Pedro Godoy nació en Bolívar en 1899 y murió en Mar del Plata en 1986. Publicó “A cara o cruz” (1926), “Vidrio de punta” (1928), “Brocha gorda” (1932), “No hay lemas” (1953) y “Milonga de los caminos” (1969); y una plaqueta con dos poemas y un dibujo de Pancho Ruiz “Orgía Ontológica” en 1974, Editorial Papeles de Buenos Aires, colección La pluma y la palabra, dirigida por el poeta Roberto Santoro.
Recorrió todo el país ganándose la vida en distintos oficios: panadero -su especialidad: el pan dulce-, albañil, pintor de brocha gorda, cuidador de coches, y croto. Se lo vinculó a los poetas sociales de Boedo, publicó en la colección Los Poetas, de Editorial Claridad. De espíritu anárquico, colaborador de La Protesta y otras publicaciones libertarias, conoció las miserias de la opresión y las persecuciones.
En "Los mejores poemas de la poesía argentina" ( 3º Edición, 1977) Juan Carlos Martini Real (encargado del prólogo, selección y notas), dice sobre Godoy: “Desde hace años ha instalado una carpa a pocos metros de la Barranca de los Lobos, al sur de Mar del Plata, y allí vive cumpliendo en su vejez, con los cinco requisitos que daba San Juan de la Cruz, como condiciones del pájaro solitario: 1) que va siempre a lo más alto; 2) que no tiene determinado color; 3) que da el pico al aire; 4) que no sufre compañía aunque sea de su condición; 5) que canta suavemente. Hijo natural, con ascendencia gitana e india (…) su apellido responde a un antiguo dueño de uno de los predios que rodean a la laguna de Monte, en cuyas tierras se recluyó un grupo indígena que, para vivir o integrarse a la sociedad, solía ponerse este Godoy, que Pedro incorporó a la historia de la poesía argentina, a través de seis poemarios desperdigados en casi cincuenta años”.
Pedro Godoy, en la noche anterior a su muerte conversando con Juan Jacobo Bajarlía, le comentó con mucha lucidez sus proyectos en materia literaria e incluso que pensaba publicar "El tercer Ángel", libro del que no tenemos noticias.
Notas: Del Suplemento Literario El Ángel de Virrey del Pino, edición tabloide, 4 páginas, tirada 3000 ejemplares. Año III, Nº 23, 1998. Director Carlos Kuraiem.
Carlos Kuraiem nació en Buenos Aires el 6 de junio de 1956. Músico y poeta.
Publicado por José María Pallaoro
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AEROSÚPLICA MARINA
El mito y los cuentos pueden ser de una profundidad
máxima y de una interpretabilidad infinita, precisamente
cuando nada explican, cuando carecen de sentido. (Karl Jaspers)
¡Al mar! ¡Al mar!
¡Libremente inmenso! ¡Inmensamente libre!
¡Huir hacia este intenso día sin piedad!
Ser. Sólo contemplar. El trémolo. Deleite de la sal.
La vieja ley del mar un gallooo adora y dona
al fondo internacional de las víceras...
Estrellenauta de las 5 razas.
¡Más rounds, más rom, más sopla, enardecida...!
¡Huir! ¡huir hacia la clara claridad del mar...!
¿Por qué se dora el mar?... A las llamas se arroja.
Nacemos inocentes... ¡Las llaves del Mar...!
¡El mar! ¡El mar! Eternamente joven.
Lava Labas...
¡El mar! ¡El viento! Perdidos en la noche de los siglos...
¡Entre la sinfonía de fieros carnavales
y la aridad alobre del arcaico arcano!
¡La ronca fuerza cósmica! ¡Girante; tiburones veloces!
¡Diadema de Alucinantes jarcias! ¡El frenesí violento!
Banderas voluptuosas que vuelan... Huir...
¡La claridad feroz...Huir...!
máxima y de una interpretabilidad infinita, precisamente
cuando nada explican, cuando carecen de sentido. (Karl Jaspers)
¡Al mar! ¡Al mar!
¡Libremente inmenso! ¡Inmensamente libre!
¡Huir hacia este intenso día sin piedad!
Ser. Sólo contemplar. El trémolo. Deleite de la sal.
La vieja ley del mar un gallooo adora y dona
al fondo internacional de las víceras...
Estrellenauta de las 5 razas.
¡Más rounds, más rom, más sopla, enardecida...!
¡Huir! ¡huir hacia la clara claridad del mar...!
¿Por qué se dora el mar?... A las llamas se arroja.
Nacemos inocentes... ¡Las llaves del Mar...!
¡El mar! ¡El mar! Eternamente joven.
Lava Labas...
¡El mar! ¡El viento! Perdidos en la noche de los siglos...
¡Entre la sinfonía de fieros carnavales
y la aridad alobre del arcaico arcano!
¡La ronca fuerza cósmica! ¡Girante; tiburones veloces!
¡Diadema de Alucinantes jarcias! ¡El frenesí violento!
Banderas voluptuosas que vuelan... Huir...
¡La claridad feroz...Huir...!
