ANTONIO FERNÁNDEZ FERRER
Granada, 1952. Poeta, ensayista y traductor.
Licenciado en Filología Moderna, Antonio Fernández Ferrer es profesor de Didáctica de Literatura Angloamericana en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Granada, catedrático de Secundaria y doctor en Filología Inglesa con una tesis sobre el lenguaje poético de la autora norteamericana Emily Dickinson.
Junto a Antonio Mata, Enrique Moratalla y Carlos Cano, entre otros, formó parte del movimiento músico-poético “Manifiesto Canción del Sur”, coordinado por el poeta Juan de Loxa. Sobre lo que representó este grupo de cantautores en la Andalucía de principios de los setenta se editó, en 2004, un documentado libro titulado De la memoria contra el olvido: Manifiesto Canción del Sur, del escritor y pedagogo Fernando G. Lucini.
Ha participado en revistas literarias y colectivos poéticos, y es autor de los libros de poemas Entre los sauces (1995), Cumplida ofrenda (1998), Transparencias (1999), En el remanso de tu oasis (2002) y Versos amarrados por silencios, traducido al inglés y al árabe (2006).
Como traductor ha colaborado con el Ministerio de Trabajo en la traducción a lengua española del libro The Skilled Labourer (El obrero especializado) en 1987, con el Programa STOA del Parlamento Europeo (Luxemburgo, 1992), y realizó la versión inglesa del libro III Milenio. Tolerancia de Pere Pons y Ángel Ramazzi, presentado en la sede de la UNESCO en París (1999).
En el campo de la didáctica del Inglés es coautor de Understanding literary texts (Granada, 1993), Making friends with rhymes (Valladolid, 1994), Introduction to American literary texts (Granada, 1996) y Authentic English (Granada, 1999). Es miembro de „Modern Language Association‟ (New York, USA) y de „Emily Dickinson Scholars Registry‟ (Baltimore, USA) desde 1999.
Ha sido profesor visitante de la Universidad de Granada en el Programa Internacional Erasmus, y ha impartido seminarios y conferencias en las universidades de Salónica (Grecia), Jelling (Dinamarca), Humboldt (Alemania), Viena (Austria), Praga (República Checa) y Parma (Italia).
Es autor de los ensayos Poemario Mínimo de Emily Dickinson (2000), El lenguaje poético de Emily Dickinson (2001), Aproximación a la poesía de Emily Dickinson: aplicaciones didácticas, traducción y musicalización de poemas de 1862 (2001), Proyección didáctica del texto poético en lengua inglesa (2003) y La canción folk norteamericana: cantautores y textos (2007), así como la Antología de cantautores folk norteamericanos en formato DVD (2006).
Actualmente, traduce textos de la “Generación Beat” (Kerouac, Ginsberg y Burroughs) como continuación al estudio que comenzara en 1999, en colaboración con el Dr. Pérez Abad, titulado “Ginsberg and Mudrooroo: two distant voices”, publicado en Melbourne (Australia).
En palabras de José Lupiáñez, “Antonio Fernández Ferrer es un poeta colmado de naturaleza, como decía Juan Ramón, un poeta que se cumple en ese territorio que no solo es paisaje o decorado, sino continuación, proyección de sus estados de ánimo” (El faro, 20 de mayo de 1995, p. 40).
Reseñas destacadas sobre su obra, en permanente actualización, están disponibles en la siguiente dirección electrónica:
http://www.ugr.es/~afferrer/RESE%D1AS%20BIBLIOGR%C1FICAS.htm
OBRAS DE ~: Poesía: Entre los sauces, Granada, 1995; Cumplida ofrenda, Colección “Escritos de la Mala Lengua”, Granada, 1998; Transparencias, Colección “Ínsula de Barataria”, Granada, 1999; En el remanso de tu oasis, Salobreña (Granada), 2002, y Versos amarrados por silencios, Casablanca, Marruecos, 2006. Ensayo: Poemario Mínimo de Emily Dickinson, Alhulia. Salobreña (Granada), 2000; El lenguaje poético de Emily Dickinson, Alhulia. Salobreña (Granada), 2001; Aproximación a la poesía de Emily Dickinson: aplicaciones didácticas, traducción y musicalización de poemas de 1862, Editorial Universidad de Granada, 2001; Proyección didáctica del texto poético en lengua inglesa, GEU, Granada, 2003; Antología de cantautores folk norteamericanos (en formato DVD), Australis Publishers Limited, Australia, 2006; La canción folk norteamericana: cantautores y textos, Editorial Universidad de Granada, 2007.
