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miércoles, 24 de agosto de 2011

4679.- VICENTE ZITO LEMA


Vicente Zito Lema (Buenos Aires, Argentina; 1939) es un poeta, dramaturgo,
periodista, filósofo y docente argentino.

Vicente Zito Lema nació en Buenos Aires en 1939. Trabajó como periodista en distintos periódicos como Clarín, El Cronista Comercial y La Opinión. Fue director y fundador de la revistas Cero de 1964 a 1967, colaborando con poetas del grupo "Barrilete", entre quienes se encontraban poetas como Miguel Ángel Bustos y Roberto Jorge Santoro. En la revista se llegó a publicar poemas de Ho Chi Minh por primera vez en castellano, traducidos por Juan L. Ortiz. En 1969, funda y dirige la revista literaria Talismán, en la cual revindica la figura intelectual de Jacobo Fijman y se ganó la censura por un dossier dedicado a la familia, cuya portada presentaba la fotografía de Zito Lema, su compañera y sus dos hijas, desnudas. La fotografía habría de ser ganadora de un certamen nacional. Talismán estuvo ligada al surrealismo de André Bretón y su manifiesto firmado junto a León Trotsky.
En la década del '70 se vincularía con distintas revistas como Liberación colaborando con Julio Cortázar y Rodolfo Walsh, Nuevo Hombre, y Crisis junto con Eduardo Galeano, Haroldo Conti y Federico Vogelius.
Tras el golpe de estado de 1976 en Argentina, decide emigrar en 1977 hacia Europa. Tras haber estado en varios países decide finalmente radicarse en Holanda. Entre sus actividades en el exilio está el haber conformado la Comisión Argentina por los Derechos Humanos (CADHU) junto con otros intelectuales como Julio Cortázar, David Viñas, entre otros. Estando exiliado escribe Mater, obra de teatro sobre la gestación de Madres de Plaza de Mayo y su lucha.2 Regresa a la Argentina en 1983.
Fue discípulo del creador de la escuela de psicología social, Enrique Pichon-Rivière. Junto con las Madres de Plaza de Mayo funda en 2000 la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo, de la cual fue rector hasta 2003. Dirigió la revista Cultura y Utopía, de la Universidad Popular Madres Plaza de Mayo.
Actualmente trabaja como profesor de arte terapia y escritura en el centro La Puerta, continua su trabajo de escritor y poeta. Así como se encuentra desarrollando su Teoría de antropología teatral poetica, que se extiende a la dirección, la actuación y la dramaturgia.
Es un ferviente hincha del club de fútbol Racing Club de Avellaneda.
Poesía

Su poesía aborda temas de la problemática social incluyendo relatos, crónicas, datos de episodios políticos. Un lenguaje despojado y veraz refleja la clara intencionalidad de comunicación directa con el lector.
Obras

Poesía
Tiempo de niñez (Editorial Cero, 1964), poemas: Nacimiento; Juegos; Escuela; Fútbol; Faltando a clase; Futuro; No más y un cuento de Jorge Carnevale: Escaparada
Feudal cortesía en la prisión del cerebro (Rodolfo Alonso Editor, 1969)
Blues, largo y violento (Ediciones de la Flor, 1971), dedicado a Néstor Martins, abogado defensor de presos políticos, asesinado el 16 de diciembre de 1970 por un grupo parapolicial.
Homenaje a Rodolfo Ortega Peña, in memoriam a los caídos (Agermanament, 1978), prólogo por Eduardo Luis Duhalde
Carta de Matilde y otros 4 poemas escritos en Holanda (CADHU, 1982)
Rendición de cuentas (CADHU, 1982), con introducción de Julio Cortázar.
Mater (Libros de Tierra Firme, 1984)
Voces en el hospicio (Ediciones de Fin de Siglo, ISBN 950-99620-0-7, 1990)
Razón poética (Ediciones Fin de Siglo, ISBN 950-99620-1-5, 1991)





Carta de Matilde (*)

A Matilde Herrera

¿Cuál es mi fortaleza para espera aún?
¿Y cuál mi fin para dilatar mi vida?
(Libro de Job)

