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viernes, 9 de noviembre de 2012

DANTE GABRIEL ROSSETTI [8472]






Dante Gabriel Rossetti
Dante Gabriel Rossetti (Londres, 12 de mayo de 1828 – Birchington-on-Sea, Kent, 9 de abril de 1882) fue un poeta, ilustrador, pintor y traductor inglés.
Hijo de un erudito emigrado italiano, Gabriele Rossetti, D. G. Rossetti nació en Londres, Inglaterra y recibió el nombre de Gabriel Charles Dante Rossetti. Su familia y amigos lo llamaban "Gabriel", pero en sus publicaciones ponía primero el nombre de Dante, debido a sus resonancias literarias. Era hermano de la poetisa Christina Rossetti y del crítico William Michael Rossetti, y fue uno de los fundadores de la Hermandad Prerrafaelita, junto con John Everett Millais y William Holman Hunt.
Desde muy temprana edad, mostró un gran interés en la literatura. Como todos sus hermanos, aspiraba a ser poeta. Sin embargo, también deseaba pintar, habiendo mostrado un gran interés en el arte italiano medieval. Estudió con Ford Madox Brown, con quien mantuvo una estrecha relación a lo largo de su vida. Estudió idiomas en el King’s College y posteriormente en la Royal Academy.
Después de la exposición de la obra de Holman Hunt La víspera de Santa Inés, Rossetti buscó la amistad de Hunt. La pintura ilustraba un poema de un autor por entonces poco conocido, John Keats. El primer poema de Rossetti, The Blessed Damozel  era una imitación de Keats, así que creyó que Hunt podría compartir sus ideales artísticos y literarios. Juntos desarrollaron la filosofía de la Hermandad de los prerrafaelitas. Rossetti estuvo siempre más interesado en la parte medieval del movimiento que en la moderna. Estaba publicando traducciones de Dante y otros poetas italianos medievales, y su arte también buscaba adoptar el estilo de los primitivos renacentistas italianos.
Las primeras grandes pinturas de Rossetti muestran algunas de las cualidades realistas del movimiento prerrafaelita temprano. En 1849 pinta su primer lienzo inspirado en los antiguos pintores italianos, La infancia de la Virgen. Al año siguiente pinta Ecce ancilla Domini!, una representación de la Anunciación que exaltaba la pureza. Es una interpretación moderna de la Virgen María y de la Anunciación, en la que María es representada como una adolescente indiferente y atemorizada, pálida no tanto por candor espiritual cuanto por consunción. Destaca el uso del cabello pelirrojo, señal de sensualidad para el decadentismo y el simbolismo. La presencia del lirio y de la cortina azul entre los tonos blancos son elementos ulteriores que añaden contenido simbólico a la pintura. Su obra es intensamente mística y primitiva, acercándose al eclecticismo de los nazarenos alemanes. Su pintura incompleta Found (1854) fue la única dedicada a la vida moderna. Representaba a una prostituta, sacada de la calle por un pastor que era su antiguo enamorado. Sin embargo, Rossetti progresivamente prefirió imágenes simbólicas y mitológicas a las realistas. Esto también puede predicarse de su poesía posterior.
Aunque lo apoyó John Ruskin, las críticas que en el año 1850 recibieron sus pinturas hicieron que se retirara de las exposiciones públicas y se dedicara sobre todo a la acuarela, que podían venderse en privado. Tomaba como asunto preferido los textos de Dante, en particular de laVida nueva, que había traducido al inglés, y de la La muerte de Arturo de sir Thomas Malory. Sus visiones de las historias artúricas y del diseño medieval también inspiraron a sus nuevos amigos de aquel tiempo, como William Morris y Edward Burne-Jones.
