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jueves, 6 de diciembre de 2012

JULIO ZERPA [8806]



Julio Zerpa
Julio Zerpa nació en la ciudad de Cumaná, capital del Estado Sucre, VENEZUELA el 18 de febrero de 1910. Huérfano apenas nacido, ante la temprana muerte de su madre María del Rosario el día 26 del mismo mes y año, es criado por su abuela Aracelis Rivas de Zerpa quien lo colmó de amor, educación y protección. Sus años de la infancia y la adolescencia transcurrieron en su ciudad natal, donde comenzaron sus inquietudes literarias y su devoción por enseñar al prójimo. Sin embargo, en el deseo de continuar superándose intelectual y educativamente viajó en plena juventud a la ciudad de Barcelona, capital del Estado Anzoátegui, donde concluyó sus estudios de secundaria o bachillerato.
Todavía en plena adolescencia y con un título que lo dio a conocer como el “bachiller” Zerpa regresó a Cumaná donde comenzó a ejercer la profesión de maestro o docente en el colegio “Ramos Sucre”. Para esa misma época, cuando contaba 19 años, nació su primera hija a quien en honor a la admirable y eterna ciudad de Roma le puso el nombre de Romalinda, siendo la primogénita de otros 14 hijos, cumpliendo así con la disposición divina del Maestro Jesús cuando dijo “creceos y multiplicaos” con la buenaventura de que sus 15 hijos, aunque no siguieron su camino poético, se formaron, gracias a las prodigios de esa santa madre: Carmencita, quien los educó en el hogar bajo los principios de la honestidad, la responsabilidad, el respeto al prójimo, la lucha por la superación cultural y educativa y el mantenimiento de una gran solvencia moral.
Julio Zerpa, el bardo cumanés, aún en la flor de su juventud pasó a ejercer cargos en la administración pública del Estado Sucre, propiamente en la gobernación durante diferentes periodos y gobernantes, porque prevalecía en él su capacidad productiva y no ninguna canonjía política, por lo ocupó los cargos de Secretario Privado del Presidente del Estado, Concejal, Director de Educación, Director de Política y paralelamente ejerció el periodismo, profesión que fue su gran pasión hasta el aciago día 19 de agosto de 1983, siendo las 6.50 am, a la edad de 73 años, cuando cerró sus ojos para siempre y fue a llevar sus poemas y escritos a la Gloria Divina.
Como periodista fue corresponsal de “La Esfera” y “El Universal” durante muchos años, desaparecida “La Esfera” continuó como columnista de “El Universal” hasta los últimos días de su vida.
Su identificación con la actividad periodística fue la más auténtica, desempeñándola con mucho acierto y veracidad en la madurez de su vida en Caracas, prestando servicios en la Revista del Ejercito y el periódico “Negro Primero”, ambos medios de comunicación  de las Fuerzas Armadas Nacionales, entre 1966 y 1976, donde se destacó su talento, siendo prueba de ello la letra de varios himnos, entre los cuales se destacan el de la Escuela de Transmisiones, y el hermoso lema del Ejercito: “EJERCITO VENEZOLANO FORJADOR DE LIBERTADES”. También se ocupó del deporte, siendo un apasionado del béisbol, a quien les compuso el “Himno al Béisbol” en 1984,  el cual fue aprobado como himno de este deporte por la Federación Venezolana de Béisbol y por la Confederación Panamericana de Béisbol en el año 1986 en la ciudad de Nicaragua ante 32 países miembros en votación unánime.
En 1958, inició una nueva etapa de conocimientos, ya en el terreno práctico, partiendo por visitar los sitios históricos, museos, iglesias y otros sectores donde pudiese hilvanar cualquier remembranza sobre la historia nacional y mundial en todas sus etapas y épocas. Este recorrido cultural lo inicia por todo el país, constatando personalmente la existencia de obras, monumentos y objetos que rebelan la grandiosidad del desarrollo social y la lucha por vivir en libertad y democracia del venezolano, destacándose su admiración por la gesta independentista y sus héroes, dedicándole especial énfasis a la vida de nuestras glorias inmarcesibles: EL Libertador Simón Bolívar, el Padre de Ayacucho y Redentor de los hijos Sol Antonio José de Sucre y el Precursor de la Independencia de América Francisco de Miranda.
Cumplida esta meta, se trasladó al continente europeo donde visitó museos y sitios históricos que le dieron solidez a sus lecturas, las cuales estuvieron soportadas por una biblioteca sin desperdicios, es decir, compendiada de libros de altos quilates literarios e históricos que eran la base de su amplia cultura. En este periplo visitó ciudades culturales y preservadoras del proceso histórico de la humanidad como Madrid, Roma, Florencia, Atenas, Viena, Londres, Berlín, Bruselas, Hamburgo, París, etc.
Para este tiempo comenzó a escribir muchos artículos biográficos de perfil histórico e inicia sus poemas épicos los cantos paralelos a Bolívar, Miranda y Sucre, los cuales traslucen en su contenido poético la historia patria compendiada. Describir a mi padre en realidad es una tarea difícil, principalmente por su personalidad, en mi opinión avasalladora, porque era un hombre de grandes sentimientos humanísticos, sociable por excelencia, de conversación brillante, fácil en la palabra, la cual matizaba con un encantador sentido del humor, además de ser poseedor de una gran cultura, educación, formación e informado de todos los acontecimientos históricos que rigen y cambian la vida del hombre y el planeta.
