MARÍA TERESA BRAVO BAÑÓN. Alicante (España), 1954.
Maestra de Enseñanza Primaria
Antóloga de poseía universal, dinamizadora de bibliotecas escolares e institutos para el fomento de la lectura y la poesía como vivencia existencial.
Fue Coordinadora de la Revista Literaria Generación.
Profesora del Instituto de Ciencias de la Educación de talleres de Creatividad literaria y divulgación de la poesía.
Colaboradora de numerosas revistas literarias y pedagógicas.
Bibliografía:
Sombras de la Razón, Colección Ibn Gabirol, Málaga 1981 Prólogo de Dionísia García.
Entre las Crines del Viento, Editorial Salobe, Málaga 1984.
Liturgias del Crepúsculo, Pliegos del Crotalón, Colección de Víctor Infantes, 1985.
Invitación a la metáfora, Editorial Málaga-Marruecos, 2005 Prólogo de Juan Carlos Conde, Profesor Medievalista en Bloomington, Indiana, Estados Unidos.
Es un crimen talar el almendro florecido, Editorial Silva, Tarragona. prologado por Ernesto Kahan Premio Nobel de la paz 1985.
Violeta Malabar poemario conjunto con Alejandro Gómez García , Editorial Beaumont ( USA) 2010
Mantiene el blog : http://lasmanosdetiza.blogspot.com/
CAMPANADAS DE LA CATEDRAL
En la casa de Machado aún se oye la última visita,
el último trajín, la nueva canción de La Niña de los Peines
en una descuajeringada radio.
Antonio se sienta conmigo bajo las acacias.
Hoy como ayer, ayer como mañana, en el Uno
sin tiempo que ahora compartimos.
Me mira con aire despistado,
como queriéndome reconocer de alguna parte .
Yo sólo le sonrío y él se toca levemente
el ala del sombrero de fieltro.
Escribimos .
Los abrigos se nos pincelan
de alfileres de escarcha
y ni siquiera lo hemos notado.
Cada cual va dejando su impronta de versos
bajo los pináculos de la blanca catedral.
Somos como dos viajeros de paso en esta plaza .
Él escribe a versos Guiomar,
yo a Harpo.
Sonrío por su inocencia :
no sabe que Guiomar es hoy una estación
de un “ave” de viento sin alas .
Él me sonríe también,
como disimulando algo
sobre a dónde me conducen
mis versos a Harpo.
De pronto se nos muda el gesto.
Nos despedimos, taciturnos y solitarios,
envueltos en nuestra infinita nostalgia de poetas.
Yo… no le digo nada de Colliure…
él no me dice nada de… algo mío…
HORA PRIMA EN EL CLAUSTRO DE SANTES CREUS
He arañado tu nombre en la piel de los cipreses
y han sangrado savia de mil años .
Suéñame en la umbría cerúlea
de las palmeras de alabastro,
muy cerca dl naranjo que mece,
indistinto, azahares y gorriones;
al borde de la fuente por donde la Eternidad
gotea en humilde burbujeo.
Guárdame en esta mágica redoma de luz zafiral,
para que la cicatriz del tiempo o pueda
mutarme los labios de dulcísima espera .
DIÁFANAS TARDES SOBRE EL CABO
( Luz de hora nona)
En las diáfanas tardes de Abril
acudía para escuchar el mar doble
de la cala hasta el pequeño cabo.
Subía al viejo faro, ciego ya,
bastión de remotas tormentas,
vigía permanente abrazado de espuma,
testigo de antiguos naufragios y derrotas.
En mi afán de trascendencia besaba sus piedras
para que, cuando viento y mar. desbocados los siglos
le arrancasen hasta los cimientos y los convirtieran
en mansa arena de playa o de clepsidra,
siguieran repitiendo el eco
de aquel inflamado beso por encima de mi boca de ceniza.
ANTES DE MAITINES
Antes de maitines
te dejaré una rosa de los vientos
al pie del buzón de tus cartas electrónicas.
Recogeré un fragmento de cometa
para soltar su rastro luminar
en tu pantalla.
Plagiaré un arco iris
para regalarte unos versos de acuarela.
Y después me recogeré
hacia el cenobio de tu ensueño
dónde cúpulas turquesas
y balandros atardecidos
navegarán hacia ti
en mi almohada .
FUGACIDAD Y OLVIDO
( Con permiso de Jorge Manrique)
Aristas de viento limitan nuestras vidas
escritas sobre nervaduras de hojas secas.
Vivimos escribiendo con pabilos de un verbo
que extingue su continente mágico de símbolos,
tan solo para transformarse en estrellas de silencio.
Somos alfabetos tatuados sobre el glaciar
que una primavera, desgajado en iceberg,
se fundirá en lágrimas de olvido sobre el Océano.
Existimos entre un parpadeo de una Nada a otra Nada.
y con estelas de espuma o con jirones de nubes
pretendemos dar al ortografía correcta
a cada latido, a cada sueño que perdemos.
LUZ DE LAUDES
Penden los últimos frutos
en las ramas más altas
para sustento de aves fugitivas
que inician el largo rumbo
hacia la Patria del Equinoccio.