Estas tendencias se acrecentaron debido a ciertos acontecimientos de su vida privada, en particular por la muerte de su esposa, Elizabeth Siddal, quien se suicidó ingiriendo láudano después de dar a luz a un niño muerto. Rossetti cayó en la depresión y enterró la mayor parte de sus poemas inéditos en la tumba de su esposa, en el cementerio de Highgate. Idealizó su imagen como la Beatriz de Dante en un buen número de pinturas, como El sueño de Dante ante la muerte de su amada (1856) y en Beata Beatrix (1863), obra que marca el camino del pintor hacia una mayor ornamentación y simbolismo; esta pintura alegórica alude a la muerte de su mujer. Representa a Elizabeth en una pose lánguida y sensual, con su cabello rojo natural recogido en un peinado deshecho; sobre sus manos se está posando una paloma roja, símbolo de espiritualidad, que porta en el pico una ramita alusiva al láudano. A sus espaldas, una escena difusa representa a dos personajes, quizá Dante y Virgilio. El complejo simbolismo del retrato es aún fuente de debate entre los críticos.
Dejó la Hermandad Prerrafaelita en 1863, pero mantuvo su mismo estilo pictórico en obras posteriores: La novia (1865), La mujer de la ventana, El vestido de seda azul (1868), May Morris (1872), La doncella herida (1879), Ensueño (1880), La pía (1881) y Juana de Arco (1882). Monna Vana (1866) es el arquetipo de la feminidad decadente, el sujeto de la pintura es una mujer de belleza sensual y andrógina que se cepilla el pelo rojo rodeada de composiciones florales. La rosa es la flor decadentista por excelencia. Pintó varias veces el mito de Proserpina o Perséfone, raptada por el Hades, dios de los infiernos y que tuvo que liberarla, pero con la condición de que no comiera nada en el regreso; Hades la engañó para que comiese seis semillas de granada, fruto de los muertos, que la obligaban a volver seis meses cada año, uno por cada semilla. La diosa es representada según un canon común al romanticismo y al simbolismo: la mezcla de belleza y muerte se indica con el pelo negro y una pose sensual de mujer fatal. En su mano, la granada alude al mito y también, en clave simbólica, a la muerte y la sangre.
Su pintura influyó en el desarrollo del movimiento simbolista europeo. Rossetti representaba a las mujeres obsesivamente estilizadas. Tendía a retratar a su nueva amante, Fanny Cornforth como el epitome del erotismo físico, mientras que otra de sus amantes, Jane Burden, esposa de su socio de negocios William Morris, la idealizaba como una diosa etérea.
Durante este tiempo, Rossetti empezó a obsesionarse con animales exóticos, y en particular con los wombats. Con frecuencia pedía a sus amigos que se encontraran con él en la “Guarida del wombat”, en el zoo de Londres en Regent's Park, y allí pasaría muchas horas. Finalmente, en septiembre de 1869 adquirió su primera mascota de wombat. Este, que vivió poco tiempo y al que llamó “Top”, a menudo lo llevaba a la mesa, y se le permitía dormir en el centro de la mesa durante las comidas. De hecho, se dice que inspiró al lirón de Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll.
Los amigos de Rossetti consiguieron que exhumara los poemas de la tumba de su esposa y los publicara: Poems (Poemas, 1870); fueron muy controvertidos y atacados como el epítome de la “escuela de la poesía carnal”. Ofendía su erotismo y sensualidad. Un poema, Nuptial Sleep (Sueño nupcial), describía a una pareja que se quedaba dormida después del sexo. Esta era parte de la secuencia de sonetos de Rossetti The House of Life (La casa de la vida), una serie de poemas que trazaban el desarrollo físico y espiritual de una relación íntima. Rossetti describe la forma de soneto como el “monumento al momento”, pues busca contener los sentimientos de un momento fugaz, y reflejar su significado. Este fue el mayor logro literario de Rossetti. En 1881 publicó Ballads and Sonnets (Baladas y sonetos). Rossetti también típicamente escribió sonetos para sus pinturas, tales como Astarte Syriaca. Como diseñador, trabajó con William Morris para producir imágenes para vidrieras y otros elementos decorativos.
Hacia el final de su vida, Rossetti cayó en estado mórbido, oscurecido por su drogadicción y su creciente inestabilidad mental, posiblemente empeorada por su reacción a los salvajes ataques de la crítica sobre su poesía desenterrada (1869). Pasó sus últimos años retirado, como un recluso. Murió en Birchington-on-Sea, Kent, Inglaterra.