En su vida íntima se destacó como un amigo que no solo era leal, sincero y afectivo sino que además muy interesante en su trato, no creo que nadie se haya jamás aburrido en su compañía. Como padre con sus hijos fue muy rígido y exigente, especialmente guiándolos para que llevarán como estigma una intachable conducta sustentada en la honestidad, sinceridad, honradez, transparencia y valores morales y humanos a toda prueba. Siempre mantuvo una relativa tolerancia con los varones y a pesar de sus pensamientos vanguardistas, no aceptaba conductas que estuviesen reñidas con la moral, pero a la vez se producía una hermosa contradicción ya que sembró en todos sus hijos ideas sobre la libertad individual en los sentires políticos, culturales y religiosos.
Era muy respetuoso de los puntos de vista y opiniones contrarias a su parecer, lo que se evidenció en su amistad con los obispos de Cumaná, a pesar que en esa época hacia sus pinitos como masón en la Logia de Cumaná, hermandad que era de una solidez a toda prueba. Como esposo su primera prioridad fue el sostenimiento de un hogar donde resplandeció la humildad, el amor, el apoyo mutuo y el respaldo incondicional de su compañera de siempre, nuestra adorable y distinguida madre. Como hombre era galante y enamorado de la mujer por la que sentía una gran debilidad, a pesar de su amor profundo por mi madre, su esposa Doña Carmen Pizzorno Malavé de Zerpa.
Como hombre que miró la vida a través de la poesía tuvo muchas inquietudes acerca del origen, la actuación y la dirección  final del ser humano, teniendo como constante el sentimiento y pensamiento de la existencia de un único Dios Creador y Dador de la Vida. Con los años y cuando ya no tenía porque ser tan severo descubrí un padre bromista hasta infantil en sus juegos, que tenía una especial debilidad por los niños y le preocupaba el desamparo, el frío y el hambre a los que éstos se ven sometidos en el mundo, como lo prueban sus poemas: 25 Sonetos a las manos y un Soneto Prólogo y otros dedicados a los niños trabajadores, lamentablemente extraviados.
Como poeta en ocasiones mostraba un romanticismo sin parangón, pero otras veces presentaba una faceta hermética o expresaba sus inquietudes sociales por un mundo más justo, más solidario, más humano, más pleno de libertad, paz y amistad. Otra atracción de su personalidad eran los exaltados sentimientos hacia El Libertador y los héroes y heroínas de nuestra Independencia, sobre quienes escribió muchos artículos que pudiesen servir de luz y saber para las nuevas generaciones, pero igualmente extraviados.
A su ciudad natal, Cumaná, la amaba con tal profundidad, respeto y admiración como lo demuestra la constante presencia de su terruño en sus poesías, sonetos y décimas y su río Manzanares y su mar eran la musa y savia de su espíritu. Quizás no exista en el mundo un poeta que le haya dedicado tantas hermosuras a su ciudad como lo hizo nuestro padre. Dentro de sus obras poéticas se destacan: 25 Sonetos a las manos y un soneto prólogo; Criba; Cantos a Miranda, Bolívar y Sucre; Cumaná y sus Poetas; Pasos en el tiempo y Cumaná de mis recuerdos. Fue distinguido con la Cruz de las Fuerzas Terrestres en su 2ª Clase (Ejército), Orden Antonio José de Sucre en su 3ª Clase (Gobernación de Sucre) y la Condecoración Héroes del 59 en su única clase (Federación de Beisbol).
En la madurez de su vida convertido en un incansable viajero, me correspondió la suerte de acompañarlo en alguno de sus viajes, hecho de mucha trascendencia en mi vida, porque no solo acompañaba a un padre sino a un maestro de la cultura mundial con quien cualquier persona se ilustraba acerca de la historia y los más importantes acontecimientos, hechos y hazañas  de los lugares visitados y sus héroes, incluyendo los vinos y la gastronomía, donde siempre manifestaba como mucha certeza que el gusto se podía tactar, es decir, tenía la facilidad de convertir algo intangible en tangible a través de la idea y el pensamiento. Además,  sentía una especial debilidad por visitar las iglesias mostrando una profunda admiración por el arte manifestado en el sentimiento de la fe a través de todos los tiempos y espacios.
Finalmente, espero que en la recopilación de las poesías que contienen la presente obra, propuesta por mis hermanos Edwin y Edgardo, concebida por Edwin y patrocinada por la empresa Telocaliza, propiedad de mi hermano Federico y mi sobrino Igor, todos, familiares y amigos logremos adentrarnos en su gran espíritu cuyas alas de acción fueron recortadas por las demandas materiales que su numerosa familia le imponía y por su pronta ida del mundo de los vivos, privándonos no solo de su presencia física, sino de sus grandes conocimientos que eran luz y sabiduría y para quien trataba muchas veces lo sacaba de las sombras de ignorancia en que estaba sumido en cualquier tema específico o generalizado. Sin embargo y para nuestra fortuna nos dejó una herencia imborrable e imperecedera a través del tiempo y el espacio como son sus obras que aquí publicamos y otras que estamos en la obligación de recuperar y publicar como por ejemplo “Héroes y heroínas de la Independencia” .
Con todo respeto a quienes no siendo de nuestro entorno familiar, logren poseer una pieza de esta Antología, entiendan que es natural que mis sentimientos se conjuguen con las ideas que expreso,  porque no puedo sustraer mi amor de hija y el deseo  de expresar la idea justa en la captación de la personalidad de mi padre por todos sus hijos conocido como “Papaíto”.
Benilde Zerpa de Rodríguez Sánchez

