BUSCAR POETAS (A LA IZQUIERDA):
[1] POR ORDEN ALFABÉTICO NOMBRE
[2] ARCHIVOS 1ª, 2ª, 3ª, 4ª, 5ª 6ª 7ª 8ª 9ª 10ª 11ª 12ª 13ª 14ª 15ª 16ª 17ª 18ª 19ª 20ª y 21ª BLOQUES
[3] POR PAÍSES (POETAS DE 178 PAÍSES)

SUGERENCIA: Buscar poetas antologados fácilmente:
Escribir en Google: "Nombre del poeta" + Fernando Sabido
Si está antologado, aparecerá en las primeras referencias de Google
________________________________

martes, 5 de agosto de 2014

CRISTIAN CRUZ [10.818]



Cristian Cruz

San Felipe, Chile, 1973
ha publicado los poemarios Pequeño País (Ediciones Casa de Barro, Chile, 2000) Fervor del Regreso (Ediciones del Temple, Chile, 1era. edición: 2002 - Segunda edición: 2004) La Fábula y el Tedio (Ediciones EDEBÉ, Chile, 2003) y los libros de crónicas Papeles en el Claroscuro (Ediciones Intendencia Regional de Valpo., Chile, 2003) y La Invención de Pangue (Ediciones Casa de Barro, Chile, 2006). Entre las distinciones recibidas, destacan en 1998, la Beca de la Fundación Neruda, Santiago, y la Mención Honrosa del premio poético Jorge Tellier. En el 2003 recibe por La Fábula y el Tedio el Premio Alerce de la Sociedad de Escritores de Chile. El mismo año es merecedor de la beca de Creación Literaria del Consejo Nacional del Libro y la Lectura. En el 2007 es merecedor del segundo premio Fernando Santiván de Poesía ciudad de Valdivia. En la actualidad, escribe artículos literarios para la revista Pluma y Pincel de Santiago de Chile.





El Armado Enrique

En una carreta debe ir Enrique Volpe
seguro con su revolver 
para enfrentarse a forasteros con aliento a pólvora.

Ahora todos los bandoleros de las estancias celestes
deben contarle historias sangrientas
o lo han hecho otro más 
se dirigen con su banda a quemar el infierno,
todos los chocos y trabucos de antaño
se dispararon esa mañana,
dinos, dónde quedó el botín
a dónde se fueron los ecos de balas en la noche.

(La Fábula y el Tedio, 2003)







Terribles asuntos

Yo podría haber intentado otra cosa
Pero tú sabes que en esta vida
La cobardía te lleva por terribles asuntos
Y dolorosos más encima,
Yo habría intentado por ejemplo:
Cambiar mi cuerpo por otro
Pero en nada se reemplaza un alma,
Haber cambiado los excesos por cuatro o cinco hijos
Y juntos salir al campo
¿ves? Muchas cosas, muchas ganas
No haber sido tanto poeta
Sino una palabra que beneficie a las personas,
Leo cada día un par de poemas del gusto personal
Y ya no hablo tanto con dios
Sino tanto con carreteras que llevan a cabañas
Que engendran otras cabañas.







Crónica

Ahora piensa que estamos cruzando un estrecho de mar
Como si te ayudara a cruzar un frágil puente
Tomando esa frágil mano que es un puente a la felicidad.
Yo tuve una casa una vez
Ahora en mi despensa no hay nada de lo cotidiano
/ que abunda en las casas bien formadas y tranquilas,
Tres o cuatro botellas en las bolsas de basura
Estoy durmiendo poco, los discos se traban a la mitad
Estamos terminando de cruzar el frágil puente
Avivo el fuego con los últimos maderos que quedan en el patio
Entonces desaparecen las paredes y sus cuadros
Los cigarrillos del automóvil, el automóvil
Se apagan las llamas amenazadoras
Y el tiempo que es un río se detiene
Cruzo sus aguas, llego a una cabaña donde un par de manos 
/toman mi cara
Me ordenan el cabello y me reservan una ventana
/que da a un paisaje en calma.





Estás bien

Siento que al leerte una página
Tu rostro me dice sí,
Estás bien,
Pero es difícil encontrarte
Entonces leo y leo páginas frente a la pared
Y pareciera que de ella se abre una puerta
/ veo a dos mujeres besándose tiernamente
Ellas cuidan a mi gato, me miran y sonríen
Y ese “Estás bien”
Debe estar rodando quién sabe dónde
Y el sol es más grande que la tierra.







Este país

El poeta nacional es este país
Un centro delantero es este país
El baño, el papelero, una pintura de Juan Chaparro es este país
Mi larismo endémico es este país.
Mira, los cuadros de la casa sostienen dos almas perdidas
Podría ser la de un presidente, la de un pastor tremendamente solitario
Y para respetar al género la de una bailarina incandescente
Pero no;
De los cuadros caen frutas maduras
Algunas caen al piso, otras caen en el velador
Entonces este país no es tan malo
Contempla su clima;
La casa se inclina modestamente cuando escribes.