No hay voz que quiebre el silencio del agua bajo el alba,
sólo una tibieza que diluye las estrellas
Estremece sentir la mañana que vibra, virgen,
como si nadie estuviese despierto.
(Cesare Pavese)
Dado que el tiempo es la esencia de la pureza del discurso,
el lenguaje es el flujo libre de la mente en secretas ideas personales,
una forma de expresar el objeto de la imagen.
(Jack Kerouac)
EN EL ALBO PROFUNDO DE UN POEMA
Ya sabes que
hay versos
que manan audaces,
renacidos,
inventados de otros versos,
inconscientes,
sublimes y recatados,
asilados
en un perenne anonimato,
cual joya perdida en el rincón
de un arca relegada,
como savia fluida
de lecturas bendecidas
por candiles
de cera sin retorno...
ya sabes que
las líneas de un poema
se concitan
entre penumbras,
y, al cabo,
se lamentan
de pleitear con palabras
que no fueron
su lindero concebido,
sino elegido vecino
entre sinónimos
liberados
de un confinado y atestado
armario
de recuerdos...
y uno,
frente al albo profundo,
atiende sus silencios,
pariéndolos livianos,
y así
reinventarlos
en el boceto virgen
de una estrofa,
pausando con ellos
el discurso más meditado,
reencarnación
de una breve historia
solapada
a la ajironada piel
de nuestro yo más intenso.
A WILLIAM BURROUGHS Y ALLEN GINSBERG
In memoriam
La llama de la impotente vela
se diluye
sin alientos
que la decapiten,
y en su suicidio
la bendice
mi silencio,
ahogado en su cabo
cual alma entregada
a lo sublime.
Maniatado me resisto,
arrastrando mis entrañas...
y al fin repto,
con los dedos por lágrimas
humedecidos,
hacia inalcanzables oteros
alfombrados
de inquietudes
y tibiezas.
Venzo...
...y la cera se hace virgen
en el candelabro
que a los tres nos acompaña.
LO QUE HABÍA TRAS UN TACHÓN
A Miguel Ángel Hernández
Capitulado y aniquilado de nuevo,
me sobrecoge el alba clandestina,
deseada desde el vacío de esta noche,
invitada perenne a inacabados soliloquios
y cercana a los versos que me resumen.
Inquietas palabras se arremolinan
en mis níveas y taciturnas sienes,
anhelando cesáreas indoloras
que las paran virginales
para ser cuna y nombre de mis dudas.
Sórdidas líneas impasibles se alinean,
y conforman pensamientos
en un poema,
que nació prematuro
en su larga y esperada concepción.
A TI, EL INNOMBRABLE
Te he acogido en mi seno
despreciando tu llegada sigilosa,
inusitada,
nocturna y cobarde.
Te he ofertado mi cuerpo,
rehén canjeado,
cercano a tu presencia,
ya lejana en mi memoria veinteañera.
Has rechazado ilusiones,
plegarias no rezadas en noches eternas,
y versos inmolados
en tu maldito nombre.
Has sembrado simientes
en el barbecho de un poema,
y has agostado primaveras en flor
con tu inminente llegada.
Te abomino y calumnio por ello,
cáncer,
y desde lo más profundo de mi ser
puedo hoy desafiarte :
Has muerto.
Y en tu vencida soledad
no habrá lágrimas
que acompañen tu macabro féretro.
FUGAS 1980
Siento
saberme
solo,
sin
sentirme
simplemente
siglas,
signo
soy,
sepulturero
sepultado,
serafín
santificado,
señalada
serpiente.
Siento
saberme
solo,
sublimando
sentimientos,
simientes
sempiternas.
