EL GRAN PROBLEMA DEL MUNDO (*)
Che fa di clarità l'aer tremare.
Guido Cavalcanti.
I.
Se pueden tener varias almas
pero un sólo cuerpo, ese es nuestro terrible castigo.
Lo ideal es tener varios cuerpos, dos, tres, cuatro,
cinco, viviendo simultáneos en el mismo mundo
con un alma única que los dirija. Las posibilidades
son infinitas, un sólo individuo con dos o más cuerpos
asociados y sus almas arremolinadas sin pensar en
sus orígenes, volando como patos migratorios, raudos
y orgullosos. Es antídoto contra los padres que hablan
a sus hijos solamente de sí mismos, perdiendo la atención
de los otros. Esa es la verdadera liberación del alma.
El alma libre en esta tierra, rauda en su quietud.
II.
Imaginemos la relación más simple: Un alma
y dos cuerpos del mismo sexo, paridos
por un solo par de cuerpos del padre y la madre.
Por una razón desconocida los miembros
de esta familia modelo de nuestro imaginar
sólo tienen dos cuerpos por alma. Son la madre,
el padre, dos hijas y un hijo, diez cuerpos
viviendo bajo el mismo techo. Diez y seis
si otorgamos el derecho imaginario
de que cada par de cuerpos maternos
también tengan dos hijas y un hijo,
veinte y ocho si permitimos que cada par
de padres y madres se entrecrucen. Todos
forman la familia primordial en su desenfreno.
Si además permitimos que un alma
tenga dos cuerpos de sexos diferentes
las oportunidades se multiplican
y crean esas emocionadas tempestades
numéricas que no entendemos y el asombro
resplandece en sus números perfectos.
Son hirvientes esperanzas, mudos juegos
mentales, un ajedrez físico de contactos y
separaciones. Bienvenidas y despedidas
y encuentros y retornos bendecidos por todos
los Olimpos. Ser padres y madres de los propios
hijos es ideal desaforado en nuestro mundo.
III.
Dicen que por decreto de dioses celosos
los cuerpos de sexo diferente
con un único complemento de almas
sólo pueden tocarse sin procreación.
Pero nadie está seguro de esa ley.
¿Qué resultará de todo esto?
Una gran simplificación y un mundo cristalino.
Estos múltiplos tan ajenos a nuestras ideas,
reemplazarán para siempre a la simulación individual.
IV.
No voy a hablar del autoeroticismo
desencadenado por el encuentro
amoroso entre el par o grupo de cuerpos
que forman a un sólo individuo. Esa es idea
que "de claridad hace al aire temblar"
y sacude a quién los mira. Hay amores
físicos y hay amores mentales como forestas
inundadas. También está como ejemplo
el Caso 123 del desesperado amante
de las rosas sin tocarlas. Mi cabeza
es torbellino sólo de pensar en eso.
La lengua se me pega al techo de la boca
y un pálido fuego arde en mis miembros.
Ya no veo nada, mis oídos retumban,
temblores y sudores me cubren.
Mi piel es del color de la hierba,
y siento que mi morir está cerca.
Sin duda estos son los desfallecimientos
y extravíos del verdadero amor.
Veo a la “virgen madre, hija de su hijo”
que me toca con sus manos olorosas,
y esa es la única visión que espero.
Nota al poema: El epígrafe es el 2º verso del
Sonetto VII de Cavalcanti y la traducción aparece
en el poema (5º verso de la primera estrofa de IV).
Se recomienda como ejercicio utilizar cualquier
novela conocida por el lector, digamos Rayuela,
La Montaña Mágica o Clarissa y volverla a escribir
con cada personaje representado en su totalidad
por todos sus cuerpos actuando simultáneamente,
dejando número y sexo del conjunto a la discreción
del lector. El "Caso 123" (en 1ª estrofa de IV)
es el sensitivo joven de 30 años que llevaba rosas
a su cama. Besarlas producía erección "sin tocar
sus genitales con ellas" y la fragancia producía
eyaculación (Richard von Kraft-Ebing, Psycopathia
Sexualis, 12th. Edition, Stein & Day, New York, 1965,
pág. 184). La 2ª estrofa de IV es paráfrasis del poema
de Safo que describe los síntomas del amor
(Fragmento 31; E. Lobel & D.L.Page: Poetarum
Lesbiorum Fragmenta, Oxford, 1955). La cita final
es de Dante: "Vergine madre, filia del tuo figlio"
(Paradiso XXXIII,2).
PARTE DE LA GUERRA XI
En este escalón: silencio
En este estoy naciendo en otra parte
En este vivo como los viejos
En este quiero recordar
Y aquí, ahora, desaparezco en el aire.
LOS SENTIDOS
¿Cuántos sentidos se pueden tener?
E! sentido de la frase se embellece
en la cabeza. Los sentidos, el sentido,
la sentencia es la frase y es la ignorancia.
La historia se transforma apurada,
la mujer envejece como una adicta
en el sueño, subyugada y nerviosa.
Una idea incipiente comienza
en el centro de la boca roja,
en un lugar secreto con figura de niño.
Una mujer pálida con medias de seda blanca,
desarmada, de gran belleza pero su nariz
no es perfecta y le da aires de mora rubia.
La ropa interior, hermosa imagen, debe ser blanca.
Cerca y lejos, es siempre mujer lejana,
gratificación solitaria en la cabeza.