LEER SU OBRA:
http://juliozerpa.wordpress.com/




SONETOS A LAS MANOS 

I

Del caos incierto hacia el principio vino 
la mano que labró la arquitectura 
de lo que es y tiene su destino 
entre raptos de goce y amargura.

La que dio al agua paz y torbellino 
y a la luz la transparencia pura 
para que el hombre hiciera su camino 
con el pulso en la fe de su aventura.

Hubo después la conversión del agua 
en vino superior a la cosecha, 
como el milagro por el que la fragua

reduce al hierro en dócil con el fuego, 
y la lucha se escapa por la brecha 
que la mano de Dios abre al sosiego.


II

Espontánea y feliz fue a la manzana 
y la tomó del árbol prohibido. 
Dios no dormía -la hora era temprana- 
y se sonrió del gesto decidido.

¿Cómo, si no, le puso a la flor de plana 
la tentación del fruto discutido, 
si con no hacer el árbol de manzana, 
pecado ni discordia hubiera habido?

Cuando esta mano acarició la piel 
en la primera forma de mujer, 
el aire se asustó como del salto

de una pantera en busca de su presa, 
porque ella es en la naturaleza 
paz, agresión y rendición y asalto.


III

Del lado de la fe que al mundo llena 
de luz, con lo que ama y lo que canta, 
esta mano de amor quita la pena, 
ausente  del dolor que la quebranta.

En su pequeña área se agiganta 
como la muchedumbre de la avena, 
que cuando convocada afluye tanta 
como corre la sangre por la vena.

Esta mano de amor, materna mano, 
que por joyel ostenta la justicia 
y por castigo el golpe ternura,

nació con el instinto de lo humano 
en el amanecer de la caricia 
y es la vida cauce y cobertura.


IV

Porque la vida es una herida abierta 
esta mano de dedos diminutos 
empieza a asirse indefinida, incierta, 
a la fluida red de los minutos.

Nace entre sangre, que la sangre es puerta 
de la vida en el logro de sus frutos, 
y al nacer intuye que a la vuelta 
ha de amarse de gestos absolutos. 
Esta mano de amor en miniatura 
que en el seno materno busca asilo 
y allí inaugura su primera ternura, 
es ya la obrera de su subsistencia, 
es ya la mano que en su hacer tranquilo 
asoma la inquietud de su vivencia.