En el tren, y en Versalles


Con una rapidez embotada nos lleva
con cuerpos abandonados en un balanceo y las rodillas que se agitan.
El viento ha cesado, es una brisa débil
cálida por el sol. Las hojas aún no están secas
tras la densa lluvia de ayer. Todo, bajo y alto,
es un campo verde intenso; pero, entre sus árboles,
rojizo y vivo de Otoño. Tras este paisaje
está la ciudad inmóvil ante el cielo.
Se llega a Versalles. Pasamos las galerías
y buscamos los jardines. Hay un gran silencio,
por los largos corredores, a gran distancia
del agua. Más que una melodía o una canción,
el silencio crecerá para sobrecoger tu mirada,
hasta que tu pensamiento nade con la esfera azul que gira.

© Traducción ANTONIO LINARES FAMILIAR





In The Train, And At Versailles

In a dull swiftness we are carried by
With bodies left at sway and shaking knees.
The wind has ceased, or is a feeble breeze
Warm in the sun. The leaves are not yet dry
From yesterday's dense rain. All, low and high,
A strong green country; but, among its trees,
Ruddy and thin with Autumn. After these
There is the city still before the sky.
Versailles is reached. Pass we the galleries
And seek the gardens. A great silence here,
Through the long planted alleys, to the long
Distance of water. More than tune or song,
Silence shall grow to awe within thine eyes,
Till thy thought swim with the blue turning sphere.






Desde la Muerte al Amor.
Through Death to Love

Al igual que las manos arduas, las nubes débiles huyen
De los vientos que arrasan el invierno de las aéreas colinas,
Como multiformes e interminables esferas
Que inundan la noche en una súbita marea;
Terrores de ígneas lenguas, de inarticulado mar.
Incluso entonces, en algún sombrío cristal de nuestro aliento,
Nuestros corazones evocan la imagen salvaje de la Muerte,
Sombras y abismos que bordean la eternidad.

Sin embargo, junto a la inminente Sombra de la Muerte
Se alza un Poder, que se agita en el ave o fluye en la corriente,
Dulce al deslizarse, encantador al volar.
Dime, mi amor. ¿Qué ángel, cuyo Señor es el Amor,
Agitando la mano en la puerta,
O en el umbral donde yacen las trémulas alas,
Posee la esencia flamígera que tienes tú?






El Alma de la Belleza.
Soul's Beauty

Bajo el arco de la Vida, donde el amor y la muerte,
El terror y el misterio, guardan su santuario,
Yo vi a la Belleza en un trono,
Y aunque sus ojos son abandono
La dibujé en la simplicidad de mi aliento.
De Ella es la mirada -sobre y debajo
Del cielo que se curva sobre ti-
Por mar o cielo o mujer, sólo hay una ley,
Ser el siervo de su palma y su corona.

Esto es lo que la Señora de la Belleza sabe,
En cuya alabanza tu voz y tu mano se agitan,
Larga sabiduría en el vuelo de tu cabello,
El diario palpitar en tu corazón y tus pies,
¡Con qué pasión irremediable, en cuántos vuelos!
¡Cuántas formas y maneras tienen sus días!





El retrato.
The Portrait

He aquí su retrato, tal como era:
no me asombrara tanto si al marcharme
del cuarto quedase cautivo
mi rostro en el espejo tras mirarme.
Lo observo largamente y me parece
que aún respira y su boca se estremece,
que se entreabren sus labios, que podría
oír su dulce acento todavía,
y no obstante en la tierra permanece.

Así fue, como rayo que silencioso
hace la prisión aun más tenebrosa,
del rocío constante ese latido
que da a la soledad su propia prosa.
Del galardón de amor sólo perdura
esto, y lo que con tristes andrajos
recogen de mi alma su consejo,
queda lo que es secreto y es reflejo
bajo tierra sepulto o allí, en la alta tersura.

Al pintar yo, devoto, su figura
entre árboles la puse, donde apenas
la luz penetra el místico verdor,
y el dulce susurrar de las amenas
voces llega apagado; ante el brillante
fuego fatuo, y figuras cuyo ausente
nombre ignoran de sí, y aquella lluvia
de otro tiempo, y sus pasos detrás mío,
escapando como vino, quedamente.

Un bosque sombrío y profundo; allí está ella
como lo estuvo un tiempo, así era entonces:
sus manos sosegadas de doncella,
y el grato fluir de líneas puras, bronces,
la cifra rebasando de lo hermoso
cual ignota presencia o cual dichoso
sueño. Es ella y ya no es ni sombra leve
de si misma en la hierba ni ese breve
reflejo sobre el río rumoroso.

Solos nos encontramos aquel día
y nada entonces turba o importuna
nuestra perfecta dicha y armonía.
—La memoria hace hoy triste, cual la luna
que aparece de día, aquel momento—.
Junto a ella bebo en la fuente, sediento
de otras aguas que fluyen a mi vera,
canta ella donde el eco reverbera
y allí mi alma se llena de contento.

Apenas tuve el ánimo dispuesto
para decir lo que en secreto arde,
estalló la tormenta, el trueno atento
resonó entre los montes. Esa tarde,
junto al cristal que la lluvia batía,
repetí mis palabras, ella oía
con sus ojos perdidos en los campos
por la lluvia y el viento aún apagados,
desiertos y cenagosos todavía.