Aerosúplica marina, 2
¡La ansiedad implacable agita pesadillas astronáuticas!
¡Genas! ¡Gemas! La belleza terrible. ¡La salvaje alegría!
¡Nos desplaza hacia una enardecida procesión en llamas!
Entre aplausos del mar. Lejano siempre.
¡Furiosa y amantísima promiscuidad del júbilo!
¡El mar! ¡Aterradora boca de locura líquida!
los días salieron de su carne.
¿Del mar?... (¡La vida parece hecha quien sabe para gozar
qué aullidos!) ¡Juguemos a vivir! ¡Sangrar estos orgullos!
… blancuras... blancuras… blanduras nerviosísimas...
¡Huir! Hacia la estética serena de los lobos marinos,
la silenciosa sublimación de los satélites remotos.
La arena voladora en anímica voluntad de altura.
El que se enoja, queda atrás, pierde el espectáculo.
“Solo hay un remedio para los males del A mar...
seguir amando más...”
... esfuerzo volitivo nos alza al movimiento...
¿qué busca lontananzas?...enérgico afán de ser vital...
los ovnis...arcanos nómadas...la cruz del sur...
la soledad de los aerolitos...la caricia de las almas...
el espacio azul y panteísta... la angustia religiosa...
los velos de maya...la existencia inconsolable...
lo incontrolable en el sicoanálisis...
la mujer buque...
¡Tu sangre, Mar! ¡Tus lágrimas alcanza
para comprar mas fábulas!… Hacia los frutos nuevos.
La novia nueva nos chista la mañana
cargada de preguntas…
Son momentos terribles. En que parece que un dios feroz,
desconocido implacable nos arrastra de la mano
hacia hallazgos ocultos en nosotros…
Indomables susurros susurrándonos,
de un puerto donde es una insensatez estar en contra…
El mar, tuvo familia esta mañana: un caracol vacío.
Entre lejanas lunas… La locura de una pintura abstracta
sobre la tela de una golondrina volando.
¿El Mar? ¿La Mar? La rosa bisexual… Y la tintura
Junto al mar, todos los cuerpos tienen olor A Mar… amar…
Hasta fundirnos en el crisol ardiente de la arena,
el sol rebota sobre el mar como pelota.
¡La soledad del mar…! Copa pura donde la especie
Escancia sus gotas de placer y de dolor… Huir…
Cien mil cabezas para un solo ojo retozando de lujuria.
El ocio cálido. El monstruo cuerdo impera…
¡Que en inefable santidad el arte se acueste con la vida
proclamando la infancia eterna del instinto!
Partimos hacia el mar. En un frenético fáustico fantasma.
La fértil fiesta fondo florece figones del frenesí
fustigando la fatalidad del farandulismo fecundo.
Fogonazos furiosos fotografiando formas...
¡Qué felicidad en la fisura! Qué fenómenos al filtro
de estos firmes perfumes de la sal! ¡Fantamagia fascinante!
Acá como en la vida no hay vieja ni nueva ola,
una viene detrás de la otra... ¡poder de la Nada!
Aerosúplica marina, 3
¡Al mar! ¡Al mar! Percepción saltando como pulga deslumbrada,
estirándose a la corteza lisa de los cuerpos.
Caravanas preclaras aferradas a feroces canciones.
Cantan las flores, donde ya se volvieron antifaces
las rojas fauces de los escualos.
Enigma de los esfuerzos. Intensa claridad interior
donde no se puede subsistir sino besando... ¡Huir!
huir hacia una encía de gaviotas y luceros.
¡Al mar! ¡Al mar! Y allá entre esotéricas sinagogas repletas
de mujeres deseadas y corajes arcánicos un violín se desangra
entre los horizontales...La tarde se derrite convirtiéndose
en copa de champaña, sobre la mesa solitaria,
...¡anhelantes vacíos del mono negro!
¿Genetistica relatividad? ¿Origen cromosómico?
¿qué estalactita monologa estructura esta ninfónica
inseminación novatada trayendo más ansias de vivencias?
¿qué esencias intensas retman autarquía de aladares?
¡Hinche los velámenes el inflamado sol de las mokinis!
Y estruendando beatitudes más sensibles, otro viento:
un maquillado ruiseñor celeste, equilibrista inicia
un ávido ballet atómico. A todo hidrógeno... Huir...
¡Huir hacia ese albatros sobre el viento!
Sobre un diáfano ring de náyades...
Y en la victoria canta horrorosa la espuela negra
de los corsarios. Y lo imprevisto: Polvo y locura.
Locura y nada. Sobre este foso del infinito,
van las estrellas en la mendiga sed infinita...
Los hombres y las hambres. Los siglos y las siglas...
galopan y galopan sobre el milagro de este obscuro
caballo líquido florecido, cazador de angustias...
Las altas islas. Las camas diáfanas. Azar. Arcantos.
Los iracundos mundos del beso. El baile nuevo
con esqueletos que se encendieron y consumieron
hace ya miles miles de siglos. Huele a lactancia...
que vienen...van...Van a la nada.
En la cueva profunda de las olas...
Dinámica jugando a los enigmas.
Pájaro inclinado hacia la roja azúcar de las grescas.
