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miércoles, 5 de diciembre de 2012

HUGO BALL [8800]


Hugoball.jpg

Hugo Ball (nació el 22 de febrero de 1886 - murió el 14 de septiembre de 1927) autor y poeta alemán. Fue uno de las figuras principales del Dadaísmo.
Nació el 22 de febrero de 1886 en Primasens, criado por una familia católica, estudió sociología y filosofía en las universidades de Munich y de Heidelberg (1906-1907). Con el estallido de la Primera Guerra Mundial se una a la armada como voluntario, pero tras la invasión a Belgica se siente desilusionado: "La guerra se basa en un error evidente, los hombres se han confundido con las máquinas". En 1910, se traslada a Berlín tras ser acusado de traidor a su país, allí se convierte en actor y colabora con la compañía de Max Reinhardt. Tres años más tarde, conocerá a Emmy Hennings, actriz y cantante de cabaret, que será desde entonces su acompañante, casándose el 21 de febrero de 1920.
Emigrado a Zúrich durante la primera guerra mundial, Ball fundó en una taberna el Cabaret Voltaire, cuna del dadaísmo, lugar de reuniones políticas, conciertos y lecturas de poesía, al que pronto se unirían los rumanos Tristan Tzara y Marcel Janco; el alemán Richard Huelsenbeck, y el alsaciano Hans Arp. Fue una de las personas a las que se adjudicó el bautizo del movimiento, supuestamente por la elección azarosa de la palabra "Dadá" (caballito de juguete) en un diccionario francés.
En 1916, redacta el "Manifiesto inaugural de la primera velada Dadá", del que se desentenderá poco después: En él se muestra extremadamente crítico con la Europa de los nacionalismos, las ideologías que la representan, y con las filosofías idealistas. Ese mismo año presentó ante el público del Cabaret Voltaire, el primer poema fonético de la historia del dadaísmo: "Karawane", consistente en articulaciones de fonemas e interjecciones carentes de significación.


jolifanto bambla o falli bambla
großiga m'pfa habla horem
egiga goramen
higo bloiko russula huju
hollaka hollala
anlogo bung
blago bung
blago bung
bosso fataka
ü üü ü
schampa wulla wussa olobo
hej tatta gorem
eschige zunbada
wulubu ssubudu uluwu ssubudu
–umf
kusa gauma
ba–umf


Esta poesía, cuyos antecedentes más inmediatos fueron sobre todo algunos experimentos del futurismo italiano, hallará continuación en adeptos a dadá, como Raoul Hausmann o Kurt Schwitters, y su influencia será clara en posteriores corrientes literarias, como el letrismo o la poesía beatnik. Sus razones de ser fueron muy diversas. Por un lado, las vanguardias de las entreguerras estuvieron marcadas por una gran afición al "salvajismo", desde las estatuas precolombinas hasta las danzas africanas, y fue típico buscar inspiración en estéticas alejadas de los paradigmas europeos. Así, muchos de estos poemas están vagamente influidos por los sonidos de las lenguas africanas. Pero mucho más importante fue en este caso el rechazo radical del uso de la palabra, que tiene en Hugo Ball un carácter de revuelta interior contra el lenguaje mismo (no en vano, la herramienta de la que se vale el poeta para ejercer su oficio), al que considera alienado e incapaz de producir significación en la sociedad capitalista. El poeta escapa de la perversión de las palabras, que han sido destruidas como tantas otras cosas por las bombas de la guerra, refugiándose en el reducto último de su individualidad. Ya no aspira a comunicar otra cosa que no sea un simple sonido primigenio, aquel que posibilita toda lengua, todo discurso, pero del que nadie podrá ser propietario. En este sentido, la poesía fonética supondrá tanto la destrucción del lenguaje como su salvación, pues en su renuncia al significado, la voz encuentra una tierra libre donde cantar.
La participación de Hugo Ball en el dadaísmo duró aproximadamente dos años. Luego trabajó por un período corto como periodista para Freie Zeitung en Berna. Luego de retornar al Catolicismo en julio de 1920, se retira al Cantón del Ticino en (Suiza, donde vivió una vida religiosa, privada de lujos. También tradujo al alemán algunas obras del anarquista Mijaíl Bakunin. Falleció en Sant Abbondio, Suiza, el 14 de septiembre de 1927.
Algunos de sus mejores trabajos incluyen la coleccion de siete poemas Schizophrene Sonette (1911), el drama Die Nase Des Michelangelo (1911), su libro de memorias Die Flucht aus der Zeit, y la biografía de Hermann Hesse titulado Hermann Hesse. Sein Leben und sein Werk (1927).
Su poema Gadji beri bimba fue adaptado más adelante a la canción "I Zimbra" de la banda de rock Talking Head del album Fear of Music(1979), entre otros datos de interés.