Historias de nunca acabar, el alma llena
de figuras y fulgores, oros y platas
relucientes en el pálido cuerpo ajeno.
POEMAS PUBLICADOS EN LA REVISTA “CARAVANSARI”
Barcelona, Nº 1, primer semestre de 2006, pgs. 65-66
LOS ENCUENTROS CASUALES
A veces parece imposible que la otra
(o el otro) no note mi ebullición.
Los sonoros obstáculos son triviales,
y el resto es blanca ceguera. Los ojos no ven.
Pienso que soy el humo en el disparo
del fusil, el mundo vegetal volando
por los aires. Busco a alguien llamado
Ada, perdida en lejana casa de reposo
junto a un lago. Su cuello es suave,
“velvet” es la palabra de terciopelo
que describe su forma y su voz.
Buscar agota, esperar cansa, recordar
alivia sin curar, el frío se calienta
y la patria desaparece hasta de la memoria.
LAS MEMORIAS
Son la vida de oro
las palabras de otros.
Nuevos aires, ámbito
y sombra. Sombra
y sombras en la noche.
Son imagen y descenso,
son el viaje subterráneo
y son los sueños vistos.
Es hablar con la madre muerta
como los héroes griegos.
LA INVISIBILIDAD
Me arrojo sobre la alfombra roja con letras de oro
del Grand Hotel et des Palmes en Palermo (Sicilia),
un día de octubre del 2004, en la acera, y nadie
se da cuenta. La razón es muy simple: al ejecutar
ese acto mínimo, me había vuelto invisible. Humillado ya de pie,
trato de continuar con las rutinas diarias, pero es imposible,
la invisibilidad domina mis acciones. Gran ambivalencia
produce el que nadie pueda verte, en exilio de la visión,
desaparecido como círculo en el agua tranquila. Los que no
me ven no lo saben, pues tampoco escuchan lo que digo.
Estar sin estar me crea desasosiego y tristeza. Creo que
ahora vivo en la memoria de nadie y ese nadie es
quien no me ve ni me recuerda. Pienso que la visión
genera recuerdos y la invisibilidad olvidos.
En la oscura noche inundada de luz marchamos
dos fi guras, infi eles a nuestras vidas, una es visible
y la otra no, no hablamos ni oímos ni vemos nada. Vamos
dos, así, uno invisible y el otro generando amnesia.
(poemas escritos entre 2000 y 2005)
SELECCIÓN DE “POEMAS PARA CASATOMADA”-
Cuatro poemas que son seis
Barcelona 2003-2006 (Publicados en:
Barcelona 2003-2006 (Publicados en:
CASATOMADA, Palma de Mallorca Nº 0.6,
junio-diciembre 2006, pp. 30-35)
CONTRA CARVER Y PRO MELVILLE
Dos Poemas Didácticos y Un Comentario *
1. Contra Carver
Creer es innecesario. Creemos
una cosa ahora y otra después,
más tarde. No creo lo que él me dice
ahora ni después en ese texto.
Este poeta me ha engañado.
Su poema a la hija ebria
es mentira o vergüenza.
El que lee en el lago
de Ginebra mirando
ese horizonte y su luna
casi oscura, el que toca
el libro de Machado (Antonio)
para tranquilizar su alma
asustada, el asombrado
por las ondas de la radio
y sus turbulencias,
no puede escribir así.
Su poema es impúdico,
inservible, da pena
al lector de quien escribe
con esa exhibición. Y si no es
verdad, es peor, mala ficción.
Emoción de mal desayuno,
pesado con mantecas rancias
de aventuras pensadas
para asustarme, a mi, el lector,
que suspiro engañado,
porque creo en lo que dice.
2. Pro Melville
Creer es innecesario. Creemos
una cosa ahora y otra después,
más tarde. Pero eso ya no importa
pues respiro cenizas en el aire
de esta historia, historia
que es atmósfera ahora y parte
del diario quehacer,
y de mi admiradora envidia
y su sorpresa. Melville escribe
"La Marquesa de Brinviliers"
para hacerme creer algo único
en esta mañana fresca y florida,
con el sol como luna en el atardecer
y aire blanco, con sombra de dragón
y amanerado gesto de asombro
cuando lo interno y lo externo
difieren. La sorpresa es su
destello y encanto hialino. Escribe
con pasión y método. Su texto,
en versión cercana, dice así:
"(Él) matizó al alegre rayo de la mañana
con débil crepúsculo de tierna noche,
brillo mezclado con blanda ternura,
luz y sombra entrelazadas.
Y dio al candor igual presencia
con estrellado misterio en abiertos cielos
y flotando en dulzura, hizo
sus insondables ojos suaves".
3. (Un comentario del autor)
Marie Madeleine Margerite d'Aubray,
Marquesa de Brinvilliers, mujer menuda
fue envenenadora ajusticiada (en 1676).
El 17 de Julio de 1676 Madame de Sévigné
escribe una carta. Todo se ha acabado - dice.
La condena fue confesión pública frente
a Notre Dame, decapitación, cuerpo ardiente
y las cenizas dispersas por los vientos.
- (Ella) es ahora parte de la atmósfera
que respiramos - eso dice Sévigné a su hija
y a mi. Y enseña que mi respiración es tendenciosa
como los ojos insondables, suaves, luminosos
y tiernos de la muerta famosa por su parsimonia,
la lentitud de su veneno, repetido, eficiente,
desconocido. Y ella es ahora la dueña del aire
que respiramos, Madame, su hija, Melville,
Carver, su hija ebria y yo, lector apasionado
que separo hoy lo externo de lo interno.
