MANUELA TEMPORELLI
Nací en Madrid en 1956. Comencé a escribir en la adolescencia, pero es a una edad madura cuando me planteo la creación poética como algo más que un hobby.
He publicado un libro de poemas titulado "Lluvia en Junio" y decenas de poemas sueltos en revistas especializadas. Igualmente he publicado varios relatos en antologías de varios autores.
Soy socia fundadora del Colectivo Helicón de Poesía, de la Asociación de Escritores "La Buena Letra" y en la actualidad coordino las Tertulias Poéticas del Ateneo 1º de Mayo de CC.OO.
DEFINITIVAMENTE
a J. Gil de Biedma.
Definitivamente, este otoño
se apresuró lluvioso. Los campos
ven cumplido su deseo. Es otoño.
Es un otoño cálido. !Qué si fuera caliente...!
Llevamos más de un año, y no hay resquicio
de que vayamos a mover un dedo.
Me pregunto, se lo pregunto a ustedes :
¿No habrá alguna cuestión a que oponernos :
una arbitrariedad, convenios incumplidos,
leyes retroactivadas... ?
¡No !. Ya sé. No me respondan.
No son problemas nuestros, !Total ! :
Un grupo de negrazos, maniatados, drogados,
vuelven al continente de donde no debieron salir nunca ;
por otro lado, normas municipales
impiden que los pobres deambulen por las calles.
Y un 'señor' catedrático refuerza la teoría
de una raza y un sexo, superior a las otras.
¡Y da su explicación. ¡Y hasta le escuchan !.
Definitivamente, la lluvia llega
y el otoño avanza borrando de memoria
las aceras.
Obreros y patronos se reúnen,
reparten las migajas en contratos,
en despidos baratos, jubilación pactada...
Las ONGs reparten
limosna al tercer mundo
y los gobiernos balas
para matar al hombre,
- perdón, quise decir el hambre-.
La lluvia llega y el otoño avanza.
Las calles de mi patria se constriñen
en un silencio sordo.
Los voceros del Norte clavan sus amenazas.
-Un reguero de sangre, baile de carnaval-.
Propongo comenzar una huelga de oídos
durante siete días, y después otros siete,
y otros siete, y más, y más...
Hasta dejarles sordos
con el silencio mudo de una ciudad en tumba.
Definitivamente, la cosa es complicada.
Porque, ¿quién abrirá el baúl.
Bajará del desván la trenca verde,
las sesenteñas barbas; la lucha.
Ahora que somos insumisos ?.
Si digo: "buenos días",
no crean que es compromiso.
Se trata, simplemente, de una provocación.
Sé que estos 'buenos días' vienen tintos,
heridos con el sol de doce y cuarto.
Y digo, "buenos días", por si acaso
confundido el misil de tierra-aire
se viniera a estrellar en las narices
de la computadora programada.
Repito: "buenos días".
Son las siete del alba.
El transmisor diluye entrecortado
una esquela de cifras y de nombres:
" ...la-bom-ba-ex-plo-sio-nó-a-las-cin-co-y-me-dia.
Die-ci-sie-te-ci-vi-les,-
ni-ños-y-mu-je-res-MUER-TOS".
Encuentro en la escalera a un convecino:
"Buenos días", responde
sacudiéndose el sueño.
Preparo calderilla, el autobús arranca...
Son diecisiete muertos y aún el día
no ha llamado a maitines.
REPORTEROS
La fortuna de la resurrección
no alcanzará
ni siquiera a ese hombre que aún palpita,
que, aún hoy, soporta el estertor de muerte
enterrando/desenterrando huesos.
La fortuna de la resurrección
no alcanzará
ni siquiera a ese hombre que aún palpita,
que, aún hoy, soporta el estertor de muerte
enterrando/desenterrando huesos.
Los macilentos odres, que visten
esos cuerpos del hambre,
siguen sobreviviendo en la esperanza
de que, a la prontitud de la noticia,
pueda seguirle un rápido remedio.
esos cuerpos del hambre,
siguen sobreviviendo en la esperanza
de que, a la prontitud de la noticia,
pueda seguirle un rápido remedio.
