András Simor (Budapest, 1938). Hungría. Poeta, miembro de la famosa antología poética, Danza del fuego, traductor litarario, ensayista, profesor, redactor en jefe de la revista literaria, artística y del pensamiento político Ezredvég (Fin del milenio). Ha realizado una gran antología de la poesía española desde el Poema del Mio Cid hasta los poemas de las nuevas generaciones, incluyendo también una gran antología de poesía hispanoamericana desde Juan de Castellanos hasta los poetas contemporáneos. Es redactor jefe de la serie de los libros Z, en la cual han sido publicadas obras de Ramon Llull, Simón Bolívar, José Martí, Nicolás Guillén, Roque Dalton, Víctor Valera Mora y otros autores extranjeros.
MENSAJE
Entre sus corazones y el mío no habrá diálogo -
escribiste como un verso del poema Marzo
en verso libre, y yo
me alegro de que no lo hayas cambiado
para formar del verso un verso más fiel.
Porque así Attila József lo dice hoy,
dos años antes del nuevo milenio
como una verdad que dura siglos:
Entre sus corazones y el mío no habrá diálogo.
No habrá diálogo
con los destructores,
mentirosos de la humanidad,
es decir con los explotadores,
aunque los explotados en su desesperación
se inclinen a hacerlo;
tras los hitlers, hruschovs, gorbachovs
no habrá diálogo.
Este no me anima en los momentos más desesperados
sin lugar a duda
y entre todas las dudas.
Este no
lo convierto en soneto, glosa, triole,
porque otra arma no tengo.
Gracias, Fayad Jamís,
por el nuevo verso de Attila József.
Con este verso envía su mensaje
para el futuro proletario trasladado a no se sabe cuál galaxia.
No tenemos motivo para hablar de otra manera,
porque nuestro corazón solamente se queda
si entre sus corazones y el nuestro no hubiese diálogo.
(Versión de Yolanda Ulloa)
ÁRON JÓZSEF ME ENGENDRÓ
Áron József me engendró,
jabonero que en el mar
un día se fue a segar
yerbabuena, y no volvió.
Borcsa Pócze me parió,
pero un terrible ciempiés
-el cáncer- vino después
y el vientre le devoró.
A ña bella Luca amé
y ella no me respondió.
Ni un amigo me quedó
y en la sombra me alojé.
Desgracias, ¡ya se acabó!,
que dentro de mi alma están.
Solo, estúpido y sin pan
Ya siempre viviré yo.
PARÁFRASIS AL POEMA "EL GIGANTE"
DE RUBÉN MARTINEZ VILLENA
¿Y qué hago yo aquí donde no hay nada
grande que hacer?
Esto lo pregunto por la mañana cuando me despierto
con dolor de muelas y el deseo de orinar,
y durante el día cuando leo el diario
se me va el resto de mi fuerza vital,
y luego cuando obligatoriamente
empiezo hablar con alguien,
qué hago yo aquí donde no hay nada
grande que hacer,
ni en el pasado,
ni en el futuro,
y nadie oye mi grito,
el socorro escondido en palabras
cuando con el Señor de los Poderes Obscuros
empezaría luchar
por última vez, antes de la última estación.
¿Qué estoy esperando?
¿Qué?
¡Pues no hay salida de este sufrimiento!
Mis manos, las dos vacilantes,
me las pongo en la cabeza
y a pesar de todo estoy esperando,
¡esperando!
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