Lector airoso que invento, aullando, desmedido,
lo que espero del autor en su lentitud creadora.
Nota:
CONTRA CARVER Y PRO MELVILLE: “Contra Carver”
CONTRA CARVER Y PRO MELVILLE
Dos Poemas Didácticos y Un Comentario *
1. Contra Carver
Creer es innecesario. Creemos
una cosa ahora y otra después,
más tarde. No creo lo que él me dice
ahora ni después en ese texto.
Este poeta me ha engañado.
Su poema a la hija ebria
es mentira o vergüenza.
El que lee en el lago
de Ginebra mirando
ese horizonte y su luna
casi oscura, el que toca
el libro de Machado (Antonio)
para tranquilizar su alma
asustada, el asombrado
por las ondas de la radio
y sus turbulencias,
no puede escribir así.
Su poema es impúdico,
inservible, da pena
al lector de quien escribe
con esa exhibición. Y si no es
verdad, es peor, mala ficción.
Emoción de mal desayuno,
pesado con mantecas rancias
de aventuras pensadas
para asustarme, a mi, el lector,
que suspiro engañado,
porque creo en lo que dice.
2. Pro Melville
Creer es innecesario. Creemos
una cosa ahora y otra después,
más tarde. Pero eso ya no importa
pues respiro cenizas en el aire
de esta historia, historia
que es atmósfera ahora y parte
del diario quehacer,
y de mi admiradora envidia
y su sorpresa. Melville escribe
"La Marquesa de Brinviliers"
para hacerme creer algo único
en esta mañana fresca y florida,
con el sol como luna en el atardecer
y aire blanco, con sombra de dragón
y amanerado gesto de asombro
cuando lo interno y lo externo
difieren. La sorpresa es su
destello y encanto hialino. Escribe
con pasión y método. Su texto,
en versión cercana, dice así:
"(Él) matizó al alegre rayo de la mañana
con débil crepúsculo de tierna noche,
brillo mezclado con blanda ternura,
luz y sombra entrelazadas.
Y dio al candor igual presencia
con estrellado misterio en abiertos cielos
y flotando en dulzura, hizo
sus insondables ojos suaves".
3. (Un comentario del autor)
Marie Madeleine Margerite d'Aubray,
Marquesa de Brinvilliers, mujer menuda
fue envenenadora ajusticiada (en 1676).
El 17 de Julio de 1676 Madame de Sévigné
escribe una carta. Todo se ha acabado - dice.
La condena fue confesión pública frente
a Notre Dame, decapitación, cuerpo ardiente
y las cenizas dispersas por los vientos.
- (Ella) es ahora parte de la atmósfera
que respiramos - eso dice Sévigné a su hija
y a mi. Y enseña que mi respiración es tendenciosa
como los ojos insondables, suaves, luminosos
y tiernos de la muerta famosa por su parsimonia,
la lentitud de su veneno, repetido, eficiente,
desconocido. Y ella es ahora la dueña del aire
que respiramos, Madame, su hija, Melville,
Carver, su hija ebria y yo, lector apasionado
que separo hoy lo externo de lo interno.
Lector airoso que invento, aullando, desmedido,
lo que espero del autor en su lentitud creadora.
Nota:
CONTRA CARVER Y PRO MELVILLE: “Contra Carver”
hace referencia a tres poemas de Raymond Carver
(To my daughter, Radio Waves y Reading) en Where
water comes together with water, (Vintage,
Nueva York, 1986, pp. 27-28, 6-7 y 37). “Pro Melville”
incluye la traducción de "The Marchioness of Brinvilliers"
(Selected Poems of Herman Melville, H. Cohen, Ed.,
Fordham Univ. Press, Nueva York, 1991, p. 145).
Es poema tardío de alrededor de 1890-1891
(Melville muere en 1891) El poema dice así:
THE MARCHIONESS OF BRINVILLIERS
He toned the sprighty beam of morning
With twilight meek of tender eve,
Brightness interfused with softness,
Light and shade did weave:
And gave to candor equal place
With mistery starred in open skies;
And, floating all in sweetness, made
Her fathomless mild eyes.
Una versión previa de este poema apareció
THE MARCHIONESS OF BRINVILLIERS
He toned the sprighty beam of morning
With twilight meek of tender eve,
Brightness interfused with softness,
Light and shade did weave:
And gave to candor equal place
With mistery starred in open skies;
And, floating all in sweetness, made
Her fathomless mild eyes.
Una versión previa de este poema apareció
en Diario de Poesía, Nº 58, Buenos Aires-Rosario,
Invierno 2001, p. 9. La presente versión de 2005
tiene varios cambios importantes, especialmente
en “Pro Melville”.
TRES POEMAS ESCRITOS EN 2003-2004.
TRES POEMAS ESCRITOS EN 2003-2004.
Publicados en el Nº 9 de la revista LA POESÍA,
SEÑOR HIDALGO (Barcelona, 2005, pp. 51-53)
El Escritor en el siglo XX
¿Qué soy cuando escribo (poesía)?