Cuando secuestraron a sus hijos –uno a uno cuando
los arrancaron con fórceps de la vida ¡ay Matilde
tus hijos! – Matilde su alma mecida en su brillo
de súbito un lóbrego páramo
el aire del temblor mismo
Exigió / rogó / clamó tanto hasta quedar
ahogada en ira y lloro (tus lágrimas Matilde desde
la ventana abierta a las palmeras a la aurora
abierta más que negra infinita del Parque Lezama)
Llorabas Matilde caminabas a nadie veías
ya era tarde de ausencias
por la rue Junot tan lejos Matilde ¡que sombrío
sueño nuestra patria!
Ante ella –una rama igual a otra consumida
en el fuego de un tiempo perverso–
Los verdugos de sus hijos callaron (y el silencio
fue otra agonía)
Mintieron (y las palabras acuchillaron
con su frío de chacras la razón)
Amenazaron con peor tortuoso espanto para sus hijos
(¡sus ojos de los cielos! ¡sus ojos! )
Matilde sintió como crecía el muro
que apesta sin pausas a cadáver…
Conoció el temblor la soledad de la victima
en un impune coto de caza
Y recurrió en cruel desespero / agónica y suplicante
a los jueces los diarios el alto clero
las fuerzas vivas los políticos respetables
A todo aquel henchido de palabras que podía hacer
o decir algo (¡una mínima fugacidad de luz
en la alta noche!)
Sólo encontró un desierto de piedras negras…

Matilde pudo verse en gordas horas
de espera nocturna y pesadumbre
la más seca de las mujeres
Pudo gritar con boca exhausta
y desgraciada: ¡mi vientre sólo es
un enorme sepulcro!
Pudo maldecir a una divinidad perdida a unos hombres
que blandían como gloria la guadaña
a los perversos de perversa indiferencia contemplando
el cortejo de la muerte sin el cuerpo de los muertos(¡ la vida
era anterior al aire!)
Abierto a sus pies estaba un desnudo pozo
de la mayor demencia: ¡ese acto de suicidio! ¡esa lengua
de suplicio! (Toma esta cruz y sígueme y sepúltate de
tinieblas… la voz en tus oídos Matilde la voz)
Pero Matilde mujer vejada en el dolor
convirtiendo su dolor en lluvia de humanas
resurrecciones (¡oh, sí, el alma, que es luz de la memoria
y tan fugaz como eterno movimiento!)
Tomó un lápiz y un papel que semejaba la piel de dios
Puso su corazón bien desnudo sobre la mesa
Y escribió una carta que resplandece de vida
como música de amor sobre la tierra viviente…

Desde aquel día de la celebración Matilde
anda con su carta a cuestas
Lo que es igual a decir que lleva no la dicha
pero sí la pasión de sus hijos
otra vez en brazos
Cuenta Matilde que el 26 de julio de l976 cuando
fue invierno en la boca del infierno
su hijo Martin –cumplía 20 años al día siguiente–
y la mujer de su hijo –casi una niña de peinado antiguo–
(yo vi su foto estaba embarazada / su vientre lucía
goloso de ventura…)
en el momento en que entraban en la casa
terminada la jornada de trabajo
se encontraron frente a l5 hombres armados…
Los estaban aguardando
Escondidos como fieras / acechando en un luctuoso bosque
Los llamados grupos de tareas forzaron la entrada
–las metralletas cortando el aire / a patadas las puertas–
Obligaron a los vecinos a cerrar las ventanas a cerrar
las estrellas y los cielos / que ya no lucieron serenos ni diáfanos
y se llevaron a Martin y a María Cristina temblando
Sus manos muy blancas sobre el vientre redondo
Sus cabezas cubiertas por una capucha
Y de pronto el silencio que huele a peste / a maldición
de Biblia
Como si alguien anunciara que también las piedras
y los frutos del olivo deberán dar sangre…

Y Matilde ahora se pregunta / sin ver que el crepúsculo
volvió moradas sus alas: ¿Dónde están ellos? ¿Quién
los tiene? ¿Sólo lluvia y lluvia? ¿Nada más que desgracia
sobre las desgracias? ¿Muerte en el sinfín de la muerte?
¿Si los han matado por qué no devuelven
sus cuerpos - ¡oh, cuerpos de mi cuerpo!- a unos
padres desesperados?
Nadie le responde a Matilde
El país es un desierto de piedras negras…

