YANNIS YFANTÍS
El poeta, traductor y ensayista griego Yannis Yfantís nació en 1949 en Raína. Estudió Derecho en la Universidad «Aristotelio» de Salónica, donde también asistió a clases de Filosofía, Arqueología y Astronomía. Ha colaborado en periódicos griegos y extranjeros, en casi todas las revistas literarias griegas y en muchas extranjeras. Trabajó dos años en la Radio Estatal de Salónica, presentando los programas Poesía griega y mundial y En el fondo es uno el tema. Ha dado conferencias sobre Rimbaud, Seferis, Ritsos, Elytis, Kavafis, Kazantzakis, en colegios, institutos, en la Universidad «Aristotelio» de Salónica, en centros espirituales y galerías de Atenas, Salónica y en la periferia. Algunos de sus poemas se han traducido al italiano, al búlgaro, al inglés, al francés, al árabe, al finés, al ruso, al español, al chino, al serbo-croata, al kurdo, al hebreo y al alemán. El libro Las metamorfosis del cero (Οι μεταμορφώσεις του μηδενός, Ekdosis Aj, 2009) incluye toda su producción poética hasta el momento: los libros Mantraspenta, El espejo de Proteo, Poemas bordados en la piel del diablo, Templo del mundo, Amor, invicto en la batalla (el título proviene del verso 785 de Antígona; vid. Sófocles, Tragedias y Fragmentos, traducción de Mariano Benavente Barreda, Madrid, Ediciones Clásicas, 1999, p. 441), Máscaras de la nada y Bajo el icono de las estrellas. Otros libros suyos: Signos de memoria inmortal, Ideograma de la serpiente, Místicos de Oriente (recopilación y traducción de textos sufíes, hinduistas, taoístas y zen), El jardín de la poesía: 4500 años de poesía extranjera, Arquetipos, En las playas de Homero: 3000 años de poesía griega.
El poeta, traductor y ensayista griego Yannis Yfantís nació en 1949 en Raína. Estudió Derecho en la Universidad «Aristotelio» de Salónica, donde también asistió a clases de Filosofía, Arqueología y Astronomía. Ha colaborado en periódicos griegos y extranjeros, en casi todas las revistas literarias griegas y en muchas extranjeras. Trabajó dos años en la Radio Estatal de Salónica, presentando los programas Poesía griega y mundial y En el fondo es uno el tema. Ha dado conferencias sobre Rimbaud, Seferis, Ritsos, Elytis, Kavafis, Kazantzakis, en colegios, institutos, en la Universidad «Aristotelio» de Salónica, en centros espirituales y galerías de Atenas, Salónica y en la periferia. Algunos de sus poemas se han traducido al italiano, al búlgaro, al inglés, al francés, al árabe, al finés, al ruso, al español, al chino, al serbo-croata, al kurdo, al hebreo y al alemán. El libro Las metamorfosis del cero (Οι μεταμορφώσεις του μηδενός, Ekdosis Aj, 2009) incluye toda su producción poética hasta el momento: los libros Mantraspenta, El espejo de Proteo, Poemas bordados en la piel del diablo, Templo del mundo, Amor, invicto en la batalla (el título proviene del verso 785 de Antígona; vid. Sófocles, Tragedias y Fragmentos, traducción de Mariano Benavente Barreda, Madrid, Ediciones Clásicas, 1999, p. 441), Máscaras de la nada y Bajo el icono de las estrellas. Otros libros suyos: Signos de memoria inmortal, Ideograma de la serpiente, Místicos de Oriente (recopilación y traducción de textos sufíes, hinduistas, taoístas y zen), El jardín de la poesía: 4500 años de poesía extranjera, Arquetipos, En las playas de Homero: 3000 años de poesía griega.
Buena parte de este material está disponible en su página web: http://www.yfantis.gr/bibliography.htm. Yfantís también edita una revista en la red: http://ah-ach.blogspot.com/.