V

Cuando en la vasta soledad del mundo 
era solo el amor la fuerza leve 
que ya rompía el cerco de la nieve 
con su naciente fuego, halo fecundo;

cuando el hambre de tiempo del segundo 
ignoraba horas y días en la breve 
voracidad de afán con que se mueve 
por alcanzar su círculo profundo;

cuando la sola sangre de nacencia 
era por el amor, ángel custodio, 
regada en el umbral de la inocencia,

apareció la mano fratricida 
y con el golpe sórdido del odio 
segó toda esperanza de la vida.






EL PESCADOR

Mientras pesca el pescador
bajo la red de la luna
si una pena lo importuna
canta con una copla de amor,
que es la manera mejor
cuando la pesca se niega
de atar el agua andariega
a la costa donde vive
una mestiza caribe
su dulce sueño de entrega.





EL HOMBRE

El amor lo inventó Dios
para el reino de la paz,
pero el hombre es incapaz
de partir su pan en dos
y vive en un mundo atroz,
pues en bases del egoísmo
edifica su humanismo
y en su trágico episodio
cultiva el amor con odio
destruyéndose a sí mismo.





VIVIR

Vivir el hoy es recordar después
las cosas que se van y dejan huellas.
Como el amor, sus besos, sus querellas.
Cosas que no se borran con los pies.

Vivir es algo simple… Pero es
cantar el vino que nos brindan ellas;
porque aún cuando se rompan las botellas,
el vino bueno deja su bouquet.

La vida es realidad y es ficción.
Mucho de lo que siente el corazón.
Algo de lo que dicta la conciencia.

Siempre habrá una botella con su vino
para lo que te queda de camino.
Se posesivo. Sigue tu congruencia.






SUCRE

Este es el hombre enérgico que fue escalando cumbres
bajo el signo del sol. Era de sol su acero
y por él se aguzaba su audacia de guerrero
que dio al cielo de América más encendidas lumbres.

Aposentó en su espíritu hermosas mansedumbres;
peor mantuvo intacta la altivez de su fuero.
Fue grande porque pudo lograrse todo entero
para el culto fecundo de humanas muchedumbres,

Es así como el héroe, soldado y caballero,
lleva en la mano prócer que ennobleció el acero,
el olivo civil y el laurel mariscal.

Ayacuchos le sirven de pedestal de gloria
y lo retiene el bronce, metal de la victoria,
en cada pueblo libre de la América austral.






A LA VIRGEN DEL VALLE

Llena la claridad para el consuelo,
remo y remera de los corazones,
la luz llegó al umbral de tus balcones
y se eclipsó en la rosa de tu pelo.

El hombre con su fe te borda un cielo
cruzado de jazmines y canciones,
y Tú, la Panadera del desvelo,
hiñes el trigo de sus emociones.

Virgen del Valle, dulce marinera,
eres la pesca de los pescadores
de tanto ir a la mar de compañera.

Qué importa que a tu pecho llegue el lodo
por la espina de todos los dolores,
si tu solo dolor lo salva todo.






PBRO. JULIAN RAMÍREZ TOVAR

Padre Ramírez, padre de argamasa,
de constancia, de lucha, de entereza;
materiales de amor para una casa
donde no habite odio ni tristeza.

Padre de los “simpadres” de esa masa
que nunca tiene un pan sobre la mesa;
la que abriga la noche, el sol abrasa
y carece de fe porque no reza.

Padre distinto, padre de la calle,
como Francisco, el santo del detalle,
recolector de ovejas sin pastor.

Pides, pero das más de lo que pides,
porque tu dar es plantación de vides
sobre los surcos mismos del dolor.






MONSEÑOR SIXTO SOSA (Primer Obispo de Cumaná)

Modesto pescador, Pastor sincero,
de mi ciudad tranquila como un valle.
Cualquiera el brazo echábale en la calle.
Cualquiera se cruzaba en su sendero.

En la oración hallo su derrotero.
En la oración, el místico detalle.
Que evita por la fe que el barco en calle.
Contra el peligro real del ventisquero.

Era Monseñor Sosa tan sencillo
que en su misión ritual mitra y anillo
no eran signo jerárquico de mando;

sino de la conciencia pastoral
de saber que la fe que iba sembrando
deba a su propia fe fuerza integral.