¿Un espejo? ¿Un soñador? ¿Gogol
en Petesburgo? ¿La amistad
desgarrada en la noche? ¿El amigo
que me doblaba la edad? Eso pregunto,
yo que tendría que saberlo ahora,
a esta edad. Tan viejo como Dante
si hubiera vivido sus dos mitades del camino.
Ser Dante o Virgilio es difícil
decisión y nadie nos permite ya
ser los dos. Y no nos creen
ni nos escuchan. “Fui Dante
y Virgilio” digo y nada pasa. Es
como el único ladrido que oí en
el desierto, de noche, hace años
en un lugar que ya no se puede visitar,
sembrado de minas explosivas.
Sonido sorprendente, inusitado. Sonido
que quita el sueño y produce ese hormigueo
que hace escribir urgente. Pero todo esto
es irrepetible Y por lo tanto no hay nada
que comprender. Es olor de cebolla
bajo las uñas y dura días.
Es enredo conceptual molesto,
interminable y que sólo desfallece
sin mejorar ni empeorar.
Es la sofisticación literaria de pensar
como hablar, funciones tan distintas,
que es imposible saber cómo podemos
leer lo escrito y pensar en escribirlo.
Lo de “Dante y Virgilio” proviene del “Yo no soy
El Escritor en el siglo XX
¿Qué soy cuando escribo (poesía)?
¿Un espejo? ¿Un soñador? ¿Gogol
en Petesburgo? ¿La amistad
desgarrada en la noche? ¿El amigo
que me doblaba la edad? Eso pregunto,
yo que tendría que saberlo ahora,
a esta edad. Tan viejo como Dante
si hubiera vivido sus dos mitades del camino.
Ser Dante o Virgilio es difícil
decisión y nadie nos permite ya
ser los dos. Y no nos creen
ni nos escuchan. “Fui Dante
y Virgilio” digo y nada pasa. Es
como el único ladrido que oí en
el desierto, de noche, hace años
en un lugar que ya no se puede visitar,
sembrado de minas explosivas.
Sonido sorprendente, inusitado. Sonido
que quita el sueño y produce ese hormigueo
que hace escribir urgente. Pero todo esto
es irrepetible Y por lo tanto no hay nada
que comprender. Es olor de cebolla
bajo las uñas y dura días.
Es enredo conceptual molesto,
interminable y que sólo desfallece
sin mejorar ni empeorar.
Es la sofisticación literaria de pensar
como hablar, funciones tan distintas,
que es imposible saber cómo podemos
leer lo escrito y pensar en escribirlo.
Lo de “Dante y Virgilio” proviene del “Yo no soy
Dante ni Virgilio eres” de Carlos Edmundo de Ory
(Noches Dantescas, El Toro de Barro 155, Cuenca,
2000, pág.21).
Estos tiempos
Los imparables se paran,
las diferentes son iguales,
poco encuentran las que buscan,
y desde abajo como en danza,
el alma desciende al cerebro
sin encontrar esos cielos lejanos.
Poemas de una sola línea no se usan,
pero algunos poetas nos quieren
enseñar la oxidación de los metales
como si esa decadencia representara
la verdadera herrumbre de este mundo
donde llueven premios como bombas
incendiarias. Ronca queda la voz
que habla sobre todo esto. Estos son
los que miran hacia el sur y piensan
en el norte cuando escriben. El desierto
retumba pero sin pasión. El poema
inestable no llega porque nadie lo busca.
Ya nadie ve lo invisible, ni los ciegos.
La búsqueda no es ni encuentro ni pérdida,
sólo es retorcida trenza de tabaco y pelo,
sobada por manos casi sin fuerzas,
arruinadas por tanta imitación.
Estos tiempos son cada vez más difíciles.
La Diferencia
Lo diferente y lo igual parecen
un formidable problema que cuesta
consentir, sea joven parca herida
o cielo amarillo de Mallarmé los
que producen ese malestar,
esa imposibilidad de elegir,
esa simulada ignorancia
cuando lo igual parece diferente.
Me asomo y veo lo que otros miran
sin ver bien ese secreto. Mundo huidizo.
Disfruto tanto de lo que es igual o insulso
como de lo que es tan diferente que se aleja
de la razón y me abandona sin pensamiento
contemplando mis límites.
SELECCIÓN DE “VER Y OIR”
Estos tiempos
Los imparables se paran,
las diferentes son iguales,
poco encuentran las que buscan,
y desde abajo como en danza,
el alma desciende al cerebro
sin encontrar esos cielos lejanos.
Poemas de una sola línea no se usan,
pero algunos poetas nos quieren
enseñar la oxidación de los metales
como si esa decadencia representara
la verdadera herrumbre de este mundo
donde llueven premios como bombas
incendiarias. Ronca queda la voz
que habla sobre todo esto. Estos son
los que miran hacia el sur y piensan
en el norte cuando escriben. El desierto
retumba pero sin pasión. El poema
inestable no llega porque nadie lo busca.
Ya nadie ve lo invisible, ni los ciegos.
La búsqueda no es ni encuentro ni pérdida,
sólo es retorcida trenza de tabaco y pelo,
sobada por manos casi sin fuerzas,
arruinadas por tanta imitación.
Estos tiempos son cada vez más difíciles.
La Diferencia
Lo diferente y lo igual parecen
un formidable problema que cuesta
consentir, sea joven parca herida
o cielo amarillo de Mallarmé los
que producen ese malestar,
esa imposibilidad de elegir,
esa simulada ignorancia
cuando lo igual parece diferente.