YANNIS YFANTÍS (VEINTE POEMAS)
Traducción, prólogo y notas: Mario Domínguez Parra
PRÓLOGO
Como traductor de literatura neogriega me encuentro a diario (como tantas veces he dicho en voz alta y por escrito: «παλεύω κάθε μέρα», «lucho cada día» para no perder mis conocimientos del idioma) con la dificultad de vivir lejos de Grecia. Apenas puedo hablar griego en la ciudad donde vivo (con unos amigos a los que por desgracia no veo con frecuencia). Lo hablo sobre todo conmigo mismo (hace no mucho lo hablaba a diario con mis gatas siamesas, pacientes interlocutoras, hasta que decidieron no escucharme más) o cuando leo en voz alta a poetas cuya obra estoy traduciendo.
Esa lejanía es compensada por la maravilla llamada Internet. Hoy en día, por fortuna, es mucho más fácil contactar con escritores/as de cualquier parte del mundo por medio de sus blogs, en los que publican textos originales y traducciones. Gracias a la red, mantengo correspondencia con una serie de poetas de Grecia que escriben y publican actualmente (también con poetas sin un solo libro publicado todavía), desde los/las que nacieron durante los años cuarenta hasta los/las que comienzan a publicar libros de poemas, nacidos/nacidas durante los ochenta. Ello me ha permitido conocer un fragmento, en constante cambio, del hecho poético en Grecia (no hablaría de evolución, y además dejo aparte a los «great dead», a los «grandes muertos», como los llama Clayton Eshleman) desde mediados de los sesenta hasta la actualidad. La mencionada correspondencia (siempre en griego, me fuerzo a ello) está repleta de preguntas sobre lenguaje, sobre expresiones, sobre giros, sobre retorcimientos a los que someten a la lengua griega moderna, que de por sí ya ha sufrido unos cuantos durante los dos últimos siglos.
Puedo, también gracias a Internet, escuchar la radio griega, desde las noticias y las tertulias de todo tipo hasta la emisora de la Iglesia Ortodoxa Griega, todo sea por empaparme de la mayor variedad de temas y tonos de la lengua, por escucharla en todos sus matices.
Para esta ocasión he elegido veinte poemas de Yannis Yfantís, poeta que atestigua artísticamente el periplo de la lengua griega durante más de tres mil años (que nadie cometa el error de decir a una griega o a un griego que las lenguas en que Homero y Hesíodo, Safo y Píndaro, Platón y Aristóteles escribieron sus obras son lenguas muertas, error que yo cometí en su momento). Yfantís asimila antiguas tradiciones poéticas como contemporáneas de su propio logos, dialoga con ellas (como ejemplo de esto, su poema «Η συμπαράσταση της Σαπφώς», «La solidaridad de Safo», en el que Safo contesta una llamada de teléfono del poeta con dos versos, uno en griego antiguo y otro en griego moderno), las entrelaza con preocupaciones políticas y sociales de la Grecia contemporánea, anuncia debacles que ocurrían y ocurrieron hace más de treinta años en poemas que parecen escritos hoy mismo, en medio de los enfrentamientos que tienen lugar en la plaza de Síntagma, frente al Parlamento, en Atenas.
El volumen Las metamorfosis del cero (Οι μεταμορφώσεις του μηδενός, Εκδόσεις Αχ, 2009) recoge toda la obra poética de Yfantís publicada desde 1977, con la adición de algunos poemas inéditos. Este extraordinario libro contiene poemas que vuelven su mirada lectora a diversas civilizaciones y sus textos: la Antigua Grecia, India, China, Persia. Ese interés también cristalizó en el libro Místicos de Oriente (Μυστικοί της Ανατολής, Εκδόσεις Πατάκη, 2000), en el que Yfantís compila traducciones, con sus correspondientes y personalísimas glosas, de textos escritos por místicos sufíes, hindúes, taoístas y budistas zen. Algunos de sus poemas se remontan a estas creencias y civilizaciones, poemas escritos de un modo que parecen contemporáneos de esos místicos, escritos a su vera, o incluso escritos por alguno de ellos. «Πάντα εδώ» («Siempre aquí») es un ejemplo de este afán del poeta por hacer de cualquier época su época: la figura del poeta que trasciende lo temporal para escribir un único poema que es todos los poemas. También están los dedicados a la escritura poética y a la posición del poeta y su mester en la sociedad (no sólo griega) de hoy en día, siempre con ingenio, con ironía y con la conciencia de estar al margen. Y dentro de su panóptica atención a las formas poéticas, la lectora o el lector podrá admirar su reescritura de la poesía popular griega, en concreto su propia versión de las «μαντινάδες» cretenses.