Bibliografía

Die Nase des Michelangelo. Tragikomödie in vier Auftritten, 1911
Der Henker von Brescia. Drei Akte der Not und Ekstase, 1914
Flametti oder Vom Dandysmus der Armen. Roman. Reiss, Berlin 1918
Zur Kritik der deutschen Intelligenz. Der Freie Verlag, Bern 1919
umgearbeitete Fassung als: Die Folgen der Reformation. Duncker & Humblot, München 1924
Byzantinisches Christentum. Drei Heiligenleben (zu Joannes Klimax, Dionysius Areopagita und Symeon dem Styliten). Duncker & Humblot, München 1923
Hermann Hesse. Sein Leben und sein Werk. S. Fischer, Berlin 1927
Die Flucht aus der Zeit (Diary). Duncker & Humblot, München 1927

Postumos:

Gesammelte Gedichte mit Photos und Faksimiles, hg. v. Annemarie Schütt-Hennings. Arche, Zürich 1963
Tenderenda der Phantast. Roman. Arche, Zürich 1967




Versiones de Daniel Bencomo. 





EL VERDUGO

Te pongo a rodar sobre tus rojos manteles.
Pongo manos a la obra: radiante como un maestro carnicero.
Los bancos y las mesas como cuchillos relampagueantes
el enano de la sífilis husmea en los sartenes llenos de cola y jalea.

Tu cuerpo es retorcido esplendoroso y brilla como la luna amarilla
tus ojos son pequeñas lunas lascivas
tu boca revienta voluptuosa en la miseria de las judías
tus manos una caracola, que vive en los jardines rojo sangre llenos de uvas y rosas

¡Ayuda, Santa María! ¡Brotaron de tu cuerpo los frutos
oh santísima! Me escurre fuego ardiente por las piernas.
Mi pelo una tormenta, mi cerebro la yesca
mis dedos diez ávidos clavos de carpintero
que clavo en los fetiches de la cristiandad.

Cuando tu grito de dolor dinamitó fuera del pino tus dientes
bajó un bullicio de oro por entre las vigas del cielo.
Una hostia gigante huía y se detuvo entre montañas de rosas
borboteaba un aleluya entre los miembros de apóstoles y pastores.

Entonces danzaban hombres y rameras desnudos en éxtasis desquiciado
paganos, turcos, cafres y moros sobretodo
se disiparon los ángeles del círculo terrestre
y llevaron oscuridad y suplicio en un platón centelleante
No había ningún capullo materno, ningún ojo inyectado de sangre y sin esperanza
cada alma se abría a la infancia y al milagro.






Pirmasens-Alemania, 1886 – Sant’Abbondio-Suiza, 1927

DER HENKER

Ich kugle Dich auf Deiner roten Decke.
Ich bin am Werk: blank wie ein Metzgermeister.
Tische und Bänke stehen wie blitzende Messer
der Syphiliszwerg stochert in Töpfen voll Gallert und Kleister.

Dein Leib ist gekrümmt und blendend und glänzt wie der gelbe Mond
deine Augen sind kleine lüsterne Monde
dein Mund ist geborsten in Wollust und in der Jüdinnen Not
deine Hand eine Schnecke, die in den blutroten Gärten voll Weintrauben und Rosen wohnte.