Me asomo y veo lo que otros miran
sin ver bien ese secreto. Mundo huidizo.
Disfruto tanto de lo que es igual o insulso
como de lo que es tan diferente que se aleja
de la razón y me abandona sin pensamiento
contemplando mis límites.
SELECCIÓN DE “VER Y OIR”
(poemas de 2003-2005)
Publicado como: Osías Stutman, VER Y OIR
Publicado como: Osías Stutman, VER Y OIR
(Cinco poemas de 2003-2005)
Els ulls de Tirèsies, 29. Cafè Central, Barcelona,
Els ulls de Tirèsies, 29. Cafè Central, Barcelona,
hivern de 2006
Plaquette sin numeración de páginas
She sleeps
Muchos miran y eso no es bueno,
se pierde la relación con lo que se mira
cuando son muchos los que observan,
los que miran para aprender.
No todo lo que vemos o nos muestran
lo podemos entender siempre. Hay metáforas
fugitivas, incomprensibles. Nos movemos
en lugares que comprendemos a medias, ansiosos.
Ahora vivo en mis tiempos de barroco,
siempre mirando hacia arriba o a otro espacio
que no está a la altura de mi vista.
Vivo en balcones con dos o tres techos,
todos poblados de señoras y señores y paisajes
con interiores recodos y rincones donde debo
mirar para aprender. Contemplar es pensar
contemplativo sin tratar de entender.
Pero veo demasiadas figuras ensimismadas
en sus propios balcones y terrazas con tres techos.
Algunos adquieren posturas imposibles
en espacios escondidos o descubiertos
y sin pudor se doblan incómodos. Piensan
en el funcionamiento del mundo sin mirar
ya a los demás. Su incomodidad se ve siempre.
Han perdido su norte, sus figuras humanas
se esfuman, sus rostros son hoy los suelos
de las habitaciones que pisamos. Vivimos
en balcones que son rostros sin visión,
que ya no pueden mirarnos.
Ella duerme y yo la miro. Creo que llora
en sus sueños y ríe y calla mirando lo que ve
en esos sueños, en los balcones de esos
sueños que no son suyos ni de nadie.
She dreams
Muchos miran y eso no es bueno,
se pierde la relación con lo que se mira
cuando son muchos los que observan,
los que miran para enseñar.
No queremos comprender, queremos
oír silencios, oírnos oyendo silencios,
dibujar metáforas fugitivas, incomprensibles.
Llegamos a lugares que ya no entendemos.
Vivo hoy también en mis tiempos de barroco,
siempre mirando hacia arriba o a otro espacio
que no está a la altura de mi vista.
Vivo en balcones con dos o tres techos,
todos poblados de silencios imposibles,
de señoras y señores y paisajes
mudos, incapaces de decir o sugerir
la vida ardiendo en esos pechos, oculta
de la mirada indiscreta que quiere saberlo
todo. Los secretos se pierden, los misterios
se aclaran, la nostalgia guía esta serie terrible
de pérdidas. El sonido de la pérdida
suena como huracán y mar embravecido. Rocío
marino moja mis cabellos y reconozco en esas
figuras a un mundo que ya no existe, que me abandona
mientras otros esperan en esos espacios escondidos
o descubiertos y sin pudor se doblan incómodos.
Piensan torpes en el funcionamiento del mundo sin
oír fragor ni suspiro. Viven de su religión enferma
que no pueden olvidar. Sus trinidades son infinitas.
Sus figuras humanas se esfuman, sus rostros
son hoy los suelos de las habitaciones que pisamos.
No podemos escuchar nada de lo que dicen. Vivimos
en balcones que son rostros sin voz ni sonido.
Ella duerme y yo la miro. Creo que llora
en sus sueños y ríe y calla mirando lo que ve
en esos sueños, en los balcones de esos
sueños que no son suyos ni de nadie.
HOMENAJE A ANTONIO PORCHIA EN EL SIGLO XXI
1.
Plaquette sin numeración de páginas
She sleeps
Muchos miran y eso no es bueno,
se pierde la relación con lo que se mira
cuando son muchos los que observan,
los que miran para aprender.
No todo lo que vemos o nos muestran
lo podemos entender siempre. Hay metáforas
fugitivas, incomprensibles. Nos movemos
en lugares que comprendemos a medias, ansiosos.
Ahora vivo en mis tiempos de barroco,
siempre mirando hacia arriba o a otro espacio
que no está a la altura de mi vista.
Vivo en balcones con dos o tres techos,
todos poblados de señoras y señores y paisajes
con interiores recodos y rincones donde debo
mirar para aprender. Contemplar es pensar
contemplativo sin tratar de entender.
Pero veo demasiadas figuras ensimismadas
en sus propios balcones y terrazas con tres techos.
Algunos adquieren posturas imposibles
en espacios escondidos o descubiertos
y sin pudor se doblan incómodos. Piensan
en el funcionamiento del mundo sin mirar
ya a los demás. Su incomodidad se ve siempre.
Han perdido su norte, sus figuras humanas
se esfuman, sus rostros son hoy los suelos
de las habitaciones que pisamos. Vivimos
en balcones que son rostros sin visión,
que ya no pueden mirarnos.