Yfantís, con sus propias palabras: «βρίσκομαι εδώ· βρίσκομαι πάντα εδώ», «estoy aquí; estoy siempre aquí».
QUERRÁ DECIR
Ahora abro puertas que son sólo mías
Cualquiera ahora abre sus puertas
Cualquiera ahora ve sus
propias cosas.
Y si por azar nos encontramos ante las mismas cosas
las vemos
cada cual de colores y formas
diferentes.
Y si por azar las vemos con
los mismos colores
y bajo las mismas formas las vemos
no en la misma posición
no desde la misma posición
no al mismo tiempo.
Y si exactamente vemos las mismas cosas
en la misma posición desde
la misma posición
del mismo color y
bajo la misma forma
exactamente al mismo tiempo
querrá decir
querrá decir que abrimos la
última
puerta.
ESPACIO-TIEMPO
Tres días antes de morir el vecino
su perro aullaba, viendo
las fases de la muerte en el futuro.
Qué milagro, un perro
como el dios del Eclesiastés
que ve pasadas todas las cosas
a una distancia de tres días un perro
distinguió el acto de una muerte.
Yo, no obstante, encuentro que no soy
ni dios ni perro, pero algo
tengo del tedio del dios –
y algo de la tristeza del perro.
EL SUEÑO NAVEGABLE
En otro tiempo un molino en otro tiempo
tuvimos la luna en la jaula*.
Ahora que la luna sigue
libre y gorjea
ahora la casa navega oliendo
a madera recién cortada y a sueño fluvial.
Tenemos aquí nuestros libros con nosotros
nuestras estrellas y nuestras brújulas nuestras armas
nuestros huesos y los huesos de nuestras mujeres
nuestras microscópicas hoces.
Pero nosotros tenemos sobre todo
la fuerza la locura o la sabiduría
para que todo ello no nos sirva.
Deja que navegue nuestra casa hacia donde navega
deja que nos lleve el sueño
allí donde intentábamos no ir
porque no sabíamos, allí
donde no intentábamos
ir
porque no sabíamos. Eh
deja que navegue nuestra casa hacia donde navega.
*Luna como las que tienen en jaulas, en los molinos fluviales, para que Astaroth no mee sobre la harina (Nota del autor).
LA DANZA DEL MEDIODÍA
Patas de roca luz y mar.
En el ardor del mediodía, el aire
Tembló, se espesó y sombras
Se agitaron con susurros flacos y sedientos
Danzando su escuálido exilio
Te arrastré luego hasta la cueva y hacia lo profundo
Sobre la arena te desabroché el cinturón…
Cayó el sol; exhaustos
Extendimos nuestros miembros hacia la infinita
Noche del desierto…
Me despertó la risa de los rayos
Sobre las piedras húmedas;
En tus senos dos guijarros verdes
Tus dientes gemas incrustadas
Y en tus ijares un viento pelágico
Arrastraba su arco refrescando
Los ojos de mi memoria con objetivo
Profundamente nostálgico
y dije: «Levanta
querida,
para coger número
me cansé
de las cosas eternas».
Patas de roca luz y mar.
VIERNES SANTO
Hablando con luz vaciaste el Sol;
ahora el Sol se halla en eclipse
y tú su corona de espinas llevas.
SIEMPRE AQUÍ
No hay tema; estoy aquí; estoy siempre aquí.
Escribí la Canción del Arpista en el 2000 a.C. en Egipto.
Escribí La Odisea en el 800 a.C. en Jonia.
Escribí el Tao Te King en el 600 a.C. en China.
Escribí en el siglo XI en Konya el Masnavi o Manavi.
Concluí exiliado en Rávena la Comedia que Boccacio denominó Divina.
Escribí La Mujer de Zákinzos
Los Cuatro Cuartetos
Zorzal
Mantraspenta.
No hay tema; estoy aquí; estoy siempre aquí.
1985
LIBRO MUNDO
Sólo un libro se ha escrito
y se ha escrito con cosas y no con palabras.
Sólo un libro se ha escrito
y se ha escrito desde el Mundo con el Mundo para el Mundo.
El Mundo es el libro del Mundo.
*
Fin no tiene el Mundo ni principio;
pero el poeta al descubrir el Mundo
es como si lo construyese desde el principio.
