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domingo, 4 de noviembre de 2012

BORIS RIZHY [8406]



Boris Ryzhy
Boris Borisovich Ryzhy o Ryzhii (ruso : Борис Борисович Рыжий, (septiembre 8, 1974 a mayo 7, 2001) fue un poeta ruso.  Algunos poemas de Ryzhy han sido traducidos al Inglés, italiano, alemán, holandés y serbio. 
Se suicidó el 7 de mayo de 2001, a la edad de 26 años. 

En el momento de su muerte, la reputación de Ryzhy había florecido y estaba empezando a recibir el reconocimiento como uno de los principales poetas de su generación. Fue galardonado con el Anti-Booker Prize y aceptó una invitación para el Festival de Rotterdam Poesía. Su suicidio, considerado por muchos escépticos como una súplica desesperada para el reconocimiento y la fama. 

Desde su muerte en 2001, su poesía ha sido elogiada y se añade al canon de los poetas rusos. Numerosos poemas seleccionados y colecciones de su poesía se han añadido a los volúmenes de literatura esencial en los últimos años, y ha ganado gran popularidad por sus versos, que son a veces vulgares y arrogantes, a veces formalmente magistrales y con reminiscencias de la Edad de Plata de Rusia.

Curiosamente, su reputación ha sido lenta en crecer fuera de Rusia. Pero desde su muerte, algunas traducciones han aparecido en Inglés, italiano, alemán y holandés.





CIELO NEGRO

… En el cielo negro una estrella blanca,
ella existió y existirá para siempre,

los finos rayos nos alcanzan…
pero mejor prendé las luces

y alejate de la ventana oscura,
acá estás solo, y en otro lugar ella está sola,

y no hay nada para decir,
la mudez no se comparte.






"Una vez el maestro vio que Boris escribía la mesa.

— ¿Rizhiy, usted también garabatea la mesa de su casa?
— Sí…

Todos empezaron a reír. Pero yo más tarde pude comprobar que Boris había dicho la verdad.  Cuando conocí su casa, vi que una enorme hoja envolvía  por completo el escritorio de Boris.  Él utilizaba cada espacio de esa hoja, y después la sacaba y la cambiada por una nueva".
                              (Irina Kniazeva)







... Como un niño me escapé de la clase
porque no puedo
escuchar el delirio resonante de los maestros.
Deambulo por las avenidas vacías,
me siento en el banco húmedo
y observo el cielo azul.
En el cielo nadan los barcos,
porque es el fin del mundo.
... Y como un flecha de reloj
la estrella dirige su rayo hacia allá,
donde en el borde de mi corazón,
no hay nada excepto dolor.






En el funeral de alguien desconocido,
de un colega huraño,
me invadió ese miedo inexpresable,
no supe qué decir sobre el hombre.
Me encontré con él sólo una vez,
de casualidad, en un pasillo,
su rostro entre el humo azul
de un cigarrillo que ya pasó de moda.
El sudor rodaba por su cara gorda.
Tenía labios grandes y torcidos.
¿Sabe usted que pasado mañana
van a visitarlo sus amigos y va a sonar la música?
Pero no lo ángeles. Es que ellos odian los cuerpos, 
los ataúdes, las tumbas.
Ellos se secan las lágrimas y lo esperan, querido amigo.
... Son sólo palabras, palabras, palabras,
palabras, y esta sensación de deber que me desborda,
estuve tres minutos cerca del foso,
desgraciado, mudo y un poco borracho.








Donde se desgarra la memoria, comienza una película vieja,
una música vieja sin sentido.
Cesó la lluvia en el parque del descanso y no puedo explicar
el intenso perfume de las lilas en esta primavera.
Tomar el décimo tranvía, salir, pasar bajo el arco de Stalin:
todo es igual a como era antes, hace mucho tiempo.
Acá me tomaban de la mano, acá me tomaban en brazos,
acá, al aire libre, pasaban una película.
El arte mostraba los mismos sentimientos:
este parque del descanso, al muchacho en brazos.
El pasado infinito, marcado de una manera opaca,
le impide al futuro despegar.
Por nostalgia, jugando, o por borrachera
pasear en el teleférico encima de los pinos, hasta el cielo,
pero aun así es imposible comprender
si la guerra ya pasó o si no hubo guerra.
Todo en blanco y negro, las madres caminan con sus hijos,
el maldito altavoz canta algo victoriosamente.
Viví tanto tiempo en este mundo, cómo pude sobrellevar 
este corazón agitado,
lágrimas, y hasta lo contrario.







... Cerca de la avenida del jardín municipal
 me dijo acomodándose el moño:
« Boris, no me gustás cuando sos así ». Y yo a vos
— ay, ay —  te amo como sea.
 Beso la mano en el viento.
Arranco una violeta azul
porque voy a morir mañana.





DOS ÁNGELES

... Me gustan los cuentos infantiles,
las linternas, los montes, los trineos,
las insignias, los globos,  los petardos,
las roscas, los dulces, los juguetes.
... Las semanas de angina
para que alguien se siente en la cama
y no me suelte la mano
— nunca más — en la tortura infernal.



Traducciones de Natalia Litvinova



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