Ella duerme y yo la miro. Creo que llora
en sus sueños y ríe y calla mirando lo que ve
en esos sueños, en los balcones de esos
sueños que no son suyos ni de nadie.
She dreams
Muchos miran y eso no es bueno,
se pierde la relación con lo que se mira
cuando son muchos los que observan,
los que miran para enseñar.
No queremos comprender, queremos
oír silencios, oírnos oyendo silencios,
dibujar metáforas fugitivas, incomprensibles.
Llegamos a lugares que ya no entendemos.
Vivo hoy también en mis tiempos de barroco,
siempre mirando hacia arriba o a otro espacio
que no está a la altura de mi vista.
Vivo en balcones con dos o tres techos,
todos poblados de silencios imposibles,
de señoras y señores y paisajes
mudos, incapaces de decir o sugerir
la vida ardiendo en esos pechos, oculta
de la mirada indiscreta que quiere saberlo
todo. Los secretos se pierden, los misterios
se aclaran, la nostalgia guía esta serie terrible
de pérdidas. El sonido de la pérdida
suena como huracán y mar embravecido. Rocío
marino moja mis cabellos y reconozco en esas
figuras a un mundo que ya no existe, que me abandona
mientras otros esperan en esos espacios escondidos
o descubiertos y sin pudor se doblan incómodos.
Piensan torpes en el funcionamiento del mundo sin
oír fragor ni suspiro. Viven de su religión enferma
que no pueden olvidar. Sus trinidades son infinitas.
Sus figuras humanas se esfuman, sus rostros
son hoy los suelos de las habitaciones que pisamos.
No podemos escuchar nada de lo que dicen. Vivimos
en balcones que son rostros sin voz ni sonido.
Ella duerme y yo la miro. Creo que llora
en sus sueños y ríe y calla mirando lo que ve
en esos sueños, en los balcones de esos
sueños que no son suyos ni de nadie.
HOMENAJE A ANTONIO PORCHIA EN EL SIGLO XXI
1.
Soy lo que he leído, pero no es
así. Lo leído es nada.
2.
Abandono la palabra solemne
por muerta.
3.
Abandono la palabra muerta
y no encuentro la palabra viva.
4.
La segunda palabra es
siempre la negación de la primera.
5.
Siempre hay un explosivo
bajo la palabra llana.
6.
La ira regala tranquilidad
cuando se siente sin furor.
7.
El poema más cerrado,
siempre el más inteligible.
8.
Pensar hacia atrás es fácil
pero no es inteligente.
9.
La palabra solemne muere en mi boca
porque no hay que pronunciarla.
10.
El país de la infancia
crea mi palabra y su vocabulario.
11.
Respeto y temo el objeto poema
aunque ellos no lo entiendan.
12.
La influencia (de Porchia) está
en todos, pero ninguno lo sabe.
13.
La influencia (de Porchia) está
en todo, pero ninguno lo quiere saber.
14.
La influencia (de Porchia) está
en todos, y todos lo saben.
15.
Antonio Porchia existe más
porque nadie sabe quien es.
16.
Porque creo en lo que veo,
ya no veo.
17.
Puedo decir todo,
pero nada puede decirse.
18.
No soy lo que he leído,
porque lo leído siempre es nada.
19.
El poema no obliga a nada,
ni a entenderlo.
20.
El poema salva palabras
de su degradación.
21.
Un poema restituye
palabras al mundo.
22.
El mundo destruye palabras
que el poema salva.
SELECCIÓN DEL LIBRO “LOS FRAGMENTOS
así. Lo leído es nada.
2.
Abandono la palabra solemne
por muerta.
3.
Abandono la palabra muerta
y no encuentro la palabra viva.
4.
La segunda palabra es
siempre la negación de la primera.
5.
Siempre hay un explosivo
bajo la palabra llana.
6.
La ira regala tranquilidad
cuando se siente sin furor.
7.
El poema más cerrado,
siempre el más inteligible.
8.
Pensar hacia atrás es fácil
pero no es inteligente.
9.
La palabra solemne muere en mi boca
porque no hay que pronunciarla.
10.
El país de la infancia
crea mi palabra y su vocabulario.
11.
Respeto y temo el objeto poema
aunque ellos no lo entiendan.
12.
La influencia (de Porchia) está
en todos, pero ninguno lo sabe.
13.
La influencia (de Porchia) está
en todo, pero ninguno lo quiere saber.
14.
La influencia (de Porchia) está
en todos, y todos lo saben.
15.
Antonio Porchia existe más
porque nadie sabe quien es.
16.
Porque creo en lo que veo,
ya no veo.
17.
Puedo decir todo,
pero nada puede decirse.
18.
No soy lo que he leído,
porque lo leído siempre es nada.
19.
El poema no obliga a nada,
ni a entenderlo.
20.
El poema salva palabras
de su degradación.
21.
Un poema restituye
palabras al mundo.
22.
El mundo destruye palabras
que el poema salva.
SELECCIÓN DEL LIBRO “LOS FRAGMENTOS
PERSONALES (A work in progress, inolvidable)”
Olifante, Zaragoza, 1998, 143 paginas, con un
Olifante, Zaragoza, 1998, 143 paginas, con un
prólogo de Jose Maria Conget
LUCINDA Y LOS CACTUS
Como todos los lunes,
Lucinda rubia pálida
riega las plantas
en la casa pequeña
de Dorotea, la maestra
que le enseña a hablar.