*
Sólo hay un libro que leer
y éste es el libro del Mundo.
*
Que escribo querrá decir que leo el libro del Mundo.
Todos mis escritos no son más que subrayados en el libro del Mundo;
todos mis escritos no son más que notas, pinturas,
en los márgenes de sus páginas.
Que escribo querrá decir que muestro a la gente
que intento compartir con ella
la belleza o el horror que leo en el libro del Mundo.
Porque nadie soporta leer a solas el libro del Mundo.
Éfeso, Templo de Ártemis, 1988 A.D.
LA SOLEDAD Y EL MARTIRIO DE MANSUR HALLAY
(26 de marzo, 922, día martes, Bagdad)
Fue acusado
de estimar mucho más a Jesús que a Mahoma;
de escribir libros y de llenarlos
de pinturas, como los griegos
(cosa que la fe prohibía).
Lo llamaban hereje porque decía
que el centro de adoración no se halla sólo en La Meca sino en todas partes.
Y la copa de los fieles rebosó cuando dijo
«Ana al-jaqq» (Yo soy la Verdad) [1].
Lo detuvieron, lo juzgaron, lo condenaron.
Y cuando le cortaron manos, pies, nariz, orejas,
en absoluto gimió, en absoluto habló.
Y cuando le arrojaron piedras permaneció tranquilo como si le hubiesen arrojado flores.
Sólo por un momento se estremeció;
cuando uno de sus amigos se atrevió
a lanzarle una flor.
Entonces se estremeció
y mostró que sufría como si le golpeara una piedra.
EL SEÑOR GLICKSBOURG [2]
«Acate las inclinaciones de un niño
desde el instante en que respire aire puro
pero a un cincuentón que nada sabe
no le vale el respeto».
Por supuesto lo digo por el señor Glicksbourg.
Ya pasó de los cincuenta y todavía
quiere a toda costa el pobre
convertirse en rey de Grecia.
Me pregunto: ¿no lo entiende?
¿Nadie se lo susurró?
«Pero señor Glicksbourg», díganselo, «Grecia
tiene reyes y príncipes,
sus poetas».
Atenas, 1993
VENGO
No sé si fue Ritsos u Homero
el que me convenció para entrar en el Caballo de Troya
teniendo sólo una espada y un espejo.
Vengo del desierto allí donde la arena
es la aflicción de cada forma.
Vengo de las Osas llevando
un fardel de estrellas y sosteniendo
en la mano una máscara de luna.
Vengo de la choza tejida con ramas refulgentes.
Vengo de una casa hecha de espejos.
Vengo del desfiladero curvo como espada
hecha mitad de nieve mitad de flores.
Vengo de las orillas del río montañés
allí donde cataratas ascetas
se mantienen de pie en las pétreas tinajas.
Vengo del Norte; con patines de hielo
dos medias lunas, sin parar me deslicé
sobre las nieves durante tres mil años.
Vengo de las tribus de los tártaros; soy el general
que degolló a Attar [3] y también soy
el mismo Attar y el cuchillo que lo degolló.
Vengo de la negra galaxia de las hormigas que arrastra
una mariposa muerta como si fuese
el velero de un ángel como si fuese
Ícaro tras su caída.
Vengo de Grecia que eleva
con la mano el Peloponeso y disemina
a su alrededor las islas para que no esté
solo extendido en el mar.
Vengo del agujero de una rama podrida
en el que oficiaba en traje de abeja salvaje
o en el que llevaba talares vestiduras de mariposa.
Vengo de allí del atardecer
de Tesalia, donde pastoreé
durante mil años un rebaño de llamaradas.
Vengo del libro de Anaximandro; en él
me encuentro siempre doquiera que vaya.
Me preguntan de dónde vengo.
¿Qué decirles?
No me entenderían.
Y luego
me llevarían atado al psiquiatra.
«Vengo», dije, así de simple, «de Agrinio»,
escondiendo cuanto pude en esta palabra
lo «agrio», la «n», la «i» y sobre todo
la «o», que es venero y veneno,
casa mía y espejo y laberinto (pero sí
el más complejo laberinto y que parezca
tan simple, un ínfimo anillito).