Hilf, heilige Maria! Dir sprang die Frucht aus dem Leibe
sei gebenedeit! Mir rinnt geiler Brand an den Beinen herunter.
Mein Haar ein Sturm, mein Gehirn ein Zunder
meine Finger zehn gierige Zimmermannsnägel
die schlage ich in der Christenheit Götzenplunder.

Als dein Wehgeschrei dir die Zähne aus den Kiefern sprengte
da brach auch ein Goldprasseln durch die Himmelssparren nieder.
Eine gigantische Hostie gerann und blieb zwischen Rosabergen stehen
ein Hallelujah gurgelte durch Apostel- und Hirtenglieder.

Da tanzten nackichte Männer und Huren in verrückter Ekstase
Heiden, Türken, Kaffern und Muhammedaner zumal
Da stoben die Engel den Erdkreis hinunter
Und brachten auf feurigem Teller die Finsternis und die Qual.
Da war keine Mutterknospe, kein Auge mehr blutunterlaufen und ohne Hoffen
Jede Seele stand für die Kindheit und für das Wunder offen.

Erstdruck in: Revolution (München), 1. Jg., Nr. 1, Oktober 1913.








EL SOL

Entre mis párpados avanza un carrito de niño.
Entre mis párpados va un hombre con un caniche.
Un grupo de árboles se torna un fajo de serpientes y silba por el cielo.
Una piedra sostiene una charla. Árboles en fuego verde. Islas flotantes.
Temblor y tintineo de conchas y cabeza de pescado como en el fondo del mar.

Mis piernas se extienden hasta el horizonte. Cruje una carroza
Muy a lo lejos. Mis botas sobresalen por encima el horizonte como torres
De una ciudad que se hunde. Soy el gigante Goliat. Queso de cabra digiero.
Soy un ternerito de mamut. Me olfatean los verdes erizos de pasto.
La hierba tiende sables y puentes y arcoiris verdes sobre mi barriga.

Mis orejas son conchas gigantes rosadas, bien abiertas. Mi cuerpo se hincha
Con los ruidos que quedaron presos adentro.
Escucho los balidos
Del inmenso Pan. Escucho la música bermeja del sol. Él permanece arriba
A la izquierda. Bermellón caen sus rasgones hacia la noche del mundo.
Cuando desciende aplasta la ciudad y las torres de la iglesia
Y todos los jardines colmados de crocus y jacintos, y habrá un sonido semejante
a las tonterías que disparan las trompetas de niños.

Pero hay en el aire un ventarrón de púrpura, yema de amarillo
y verde botella. Bamboleos, que un puño naranja aferra en largos hilos,
y un cantar de cuellos de ave que retozan por las ramas.
Un andamiaje muy tierno de banderas infantiles.

Mañana el sol será cargado en un vehículo de ruedas enormes
Y conducido a la galería de arte Caspari. Un negro cabeza de toro
Con la nuca abultada, nariz chata y paso amplio, llevará cincuenta
Asnos blancos y chispeantes, que tiran del carro en la construcción de las pirámides.
Se agolparán muchos países de colores sanguíneos.
Nanas y nodrizas,
Enfermos en ascensores, una grulla con zancos, dos bailarinas de San Vito.
Un señor con corbata de moño de seda y un guardia de rojos olores.

No puedo sostenerme: estoy lleno de dicha. Los marcos de las ventanas
Revientan. Cuelga una niñera de una ventana hasta el ombligo.
No puedo ayudarme: los domos se revientan con fugas de los órganos. Quiero
crear un nuevo sol. Quiero chocar los dos uno con otro
cual cimbales y alcanzarle la mano a mi dama. Nos esfumaremos
en una litera violeta sobre los techos de nuestra ciudad solamarilla
cual pantallas de papel de seda en la ventisca.





DIE SONNE

Zwischen meinen Augenlidern fährt ein Kinderwagen.
Zwischen meinen Augenlidern geht ein Mann mit einem Pudel.
Eine Baumgruppe wird zum Schlangenbündel und zischt in den Himmel.
Ein Stein hält eine Rede. Bäume in Grünbrand. Fliehende Inseln.
Schwanken und Muschelgeklingel und Fischkopf wie auf dem Meeresboden.