¡Las entrañas de Prometeo, tan dulces! Por eso los buitres
que vuelan desde submundo para curarlas pujan sus miedos
inmolándose en el albergue de la caducidad eterna.
¡Al mar! ¡Al mar! Buscamos la abstracción en sus leones.
¡Acontecer! ¡Acontecer! Interrogantes invisibles.
Deleite en nitilantes laberintos torbellinos...
index de las metas. En el girar eterno, efímeros...¡huir!
Huir en este volcán radiante. En este vientre del mar.
Hacia una robusta soledad florecida. Enamorados de la belleza;
con sus viejas túnicas sucias y ensangrentadas,
embarradas con el humo de todos los cadalsos,
muertos presentes y futuros,
fabricados con las barbas rojas de logos horizontes...
Aerosúplica marina, 4
¡Huir...huir...para vivir! Polígamo mosaico.
Dormir sobre milagros... Largas alegrías abuelazgos.
El éxito disfrutando perfumes del espacio,
televisa palomares de planetas...
para la eternidad. ¡Fascinación, para vivirte, mar!
Los pumas abstractos dispersos sobre de tus médanos...
...la almohada de las algas...
Megatones como distancias llenas de rulos; las gaviotas
en coincidencia de la gracia y el perdón...
y el oleaje, como tornillos enroscando
la tarde en las arenas...
asciende como sierpe a lo largo de la columna vertebral
y mercurial, nos parte en diáfana magnolia emocional...
mientras desparramados al sol sobre la playa,
la gran dulzura de rosados muslos...la búsqueda,
la suprema longevidad esclavera del pacer,
jocundas ancas, como lunas derramando sombrillas,
y senos que estallan prendidos por los juegos artificiales
del sol, lo mismo que granadas...
los pájaros de sidra...el fósforo del jazz...
las panteras del mar arañando los sueños...
selvas en algarabía de montañas...los alaridos
en la gruta para la misa de los mundos...
asándonos lentamente con rubios cigarrillos.
Llueve sobre el mar...llueve. Para. Y era fiesta:
siniestra entre las tinieblas de la noche.
¡El viento! ¡El viento! Se desata feroz el huracán!
Ruge pateando el mar y el mar muerde las quillas
espantoso cath cha can a muerte, muerte.
La orgía de la muerte entre horrorosas bacanales marinas...
¡El mar!... y este olor vagabundo...
moluscos para la Sinfonía Fantástica de Stravinski,
agujas de expediciones jubilosas de la siquis...
¡Huir...Huir! Al regresar alucinado...
Nos lleva del corazón el mar... Gélidos canales agnóticos.
Huir al quehacer del subconsciente. ¡Al Mar!
Arbol perenne, cuyos frutos siempre maduran...
y caen. Enterrándose dan, dan, dan...
asombrosas sonrisas del silencio,
sabiduría...
¡madremujer, la ardiente herida de su carne!
Después del naufragio,
bajo la luna monstruosa, hierve la olla del mar,
a los pies de los acantilados de nácar; solitarios,
los cuerpos de las doncellas muertas
flotando, un águila dormida entre las piernas,
revueltas entre sus ensueños de nylon...
Parecen pétalos... Ah, solidario... codícialos y calla.
¡Mar...! Siempre simple desconocido...Huir a Tu “Hoy”.
Tus espuelas terribles. Tus montañas de ánímas.
Los cañonazos de tus lejanas baterías retumban
sobre el horizonte de los siglos antes de la tierra...
Desfilan sobre ti grandes negras blancas nubes...
Monstruos ejércitos de super fortalezas volantes
que se atacan, devorándose...Grandes procesiones
silenciosas. Carpas errantes de imperios muertos...
Caballadas arriadas a degüello por ausentes malones
siderales perdidos de infinito a infinito...
Las olas se ponen de pie para atacarse
como enormes rulos de culebras. ¡Huir...Huir!
Aerosúplica marina, 5
¡Madrugada en el mar! ¡Murmura! Maremánum monstruocine.
Licor de grandes circos tirados por toninas blancas,
sobre los colchones de fuego del sol naciente.
Las altas tetas aúllan como peces en el viento...
Cara a las constelaciones...el mar,
tiene la dulzura de un niño dormido, y otras,
el rostro agrietado de un anciano enfurecido demonio.
Los pingüinos quedan sobre las playas, muertos,
tornasolados al petróleo con los brazos
en cruz como los ángeles.
La Historia ha sido escrita por el mar,
sobre el pupitre de aleluyas y pelícanos...
Aventuras. Acuarelas pintadas por las lanzaderas plateadas
de los peces. Grandes tormentas. Grandes tormentos arcánicos.
Graves investigaciones, instante del instinto.¡Huir...!
allá, donde el mar como un gran repollo plomo
envuelve con sus frescas hojas verdes
los muslos cálidos de la esperanza.
¡El mar! ¡La mar! El ojo caracol del aro.
Noche de los siglos: ¡Hosanna!
El brazo enloquecido del faro friega y resfriega... lava...
Lava...
Lava...
Lava...
La brillante bola de la vida.
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