Mientras los gorriones tiritan
bajo aleros de creciente escarcha
esperando el tibio refugio
de unas manos misedicordiosas.
EL MISEDICORDIOSO
( San Martín se acerca desnudo a la hoguera de los mendigos…)
A vosotros vengo-¡Oh, misérrimos!-
a compartir vuestra noche de luna antártica.
El camino se eriza de espinos escarchados
y el negror del cielo
amenaza con volcar su nieve asesina.
¡Hacedme un sitio,
hermanos del frío y el hambre!
¡Mirad cuán desnudo,
como vosotros, me siento!
¡Mirad qué cansancio
se adivina en mis caídos hombros
y en el temblor de mis manos!
Esta fatiga de siglos recorriendo
la misma ruta
partiendo mi manto
con todo el que me suplicaba abrigo…
¿Y qué iba hacer yo?
¿Si me miraban con ojos febriles
y , tiritando, enseñaban sus llagas desnudas?
Si en cada uno de ellos
he visto su rostro,
el del más triste,
el del más desamparado de los hombres?
¿Cómo lo iba a dejar perecer
en la noche de estrellas muertas ?
¡Lleva sobre sus taladrados miembros
todo el peso de la Humanidad doliente:
La redención en toda la amplitud de su carga.
EL ADIÓS
Al partir serán estas mis últimas palabras :
me voy, dejo mi amor detrás
(Tagore)
Descalzo atravesó la orilla mártir del mar,
comprendí su rito .
Me aparté unos pasos para permitirle
la intimidad exigida a su instante de recogimiento
Parecía un antiguo marino de Tarraco
susurrando plegarias a unos dioses
que ya ni recordaban
sus preces en la “mater lingua”.
Se ungió los pulsos, las sienes,
la frente, el pecho…
como una ablución ancestral, ignota
para los no iniciados .
Rozó guijarros negros,
como el que acaricia los cabellos
azabaches de un niño dormido.
Volvió su rostro con un extraño rictus de tristeza,
un dolor avecinado que entonces no supe comprender .
Ahora sé cuál era su lacería,
su terrible punzada y su lágrima secreta :
lloraba por dejarme allí -¡ a su pobre gaviota!-
extraviada entre el vaho de la niebla,
sabiendo que nunca acertaría la ruta de regreso.
JUNTO AL VALLE DE LAS ORTIGAS BLANCAS
Del pozo de tus noches oscuras
te rescaté con los dogales
de mi amor paciente.
Fui pescadora de tus perlas
buceando a pulmón libre
en el más profundo de los piélagos .
Junto al valle de las Ortigas Blancas,
en denso cenagal crecía el puro lirio
-Aquél que Salomón codició por vestidura-
Como a mar abierto de naufrago me arrojé,
por el negro cieno de cañas en flor,
sólo por ir a buscarte, amor mío.
POEMA AL DONCEL DE LAS PESTAÑAS DE VENCEJOS
¡Oh, mi doncel de las pestañas de vencejos!
¡Qué turbación provocas si a una flor te arrimas!
Te bendice la anémona y el filial acanto
a tu paso las adelfas inician regios protocolos,
Provocas lujuria en las pobres azucenas
que fueron consagradas para altares virginales.
El lirio queda sonrojado por su expiación
en túnica nazarena no escogida .
Los cerezos danzan en tu presencia,
agitando sus ramas para alfombrarte de flores.
Yo soy tu flor de la pasión,
arráncame de mí para tu pecho,
embriágate de las lágrimas fragantes
que por ti yo he derramado
y después de haber sido
-en solapa audaz y mundana-
tu divisa vencedora
prénsame entre tus libros,
que sean tus versos de amor mi tumba.
(Tagore)
Descalzo atravesó la orilla mártir del mar,
comprendí su rito .
Me aparté unos pasos para permitirle
la intimidad exigida a su instante de recogimiento
Parecía un antiguo marino de Tarraco
susurrando plegarias a unos dioses
que ya ni recordaban
sus preces en la “mater lingua”.
Se ungió los pulsos, las sienes,
la frente, el pecho…
como una ablución ancestral, ignota
para los no iniciados .
Rozó guijarros negros,
como el que acaricia los cabellos
azabaches de un niño dormido.
Volvió su rostro con un extraño rictus de tristeza,
un dolor avecinado que entonces no supe comprender .
Ahora sé cuál era su lacería,
su terrible punzada y su lágrima secreta :
lloraba por dejarme allí -¡ a su pobre gaviota!-
extraviada entre el vaho de la niebla,
sabiendo que nunca acertaría la ruta de regreso.
JUNTO AL VALLE DE LAS ORTIGAS BLANCAS
Del pozo de tus noches oscuras
te rescaté con los dogales
de mi amor paciente.
Fui pescadora de tus perlas
buceando a pulmón libre
en el más profundo de los piélagos .