Meine Beine strecken sich aus bis zum Horizont. Eine Hofkutsche knackt
Drüber weg. Meine Stiefel ragen am Horizont empor wie die Türme einer
Versinkenden Stadt. Ich bin der Riese Goliath. Ich verdaue Ziegenkäse.
Ich bin ein Mammuthkälbchen. Grüne Grasigel schnüffeln an mir.
Gras spannt grüne Säbel und Brücken und Regenbögen über meinen Bauch.

Meine Ohren sind rosa Riesenmuscheln, ganz offen. Mein Körper schwillt an
Von Geräuschen, die sich gefangen haben darin.
Ich höre das Meckern
Des großen Pan. Ich höre die zinnoberrote Musik der Sonne. Sie steht
Links oben. Zinnoberrot sprühen die Fetzen hinaus in die Weltnacht.
Wenn sie herunterfällt, zerquetscht sie die Stadt und die Kirchtürme
Und alle Vorgärten voll Krokus und Hyazinthen, und wird einen Schall geben
Wie Blech von Kindertrompeten.

Aber es ist in der Luft ein Gegeneinanderwehen von Purpur und Eigelb
Und Flaschengrün: Schaukeln, die eine orangene Faust festhält an langen Fäden,
Und ist ein Singen von Vogelhälsen, die über die Zweige hüpfen.
Ein sehr zartes Gestänge von Kinderfahnen.

Morgen wird man die Sonne auf einen großrädrigen Wagen laden
Und in die Kunsthandlung Caspari fahren. Ein viehköpfiger Neger
Mit wulstigein Nacken, Blähnase und breitem Schritt wird fünfzig weiß-
Juckende Esel halten, die vor den Wagen gespannt sind beim Pyramidenbau.
Eine Menge blutbunten Volks wird sich stauen:
Kindsbetterinnen und Ammen,
Kranke im Fahrstuhl, ein stelzender Kranich, zwei Veitstänzerinnen.
Ein Herr mit einer Ripsschleifenkrawatte und ein rotduftender Schutzmann.

Ich kann mich nicht halten: Ich bin voller Seligkeit. Die Fensterkreuze
Zerplatzen. Ein Kinderfräulein hängt bis zum Nabel aus einem Fenster heraus.
Ich kann mir nicht helfen: Die Dome zerplatzen mit Orgelfugen. Ich will
Eine neue Sonne schaffen. Ich will zwei gegeneinanderschlagen
Wie Zymbeln, und meiner Dame die Hand hinreichen. Wir werden entschweben
In einer violetten Sänfte über die Dächer euerer
Hellgelben Stadt wie Lampenschirme aus Seidenpapier im Zugwind.

Erstdruck in: Die Aktion (Berlin) 4. Jg., Nr. 22, Mai 1914






La tentación de San Antonio

Los nervios de mi cuerpo se alzan como campos de espinas,
Campos sangrantes de lapas y zarzas de nudos.
Mi médula entona una misa roja de efebos tonos de fístula.
En el canal de mi médula borbotan deslaves de cerros y piedras inquietas.
Mi cabeza cuelga hacia adelante llena de sangre.
Ralo cabello verde sabandija sobre el cráneo se elonga.

Muros torcidos, casas torcidas.
Hordas de tábanos silban y destellan por el cuarto.
Los muros recibieron las pústulas y se desmenuzan.
Doctores con altos gorros rodean la enfermedad y la cubren con vendajes.
Ocho yardas sobre la puerta está el fantasma de la peste con cascabeles.
Tomo impulso para el golpe. ¡Ayuda! No ablanda. Una nube amarilla.
Gritos al cielo. ¡Demencia! ¡Demencia!

