Delia Adassa McDonald Woolery.
Escritora afro-costarricense y afro-panameña. Nació en Colón, Panamá, en 1965. Tiene estudios en capacitación de adultos y biología marina por la Universidad Nacional de Costa Rica. Entre sus obras publicadas, sobresalen: El Séptimo Circulo del Obelisco (San José, Ediciones del Café Cultural, 1993); Sangre de Madera (San José, Ediciones del Café Cultural, 1994); La lluvia es una piel (San José, Ministerio de Cultura Juventud y Deportes, 2002). Ha publicado en diversas revistas literarias de Costa Rica, Puerto Rico, México, Nicaragua, etc. Es activa socia de la Asociación Costarricense de Escritoras y ha participado en múltiples encuentros y talleres poéticos a nivel nacional e internacional.
En Costa Rica, donde no existe una producción indígena contemporánea de autor, se desarrolla más decididamente la poesía de origen afrocaribeño, sobre todo gracias a la aportación actual de dos mujeres poetas: Eulalia Bernard y Delia McDonald, la primera presente en la escena literaria del país desde 1976. En este nuevo contexto, la producción poética de Eulalia Bernard, antes tan invisibilizada, empieza poco a poco a aparecer, a medida que otras voces poéticas afroamericanas irrumpen en la escena literaria. En un caso similar se encuentra Shirley Campbell, aparecida a finales de los años ochenta. Ella vuelve a hacer sentir su mundo poético con el libro Rotundamente negra (1994), cuyo proyecto de sentido es claro desde el título.
Delia McDonald continúa la línea de Bernard en cuanto reivindica las voces de su etnia, sumando a esas intenciones el rescate de la cotidianidad del sector social y la valoración del ambiente geográfico y cultural ocupado por los afrodescendientes en el país. El sentido de pertenencia a la negritud es el hilo conductor de su más importante libro La lluvia es una piel (2000). Reflexionando sobre este texto de McDonald, Dorothy Mosby y Franklin Perry se refieren a la existencia de una estética negra que según su definición defiende los valores de la etnia y el orgullo de la pertenencia, en un movimiento identitario de afirmación positiva y celebratoria.
DEL POEMARIO "LA LLUVIA ES UNA PIEL"
3
Nací negra,
porque soy el sol.
Nací de agua negra,
mar tranquila
brujería de huesos
en el andar.
Y como berimbao
soy leyenda
y como el silencio,
el cantar de los cantares.
8
A punto de nacer,
fui llevada al templo Hungan,
-de la magia y memorias
en los pueblos antiguos-.
por los dioses del Smungo, y del Obeteath,
porque mis ancestros reclamaban eso...
y trajeron a los Loas/Leadbacks del
Panteón Vudú congregaron a los dioses
y señores de la tierra
en tiempo de lluvia y
como sacrificio quemaron
incienso de arena,
para que yo,
-mitad mujer,
mitad espíritu
de todo lo desconocido-.
viniese a ocupar un lugar en la tierra.
25
Como todas las negras, mis tías saben coser.
Por las tardes, construyen vestidos e ilusiones
De los retablos de las colchas y, a veces,
igual que yo oyen voces;
es el hilo con que tejieron sus vidas.
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