El 13 de mayo de l977 y ese día no es en la historia
de la noche un día más –sigue contando Matilde /
sigue la sal que baña en frio la surgente llaga–
Personas que no se identificaron y no ocultaron
sus armas / tampoco sus caras cuando abunda
más que el pasto duro la impunidad /
Dejaron en un hospital del oeste de Buenos Aires
a una criatura con una pancarta atada
al cuello que decía: soy la hija de Valeria
Como la pequeña lloraba muy excitada en una tarde
de piedad gastada
le dieron un calmante que tampoco fue amor
Luego la llevaron a la comisaria (tu arcángel
de inocencia tu nietita el agua de tu sed Matilde)
¿Clamabas tu en ella en sus labios
nuevos de gloria nueva y ya perfecta?
Lo que no cuenta Matilde lo que la congoja
desciende y calla
pero yo puedo recordarlo –Oh yo el poeta naufrago
del manto blanco / Oh yo guardián
devoto de recuerdos– es que Valeria tiene en los ojos
el aire celeste del que siempre sueña –la dicha se
construye entre todos y en la tierra: decía–
Y Ricardo su compañero –abrazando a la pequeña–
¡Cambiaremos el mundo!
Gritaba como el primero que se quemó en la hoguera…

Nada sabe Matilde ahora
de su hija Valeria y de Ricardo / ellos dos la guía en su cansancio
Si volverán ellos a ver a la pequeña –también tiene
los ojos del agua y del aire y mal duerme nerviosa
por las noches que ahora son la garganta de un fantasma-
¡Ah, Matilde! que no sabe de sus hijos
si están vivos (cualquiera fuera su destino)
torturados y presos en algún campo clandestino (seria buenaventura)
O si son una tumba más (un soplo de pavor)
en el desierto de piedras negras…

El 30 de mayo de l977 y otra vez la fecha es una marca
de fuego a lo largo del alma
Fuerzas armadas conjuntas irrumpieron en un apartamento
en el centro de Buenos Aires frente a una plaza de flores
ahora ahogadas / siempre a oscuras / donde vivía mi hijo José
y su mujer Electra que se reía de su nombre y amaba
el teatro de tragedias pero nunca como a su niño
de apenas 20 meses –continua Matilde y en su pecho
hay un gemido ronco como la ola contra la piedra–
Ya en la vereda José alcanzó a gritar –Matilde recuerda y tiembla–
¡Nos secuestran! ¡Nos secuestran!... y resistió y resistió
Aferrado a la tierra resistió
Imposible / digno / solo
Aferrado a los cielos como un sol que se apaga
en la bruma y manchado con su sangre resistió...
¿…Y no es cierto Matilde que aunque muchos
los escucharon y los vieron y los conocían
nadie se movió ni rasgo sus vestiduras ni llamó a los dioses
ni respondió en auxilio de quien no hizo mucho más
en su hermosa vida de cielos abiertos y de rama
de sauce que crece junto al fuego
que abrir su alma a la desdicha ajena que no fue
ya ajena…?

En menos de un año la familia entera de Matilde
ha sido secuestrada y desaparecida (hablo de una fosa
de mar donde se vuelven hilachas las palabras fuertes)
Así de simple y silencioso es el terror (pienso en la sudadera
de un ángel dormido sobre lo brazas)
Así vasto y comulgado por millares
el pan de la tragedia
Lo sabe Matilde desfallecida hasta el fondo
del barro que la ahoga cuando dice:
No creo poseer más dolor que nadie
He dado a conocer mi historia
pero quiero también hacer mía / hondamente mía
la angustia de todas las madres que atraviesan
circunstancias parecidas…
…¿Es parecido y único el gemido del que
gime Matilde?
¿Es eterno el duelo por los hijos el duelo de
los justos sin justicia Matilde?
¿Siempre habrá lágrimas viejas y nuevas
lágrimas / rostros celestísimos aventurados
del destino Matilde?
¿Ya no dejaran de volar las malditas carroñas
del pico ducho
ensangrentado sobre el desierto
de piedras negras Matilde…?