Vuelan ciudades escarlatina. Verdes oasis. Hilos de luz. 
Soles de negro traqueteo.
El suelo vibra. Se hunde una cubierta verde.
»¡Ahí está él!« Me amordazan, muecas de negro, rodilla en mi peritoneo.
Cuerpos humanos, apretados sobre el suelo, huyen y saltan
Desnudos y enérgicos, con vibrante contoneo de sierpe en los pasillos.
Un silbido de cien mil sirenas de vapor brama sobre los puertos.
Tipos con varas de bambú sobre y a través de plazas y torres.
Desbandadas. Machacones. El aire supura. Revienta la luz. 
Estrellas fijas perdidas en cuarteles.

Y siempre el golpear de los gritos, desde abajo, como de calderas infernales.
Y siempre el verdigrana, rubíamarillo estruendo en zigzag voluptuoso.
Mis manos rebeldes se aferran a una columna del templo.
Alguien vocifera: ¡Obscenidad! Otros saltan de la sien de las ventanas. 
El estallido desgarra ciudades enteras. Los monjes budistas en sillas de loto,
arriba a la izquierda, regordetes e hinchados, abuelos de la apatía,
Ríen y se abanican y giran la panza, aquí y allá con manos castigadas
y estallan de alegría craneal llena de arrugas.



Versuchung des Heiligen Antonius

Meine Nerven im Körper stellen sich auf wie Stachelfelder,
Blühende Klettenfelder und Knotensträucher.
Mein Rückenmark singt eine rote Messe von knäbischen Fisteltönen.
Im Rohr meines Rückenmarks kollern Bergstürze und hopsende Steine.
Mein Kopf neigt sich vornüber blutgefüllt.
Spärliches Haar auf der Schädeldecke reckt sich, grünes Gewürm.

Wände schief, Häuser schief.
Stechfliegenschwärme sausen und funkeln durchs Zimmer.
Wände haben die Blattern bekommen und bröckeln ab.
Ärzte mit hohen Kappen gehn um und verkleben die Krankheit mit Pflastern.
Acht Ellen hoch steht an der Türe das Pestphantom mit der Klapper.
Ich hole zum Schlag aus. Hilfe! Es weicht nicht. Eine gelbe Wolke.
Zeter und Mordio. Irrsinn. Irrsinn!

Fliegende Scharlachstädte. Grüne Oasen. Leuchtfäden. Schwarz ratternde Sonnen.
Der Boden wankt. Eine grüne Decke stürzt ein.
»Da ist er!« Sie knebeln mich, Negerfratzen, das Knie auf meinem Bauchfell.
Menschenkörper, knapp über dem Boden, flüchten und schnellen
Nackt und energisch mit zuckender Schlangenbewegung die Korridore entlang.
Ein Zischen von hunderttausend Dampfsirenen schreit aus den Hafenstädten.
Kerle mit Bambusstangen über- und durcheinander auf Plätzen und Türmen.
Gerenne. Gestampfe. Luft eitert. Licht zerplatzt. Fixsterne, in Kasernen verirrt.

Und immer die Polterstöße von unten, wie aus dem Höllenkessel.
Und immer das zinnobergrüne, violettgelbe Zickzackgetöse geilsüchtiger Linien.
Meine Hände im Aufruhr haben sich an eine Säule des Tempels geklammert.
Jemand hohnschreit: Obszönität! Andere springen aus Fensterfronten.
Ein Krach zerreißt eine ganze Stadt. Die Buddhapriester auf Lotosstühlen,
Links oben, dickbäuchig und aufgeschwollen, Großväter des Stumpfsinns,
Lächeln und fächeln und schwenken den Bauch hin und her in gewitzigten Händen
Und platzen vor faltenreißender Schadenfreude.







Cabaret

1.

Tras el telón posa a fuerza el exhibicionista
y lo seduce Pimpronella en rojos corpiños.
Koko el dios verde ruidoso palmea.
Entonces se inflaman los viejos patiños.

¡Tsingtara! Es un largo instrumento de viento.
Le sale un banderín de baba y dice “sierpe”.
En cajas de violín guardan todos a sus damas
y luego se deforman. Les dará pronto miedo.

Reposa en la entrada Camodina la aceitosa.
Como chaquiras se estrella lingotes en los muslos.
Él arranca los ojos a una lámpara de arco,
Y el techo en llamas se derumba en sus hombros.