Solamente sé saberme solo,
sigo
siendo
santuario
sumiso.
EN EL REMANSO DE TU OASIS
A Adelina
Imaginarte frágil
en tu fortaleza inaccesible,
remediar algún dolor clandestino
bajo tu pecho
me recorre las venas,
cual fluido amargo e impotente,
mendigando tu presencia.
Saberte consolada y plena,
desde ésta vacía soledad,
evocar tu nombre
en lo profundo de esta noche,
me sacude
como un junco abandonado a su destino,
y caduca las hojas que me visten.
Colmarte de amor el cuerpo,
tibio lecho en fríos amaneceres,
saciar mi sed
en el remanso de tu oasis
me seduce y estremece
frente al horizonte que hoy me contempla
junto a tu cercano recuerdo.
BAJO LOS TILOS
I
De un húmedo sueño,
reclamado entre penumbras,
le despiertan,
intemporales,
sus caricias
y en absoluta entrega
recolectan cosechas
de anhelados y fugaces encuentros.
Engalanados de requiebros
innombrables,
perecen diez segundos
mensuales,
y brotan,
cual semilla germinada,
del amor entre las sábanas.
II
Me entristece otear
la sesgada proa de mi barco
en el horizonte ;
levar anclas en boreales auroras,
reflejos de la estrella
que,
junto a mi,
viaja ;
resurgir de cenizas,
poros abiertos
de mi piel aletargada,
en la mediterránea orilla
que maternalmente me cobija ;
declamar en voz baja,
los versos que en matrimonio uno,
diarias ceremonias concelebro,
y observar su infidelidad
en la distancia.
III
Si sesgado estoy
por tu guadaña
he de renacer indemne a tu recuerdo,
tronco de roble
y no brizna que lleve el viento.
Si vencido fui
por tu palabra
no ha de ser un eco muerto
mi réplica,
sino vehemente grito en la alborada.
GRANADA MCMLXII
A Luis Fernández Ferrer
Calle de barrio empedrada,
angosta y otoñal,
plomizo atardecer de Noviembre...
olor a lluvia de invierno
y aula de colegio atestada de baberos
saciados de almidón;
tardes fugaces
y noches semieternas,
sabores a pan y aceite...
álbum de fotos enlatado
en dulce de membrillo,
nido de desamores y conquistas;
rostros bronceados
de chocolate
en polvo...
calzones a media pierna,
y rótulas agrietadas,
castigo de juegos en el olvido;
ecos de patio de vecinos,
y serial lacrimógeno
en la distancia...
Matilde, Perico y Periquín,
recuerdos salpicados de nostalgia
y remiendos casi incólumes en la ropa;
caja de cartón saturada de agujeros,
ventana a la vida
de gusanos en metamorfosis...
caligrafías escolares
con borrones
y “oes” encanutadas;
arrimados versos,
y besos,
a Maripili...
recosidos balones de cuero,
impávidos testigos callejeros
de represiones ignoradas;
maternales bolsas de tela
colmadas de canicas de barro,
china y cristal...
letanías y consignas recitadas al unísono,
diario chequeo
de adhesiones infantiles a lo absurdo;
atirantadores de colchonetas
y cambistas varios
difuminando su reclamo calle abajo...
braseros avivados en la noche
con madera y picón…
y algún sabañón furtivo junto a la oreja.
AL CLAREAR
A José Luis Martín
Han quedado noches en el camino
sin desafiar aquel aire ebrio
de confidencias,
y días inextinguibles
en los que,
entre libertad, vino y choco,
fueron posibles los sueños...
era inevitable,
demasiadas palabras para lo efímero,
frases preñadas
de astuto y taimado ingenio,
agotadores y melancólicos
amaneceres,
subyugados por sopores de humo y flexo,
y obsesiones prematuras
por llegar al infinito.
Si alguna vez te reencuentro,
Amigo,
dejemos que el silencio
agoste heroicas y lejanas memorias,
saciemos el presente con la certidumbre
de que tal vez todo
no podría haber sido distinto,
y confesemos nuestra impotencia
ante el irrefrenable desfile
de algunos lustros
contados en acompañada soledad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario