INMACULADA MAROTO
Nace en Granada (1986), donde actualmente reside y realiza estudios de Filología Hispánica.
Desde el año 2004 forma parte del consejo de redacción de la revista literaria Letra Clara, donde ha visto publicada la mayor parte de su producción.
Ha participado en diversas lecturas poéticas, y en el último año se contó entre los poetas invitados al Festival Internacional de Poesía ciudad de Granada.
Los poemas que siguen forman parte de un poemario inédito titulado Fantasmas en deíxis
*
Continuo devenir de soledades y sollozos,
lamentos que anidan en el alma,
concurrencia de recuerdos que no son.
Así también la sugerencia:
Esencia voluble y sincera;
bullicio eterno, ocasional y ajeno…
…Momento tardío para recuperar ideales,
pues, ¿qué es lo bello, lo hermoso y lo vivo,
en una mujer deshecha por todo y por nada?
La rigidez en un momento
puramente conceptual es inútil;
nubla la cavidad una escena figurada,
y si preguntas te diré: cuánto queramos.
La palabra no es nostalgia; mi poder,
la revisión de cada instante.
La tradición es un polígono
que describe indivisibles:
Murieron sin llegar a ser amantes.
No es constante la obsesión,
pero tampoco lo es la muerte.
*
He creído poder hallar en la certeza de su madurez
esencias inmutables, por ejemplo la belleza.
La temática legislativa que se oculta entre sus manos
dio lugar al hecho descriptivo que nos ocupa.
Reparemos en cómo el amor desprecia las costumbres:
carece de paradigmas, de idiosincrasia;
provecho y desesperanza: medicinas perpetuas.
Basado en un supuesto componente químico da lugar
a sólidos cimientos. Se apoya
en dolencias de futuro que nos pinta.
Rumor vago apenas al comienzo, no esgrime del destierro.
Avatares nimios para decirte:
Te echo tanto de menos.
*
“Sólo lo difícil es estimulante”
Que es mentira, que no te amo.
Sólo encuentro oquedades de éste y aquel sitio,
sellos lamidos por otras lenguas,
mis manos perfilando silencios
y el deshielo durmiendo en mi cama.
Soledades en cimientos de añoranza,
decadencias sobre momentos perdidos,
noches de ventanas cerradas,
miedo al alma en el alma de otro.
Que no te amo, que es mentira:
Sigo persiguiendo imposibles.
*
No se a quién, pero te amaré.
Siempre tú:
Mordaz infinito
*
“Sólo el dolor es real”
Si la mano oscila y busca la mano que aguarda
cuando la luz se esconde a sabiendas
y ya conoce lo imposible de su deseo,
si la desidia humedece los restos de pisadas
perfilando amor eterno encerrado en botellas
mientras alzamos a kilómetros las bocas…
Qué importa si es hoy, ayer o mañana:
Un nuevo batir de alas
de este continuo romper de hielo.
Nuevamente el estío;
nuevamente el exilio obligado.
Y nuevamente yo:
Atardeceres tendidos al sol que no acaban de secarse.
*
Ella cree no amarle, él gasta su tiempo con otra.
Recostados en el libertino azar de sus almohadas pasan las horas, se sienten distantes.
Si aciertan a cruzarse mantienen un gesto vampírico; él se rasga las ropas, ella finge que no le importa. Han aprendido a no mirarse a los ojos.
Vuelve en sí la negación. Aquellas noches, dónde quedarán ahora...
Está cansada, no quiere volver a verle y va a decírselo:
-Andrés, tenemos que cambiar los muebles