Carlos Francisco Changmarín
(1922)
Nació el 26 de febrero de 1922, en Los Leones, pueblo ubicado en el corregimiento de La Colorada, en la provincia de Veraguas, PANAMÁ. Sus apellidos son Chang y Marín, pero el escritor firma sus obras como Changmarín. Hizo sus estudios primarios en la Escuela Dominio del Canadá en Santiago y la secundaria en la Escuela Normal Juan Demóstenes Arosemena, donde obtuvo el título de maestro de escuela primaria en 1943, y en la Universidad de Chile hizo un año de estudios de pintura.
Su madre, Faustina Marín era cantalante de tambor, y su abuelo, Valentín Marín tocaba la guitarra bocona y cantaba décimas. Esto influye en la posterior obra de Changmarín.
Ejerció el magisterio en Boquete y en La Colorada y fue durante varios años Profesor de Dibujo en la Escuela Normal Juan Demóstenes Arosemena.
Carlos Francisco Changmarín es un hombre nacionalista, político y, sobre todo, defensor de lo panameño. De ascendencia china, este connotado escritor se ha dedicado a resaltar la cultura a través de sus escritos. Sus obras hablan de la patria, la historia, las clases sociales y el Canal de Panamá. También le canta a la naturaleza: a los árboles, las frutas y verduras, a las aves y otros animales.
Desde muy joven la literatura fue su gran pasión. Comenzó a escribir cuentos cortos, después poemas dedicados a su Veraguas natal (Dos poemas, 1963), y como si fuera poco, se dedicó a la décima, muchas de ellas cantadas por los más grandes trovadores del género. Fue presidente de la Asociación Nacional de Poetas de la Décima, Asociación que busca preservar y mantener la tradición de este género.
Changmarín, es escritor, pintor, educador y periodista. El periodismo fue el punto de partida para que incursionara con éxito en la literatura panameña. Empezó en el periódico mimeografiado El Cholo, editado en Santiago de Veraguas, en 1951. Escribió por muchos años la columna Cartas a tía Tula, que redactó en El Cholo, Crítica Libre y El Universal.
Su larga y exitosa carrera literaria se inicia en 1943, cuando obtiene una mención honorífica en el Concurso Literario Ricardo Miró. En 1954 obtiene el segundo lugar del Ricardo Miró, sección poesía, con Poemas corporales. En 1957, otro segundo lugar, con el cuento Faragual. En 1961 se repite un segundo lugar, con el cuento Cañizo, y en 1981 alcanza el primer premio en novela, con El guerrillero transparente. En 1991 obtiene el premio anual de la revista mexicana Plural con el cuento Gallo fuego - gallo gente.
Como reconocimiento a una vida y una obra consecuente con la lucha por una sociedad socialista, la Central de Trabajadores de Cuba le impuso la medalla Víctor Jara y su obra fue reconocida con el Premio Rubén Martínez Villena, también de Cuba.
En el 2002 obtuvo el Premio Universidad, premio otorgado por la Universidad de Panamá. En el 2006 fue merecedor de la Condecoración "Rogelio Sinán", concedida, por el mérito de la obra literaria de toda una vida. El Estado Panameño lo distinguió con la Orden Nacional General Omar Torrijos Herrera por su trayectoria como luchador social y ejemplo de perseverancia en la búsqueda de una sociedad con justicia social, equidad, libertad e independencia.
Como un reconocimiento a la trayectoria de Carlos Francisco Changmarín, en marzo del 2008, el Instituto Nacional de Cultura (INAC) crea el Premio Nacional de Literatura Infantil Carlos Francisco Changmarín con el propósito de promover y estimular la producción literaria de los autores nacionales adultos que escriben para niños y reconocer el espacio de acción de los escritores consagrados en el género de literatura infantil. Las bases del concurso pueden ser consultadas en la página de la institución http://www.inac.gob.pa/.
Su obra, Faragual y otros cuentos es recomendada como material de consulta para educadores, alumnos de educación media y universitaria por el Ministerio de Educación. Su novela El Guerrillero transparente, sobre Victoriano Lorenzo, fue traducida al ruso bajo el nombre de El general de cristal. Otras de sus obras han sido traducidas a los idiomas chino, búlgaro y francés.