Ayuda / Ayuda no compasión de corazón afuera
para lograr que la Junta Militar publique las listas
de los secuestrados / desaparecidos / y muertos
¡Que rindan cuenta de sus actos! Grita Matilde y
rasga los cielos para que despierten los dioses
más que sordos y mudos temerosos del horror que crece
y no deja de crecer y de caer como río en el deshielo
Como sangre que corre por las alcantarillas del matadero
Ay Matilde tu grito apenas el frágil eco
de una campana de vidrio
La humilde claridad de una conciencia que hierve de amor
no basta para arrancar la máscara de los ciegos ni mover
el ciego desierto de piedras negras…

Terminando su carta y no su fortaleza ante el dolor
Y no la desesperación que dilata
sin treguas los días de la vida escribe Matilde:
Si mis hijos están vivos pido a aquellos
que los detienen / sea en un pozo o en el fondo de la nada
me lo hagan saber
Si están muertos espero tener la fuerza
y el coraje de proseguir mi ruta y enseñar
a mis nietos el amor
a los hombres y a la vida…
…Sí / Matilde / sí y aun colmada tu alma
por un ladrido difunto dulce Matilde ¿también
enseñarás a tus nietos
que tus hijos guardaron como joyas la ambición
de que la patria no fuera para siempre
un callado desierto
de piedras negras…?

Ayer he visto a Matilde en Barcelona
El exilio nos hizo caminar por las ramblas abandonadas
Bajo una lluvia muy lejana y muy fuerte
Hablamos de sus hijos
La abracé
Me dio una copia de la carta…

¿Qué será de la poesía y de los viejos dioses de la infancia
si la memoria del horror se vuelve palabra más
que prohibida / vacía…?




Vicente Zito Lema- Argentina





(*)Matilde Herrera (Buenos Aires, 1931- ibíd., 1990) fue una periodista, escritora y poeta argentina, destacada militante contra el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional que gobernó el país entre 1976 y 1983.Fue una de las Abuelas de Plaza de Mayo, en donde colaboró personalmente con la recuperación de dos nietos que habían sido apropiados.
Herrera contrajo matrimonio con Rafael Beláustegui, con quien tuvo tres hijos, y luego de su divorcio volvió a casarse, esta vez con el artista Roberto Aizenberg. Comenzó a trabajar de periodista de 1962 y desempeñó su tarea hasta su muerte. Durante la época del Terrorismo de Estado en Argentina, sus tres hijos, José, Valeria y Martín, y sus respectivos cónyuges -militantes del Ejército Revolucionario del Pueblo fueron secuestrados por las Fuerzas Armadas. Su hija Valeria y una de sus nueras estaban embarazadas, de Tania y Antonio, respectivamente.
En 1977, Herrera se exilió en París junto con su esposo, donde fundó la Comisión de Familiares de Desaparecidos, junto con Claudia Lareu, Diana Cruces y otros militantes.7 En 1981 se trasladaron a Tarquinia, Italia.8 Regresó a Argentina en 1983, una vez terminada la dictadura militar. Falleció siete años después, en 1990, de cáncer.
Homenajes
Fue homenajeada en 2002 por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, junto a otras diecisiete mujeres argentinas destacadas del siglo XX, entre las que se encontraban Evita Perón y Alicia Moreau de Justo. La Comisión de Mujer, Infancia, Adolescencia y Juventud fue quien seleccionó a las mujeres homenajeadas.9
En el acto correspondiente al 24 de marzo de 2010, la actriz Florencia Peña leyó en la Escuela de Mecánica de la Armada, uno de los principales centros de detención clandestinos durante la dictadura militar, un poema de Matilde Herrera, "Seremos libres".10
En el Parque de la Memoria, en la Ciudad de Buenos Aires, se erige una escultura hecha por Roberto Aizenberg (Sin título) en honor a los tres hijos desaparecidos de Matilde: Martín, José y Valeria. En la escultura se muestran los contornos de tres figuras geométricas sin rostros que representan a todos los jóvenes desaparecidos durante la dictadura militar.11
Obras
Vos también lloraste (1986)12
José (1987)13
Identidad, despojo y restitución (1990; junto con Ernesto Tenembaum)