Salónica, 1994
Y SI CUAL DELFÍN
Y si cual delfín salgo del sueño y me sumerjo de nuevo
en el sueño intentándolo
una y otra vez
es porque rondo aquel sueño el más profundo,
el absoluto,
el olvido
del que matutino despertaré al alba del mundo
lirio y agua fría
y con pestañas
rayos.
MICENAS
Llegamos al mediodía y ascendemos
hacia los palacios de Agamenón
el aljibe y los antiguos apriscos. Atravieso
la Puerta de los Leones, siempre
por última vez.
Heroicas, grandes piedras. Y sin embargo
su Puerta Oriental muestra que
los héroes tenían más o menos mi estatura. Oh Sol
mi antiquísima careta áurea, te llamo
y aquí entro en el enorme sepulcro y continúo
y distingo a la derecha una nueva puerta más pequeña y me detengo
y me reflejo
en la oscuridad: Oscuridad.
HISTORIA NEOGRIEGA
Veinte años llevo sembrando tabaco; veinte años de
brotes, escardaduras, riegos,
labranza, más labranza y rastrillaje
y plantación y escarda y riego y acumulación y enristrado y selección e insolado y corte y al final
agavillado
para que venga el mercader a tasar
el 66 por ciento para el estado
el 27 por ciento a su bolsillo
y el 7 por ciento para nosotros
y dentro de ese siete por ciento
estarán abonos, riegos, labranzas, mano de obra,
nuestro curro, nuestras deudas y la vida
que quiere la vida y nada
fuera de ella la consuela.
Si la mitad emigramos
si ya no tenemos seguridad
y no nos saciamos con el descanso y el sueño y la comida
no es porque no trabajásemos
no es porque no ahorrásemos
no es porque no fuésemos los afortunados;
es porque nos robaron y nos roban:
No fueron los persas ni los venecianos
ni los turcos ni los alemanes
sino nuestros
jenízaros de la riqueza y la cultura
políticos y académicos
Iglesia y empresarios.
Es porque nos robaban
y nos roban.
Agrinio, 1976
Notas al texto
1 Esta expresión se halla en uno de los dos «Poemas que le acarrearon la condena» (vid. Mansur Hallay, Diván, edición y traducción del árabe de Milagros Nuin y Clara Janés, Madrid, Ediciones del Oriente y del Mediterráneo, 2002, poema nº 13, p. 59). Nuin y Janés traducen: «Yo soy la Verdad, y la Verdad es Verdad para la Verdad. / Revestida de Su esencia la diferencia no existe».
2 El poeta se refiere a Konstantinos, ex-rey de Grecia, cuyo apellido familiar es Glicksbourg. Las autoridades griegas le pidieron a él y su familia que se identificaran con este apellido como condición sine qua non para entrar en el país, algo que la ex-familia real, algunos de cuyos miembros viven en Londres, no ve de buen grado.
3 El poeta místico persa Farid ud-Din Attar (¿1120?-1220), autor del poema El lenguaje de los pájaros.
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SOBRE MARIO DOMÍNGUEZ PARRA
El poeta, ensayista y traductor Mario Domínguez Parra (Alicante, 1972) es autor del libro de poemas Apolonía (Ediciones Idea, 2006). Maureen Alsop y Joseph Mulligan han traducido poemas de este libro al inglés; Anna Niarakis y Ati Solerti han traducido también poemas de este libro al griego moderno. Como traductor, ha publicado los libros Rastreadores del fin, Ιχνηλάτες του τέλους, de N.G. Lykomitros (Ediciones Idea, 2011), Reyezuelo aparición, Apparition Wren, de Maureen Alsop (Ediciones Idea, 2011) y Escritos breves, Shorter Writings, de James Joyce (Ediciones Escalera, 2012). Ha publicado ensayos y traducciones del/al inglés, del/al griego moderno (una traducción en colaboración con Niarakis) y del portugués en suplementos literarios y revistas: 2C, El perseguidor, Clarín, Periódico de Poesía, Poesía Digital, Casa del tiempo, Las razones del aviador, Cuadernos del Ateneo, Nayagua, Poetry Salzburg Review, Nexo, Vakxikón.
LEER EL RESTO DE POEMAS EN: DVD Ediciones
http://www.dvdediciones.com/cronicas_yannisyfantis_mdparra.html
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