"Todo individuo tiene una función social que cumplir, aunque no se dé cabal cuenta de ello. El escritor que es un individuo, a través del cual habla su gente, tiene una mayor responsabilidad social en cada palabra que echa al viento, en cada rima, en cada retruécano de su narrativa. Claro que los lectores se dejan influir por los personajes creados y por sus ideas. En esto estriba la función del escritor, en no ser pesimista, aguafiestas, baila la vara, traidor a su patria y a los reales valores ideológicos y generales, humanos del planeta."
Carlos Francisco Changmarín, en el Libro: Ser Escritor En Panamá
(Entrevista a 29 escritores panameños al finalizar el siglo XX),
Por Enrique Jaramillo Levi
Obras de Carlos Francisco Changmarín
Punto ‘e Llanto. (poesía) Editora Nacional 1948
Poemas corporales. (poesía) Imprenta Nacional 1956
Socabón. (décimas) Imprenta Urraca, Santiago de Veraguas. 1959
Faragual. (cuentos) Imprenta Nacional 1960
Dos poemas. Santiago de Veraguas 1963
Versos del Pueblo. (décimas) Duplicentro S.A. 1972
Faragual y Otros Cuentos. Impresora Educativa 1978
Versos para entrar al Canal. Imprenta Panamundo S.A. 1979
El Guerrillero Transparente. (novela) INAC 1982
Las tonadas y los cuentos de la cigarra. (poesía) Imprenta Panamundo 1987
El cholito que llegó a general (Victoriano Lorenzo). (biografía) Imprenta Panamá 1987
En ese pueblo no mataban a nadie. (novela) Imprenta Universitaria 1992
El gallo de las horas. (poesía) Separata de la revista Antigua, Editorial La Antigua, USMA 1992
Cantadera. (décimas) Impresiones y Servicios Amath 1995
Nochebuena mala. (novela) Impresora Real 1995
Las mentiras encantadas. (cuentos) Editorial Universitaria 1997
La muñeca de tusa. (poesía) Ediciones ENE, Santiago de Veraguas 2001
Cuentos para matar el estrés 2002
Las gracias y desgracias de Chico Perico. Imprenta Oceanía 2005
Aquí Mí Lengua Suave Para el Verbo
Aquí mi lengua suave para el verbo
que ha de sembrar de espigas los caminos.
Para mentir, jamás; gloriarse, nunca;
ni adular, ni callar cuando otros callan.
Mudos deben quedar los que traicionan,
los que dejan hacer y los que engañan.
Lengua para el combate, para el himno
que entonarán las voces oprimidas.
Lengua para lamer las esperanzas,
la miel de los rosales venideros.
Lengua, para la vida yo te quiero
y no para gemir y enmudecerte
cuando a tu lado el restallar del látigo
vaticine la hora de la muerte.
Del libro: Poemas Corporales
Segundo Premio del Concurso Nacional
Ricardo Miró
1955
Duros y Buenos Pies que no Descansan
SALUD, oh compañeros caminantes,
desnudos pies de rocas y raíces!
Portadores del polvo del camino
llevan aún la espina que en el surco
se hincó, las cicatrices duraderas.
Oh remate de músculos y nervios,
soldados de la marcha, incombatibles!
Base inmortal sobre la cual me yergo
para emprender camino a la ventura,
hacia donde las huellas no retornan.
Duros y buenos pies que no descansan
que nunca se doblegan ni se rinden.
Afírmate raíz, planta, estructura;
palpa la calentura de la tierra
cuando el son de la vida te reclama.
Vinimos por la historia transportando,
abriendo las primeras alegrías,
y vamos más allá de la carreta,
del auto, el aeroplano y la fragata
rompiendo con la marcha las cadenas.
Del libro: Poemas Corporales
Estómago no Llores
ESTÓMAGO de piedra, tú no llores
la cotidiana hambruna que te mata.
Oh máquina de miel, tú fructífica,
nútreme sin cesar así me duela.
Vamos los dos por el camino largo
de la marcha sin pan que ya conoces.
A falta de maíz, yerba tendremos,
cáscaras, tierra en fín, barro, cenizas.
Por tí palpita el corazón de hierro,
y el músculo se estira y forcejea.
Eres el ojo de agua en el desierto;
la brasa en el fogón, bajo las ollas;
la mina de la sangre, la sonrisa;
la plenitud del hombre, su piloto.
Roja fragua de leche, tu no llores.
Aunque te lleve asido a las costillas
tritura la miseria y...adelante...
para vengar el hambre de la tierra,
hacia el sonoro día en que todo sea
campos de amor y pan y alegrías.