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DESAPARECIDOS

Ese hombre esa mujer no tienen rostro
No tienen nombre (no son más que la cresta
de una mar de ventura y nueva
que penetra en la frontera de piedra
apenas espuma
que con los vientos regios
siempre vuelve)
Un grito se alza en la noche brilla
en la espesura del silencio decae
fugaz
Después la sorpresa que abate la resistencia
sin milagro el tamaño
de la herida
por el suelo ropas / fotos / libros rotos
una cartera vacía
El coche avanza por la calle impune
nadie lo detiene
todos saben
Ese hombre esa mujer atados traspiran mucho
respiran mal
la pesadumbre el miedo
se ahogan
tiemblan
En ese mismo momento sucede
en el mundo la belleza
encuentros fortuitos / deseados / los instante
perpetuos de la vida
Una niña en la puerta de su casa dice adiós
la gota de lluvia choca contra sus labios
hay un estallido de luciérnagas salvajes
hay un desierto de esmeraldas fundidas
Y de pronto la gran estrella polar la cruz del sur
al oeste la vía láctea
toneladas de arena incandescente
el pequeño universo que un rayo de luz
recorre en 300.000 años
Todo el cielo es una sinfonía de promesas
Pero ese hombre esa mujer no tienen rostro
ni ojos ni oídos para las glorias
Se abre una puerta
A sus espaldas queda la ciudad del corazón dormido
Una ciudad vencida
Los secretos del crimen del
horror se repiten en voz muy baja
Pero ellos
ese hombre esa mujer ya desnudos
los escuchan
vienen del techo del piso de las
paredes
están a su lado
crecen como flores negras malditas
como hongos pestilentes crecen
Los escuchan ¿son humanos?
¿Son humanos esos juramentos fieles de más dolor y
esas risas que les responden? (¿qué perversa alegría
qué perturbada detención de la historia
ocurre tras esas risas?)
Y ahora el frío y ahora la ebriedad
de una mala sentencia cumplida lentamente
día a día
sobre sus carnes abiertas (¡Y qué del alma! ¡Qué
de esa inocencia primera que fue quebrada!)
Ese hombre esa mujer sin fuerzas sin aliento casi
la venda que los cubre el piso que los recoge
su orín su fecalidad la oscuridad tremenda
ellos sueñan
Ese hombre esa mujer cualquiera de nosotros
ni vivos ni muertos
ni cielo ni tierra
ni siquiera oasis
apenas la precariedad del recuerdo
Una gaviota levanta vuelo en alba brumosa
El aire se agita pero vuelve a ser eterno
Ese hombre esa mujer esperan.

Vicente Zito Lema
Escrito en el exilio en 1978









A 30 años del horror
del Terror del Estado

El arte no olvida, tampoco perdona: crea la mañana.

I El arte frente a la muerte

La materia del arte es el recuerdo...
El destino del arte es nombrar con belleza
lo que vivirá mañana sin olvidos...

El principio de la muerte
es el olvido de la vida...
El arte trae el mañana, crea con el sueño
la materia...
La muerte no sirve para la vida,
la muerte es apenas muerte...
Pobrecita la vida ante tanta muerte...
¡Que el arte no cubra con belleza
el olvido de la vida...!
...La materia del arte es el recuerdo...
El sentido del recuerdo
es provocar la belleza de la vida...

II El arte frente al olvido

El horror del Terror.
La noche sin estrellas en el llanto del niño...
El silencio de Dios es un principio
para el lenguaje del arte...
...El grito de la muerte ante el silencio de Dios
en la noche sin estrellas
en el llanto del niño
es el principio del arte
es la necesidad de la creación
frente al horror del Terror
en la noche sin estrellas...
en la mañana sin olvidos...

III El arte frente al horror

Para que haya horror, antes estuvo el Terror...
El Terror retorna cuando se entierran
los recuerdos del horror...
(Es un entierro sin piedad / es un entierro sin entierro...)
El horror padecido vive en las huellas del dolor...
El Terror cometido resucita en el silencio
con que se entierra el grito...
La materia del arte es el recuerdo...
La materia del horror es el miedo
para vivir la vida...

