Clotilde Jiménez Guzzo, pertenece a su ciudad natal Tánger, porque su poesía y su vida han estado impregnadas de esta ciudad cosmopolita, hasta la actualidad.
Estudió la carrera de Psicología licenciándose en Granada y posteriormente trabajó en clínica infantil y autismo. Actualmente se dedica fundamentalmente a la formación destacando sus trabajos y publicaciones sobre mujer, temas sociales como la inmigración, así como numerosos artículos relacionados con el mundo laboral.
Ha publicado en revistas literarias como Tierra Canaria, El Mirador y La Gaceta de la Sierra , revista cultural editada en la sierra norte de Madrid
Desde 2010 dirige el grupo poético y de peformance Sexta Vocal ubicado en la sierra madrileña , que ha realizado numerosos encuentros poéticos por diferentes puntos de nuestra sierra.
Golondrina negra
vuela vuela
por el mar o por el cielo
vuela vuela
Dos más dos mi sol
Dos ciudades como aldeas, tulipanes llenos de fango.
Dos ciudades como aldeas,
las parras crecen como panes blancos.
Dos ciudades como dos aldeas.
No puedes darme tanto dolor.
Dolor de mis vísceras
Cuadernillos de letras, de dibujos, dos más dos,
dos más dos, mi cielo, mi luz, dos más dos.
La luna llega, mi cielo, dos más dos.
La luna ríe , mi amor.
Llega el verano mi niño, el río, la luz ,
no llores mi cielo,
flores de petunia y margarita,
no crezcas tan de prisa, te quiero tanto mi sol.
La noche embiste de fiera, no llores mi sol.
No preguntes mi vida, ríe , corazón.
Dos más dos, mi cielo, la luna ríe,
ves?,
No aprendas más mi cielo, dos más dos son cuatro,
nada más mi sol.
La luna sonríe, no ves?.
Dos más dos, mi sol.
Jugando en el metro.
Creo que fué en el metro.
Sujetabas una columnita plateada
y te abrazaba
así,
sin decirte nada,
y también abrazabas a la columnita .
Me dijiste: “vengo a Madrid a…”,
y un resplandor turquesa entró en mi alma pálida .
Recuerdo ese instante.
Quise escapar por las escaleras automáticas;
pero las escaleras bajaban y bajaban
insistentemente,
como montañas rusas de colores.
Recuerdo, que te metiste dentro de mí
justo en las quinta estación.
Fue tu mano, se acercó a la mía y la cogió como a un sapito.
Yo sentí el corazón del sapito
que se salía del hueco de mi palma,
o de la tuya, no sabía muy bien
pero iba creciendo cada vez más y más.
Creo que el segurita,
por un momento,
nos miró sospechosamente,
y se acercó cauteloso hacia las manos juntas…..
que iban creciendo de tamaño.
Haiku 1
de lunas líquidas y caminos de tierra..
La bella encantada
Caen lluvias blancas tras una penumbra de tiempo.
Nos unen los abrazos, las manos, la luz hecha a retazos. Blanco y azul
y blanco y..azul de nuevo.
Nos une la luz que atraviesa. Golpea.
No oigo nada
Nos une la luz
No oigo nada
Nos une la luz
Nos une la luz , azul ,blanco y azul
PuedeS matarme como quieras
No me importa matarte yo.
Puedes matarme rompiendo las leyes de la identidad
Puedes matarme con equívocos o metralletas de pasiones y celos.
Puedes matarme inventándome de nuevo.
Puedes destrozar los hilos imaginarios de un espacio y un tiempo aunque nunca creímos en las distancias….
Esta historia, que ni siquiera ha sido una historia…..se ha llenado de olor a multitud, a vida urbana, vientos del sur y apretado fin de semana, saliva amarilla en lavabos blancos, silenciosos días de ríos profundos y silenciosas noches apretadas. Llena de Clowns poéticos y miedos incontenibles. Morbos y masoquismo. Incomprensión compartida.
Pero no te engañes…
Y quizás nos encontremos una noche de lluvia y seamos testigos de nuestra propia historia.
PD- Lo que predibuja el mundo son solo moldes, despojarse de esos moldes; la inocencia edénica, no más.
Como un cuaderno de Agata de la Prada.
En las manos, en las uñas, en los ojos, dibujos de ciencia ficción en un montón de burbujas que nos convertían en torpes, en niños, en ingenuos, en infumables.
Mientras agarraban el mundo con cuerdas rancias de nudos y nudos, que nos atrapaban también, sin darnos cuenta.
