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martes, 20 de septiembre de 2011

4959.- LAURA GALLEGO

LAURA GALLEGO
Nació en Bayamón, Puerto Rico, nació el 9 de febrero de 1924 y falleció en el año 2007. Se ha proyectado en la doble vertiente de poeta y educadora.
Publicó su primer libro ("Presencia") en el año 1952. Allí reúne toda la poesía creada hasta 1950, en la que se descubre un sentir ingenuo, tímido y adolescente, con una notable y marcada influencia del romanticismo inglés, exentos de habilidad metafórica, pero de una exquisita dulzura y un lenguaje fino.
En "Celajes" (1959), reune toda la poesía alaborada en los años siguientes (1951 a 1953), en la que se despoja de todo sentimiento romántico, para dar lugar a un verdadero sentido estético de tono testimonial, donde el paisaje y el alma se unen en una sola comunión. Luego vienen otras obras sin datos de fecha de edición, pero sí de creación: "Almejas de tu nombre" (1954), "En carne viva" (1955) y "La red" (1956-1960), entre otras.
Dedicó gran parte de su vida a la práctica docente, ejerciendo como profesora de literatura en la Universidad de Puerto Rico.




Encuentro

Te conocí en la cima
de un íntimo silencio.
La flor de algún paisaje
se fue abriendo en tu boca.
de tu voz de celaje,
brotó la paz menuda
de tu alma remota.

Con rara unción, los cirios
del corazón prendieron
en lágrimas de oro
sus crisálidas rotas,
y fue un nacer de raros
cristales que enmudecieron
la solazul presencia
de una delicia ignota.

La flor desnuda, el mismo
perfume de tus ojos,
labró en frágil paciencia
esta emoción tan blanca.
Al alejarte, quedó
sin ilusión ni enojo,
con un sabor a cielo
prendido en la garganta.








Anunciación de otoño

En las frutas amarillas,
bajo el frescor amado,
en los altos aleros del aire
donde amagan palomas,
en el pecho mismo de las rosas
hay una tristeza diminuta.
Se abren los ojos suaves como flor
y se perfuma el alma
entre las ruinas de las hojas.
La abeja en su punzada
marca un final del tiempo estremecido
y en flor final la voz fina
se pinta de amor como las rosas.







SOLEDAD EN EL SUEÑO

Sigues como una estampa
enmudecido, lejos.
Tu voz de angel que sueña
alguna vez me alcanza,
pero el mar la devuelve
en rotornos azules,
y es un cadaver tierno
mecido por el agua.

Yo anhelo verte, verte,
y buscar en tus ojos
la infancia de los cirios
en júbilo de lágrimas.

Cercar tu cuerpo dulce
bordado por las sombras.
Aprisionarte en llanto
para que no te vayas.

¿No sabes? Ya mi cuerpo
despierta a la pregunta.
Mi carne es un orgullo
tenso de rosas altas.
Alguna vez la estrella
del corazón abierta
palpitará en tus manos,
y ya no habrá palabras.

(De "Presencia", 1952)






Ni una palabra

Ni una palabra
Ni una sola palabra.
Con las manos en los ojos
y la sonrisa cerrada.
Sin saber nada de mí
sin desliar mi voz de lana
porque no aparezca yo
con mi tristeza callada.

Ni una palabra.
Ni una sola palabra.
Porque no quiero encontrarme
cuando la voz se me escapa,
ave caliente que lleva
vuelo de desesperanza
Porque ceñida a mí misma
como el mar a sus entrañas,
todo silencio y cristal,
todo ensueño de playas,
no sé tampoco como él,
lo que dicen las palabras.
Ni una palabra,
ni una sola palabra.








Encarnación

Crear un verso es cual crear un hijo.
Esperarlo y decirle: Hijo, mira mis manos.
Están quietas, vacías.
Esperan la flor blanda de tu carne.

Crear un verso es cual crear un hijo.
decirle: Hijo, hazme madre;
¡madre, verso, pasión, dolor activo,
transmigración de luz, fatiga de alba,
lento nacer y amanecer contigo!

Crear un verso es...




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