...La vida se merece vivida en la Justicia
La Justicia no es la ley sin pasiones
Es la pasión por la Justicia que vive la vida
sin terror / ni horror
Son las pasiones felices alejando las nubes oscuras
en los cielos de los olvidos
Mientras la belleza nos abre
las puertas del mundo...

IV El arte frente a la humillación de la vida

El arte no detiene la mano
de quien humilla la vida...
Pero sí impide que la humillación de la vida
se convierta en la misma vida...
En un puerto de pesadilla
para el viaje por el río de las pesadillas...

El arte no detiene la mano
de quien humilla la vida...
Pero sí impide que el rostro sin rostro
de la muerte que nos humilla
Sea nuestro rostro en un espejo de profecías
tan natural como eterno...

El arte no detiene la mano
de quien humilla la vida...
Pero sí da conciencia del tamaño de la herida
y del porqué de semejante herida...
El arte nos recuerda la humillación y la herida
El arte es un lenguaje para el anuncio
de la vida
sin herida y sin humillación...

Así como el arte no detiene la mano
Del Terror en el Poder que corta con Horror
el hilo de la vida...
Así tampoco el arte esconde con lágrimas de belleza
su impotencia...
Ni exalta la muerte con belleza...
Ni perdona con belleza al asesino...
La materia del arte es el recuerdo...
El principio de la vida es el castigo de la muerte...
La muerte no es belleza...
La muerte no es amor...
La muerte es sólo muerte en el camino de la vida...

V El arte frente a la conciencia de la vida

Cuando el Poder provoca el Terror...
Entra en acción la conciencia del mal...
La conciencia del mal desnuda su llanto frente a un olvido sin belleza...
Donde los muertos miran la muerte con sus ojos
bien secos...

El arte despierta en el ser la conciencia de la belleza...
La belleza tiene conciencia de cuando no hay belleza...
Como los niños toman conciencia de los sueños
en la cruel realidad...
La belleza que abre sus ojos ante el rostro del horror...
La conciencia de la belleza es la resistencia
ante el Terror...
El arte es el sueño hecho materia...
Mientras el horror toma conciencia del Terror...
Tanto oscuridad nos provoca el deseo de la luz...
La luz en la no luz es más luz...

VI El arte frente al deseo del mañana

La conciencia del bien funda la vida como humanidad...
La necesidad de la belleza funda la vida como deseo...
El deseo funda la conciencia como belleza...
La materia del arte es el recuerdo...
La esencia del recuerdo da nacimiento al devenir...

La vida es el principio de la vida...
La belleza es el fin de la belleza...
En los escondrijos de la belleza anida la verdad...
La verdad de la belleza brilla en la vida sin olvidos...

De la necesidad de los artistas nace el arte...
De la necesidad de los recuerdos nace la mañana...
He aquí el sentido de lo escrito:
Que una muchedumbre de gozo, alzada,
entierre el horror en soledad
que fue el ayer...

Vicente Zito Lema / marzo de 2006










Palabras para las manzanas y el miedo
(especial para La Tecl@ Eñe)


En el comienzo de los comienzos fue la necesidad
del fuego y de la luz; el vacío conoce la negrura
perpetua, no la caridad, tampoco escucha los cantos
y las risas del amor…
En la oscuridad sin fronteras nació el miedo,
era de esperar… Las flores son las hijas del
sol, repican las voces entusiastas de generación
en generación… El miedo siguió avanzando; Dios
no había nacido desde el dolor humano; el hambre
y el deseo dieron paso al monstruo de los monstruos:
la muerte que se piensa, la muerte como idea,
más monstruo cuanto más intangible…
En escena el miedo: el miedo nos encierra
en una caja de cristal y el cielo no hace otra cosa
que arrojar piedras al techo… (son piedras de furia,
o tal vez de desencanto…)
Muy cerca, el río pasa; hay arenillas a
diestra y siniestra, hay un hálito de palidez
en su lecho cercano…
Poco se repara en el brillo de los peces, la angustia
gana un lugar en la mesa; sólo preocupa el ritmo
de las olas, la posibilidad de ahogarnos pone lágrimas
de luto en nuestros ojos…