Sin embargo, las cámaras enlatan
la barbarie y el hombre la contempla
como quien mira un film de Tarantino:
La sangre le es ajena.
la barbarie y el hombre la contempla
como quien mira un film de Tarantino:
La sangre le es ajena.
Porque contar los muertos se convierte
en tarea rutinaria,
no alcanzará a ese hombre la clemencia:
Las liendres emponzoñan el desierto.
Una imagen inunda el bienestar,
la sobremesa...,
La cámara recarga baterías
y un óxido de llanto
derrama por la lente...
en tarea rutinaria,
no alcanzará a ese hombre la clemencia:
Las liendres emponzoñan el desierto.
Una imagen inunda el bienestar,
la sobremesa...,
La cámara recarga baterías
y un óxido de llanto
derrama por la lente...
SARAJEVO
Volví a encontrar al hombre
sentado en la grandeza de su sombra,
esperando la bala que sepulte
el odio en las trincheras.
La ciudad es cantera desolada
Volví a encontrar al hombre
sentado en la grandeza de su sombra,
esperando la bala que sepulte
el odio en las trincheras.
La ciudad es cantera desolada
y llora la piedra la desdicha
de derrotar la vida a puntapiés.
de derrotar la vida a puntapiés.
Lloran niños, metralla son los ojos
gangrenados por la última explosión.
Niño-viejo de llanto, de lodo enmascarado:
Llora tu pena luego, sobre la piedra amiga.
Llora luego, que ahora es tiempo de volver
el cuerpo al polvo,
no te importe la sangre pegada a la camisa.
gangrenados por la última explosión.
Niño-viejo de llanto, de lodo enmascarado:
Llora tu pena luego, sobre la piedra amiga.
Llora luego, que ahora es tiempo de volver
el cuerpo al polvo,
no te importe la sangre pegada a la camisa.
Y en la última sombra
de los cuerpos tumbados,
el hombre se encarama
y araña entre las piedras
buscando la palabra que detenga el abismo:
no existe mas palabras, la paz viste de luto
y las piedras sólo cantan penas, penas
penas,
en palabras oscuras.
de los cuerpos tumbados,
el hombre se encarama
y araña entre las piedras
buscando la palabra que detenga el abismo:
no existe mas palabras, la paz viste de luto
y las piedras sólo cantan penas, penas
penas,
en palabras oscuras.
EL SUR
Sin que los viejos tópicos derramen
su obviedad por las líneas de mi verso,
quiero escribir de ti, tierra de luces;
gentes que el Norte convierte en paradoja.
Sin que los viejos tópicos derramen
su obviedad por las líneas de mi verso,
quiero escribir de ti, tierra de luces;
gentes que el Norte convierte en paradoja.
Sin repetir palabras, decir que la ceniza
de tu piel repta por una tierra estéril
dispuesta a sepultar semillas.
de tu piel repta por una tierra estéril
dispuesta a sepultar semillas.
Germinarás un labrantío de sangre,
y parirás un hombre, que no verá más día
que el que apunta la aritmética parda de la resta:
y parirás un hombre, que no verá más día
que el que apunta la aritmética parda de la resta:
Los animales mueren,
la tierra resquebraja su epidermis,
las mujeres se secan, y los hombres
lloran mientras despojan el nutriente
de tus pechos al hijo que murió :
Un alimento agrio,
pegajosos calostros de sangre envenenada.
la tierra resquebraja su epidermis,
las mujeres se secan, y los hombres
lloran mientras despojan el nutriente
de tus pechos al hijo que murió :
Un alimento agrio,
pegajosos calostros de sangre envenenada.
Sin que los viejos tópicos derramen
lágrimas en mis versos, decir que sólo tengo
un aforismo, una palabra: ¡HAMBRUNA!.
lágrimas en mis versos, decir que sólo tengo
un aforismo, una palabra: ¡HAMBRUNA!.
Pero el Sur no se muere, sólo mueren los hombres
tumbados al desierto.
Los oasis
siguen dando
fusiles
para matar
las moscas
en tu rostro.
tumbados al desierto.
Los oasis
siguen dando
fusiles
para matar
las moscas
en tu rostro.
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