A la manera de Esenín

Tranquilo muchacho
No llores en los parques
No escribas cartas temblorosas pasadas a crepúsculo
No intentes cortar tus venas frente a fotografías
/que muestran esos parques y crepúsculos.
Tranquilo eterno adolescente
El amor entre los seres no es nada nuevo
Y el fracaso, por supuesto, tampoco lo es.






Restorán sencillo

La mesera te dice ¡ya cariño! De manera fugaz
Eso estremece los tenedores y los muebles.
Este restorán en donde comen los pobres de corazón
La tercera edad después del pago
Se transforma en tu casa de acogida.
No has tocado el pan del menú
No deseas tocar el corazón de nada
Y el embanderado de la fiesta
Se destiñe sobre los platos.
La mesera, los pobres de corazón y yo
Creemos ver el sol en los espejos
Puestos a la manera de los restoranes,
Y el ¡ya cariño!
Junto al bamboleo de los platos
Es una gambeta a la soledad
La mesa coja del corazón.






Mira las ciudades 

Mira las luces de la ciudad
Si, mira las entrelazadas llamaradas de la ciudad,
como asteroides avanzan
como los espejos se reflejan a si mismas
Las orgullosas, impenitentes ciudades.






Nuestros lejanos países

Nos sorprendemos haciendo el amor
Y tú sabes que el amor amedrenta a los cobardes.
Tu casa era el patio trasero de un tren
Allí escuchamos como por primera vez
Los mudos asteroides en el brocal de nuestros labios.
No has contestado el teléfono
Entonces mi rostro no quiere verse en la noria,
Te podría regalar un árbol
Para que llegue a ti el trino del mundo
Y tengas en donde recibirlo.
No eran nuestros países tan lejanos después de todo
Siempre merodeamos sus fronteras.
Los rústicos van a pitar la sepultura de los abuelos,
Estoy en un lugar donde no hay respuestas
/solo preguntas.
Frente a un aromo
Pienso que nuestros países no eran tan lejanos
Y los sueños no serían de ceniza
Si nuestras llamas hablaran por nosotros.






"LA FABULA Y EL TEDIO" DE CRISTIAN CRUZ: 
POEMAS PARA BANDIDOS Y SOLITARIOS

Por Jaime Luis Huenún

Por su tonalidad y atmósfera , la poesía de Cruz se instala como una posada más en las provincias señaladas y habitadas por Rolando Cárdenas, Jorge Teillier, Enrique Volpe, Luis Vulliamy, Alfonso Alcalde, entre los chilenos y Georg Trakl, Lubizs Milozs, Cesare Pavese, entre otros poetas del mundo. 

En "La Fábula y el Tedio",por ejemplo, Cruz ofrece al lector un lenguaje poético decantado por la contención del ritmo y las imágenes, una escritura en general limpia y mesurada , carente de excesos verbales y casi totalmente despojada de gratuidades líricas al paso. 

El texto (dividido en las secciones "Fábula del Bandolero", "Canta la Tarde" y "El Tedio") se adentra en las leyendas y correrías ya casi olvidadas del bandidaje de la zona central -situado en este caso en los paisajes pedregosos pero todavía sorprendentes de las serranías aconcagüinas - y en las reflexiones sobre los posible sentidos y sinsentidos de la práctica poética. 

El asunto fabuloso del salteador rural -perseguido, emboscado, cercado y condenado a la intemperie, la soledad y la muerte - no es sino la otra cara del poeta que debe lidiar con la realidad, el lenguaje y la memoria. Ambas figuras - más el lector - están en estos poemas "encarando la muerte en una misma hoja" y "lejos de los banqueros y los fariseos que acumulan hasta la modestia".

En este libro, Cruz le hace además el quite a la grandilocuencia y al pintoresquismo criollista que la figura del "bandolero" -de larga tradición en la narrativa nacional- pudiera suscitar, enfatizando más bien en la descomposición de un mundo, unos personajes y unas voces que a estas alturas sólo pueden sobrevivir en la sosegada melancolía que emana de las tardes provincianas. 

Por otra parte - como una velada prueba de los afanes lectores de Cruz- varios de los poemas aquí incluidos entregan acertadas estampas de paisajes y del oficio poético que recuerdan el delicado y fino fulgor de la poesía china y japonesa clásicas : "Mis pupilas no alcanzan a llegar hasta ti / morada de las montañas azules. / Siempre miran a los oscuros embarcaderos del poema."

Poeta en crecimiento tenaz, Cruz consigue en "La Fábula y el Tedio" avanzar lúcidamente en su experiencia poética, aportando a la novísima poesía chilena una escritura atenta y vigilante tanto de sus logros, hallazgos y limitaciones, como del contexto cultural y literario desde el cual surge y en el que se sitúa.


La tarde busca florecer al fin.
Sus rayos quiebran el arroyo
y la hierba parece extenderse hacia ellos.
Pequeñas crías balan entre el rebaño.
Al este retrocede el imperio de la nieve.

(El Imperio de la Nieve)




No hay comentarios: