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martes, 29 de noviembre de 2011

5424.- CARMEN GARCÍA


CARMEN GARCÍA
Carmen García (Santiago de Chile, 1979) es poeta y socióloga. Fundadora y directora de proyectos de Plagio, ha participado en la organización de diversas actividades culturales, entre las cuales destacan las dos versiones del Ciclo de Poesía Escrita por Mujeres, el concurso de cuentos breves Santiago en 100 Palabras y la publicación de Revista Plagio. El año 2000 recibe la Beca para la Creación Poética Joven de la Fundación Pablo Neruda. El 2003 integra el taller Premio Mustakis/ Biblioteca Nacional, dirigido por la poeta Elvira Hernández. El mismo año, es distinguida con la Beca de Creación Literaria para escritores noveles del Consejo Nacional del Libro y la Lectura para la realización de su libro “La Insistencia”, publicado el 2004 por Libros de la Elipse. Durante el 2004, forma parte de la Comisión Asesora Presidencial para el Centenario de Pablo Neruda. El 2005 es distinguida con una Beca Fulbright para estudios de postgrado en Estados Unidos. Desde agosto de 2006 y por un año reside en Nueva York. El 2007 gana la Beca de Creación Literaria del Consejo del Libro para escritores profesionales para la escritura de su segundo libro.









Yo me pregunto quién es el que habla por las noches
Con la sombra de quién habla el pájaro que tirita en mi cabeza
quién conoce el silencio
Hacia dónde vuela el corazón que llevo entre las manos
Tengo una cruz en la mitad del rostro
Un sueño escrito en medio de la frente
Un abismo celeste que mira diminuto
la ciudad oscura donde ya nadie habita
En poco tiempo, todo estará cubierto de agua
Las casas, los niños dormidos, el vientre de las mujeres,
las rosas enterradas
En pocas horas, abriremos un camino que nos conduce hacia nada
Ahí dejaremos crecer la barba de los abuelos
Tomaremos el té con los muertos de la familia
En ninguna parte hablaremos con dios el idioma de la lluvia
Su dialecto que cruje abandonado
Y veremos a las niñas pasear descalzas
Con los pies rotos
Con las muñecas quebradas
Desenterrando el corazón de los pájaros.










Mi orina llueve sobre los muros
despierta a las sombras del jardín
a las muchachas que llevan pájaros en los bolsillos
que juegan con cuchillos mientras duermen.
Mi orina es como el fuego
vuelve de tiza las paredes de esta casa
El té es el licor de las sombras
Blancas paredes donde a oscuras pronunciamos la palabra miedo
y tiritan los huesos de la hermana muerta
tirita el corazón de la madre
arrinconadas en su sueño oscuro
su canto ahogado
que es piedra
hueso de pájaro
zorzal en fuego

Yo sé eso de mi alma
Sé que no pertenece.







De La Insistencia.

Los Nombres del Vacío

En estas horas desoladas con perros gimiendo en el cuello de la noche, con perros que pasean entre la basura por el cuello de la noche, hay un ladrido que hace recordar, un ladrido que pasea solo por las estaciones y atraviesa los años como las cinematecas que huelen a orina. Ya no quedan vacíos sin nombrar, es lo que busca el perro de la noche. Éste es un conejo. Éste un gallo que camina ciego, que se asoma al pozo. Éste es un perro que pasea por la noche. Un perro en calles solitarias. Éste es el nombre del perro. El perro está en el cuello de la noche y dilata los ojos al mirar al pozo. El pozo está vacío y todos los vacíos están llenos de luna. El perro gime en el cuello de la noche con un ladrido mudo, una palabra que no reconoce oración ni dios.











LOS OJOS DE LA NOCHE

Este es el monstruo con el que soñaron las niñas
la habitación del silencio, los dientes del cangrejo
la rabia cuando orinábamos desnudas sobre la loza blanca
tras el suave parpadeo de los que nunca nos vieron.
Estuvimos ahí, las lombrices aparecían bajo tierra
y la jaula era ausencia en el fondo del jardín.
Estuvimos ahí y sin embargo
nos ocultamos por los rincones de la casa
tras los muebles, bajo los árboles.
Comimos la misma miel que los pájaros,
en conversación agitada con el viento
con las madres que piaban por sus hijos.
Nosotras, elegidas por una mano mayor
para cargar con los ojos de la noche
los huevos rotos de los pájaros.

en La insistencia, inédito






EL LLANTO SOMETIDO DE LOS ESPEJOS

La sonrisa de mi madre temblando en las esquinas
tosiendo el líquido amarillo
jugábamos con un revólver
aparecían mariposas desde mi vestido
nos enceguecíamos con el reflejo del sol
todo se iba quemando de a poco
las hojas, los insectos que caían en manos de niños con espejos
los ojos de mi padre se iban quemando
los habitaban cucarachas negras
el líquido amarillo que mi madre tosía
mi madre también era un bicho
temía a los espejos y a veces amanecía cubierta
hablaba a niños con espejos
la rodeaban y amanecía cubierta
aparecía en los espejos
con las manos ocupadas en las mariposas
ella derramaba la leche porque estaba amarilla
bebía agua salada y se iba secando de a poco
como las hojas o los insectos de niños con espejos
se iba secando
sobre la leche derramada
con los pechos salados
cucarachas en los pechos
negra la orina de mi madre
se quejaba al orinar
tosía el líquido amarillo, le dolía al orinar
mi madre amanecía cubierta de bichos
tenía espuma en la boca
y hablaba el lenguaje de los ciegos.












LA LENGUA DEL ANIMAL ES LA PALABRA

“Quiero palabras grandes,
enormes caballos que beban de mis manos”
Javier Bello

La lengua del animal es la palabra.
Un pájaro muere en el jardín
¿quiénes lo rodeamos en este último respiro?
¿quiénes los que habitamos este lugar?
Yo no quiero palabras que nos hagan olvidar el dolor de estar despiertos
quiero palabras que acompañen la belleza del último instante en que somos vida
que se nombren en la boca del miedo
en la sombra del animal que es el anuncio
que se tricen como porcelanas
y comprendan lo indecible en la noche de los monumentos.

Hay una espada que atraviesa los días
entonces los pájaros revientan y desaparecen
y el temor es uno y mismo para todos:
la palabra acabada
el ojo vencido.
Somos tres los invitados a este funeral.




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