MONSEÑOR NICOLÁS EUGENIO NAVARRO

Pescador de la fe con limpia ejecutoria
lanzó su red en Dios, y vio su apostolado.
Dios es acto continuo en todo lo creado
y sustancia esparcida en cada trayectoria

ya hecho este camino de paz. Entro en la historia
- recinto de papel donde yace el pasado -
buscando otra verdad: el gesto inusitado
que da la identidad del hombre con la gloria.

Y de tanto ir al Tiempo a extraer de su fuente
de las cosas del alma y de las temporales
para llenar la alberca que se seca en la gente,

el Tiempo fue a su lado, y acompaño su paso
con luz resplandeciente, más allá del ocaso,
hasta que al fin traspuso sus eternos umbrales.






DOMINGO BADARACCO BERMÚDEZ (1871 – 1935)

Tienes como un aval de tu bondad
bronce perenne en plaza cumanesa,
donde amasaste como una artesa
el trigo limpio de tu caridad.

Fuiste fe del enfermo. Luz y verdad
en el aula; y pan y vino en la mesa
de ese que siente que su vida empieza
cuando recibe un acto de piedad.

Médico y literato. En todo esteta.
Derivaste en la gracia del poeta
porque todo lo hacías con amor.

Y en bellos versos diste tu mensaje,
excavando en la mina del lenguaje,
hasta extraerle su expresión mejor.






ANDRÉS MATA

Al doctor Luis Teofilo Núñez

Llenó una época de la poesía
con su lírico acento. Y aún sus versos
tienen la gracia de su jerarquía
por sus matices propios y diversos.

En su lira el dolor tuvo armonía
de canciones de pájaros dispersos,
y con la música que lo envolvía
reconstruía rotos universos.

Fue el osado poeta que a Bolívar
puso el primero ráfaga de acíbar
en sus ojos de herir las tempestades,

pintándolo ritual y solitario
- Cristo y don Juan, dos grandes soledades -
en la proximidad de su calvario.







FEDERICO GARCÍA LORCA

Aunque te niegue Borges, ese ciego
feraz de Buenos Aires, gran poeta;
aunque no seas color de su paleta
ni estés entre los nombres de su apego;

aunque ese Jorge Luis niegue en su juego
tu pura claridad, que él se respeta,
porque también se encuentra en esa meta
que traspasa la luz y alcanza el fuego;

nada ni nadie, ni él con su opinión,
oh, García Lorca, mártir de un destino,
podrán bajarte ya del corazón.

Cuando Antonio Machado con su verso
glorifica tu muerte, el universo
es ya tu ámbito y odia a tu asesino.






JUAN XXIII

Si poseyera el rasgo del artífice
te esculpiría en una piedra lisa
y pondría en tu rostro la sonrisa
que no tuvo jamás otro Pontífice.

Te suplicaría con el alma hendida.
Pobre de pompa. La mano del cariño
sobre la frente rústica de un niño.
Y la mano del bien siempre extendida.

¿No es del Pastor – pacífico caudillo -
el seguimiento de la oveja ilesa
a los acordes de su caramillo?

Tú enseñaste a saber que no se puede
predicar la lección de la pobreza
desde un trono imperial, como sucede.





FRANCISCO DE ASÍS

Oh, dulce patrón de cosas pequeñas,
de la gota de agua, de la flor silvestre;
con tus manos ibas removiendo breñas,
porque te gustaba vivir en lo agreste.

Hermano Francisco, burdo de estameñas,
de mano mural y signo rupestre,
¿de dónde venían tus sagradas señas,
si tu asilo era la costra terrestre?

Germen de protesta tu palabra, amigo,
si con lo soberbio látigo y castigo,
iba a lo a menudo llena de ti mismo.

Por eso, Francisco, te erijo mi canto,
mientras al tumulto de tanto egoísmo
la vida te cobra: Lo justo, lo santo.






RUBÉN DARÍO

A Heraclio Narváez Alfonso
escritor y poeta

Donde un pájaro imprima su gorjeo sublime
junto a una rosa pálida y una boca de aurora,
y la luna camine su camino de anime,
gitana de los aires en la nocturna hora.

Donde una flauta suene, aunque Pan no la anime,
y una muchacha tiemble ante el dios que la adora;
donde haya un abanico en que la frase rime
lo que cabe en un verso y el corazón implora.

Donde un cisne su cuello enarque como una flor
hacia Leda que angustia su corazón de amor,
y una niña suspire por el que no vendrá.

Donde estas cosas pasen, aunque en distintas formas,
porque la vida cambia y sigue nuevas normas,
poeta de los tiempos, Rubén Darío estará.


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