Nadie puede darse cuenta de las ataduras, vas viviendo, caminando entre prosas y miradas de los demás seres humanos, cuando de repente te das cuenta de que no puedes moverte..agggg, axfixia, agggg, dolor.
El alma, la vomitas, el cuerpo se te descompone, y va más allá de tu control, como un parto.
Como el cuerpo que se convierte en flor, en árbol, en fruto,
y le crecen hojas por las orejas, por los parpados, sin que sea posible saber ; la leche sale a borbotones de un pecho pequeño, casi invisible, sale a borbotones, limpia , caliente, y dulce , muy dulce; bañas las cabecitas, los ojos, la sonrisa burlona, las manitas, que se cierran queriendo cogerla al aire.
A donde vas, a Grecia,
A donde vas?
a Estepona,
a donde vas, a las Amazonas.
Y le oyes decir: como una modelo! y grita: como una modelo ! Delgada y sin olor, con el pelo liso claro, los ojos de almendra y boquita de piñón.
Mientras una angustia como cuchillos de hilos de hielo, te va penetrando lentamente, hasta que sientes el color oscuro en tu interior, como un humo grisáceo, contaminado.
Como un humo marrón,
y sientes que
Los ojos empiezan a hincharse, los parpados a pesarte,
El silencio a hacerse tuyo.
Con el peso
del universo,
del cielo,
en tu nuca.
Casi sin nadar.
Luego puedes correr
Como cazador(a) de estrellas,
corres y corres
con tu caza moscas de plástico, comprado en los chinos, que más da…
Maravilloso encanto,
brillan como luceros,
ojos llenos de rojo y azul.
Babilonia.
que las letras se me escapan de los dedos como libélulas.
Me sobran tantas letras que las haches se me enganchan en las venas.
Me sobra tanto que me falta,
Me falta tanto que me sobra.
Y ya está.
como voces en la piedra.
se oye el eco de la luna,
se oye.
Bocas rojas en penumbra.
No me miro en esa ventana,
no me miro.
Cuando cierro los ojos, a veces, te echo de menos.
Pinto mi pared de naranja y
hago como si el corazón estuviera de paso,
y me encuentra de repente,
y se me mojan los ojos.
Y hago como que no me doy cuenta.
Los golpes de corazón suenan,
no uno,
dos, tres y hasta cinco,
Suenan, bum, bum, bum
y hago como si todo fuera casualidad,
y por las noches
salen las sombras debajo de mi almohada,
tranquilamente la cambio
y pongo una más pequeña,
apago la luz,
y sale de nuevo una sombra
naranja melocotón,
y se me mojan los ojos.
alado,
o sin alas,
de mi interior.
Con coronita de colores.
Llueve y el paraguas oscuro
se queda cerrado.
Llegan también los pájaros,
como tiras
de serpentinas .
Y yo cierro los ojos y
me quedo quieta como una estatua,
y dejo que pasen a cámara lenta
mientras los ojos cerrados
consiguen oler la tierra
y las nubes.
Entonces te miro a los ojos,
Y te miro como si ayer hablara contigo
y me doy cuenta
que no hablé contigo,
que
era el cordón umbilical de un corazón
que todavía late en mi mano.
rocéis
el cristal fino
de la copa
y suenen
líquidas las notas
del vidrio.
Que la espiral transparente
de los recuerdos
no nos envuelva
en la canción
de la caracola
y la tierra.
Bajo hacia callejones de sonidos hondos,
bajo corriendo con balones dulces.
Bajo corriendo saltando charcos,
bajo corriendo con un sol de cielo.
No encuentro.
(Para Soledad Montoya, de la pena negra de García Lorca)
que se acerca
como un hilo de seda.
Huecos en las manos
y en la luz de la tarde.
Despacio se instala,
esperando la fuerza del sol en su costado,
la sombra líquida de las ramas desconchadas.
Cada una y cada uno es como es,
Si el soporte de la poesía está en las palabras y estas juegan libremente con el pensamiento, Cloti J. Guzzo es poeta, porque para ella Poesía y Vida se funden en un todo y se confunden.
Parece estar solidamente asentada sobre un berrocal granítico, desde donde alarga la mirada y la viste con los colores suaves del velo de las nubes, que pueden presagiar mal tiempo. En ese caso es capaz de agarrarse a un filamento de nube y trepar por el enebro espinoso para salir airosa, transparente, sin sombras internas.
Su poesía cubre el cielo de copos de algodón y de brochazos de colores al pastel a veces, otras de colores puros recién extraídos de las profundidades de lo vivido, siempre tintineante y llena de sonidos.