Junto al valle de las Ortigas Blancas,
en denso cenagal crecía el puro lirio
-Aquél que Salomón codició por vestidura-
Como a mar abierto de naufrago me arrojé,
por el negro cieno de cañas en flor,
sólo por ir a buscarte, amor mío.
POEMA AL DONCEL DE LAS PESTAÑAS DE VENCEJOS
¡Oh, mi doncel de las pestañas de vencejos!
¡Qué turbación provocas si a una flor te arrimas!
Te bendice la anémona y el filial acanto
a tu paso las adelfas inician regios protocolos,
Provocas lujuria en las pobres azucenas
que fueron consagradas para altares virginales.
El lirio queda sonrojado por su expiación
en túnica nazarena no escogida .
Los cerezos danzan en tu presencia,
agitando sus ramas para alfombrarte de flores.
Yo soy tu flor de la pasión,
arráncame de mí para tu pecho,
embriágate de las lágrimas fragantes
que por ti yo he derramado
y después de haber sido
-en solapa audaz y mundana-
tu divisa vencedora
prénsame entre tus libros,
que sean tus versos de amor mi tumba.
QUIERO SER LA LUZ
Quiero ser la luz
que se desmaya en las niñas de tus ojos,
gota de miel en los panales de tus labios.
Aspirar a ser tu fuente confiada,
el fresquísimo venero saciador
de las salinas de tu lengua;
rosal agreste de tus montes,
corazón de lirio vulnerado
por una mariposa blanca …
Que allá donde de mí
tus labios se posen
siempre salgas renacido .
LEYENDO TUS VERSOS A LOS PÁJAROS
“¿Qué es el amor,
sino algo que, si no es vivido,
anula la razón de ser del hombre,
para convertirlo en la mitad de cualquier cosa?”
Alejandro Gómez
Camina por el bosque leyendo tus versos a los pájaros.
Ábrete a recibir todo lo sublime concedido
hasta confundirte con los átomos del aire.
Aprecia el roce de la violeta , en relación
a la aspereza del esparto.
Acaricia : musgos, cortezas, rocas,
hierba y crines de unicornios…
No dejes de abrazar árboles en mi nombre.
Escucha el latido del Universo palpitante ,
cuando de tu corazón el caos se amortigüe:
Siente el amor hasta que llorar de felicidad
sea una constante cotidiana y bendita en tu vida.
Si no lo sientes en ti, no estás vivo.
Y no olvides mostrar gratitud todos los días
por haber sentido la magia del amanecer .
LA CITA
Me espera a las 5.
Nos separa sólo un cristal
en la cárcel en la que andamos presos
desde hace meses .
Somos
como dos ciegos que no pudiéramos palparnos
y sin embargo cada uno conoce hasta los poros del alma
del otro y las tuercas flojas de los engranajes
por donde se nos quiebra- a veces-la vida
Un par de solitarios
asomados a unos ríos secos del pasado
y a los Amazonas del futuro.
Y siempre disponiendo equipajes precisos
para largarnos a las Indias .
Redimiéndonos en panales de versos
de las derrotas cotidianas.
Así nos mecemos,
nos vaciamos,
nos rebosamos.
Cuando se va, yo repaso sus labios suavemente con mis dedos.
Es pétalo frio, ya lo sé, tras el cristal de una pantalla.
Son sólo chaladuras de poeta:
es un jirón de mí en el beso secreto que le dejo.
POEMA AL DONCEL QUE DOMABA
UN CAHORRO DE ESTRELLA EN TRE SUS MANOS
El infinito y la nada en su puño caben
y doma un cachorro de estrella con sus manos.
Es el alba imperfecta si su luz no me habita,
si no me incendia el día con la dulce calentura
de su voz en el laberinto de mi oído .
Es entonces cuando tiemblo por
las ventiscas de los arcanos mayores,
y las auroras boreales que mis ojos
no memorizaron para las ruta
del regreso hacia el olvido.
Me cruzo los pechos, me acurruco
y me blindo a silogismos y a corduras
y él sopla- travieso- sobre los castillos
de naipes de mi libre albedrío.
Sólo me creo su torpe sueño,
su indómito sueño,
pero me vuelve el rosal más invicto de las dunas
y me ata a los pámpanos de las vides de sus venas.
En su pecho de arcángel poso mi mejilla
y se echa a volar cual petirrojo.
PORQUE SÓLO QUIEN AMA VUELA
“Sólo quien ama vuela. Pero ¿quién ama tanto
que sea como el pájaro más leve y fugitivo?
Miguel Hernández
Llegaste a la cumbre de mi corazón,
me sacudiste como árbol de frutos deseados
y caí en dulzor de maduras pulpas en tu boca .
Soy la canción de amor que prendiste en mis oídos,
el viento lunar de tus mareas
y la estrella acunada en las orillas de tu pecho.
Allí hechizo tus sueños con golondrinas santiguadoras
de la amanecida en sus picos custodios.
No les permito anclaje de raíz,
los entrego a los seres del aire,
a los hijos de los violines y de las flautas.
Son arias de la luz para la dicha,
cometas cabalgando entre nubes,
aladas simientes del espíritu viajando
entre los vientos de la Tierra .