Inna Lisniánskaia. Bakú, Azerbaiyán [1928]
Poeta. Vive desde mediados de los años cincuenta en Moscú.
Durante los años anteriores a la Perestroika su obra recibió poca difusión en Rusia. Participó en el Almanaque Metropol; después de su prohibición y de la persecución de algunos de los poetas más jóvenes del Almanaque, ella renunció a la Unión de Escritores de la URSS. No fue sino hasta finales de los años ochenta cuando publicó en el extranjero. Ha merecido los premios Alexandr Solzhenitsin (1999), el Estatal de Rusia (1999) y el de la Revista Arion (Vavilon).
Traducción de Ludmila Biriukova:
En la vida en extremo ruidosa
Donde impera el número
Quería ser inteligente
Pero no tuve fortuna.
En el tiempo breve
Del mal soberbio
Quería ser dócil
Pero no tuve fortuna.
En la memoria desmembrada
¿Qué ocurrió?
Quería ser bondadosa
Pero no tuve fortuna
En la esfera separada
El marcador estelar…
Hubiera sido absuelta
Pero no tuve fortuna.
1996
Tú eres víctima de los laureles, yo soy presa del espino,
Y no sentimos vergüenza en confesarlo,
Si a los ojos del tiempo miramos de frente,
–En lo mismo coincidieron Gólgota y Tabor–.
Somos jóvenes, y también demasiado viejos.
Primero, porque hemos sufrido
Golpes del destino. Y segundo,
Sólo a las víctimas mantiene vivas
La mano celestial.
1997
Se platea la Luna en una fuente de nube.
No somos nuestro propio juez ni tampoco de los demás.
Hubiera dormido dulcemente, pero he aquí la desdicha:
El mundo migra –se mueven los hielos y la gente,
Y también las estrellas se mueven– quién sabe a dónde.
Como lavanda, está azulino el amanecer.
El fuego invade mi alma, aunque la mente es clara:
En el abandono se encuentra el mundo, por eso es cruel.
Si duerme el pastor, se dispersa el rebaño,
Si duerme El Señor, se dispersa el pueblo.
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