Del libro: Poemas Corporales
Oh Huesos, Basamento que me Siembra
Oh huesos, basamento que me siembra
vertical sobre la tierra, a plomo.
Oh sencillos, humildes, no cantados,
nunca reconocidos, siempre anónimos.
Sólo un recuerdo póstumo que yace
cuando al morir la carne aún persevera...
la blancura de formas, la armonía
sobre el desierto y mudo panorama.
Cantando a la blancura, a la sagrada
misión de sostenerme cuando marcho
y frente a mí la noche tambalea.
Yo voy enflaqueciendo palmo a palmo.
Tal es la vida cruel, tal el futuro,
que un día, pronto tal vez, sea puro huesos
y así como una monda calavera
la ruta seguiré, porque aún muriendo
no se pierde del todo la batalla.
Del libro: Poemas Corporales
Las Normalistas son Blancas
Las normalistas son blancas como un pueblo de azucenas,
como un pueblo de palomas y una cúpula de estrellas.
Los caballos de la luna dejaron sobre la arena
sudor de nácar y plata con lagunitas de higueras,
y seiscientas niñas niñas, como seiscientas muñecas,
tomaron agua de luna para vestirse de estrellas.
Las normalistas son blancas,
blancas de risas ligeras.
Cuando van subiendo el llano
van sembrando una quimera.
La tarde se va poniendo
detrás de las cabelleras,
con anillos de sardinas
y con nubes de cadenas.
La tarde se va llorando.
La tarde no quiere verlas.
Cuando van bajando el llano
van quitando las linternas.
El llano queda gimiendo.
El llano quisiera verlas.
Cuando van subiendo el aire,
aire de luz, luz de idea...
¡Cómo va quedando el cielo
tupido de madreselvas!
Y la voz se va quedando
música dentro la Escuela,
cuando las seiscientas niñas
sus cansados ojos cierran.
La noche las hizo blancas como blancas lunas nuevas,
como los sueños del monte se hicieron agua en las tejas.
La noche de manos suaves con madrugadas de seda,
las hizo de caras blancas y de negras cabelleras.
Las normalistas son blancas como un pueblo de azucenas,
como un pueblo de palomas y una cúpula de estrellas.
Del libro: Punto ‘e Llanto. 1948
Arcoiris en Doce Colores o Poema de un Pueblo
(fragmento)
Rojo
Las tunas y las sandías
lloran sangre dilatada...
La calle corre prendida
desleída y bifurcada...
Cuando una rosina cae
una rosa la reemplaza.
La niña la rosa corta
y en el cabello la encaja...
Violeta
Barrancos
y serranías muy distantes...
Guirnaldas
Y las ojeras de las muchachas...
Muy Negro
Le beso
la boca
a mi chola amada.
Cuando los faroles
por Jesús se apagan...
Música de grillos,
cantares de ranas...
Noche de febrero
y orquídeas moradas...
Gris Final
Gris...
Muy gris...
Grisada...
¡Silencio...!
¿Qué pájaros comprimidos
traen en sus picos de oro
las prendas de la mañana?
Del libro: Punto ‘e Llanto. 1948
Estos Ojos Surgir Vieron la Bestia
ESTOS ojos surgir vieron la bestia
en la vaquera noche sin orillas.
Vi la estaca nacer, los alambrados
recorrer las antiguas serranías,
y al paso no dejar un palmo abierto
donde clavar su rancho el fugitivo.
Yo vi sajar la Patria en dos pedazos,
repartirla y clavar otra bandera
extraña como garra de leopardo.
Por mis ojos los pies van colocando
sobre el reseco polvo del camino
el gran rompecabezas de la vida.
Parto siempre a la meta, aunque anochece
voy mucho más allá de los crepúsculos.
Adelante una estrella, atrás la noche,
sobre mi frente el oro del ocaso,
y aleteando conmigo una esperanza,
porque los ojos son para la marcha
y no para los llantos afligidos.
Del libro: Poemas Corporales
Charco de Agua
La lluvia dejó un charco de agua,
como un anteojo
en la mitad de la plaza.
¡Charco de agua!
En el piso están las nubes,
por abajo pasa el cielo...
Y en el cielo está la torre de cemento.
Las casas son acordeones.
Los carros pasan y pringan.
Y cuando pasan las niñas...
nube,
cielo,
torre,
casas de acordeones tiemblan...
cuando van ya muy arriba
de las piernas.
Del libro: Punto ‘e Llanto. 1948
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