Riega los cactus, erizados,
los toca con los dedos
sin atraer las espinas,
los toca como si fueran
uvas blancas, verdes.
Como su maestra,
Lucinda se teñirá el pelo
de rojo, color cobre vivo.
¡Lo que puede hacer el amor!
LA PUREZA
Todo comienzo es secreto,
luego es desvelo afanoso
y se exhibe impúdico,
por los aires, inalcanzable ya.
EL OASIS
La escarapela roja sobre el seno
y una niña, mujer, llamada terrón
de azúcar. A veces se viste
de blanco, otras no, su cuerpo
es víbora movediza, deslumbrante.
(LAS VOCES)
Hay voces de mujeres aquí
en esta tierra, que me dan ensueños,
maravillas. Sería esclavo de todas,
sólo por oírlas. No dicen nada,
no mienten, pero es el aterciopelado
sonido, húmedo, como la lengua amada.
LAS CAJAS
LUCINDA Y LOS CACTUS
Como todos los lunes,
Lucinda rubia pálida
riega las plantas
en la casa pequeña
de Dorotea, la maestra
que le enseña a hablar.
Riega los cactus, erizados,
los toca con los dedos
sin atraer las espinas,
los toca como si fueran
uvas blancas, verdes.
Como su maestra,
Lucinda se teñirá el pelo
de rojo, color cobre vivo.
¡Lo que puede hacer el amor!
LA PUREZA
Todo comienzo es secreto,
luego es desvelo afanoso
y se exhibe impúdico,
por los aires, inalcanzable ya.
EL OASIS
La escarapela roja sobre el seno
y una niña, mujer, llamada terrón
de azúcar. A veces se viste
de blanco, otras no, su cuerpo
es víbora movediza, deslumbrante.
(LAS VOCES)
Hay voces de mujeres aquí
en esta tierra, que me dan ensueños,
maravillas. Sería esclavo de todas,
sólo por oírlas. No dicen nada,
no mienten, pero es el aterciopelado
sonido, húmedo, como la lengua amada.
LAS CAJAS
Como cajas, unas dentro
de las otras.
Georg BÜCHNER
Misteriosas cajas chinas al acecho.
Abiertas nada, vacías. Cerradas
se oyen suspiros, ruidos de batallas,
gritos, choques de metales, relinchos,
guerras junto al oído. Abiertas,
muestran el interior de laca, forrado
de seda, liso, luminoso, el inhumano escarpín.
Algo cambia y no sé lo que es. Las cajas
chinas son barcos en el mar. Las muertes
argentinas vienen a El Havre en barcos blancos,
plateados en el sol. San Martín helado con su sable.
Son imágenes elegantes, llenas de aristocracia
natural en los gestos y el decir. Es tierra
habitada por sirenas de la pantalla, dulces,
duras, veladas, mano y pantorrilla deslumbrantes,
ejemplos vivientes, estatuas solitarias. En los ríos
imaginados donde se nada como un pez, allí nadamos,
inmóviles, en la blanca neblina de la tarde, en esa
patriótica escarapela, celeste, blanca, sin vida.
Amante patria, bella de la noche y el día sin fin,
espero esa llamada, el suspiro, el viaje a oriente.
URSS
Recordar el frío en el verano,
calor y frío junto al Volga,
el aire lleno de sombras y polen,
partículas, semillas, fragmentos
movibles en la luz del sol, nadando
en ese rayo de la tarde. Ese mundo
dice: Nada, nada, nada. Ni sopa
ni salmón ni cuchara de madera.
Ranas en Pavía, pero no aquí,
en la tierra de nabos blancos,
redondos, y muslos sacudidos al caminar
y Gorki tranquilo. - Quiero ir al colegio
en tranvía - grito entusiasmado, lleno
de recuerdos. Me hacen besar un libro
de oro y lo hago a disgusto, nihilista
en Nijni-Novgorod, mirando pensativo
esa torre de ladrillos rojos. Oigo gritos,
y es la Marina traidora. La Malinche
es mi lengua dice el hijo del Imperio. Marina
la llamaba el falso Dimitri y la llamaba
él también. Es la Virgen de las Vírgenes,
intacta. Siempre dice la verdad y se mece
sobre los hombros de las mujeres. Es un vaivén
erótico, perfumado, erizado de traiciones,
tembloroso de amor. Alfileres, espinas, cactus
suaves, medusas marinas cubren esa piel de hielo,
de reina. Su oscuro jarabe enloquece a quien lo bebe.
LA MUJER INVISIBLE
El buen hombre invisible, en sus vendajes,
es más real que esa Reina nerviosa. Todo
envuelto en las densas neblinas de Abril,
en el atardecer de Nueva York se recorta su figura.
Su mujer invisible se pasea desnuda,
camina a mi lado, su silueta en la niebla,
y siento su tibieza y los olores de sus pliegues.
Nunca la vi, no conozco su rostro, pero fuimos amantes
seis años. Cientos de veces vi mi simiente
en el aire, flotando, dentro de sus huecos.
Su sudor cayó sobre mi rostro, tisana tibia, única,
mientras me montaba invisible, como rocío de la mañana.
No sé si es negra, blanca, roja, color del marfil,
pálida o rosada como una rusa. ¿Rubia? Habla poco,
quiere ser escritora, ama a hombres y mujeres
al azar. Me dice que a veces "pone los ojos en blanco".