2.

De la oreja afilada de un burro cacha moscas
un clown, que viene de otras naciones. 
Por pequeños tubillos que se tuercen verdosos
sostiene contacto en la ciudad con barones. 

En las pistas altas del aire, donde enarmónicas
se trozan las cuerdas, uno en su llano se esfuma,
platónico intenta montar un camello de bajo
calibre; a la felicidad con ello abruma.

El exhibicionista, que nunca tras telón
había servido, calmo y celoso a la dulzura,
de pronto se olvida del velo de sucesos,
y conduce una tropa de chicas en frescura




Cabaret

1.

Der Exhibitionist stellt sich gespreizt am Vorhang auf
und Pimpronella reizt ihn mit den roten Unterröcken.
Koko der grüne Gott klatscht laut im Publikum.
Da werden geil die ältesten Sündenböcke.

Tsingtara! Da ist ein langes Blasinstrument.
Daraus fährt eine Speichelfahne. Darauf steht: »Schlange«.
Da packen alle ihre Damen in die Geigenkästen ein
und verziehen sich. Da wird ihnen bange.

Am Eingang sitzt die ölige Camödine.
Die schlägt sich die Goldstücke als Flitter in die Schenkel.
Der sticht einer Bogenlampe die Augen aus.
Und das brennende Dach fällt herunter auf ihren Enkel.



2.

Von dem gespitzten Ohr des Esels fängt die Fliegen
ein Clown, der eine andre Heimat hat.
Durch kleine Röhrchen, die sich grünlich biegen,
hat er Verbindung mit Baronen in der Stadt.

In hohen Luftgeleisen, wo sich enharmonisch
die Seile schneiden, drauf man flach entschwirrt,
Versucht ein kleinkalibriges Kamel platonisch
zu klettern; was die Fröhlichkeit verwirrt.

Der Exhibitionist, der je zuvor den Vorhang
bedient hat mit Geduld und Blick für das Douceur,
vergißt urplötzlich den Begebenheitenvorgang
und treibt gequollene Mädchenscharen vor sich her.





Danza de la muerte, 1916

Así perecemos, así perecemos,
todos los días perecemos,
pues es muy cómodo dejarse morir.
De mañana todavía entre sueño y sueño,
Más allá a mediodía.
De noche en lo más hondo de la tumba.

La guerra es nuestro burdel.
Nuestro sol es de sangre.
La muerte es nuestro símbolo y eslogan.
Niño y hembra abandonamos
¿En qué nos conciernen?
Pues ahora es posible
Tan solo abandonarnos a nosotros. 

Así asesinamos, así asesinamos.
todos los días lapidamos
colegas nuestros en la danza de la muerte.
Álzate hermano ante mí,
¡Hermano, tu pecho!
Hermano que debes caer y morir.

No ruñimos, no gruñimos.
Todos los días nos callamos,
Hasta que el hueso ilíaco gira en su juntura.
Duro es nuestro lecho,
Duro nuestro pan.
Inmundo y sangriento el Dios adorado



Totentanz 1916

So sterben wir, so sterben wir,
Wir sterben alle Tage,
Weil es so gemütlich sich sterben läßt.
Morgens noch in Schlaf und Traum
Mittags schon dahin.
Abends schon zu unterst im Grabe drin.

Die Schlacht ist unser Freudenhaus.
Von Blut ist unsere Sonne.
Tod ist unser Zeichen und Losungswort.
Kind und Weib verlassen wir –
Was gehen sie uns an?
Wenn man sich auf uns nur
Verlassen kann.

So morden wir, so morden wir.
Wir morden alle Tage
Unsre Kameraden im Totentanz.
Bruder reck dich auf vor mir,
Bruder, deine Brust!
Bruder, der du fallen und sterben mußt.

Wir murren nicht, wir knurren nicht.
Wir schweigen alle Tage,
Bis sich vom Gelenke das Hüftbein dreht.
Hart ist unsere Lagerstatt
Trocken unser Brot.
Blutig und besudelt der liebe Gott.




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