En el comienzo de los comienzos la naturaleza
quedó afuera del honor y del horror; no fue vista
como amiga o enemiga; el frío dejaba
su pasaje en los rostros, y el hielo y la nieve
con su corona sobre las espesas cabelleras
anunciaban el fin de una época…
El sol aparecía desde el fondo del mar con la belleza
en su lomo; las ofrendas y el misterio
se practicaban en silencio; alguien dijo:
la noche es el amor del cielo; los demás dijeron:
es hora de dormir, un vigía que suba a un árbol
y nos proteja… Las huellas de un gran animal
auguraban las sombras…

En el comienzo de los comienzos las palabras
se decían en la cara, fueran caricia o un duro
reproche; el viento que curte las hojas jamás
se esconde; la oscuridad se deshace en la luz
que chorrea; un niño dice: tengo hambre,
cien manos le alcanzan la comida, poco
y nada queda, un gesto, una sonrisa,
mañana será otro día; alguien quiere contar
las estrellas y llora: ¡son infinitas!, ¡son infinitas!;
la voz se apaga junto al fuego,
que no se apaga…. Lo que gira, gira;
lo que viene se va; si todo se reparte,
parejamente, el miedo de estar muerto
dormirá plácido en los brazos del alba…
Hay perfume de fogatas, la llovizna no lastima….

El comienzo de los comienzos llegó a su fin…
Hubo quien escuchó lúgubres campanas…
Hubo quien vio un pájaro de plumas negras y
pico negro, volando sobre nubes súbitamente negras
Hubo otro comienzo: un hombre sentó su gran culo
en una parva de manzanas,
y un niño soñó que sus pies eran un mar
para los peces; poca clemencia se conoció
a la hora de la cena, poco diálogo, poco canto;
discutieron y repartieron golpes hasta que alguien
gritó y golpeó la mesa:
¡Hay dueño, hay propiedad, hay renta!
¡Estos son mis intereses! (Pareció que el invierno
apresuraba sus pasos…)
Al que igual quiso comer las manzanas,
le cortaron la mano; y a otros en la hermosa pradera
se los vio colgados de los álamos; y aunque el viento
pasó de largo, ya nadie podría olvidarse del nuevo
principio: pagarás con la vida por comer
del árbol ajeno…
El niño con pies de peces camina por las aguas,
lo roe el hambre y sueña con manzanas…
El hombre, que ahora no es un hombre sino un dueño
ya no duerme en su casa, ya no besa a esa mujer
solitaria que sufre de soledad en la cama;
tampoco cuando la noche es roja se acerca al mar
para escuchar su canto y el canto de las sirenas…
Se siente amenazado… Sospecha de los saludos…
y de quien da vuelta su cara…
Las músicas le suenan como gritos de dolor
como ira y reclamos… Para él las nubes semejan
la boca de un diablo…
Día y noche, día y noche lo pasa en duermevela
sobre puntiagudas manzanas…
que esconde y cuida como el oro…
y que pronto se pudren…
y que poco perfuman…
olvidadas de que fueron en un largo amanecer
bellamente manzanas

¿Y el miedo? ¡Ah, con miedo el azul del prístino
cielo languidece!
¡Ah, el miedo nos devora el corazón!
¡Ah, el miedo cunde y se convierte en plaga!
El niño con peces en los pies cuenta una historia:
El árbol tiene miedo del dueño de las manzanas;
les exige, con veneno, que rindan más manzanas…
El dueño tiene un verdugo y tiene un guardián
para que nadie toque las manzanas (y mira al mundo
con aires de cortarle el cuello),
y tiene perros que aúllan a la luna; una luna pálida,
que muestra el miedo de ser comida, igual que
una manzana…
El niño deja libre sus pies de peces en el mar…
Más tarde o más temprano llegará con luces
el verano… ¿Quién recordará en su tumba
al que fue dueño de las manzanas…?
El viento pasa… El viento pasa…

Vicente Zito Lema,
Buenos Aires, Mayo de 2009
Para La Tecl@ Eñe
http://lateclaene.blogspot.com/2009/05/
vicente-zito-lemapoema-ineditopalabras_15.html






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