Esta poeta se dispersa por la vida cada día, visualiza el sol y nos envuelve, a los cercanos, uniéndonos en su proyecto vital, llamado Poesía.
Porque como dice Juan Carlos Mestre: “La poesía es la conciencia invisible y perdurable de la desobediencia al mal y el valor absoluto de la libertad”.
Ana Gutiérrez Páez
Soto del Real (Madrid)
27 de febrero de 2011
Facciones y ficciones.
Como un cuaderno de Agata de la Prada.
En las manos, en las uñas, en los ojos, dibujos de ciencia ficción en un montón de burbujas que nos convertían en torpes, en niños, en ingenuos, en infumables.
Mientras agarraban el mundo con cuerdas rancias de nudos y nudos, que nos atrapaban también, sin darnos cuenta.
Nadie puede darse cuenta de las ataduras, vas viviendo, caminando entre prosas y miradas de los demás seres humanos, cuando de repente te das cuenta de que no puedes moverte..agggg, axfixia, agggg, dolor.
El alma, la vomitas, el cuerpo se te descompone, y va más allá de tu control, como un parto.
Como el cuerpo que se convierte en flor, en árbol, en fruto,
y le crecen hojas por las orejas, por los parpados, sin que sea posible saber ; la leche sale a borbotones de un pecho pequeño, casi invisible, sale a borbotones, limpia , caliente, y dulce , muy dulce; bañas las cabecitas, los ojos, la sonrisa burlona, las manitas, que se cierran queriendo cogerla al aire.
A donde vas, a Grecia,
A donde vas?
a Estepona,
a donde vas, a las Amazonas.
Y le oyes decir: como una modelo! y grita: como una modelo ! Delgada y sin olor, con el pelo liso claro, los ojos de almendra y boquita de piñón.
Mientras una angustia como cuchillos de hilos de hielo, te va penetrando lentamente, hasta que sientes el color oscuro en tu interior, como un humo grisáceo, contaminado.
Como un humo marrón,
y sientes que
Los ojos empiezan a hincharse, los parpados a pesarte,
El silencio a hacerse tuyo.
Con el peso
del universo,
del cielo,
en tu nuca.
Casi sin nadar.
Luego puedes correr
Como cazador(a) de estrellas,
corres y corres
con tu caza moscas de plástico, comprado en los chinos, que más da…
Maravilloso encanto,
brillan como luceros,
ojos llenos de rojo y azul.
Babilonia.
Me sobran las palabras
que las letras se me escapan de los dedos como libélulas.
Me sobran tantas letras que las haches se me enganchan en las venas.
Me sobra tanto que me falta,
Me falta tanto que me sobra.
Y ya está.
Haiku 2
como voces en la piedra.
Bosque de almas
se oye el eco de la luna,
se oye.
Bocas rojas en penumbra.
No me miro en esa ventana,
no me miro.
Naranja
Cuando cierro los ojos, a veces, te echo de menos.
Pinto mi pared de naranja y
hago como si el corazón estuviera de paso,
y me encuentra de repente,
y se me mojan los ojos.
Y hago como que no me doy cuenta.
Los golpes de corazón suenan,
no uno,
dos, tres y hasta cinco,
Suenan, bum, bum, bum
y hago como si todo fuera casualidad,
y por las noches
salen las sombras debajo de mi almohada,
tranquilamente la cambio
y pongo una más pequeña,
apago la luz,
y sale de nuevo una sombra
naranja melocotón,
y se me mojan los ojos.
Quizás me parta en dos, como una nuez.
alado,
o sin alas,
de mi interior.
Con coronita de colores.
Llueve y el paraguas oscuro
se queda cerrado.
Llegan también los pájaros,
como tiras
de serpentinas .
Y yo cierro los ojos y
me quedo quieta como una estatua,
y dejo que pasen a cámara lenta
mientras los ojos cerrados
consiguen oler la tierra
y las nubes.
Entonces te miro a los ojos,
Y te miro como si ayer hablara contigo
y me doy cuenta
que no hablé contigo,
que
era el cordón umbilical de un corazón
que todavía late en mi mano.
Espiral
rocéis
el cristal fino
de la copa
y suenen
líquidas las notas
del vidrio.
Que la espiral transparente
de los recuerdos
no nos envuelva
en la canción
de la caracola
y la tierra.
Ni una palabra al silencio,
Bajo hacia callejones de sonidos hondos,
bajo corriendo con balones dulces.
Bajo corriendo saltando charcos,
bajo corriendo con un sol de cielo.
