Gillian Clarke. (Gales)
Poeta, editora, traductora y guionista de teatro, Gillian Clarke es presidente del centro de escritores del Norte de Gales.
Su poesia se estudia en todos los colegios de Inglaterra.
Poetry Books
Snow on the Mountain. Christopher Davies, 1971 (out of print)
The Sundial. Gomer Press, 1978. (Now in its 7th edition) ISBN 0 85088 540 X
Letter From a Far Country. Carcanet Press, 1982 (out of print)
Selected Poems. Carcanet Press, 1985 (Now in its 7th edition) ISBN 0 85635 594 1
Letting in the Rumour. Carcanet, 1989 (Poetry Book Society Recommendation) (out of print)
The King of Britain's Daughter. Carcanet, 1993. (P.B.S. Recommendation) ISBN 1 85754 031 X
Collected Poems. Carcanet, October 1997. ISBN 1 85754 335 1
Five Fields. Carcanet, 1998. (PBS Recommendation) ISBN 1 85754 401 3
The Animal Wall. Illustrated, for children. Paperback. Gomer Press.1999 ISBN 1 85902 654 0
Nine Green Gardens. Gomer Press, 2000. Illustrated, colour photographs. ISBN 1 85902 805 5
Owain Glyn Dwr. National Library of Wales, 2000. Illustrated. ISBN 1 86225 015 4
Making the Beds for the Dead (Carcanet) April 2004
Anthologies
Six Women Poets edited by Judith Kinsman. Oxford University Press. A Level English text in Wales and England.
Bioverse. A collection of poems commissioned for The National Botanic Garden of Wales, the book of the garden edited by Andrew Sclater. (Harper Collins, 2000). The poems appear throughout the book. For poetry or garden lovers.
(See REVIEWS for all book descriptions)
EL MÚSICO
Con su alfombra salpicada como un Jackson Pollock,
de ropa, libros, instrumentos y la NME,
tecleaba todo el día, leía sonatas de Beethoven.
Decía que lo podía oír “como palabras”.
Comenzó piano, obseso, aquel crudo invierno
tocando Bartok de madrugada. Caía la nieve,
velo tras velo, hasta que ya no pudimos sacar el coche aparcado.
Me dormía con dos edredones y las pieles de mi abuela
y despertaba asfixiada en las noches luminosas
para oír las Danzas Húngaras entre la nieve, a la luz de la luna.
La calle bloqueada, inmaculada; la casa,
glacial; barrios silenciosos bajo acuosa blancura.
Al alba, oyendo a Debussy, lo encontraba
enguantado en mitones por el frío,
con el abrigo puesto. No se había ido a la cama.
La nieve se amontonaba en las puertas, llegaba a los alféizares,
obstruía el ático, ponía velos sobre las ventanas.
Olores, sonidos, colores y desechos yacían enterrados.
Soñé que la casa era una cripta con columnas de nieve,
una catedral ahogada que aguardaba el deshielo,
y desperté al oír las amortiguadas campanadas del piano,
un primer pianísimo de nieve desprendiéndose del tejado.
[TRADUCCIÓN DE: Antonio Rivero Taravillo]
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Traducción de Pedro Serrano
Nutria
Pequeño perro de agua. Casi la atrapan
—la superficie cerrándose encima
mientras los secos anillos del choque
rompen el agua en una luz de luna.
Dejó sus señas en la orilla
—la impronta de su garra
y el cráneo pelado de la rana
justo después de la masacre.
Rana acechada, desmembrada,
hasta que el cráneo fue una luna,
pulcra como cuchara de plata,
pero más fría, más blanca.
Padre e hija
oyeron a la rana chillar “Broga. Broga.”
Luego “Dŵr, Dŵr", dijo el agua
y se tragó a la nutria.
Otter
Little water-dog. They almost caught her —
the surface closing over
as the sounding rings of splash
smashed the moonlit water.
It made its marks on the shore —
paw-print of an otter
and the peeled skull of a frog
just after the slaughter.
Frog caught on the quiet, quartered,
till the skull was a moon
as silvery clean as a spoon
but colder, whiter.
Father and daughter
heard the frog cry ‘Broga. Broga.’
Then ‘Dŵr, Dŵr,’ said water
as it swallowed the otter.
La musa de Ledbury
7.7.05
Un mirlo parte plaza bajando por Church Lane,
pastando basura en el Mercado. Una vez, otra
pasa rasando los adoquines del amanecer,
rápido, no percibe la falla fabulosa, su propia,
mítica pluma blanca. Musa de plazas y calles,
tan viejo como el pueblo, tosco cogote el pájaro,
hace quinientos años su voz la oyen
arrieros, juglares, itinerantes bardos.
Ahora calla. Esta mañana afónica de julio
antes de la noticia perdió la voz el mirlo.
Rumores, pasos, voces resuenan por doquier.
A nosotros nos toca mantener la calma y avisar.
Para gritar contra el terror es la poesía,
para aceptar la propia pluma blanca, nuestra humana folía.
The Ledbury muse
7.7.05
A blackbird cuts a dash straight down Church Lane,
picks scraps from the Market Hall. Again, again
he skims the cobbles in the rising sun
too quick to glimpse the fabulous flaw, his one
rumoured white feather. Muse of the streets and yards,
old as the town, rouge scruff of a bird,
five hundred years ago his voice was heard
by drovers, strolling players, itinerant bards.
He is silent now. This songless July morning
before the news breaks, the blackbird lost his voice.
Rumour, footsteps, voices sound the space.
It’s our turn now to hold our ground with warning.
To cry out against terror is what poetry’s for,
to admit our one white feather, our human, fatal flaw.
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