Aún se agitaba el recuerdo, al otro día,
de todas esas cosas, como el viento
que acaricia la hoja, aún batía
el amor con su ala. Ese momento
deseaba hacer mío y un retrato
me propuse pintar. En dulce trato
fui, entre silencio y platica, trazando
su imagen entre ramas, imitando
la sombra de los árboles.

Y aun cuando la pintaba, todo
era aire fragante en torno mío,
mi amor en su pesar adivinaba
en cada flor bañada de rocío
un corazón latiendo en la espesura.
Oh corazón que ya no se late,
que yace en las tinieblas exiliado
¿Qué es para ti mi amor o esta delgada
red que el sol urde con ternura?

Ya que ahora la luz niega esos días,
nada para escuchar o ver nos queda,
sólo un grave murmullo en las sombrías
tinieblas trae a mi oído su voz queda,
cuando la brisa inclina hacia el sendero,
la sombra de las hojas, y la ribera,
el bosque y las aguas, que el dorado
rubor de las estrellas ha coronado,
yacen igual que yace lo olvidado.

Pude anoche dormir y fantaseando
fui diluyendo mi sueño hasta perderlo.
El llanto mansamente fue brotando
de mis ojos, pues, sin yo pretenderlo,
me hallé en aquellos bosques que un día
con ella recorrí; y allí permanecía,
en una mota de noche sumergida,
cuando al borde de luz llegó el estampido
del océano que tiene corazón de arpía.

Donde el cielo su hálito contiene
y del amor escucha su latido,
donde el ángel reposa su ala tenue
en torno a los astros escondido
¡Cómo habrá de embelesarse complacida
mi alma cuando libre y renacida,
tras los acordes de la celestial danza,
en su alma penetre sin tardanza
y en su silencio a Dios conozca en vida!

Aquí, cercano a su rostro, mi memoria
queda mientras aguarda el dulce ocaso,
hasta que con la mirada gloriosa,
con los ojos más tiernos, oh Parnaso,
que los de ayer, pueda mirar. Y en tanto
anhelo y esperanza, ya quebranto,
se han perdido, en su imagen permanecen
intactos, cual cruzados que perecen
y reposan junto al Sepulcro Santo.





La belleza del cuerpo.
Body's Beauty

Se cuenta de la primera mujer de Adán, Lilith,
(la hechicera a quien amó antes de recibir el regalo de Eva)
que su lengua engañaba antes que la de la serpiente
y su pelo embrujado fue el oro primigenio.

Inmóvil permanece; joven, mientras el mundo se hace viejo;
y, delicadamente contemplativa de sí misma,
hace que los hombres contemplen la red brillante que teje,
hasta que corazón y cuerpo y vida en ella quedan presos.

La rosa y la amapola son sus flores, pues ¿dónde
podremos encontrar, oh Lilith, aquél a quien no engañen
tus fragancias, tu sutil beso y tus sueños tan dulces?

Ah, en el mismo instante en que ardieron los ojos del joven en los tuyos,
tu embrujo lo penetró, quebró su altivo cuello
y retorció su corazón con uno solo de tus cabellos de oro.





Para el vino de Circe de Edward Burne Jones.
For the wine of Circe by Edward Burne Jones

Con oscuras trenzas y áureo tocado
se inclina y vierte la funesta gota,
que brota de la muerte y la afrenta
en el dorado vino. Un perfumado

fulgor de girasol dora su mesa.
Helios y Hécate, oh Circe, conjurados
proclamarán ante tus invitados
el éxtasis de amor hasta la aurora.

Por propio voluntad han venido. A tus rodillas,
en mansas bestias transformados,
rugirán en la noche prosternados,

y en vano esperarán que la marea
de la pasión alcance sus orillas
como algas desechadas por el mar.






Sueño nupcial. 
Nuptial Sleep

Con cálida aflicción, al fin se deshizo el largo beso:
y como las últimas gotas repentinas caen
del resplandeciente alero cuando la tormenta ha huido,
a solas vaciló el latir de sus corazones.
Sus pechos se apartaron, con el brotar abierto
de las flores nupciales a su lado, extendidas
desde el tallo unido, más aún sus bocas ardiendo
se acariciaron donde yacían separadas.

El sopor los hundió más profundamente que la marea
de los sueños, y sus sueños los vieron sumergirse
y escapar. Delicadas sus almas flotaron de nuevo
por esplendores acuáticos, y, ahogados, grises
objetos del día; hasta que por un prodigio
de leños nuevos y corrientes él se despertó y más
se maravilló: pues ella estaba a su lado.






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