
consiste en moldear cuerpos y apretar
árboles el beso saca de pronto su turbina
de papel y su paladar su océano su
niebla de carne mantiene el vértigo en
los labios y otra sed dibujada pintando
nubes o tejiendo contorsiones hace que
la expresión se disuelva y se extravíe
hasta que la boca aparezca en un espejo
(del poemario inédito enjambre)
nacimiento de las islas
es un proceso
de transparencias y desapariciones
como un taller de espuma
basta con que una ola
se mantenga fija
en un punto del océano
solo requiere
una inscripción lenta del territorio
luego hay que elegir
el tono de la luz
su inmersión su detalle
precisa calma y algo de viento
la misma escalera de lava
que la empuje
la misma interrupción
solo entonces
tras un método extraño
de soledad y silencio
la isla aparece en el horizonte
con su silueta de agua
(del poemario inédito cuaderno insular)
http://www.laotrarevista.com/2009/11/octavio-pineda-poemas/
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