No encuentro.
(Para Soledad Montoya, de la pena negra de García Lorca)
Oí el sonido del otoño
que se acerca
como un hilo de seda.
Huecos en las manos
y en la luz de la tarde.
Despacio se instala,
esperando la fuerza del sol en su costado,
la sombra líquida de las ramas desconchadas.
Cada una y cada uno es como es,
sólo el alma se encoge a veces,
sin saber qué papeles perdió esta vez.
Pero..... sigue habiendo papillones,
y noches de luna llena
y blancos horizontes limpios
y letras en el camino
y preguntas que conocen respuestas
Buscaré en el cielo de los cien gigantes
y construiremos de nuevo castillos en el aire
con risas encendidas y piecitos de sal.
Me está ardiendo esta luz de otoño,
de papeles.
Me quema este pasado de maletas en andenes.
Se incendia cada folio.
y lo patean como
Un trozo de trapo de cocina.
Diáspora.
Te expolian los sentimientos,
y lo escanean como mandalas
para tapas de yougourt (danone).
Diáspora.
Y te confiscan la mirada,
te confiscan la palabra,
y la estudian
en universidades semánticas.
Te expolian la vida
y juegan a kábalas
de amas y apas
de casas aburridas
y se atraganta
y no descansa.
Campanitas de un circo mudo.
Hay una tristeza que viene de fuera
con equipaje de mano.
Se llena de monedas de papel
y estalla.
para sembrar lunas.
Perdóname si me llamo madre y
bebo rosas,
y olor a talco.
Perdóname que mi alma
aletee,
que brille el dolor,
que brille la hermosura.
“La inexistencia es hueca como las máscaras y su visión es
lívida, pero tú oyes el grito de las madres del agua y acaricias
los ojos que vieron la inexistencia”.
Antonio Gamoneda. Pavana impura (1992).
sin saber qué papeles perdió esta vez.
Pero..... sigue habiendo papillones,
y noches de luna llena
y blancos horizontes limpios
y letras en el camino
y preguntas que conocen respuestas
Buscaré el mar,
Buscaré en el cielo de los cien gigantes
y construiremos de nuevo castillos en el aire
con risas encendidas y piecitos de sal.
Amarillos
Me está ardiendo esta luz de otoño,
de papeles.
Me quema este pasado de maletas en andenes.
Se incendia cada folio.
Expolian
y lo patean como
Un trozo de trapo de cocina.
Diáspora.
Te expolian los sentimientos,
y lo escanean como mandalas
para tapas de yougourt (danone).
Diáspora.
Y te confiscan la mirada,
te confiscan la palabra,
y la estudian
en universidades semánticas.
Te expolian la vida
y juegan a kábalas
de amas y apas
de casas aburridas
Hay una tristeza
y se atraganta
y no descansa.
Campanitas de un circo mudo.
Hay una tristeza que viene de fuera
con equipaje de mano.
Se llena de monedas de papel
y estalla.
Perdóname si no fui sincera,
para sembrar lunas.
Perdóname si me llamo madre y
bebo rosas,
y olor a talco.
Perdóname que mi alma
aletee,
que brille el dolor,
que brille la hermosura.
Haiku 3
“La inexistencia es hueca como las máscaras y su visión es
lívida, pero tú oyes el grito de las madres del agua y acaricias
los ojos que vieron la inexistencia”.
Antonio Gamoneda. Pavana impura (1992).
Si el soporte de la poesía está en las palabras y estas juegan libremente con el pensamiento, Cloti J. Guzzo es poeta, porque para ella Poesía y Vida se funden en un todo y se confunden.
Parece estar solidamente asentada sobre un berrocal granítico, desde donde alarga la mirada y la viste con los colores suaves del velo de las nubes, que pueden presagiar mal tiempo. En ese caso es capaz de agarrarse a un filamento de nube y trepar por el enebro espinoso para salir airosa, transparente, sin sombras internas.
Su poesía cubre el cielo de copos de algodón y de brochazos de colores al pastel a veces, otras de colores puros recién extraídos de las profundidades de lo vivido, siempre tintineante y llena de sonidos.
Esta poeta se dispersa por la vida cada día, visualiza el sol y nos envuelve, a los cercanos, uniéndonos en su proyecto vital, llamado Poesía.
Porque como dice Juan Carlos Mestre: “La poesía es la conciencia invisible y perdurable de la desobediencia al mal y el valor absoluto de la libertad”.
Ana Gutiérrez Páez
Soto del Real (Madrid)
27 de febrero de 2011
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