LEONARDO MANCINO
Leonardo Mancino nació en 1939 en Camerino (Macerata) y murió en 2010 en Civitanova Marche (Macerata).
Entre otros libros, ha publicado: Tutto è luce, In tema d'esistenza y La bella scienza.
MARIANNE
Y esta piel
entre las grietas romanas y las campanas
de la mañana
entre fuegos y rocíos
con aquellas carreras en el viento
y aquellos lazos hacen poemas
se desnuda lentamente
en el cielo la paloma en el cénit
alta divergente en el vuelo
la canción
en pocas notas maliciosas
insinuante se enreda
una danza
(apareció desapareció
se acurrucó en el refugio de los pensamientos
expresados por el silencio)
Marianne, las semillas de la manzana,
desplegada en la palma de la mano
abre las hojas
juega con la sombra de la luna
entrelaza salterios, canta sueña
viaja por la noche y gime.
MARIANNE
E questa pelle
tra le fessure romane e le campane
del mattino
tra fuochi e rugiade
con quelle corse nel vento
e quei legacci fanno poema
si spoglia lentamente
nel cielo la colomba allo zenit
alta divergente nel volo
la canzone
in poche note maliziose
insinuante s'attorniglia
una danza
(parve disparve
s'aggomitolò nel rifugio dei pensieri
espressi dal silenzio)
Marianne, i grani della mela,
spiegata nel palmo della mano
apre le foglie
gioca con l'ombra della luna
intreccia salteri, canta sogna
viaggia per la notte e geme.
ALTANERA Y PAGANA LA VIDA
Y será la muerte la que devolverá su justo
sentido a las fichas del juego
la que restituirá a las estaciones las luces
de la noche, a los convoyes en carrera
su somnolienta ondulación,
al verano el olor del heno y de la carne.
Altanera y pagana miras dentro
del dócil mar: acaso hoy sea menos vaga
una pregunta desoída.
Nos han enseñado así los días que sufrir
en el ángulo del ojo sorprendido
y sobre la vela hinchada de la sonora carcajada:
porque la belleza es fuego que enfurece las narices.
ALTEZZOSA E PAGANA LA VITA
E sarà la morte a rimettere in giusto
senso le tessere del gioco
a restituire alle stazioni le luci
della notte, ai convogli in corsa
il sonnolento ondeggiare,
all'estate l'odore del fieno e della carne.
Altezzosa e pagana guardi fin dentro
il docile mare: forse oggi è meno vaga
una domanda inascoltata.
Ci hanno insegnato così i giorni da subire
all'angolo dell'occhio sbalordito
e sulla vela gonfia della risata squillante:
che la bellezza è fuoco che infuria le narici.
Traducido por CARLOS VITALE
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