Evita la niebla y las sombras del crepúsculo.
Demasiada neblina blanca hoy y no la espero.
Se exalta oyendo "Nabucco", suspira y se sacude
con la música, tiembla sin frío, y recuerda la patria.
Habla con eco, su saliva es dulce como la miel,
es pegajosa, abundante, visible cuando sale de su boca.
Estas son algunas de sus frases y preguntas:
"La soledad destruye a la mujer y completa
al hombre" que es dudosa cita de Chanel. "Cada
salida es una entrada", dicha en invierno.
¿Ofelia es hombre o mujer? pregunta siempre.
Los nuestros son amores intrincados y difíciles.
TEORÍA LITERARIA5
Inolvidables, los olvidos.
El orden y lo inesperado, el tiempo de miel,
tiempo de lila, esos son los cuidados
del cuerpo. Gladiola es su nombre inmemorial.
El fresco que produce sacudir la falda,
mueve aires y suspiros, aromas, flameantes.
Admiro la falda, blanca o negra o violeta
morada, piel de berenjena, muslo brillante.
Noche de moños, lustrosas ropas (de hule),
piel de aceite, alta y baja poesía,
plata y madreperla, punta de seno,
y el rosal (le Rosier) de Madame Husson.
El rosal es el mensaje perfecto
de lo extraño, es la traducción
de lo ajeno en nuestras lenguas.
Es el desorden en la contaminada vida.
Flaschenpost es. El correo secreto,
el mensaje en la botella, en el negro mar,
en el blanco mar, llegando o no a las costas
firmes, a las manos ávidas, amigas y enemigas.
(LOS SECRETOS)
What, what, what es palabra seria
de vida o muerte, fruto de inocencia,
madre de ignorancia. Fuente de víctimas
y decisiones afiebradas, de trágicos padres
llorando. Los abogados lo llaman
"il suo caso" en treinta idiomas, el aire
es denso, huele mal, incoloro como niebla.
"Turning inside out", es lo de adentro, afuera.
Son los ocultos secretos del cuerpo, senos
de la mente, vibrantes, movedizos,
y los muslos secos frotando uno contra otro,
y un vértice de fuego, en llamas, sin música.
LOS ÁNGELES
Ángeles femeninos vuelan raudos,
un espejo en la mano, algunos con cola
de sirena, otros con piernas y negros
triángulos, los cabellos al viento,
empapados de sudor, desplegados.
Los senos colgando, aéreos pechos
temblorosos, que entibian mi frente
y veo desde el suelo su alta forma.
Asombra la fuerza de su yunque
formidable volando sobre mi cabeza,
el rostro vuelto hacia esos jinetes
montados en hierro volante.
COSAS ARGENTINAS
(Recuerdos sentimentales 6)
Hago una Lista de Mis Memorias
Preferidas (del Pasado): (Quiero) Un anillo
de plata vieja en el meñique de la mano derecha.
El beso a una foto (en la cartera, junto al pecho,
la nalga). Ese gesto quiero. Volver a la sedería
quiero.
La estatua del patricio romano en yeso,
con un blanco huevo en la mano derecha (Museo
De La Cárcova). Dos pinturas quiero: La barba
negra de Cándido López, maraña detallista
y el menudo colegio rabínico en llamas. Oler
quiero
"...aquellos polvos rosados que
aumentaban tus colores". Las punzadas
del amor. Los desaires, las traiciones.
Los desencuentros (Quiero). Las únicas
budineras uruguayas invadiendo la casa vacía.
(Quiero)
La Proximidad y El Alejamiento. El Amor
Perdido. Usted sabrá, dicen. Quiero mirar
y ver. El espectador (el público) quiero ser:
Ambos observan cuando el otro, olvidadizo,
se cree a solas. Simpre recordar
quiero.
Recordar es desarmar, es el desvelo
argentino en su nido, la fuente
de las tragedias. Dudas, proximidad
y lejanía, gestos, olores, desnudas
sorpresas, avaros recuerdos emotivos,
la sangre
hirviendo en las venas, la tapicería,
la sedería Víctor. Todo eso forma otro
memorable pasado, la repetida obsesión
como cabalgar en la noche. Es el comentario
público, la descripción de la infancia. Mi infancia, reiterada
interminable, de compras en el Centro
acompañando a mamá.
GESTOS ÚNICOS
Veo una china de blanco
haciendo raros ejercicios,
su piel es marfil sumergido,
levanta una pierna. Veo
la planta de su pie
negra como el carbón.
La camisa se sube, arrugada,
su ombligo es muy pequeño,
como una perla en el marfil.
Baila sobre la sal gruesa
y me trae lágrimas a los ojos,
parece el último árbol muerto,
blanco y negro, húmedo.
Miro mejor. No es sal,
es arroz, duros granos de arroz.
Abre la boca y es roja, roja,
(la conocida visión, repetida),
insaciable.
LA VISIÓN, OTRA VEZ
Ya no creo en lo que veo:
Monjas a caballo,
al galope fuerte.
Algunas, pocas,
únicas, en caballos
blancos, con y sin
montura, los vestidos
negros al viento,
el mismo viento
que me humedece la cara.
Dando gritos como moras,
beréberes, cosacos, cosacas,
circasianas bárbaras,
los rosarios centellantes.
Cargas de caballería,
junto al mar, sin espada,
con el plateado grito agudo.
Miro sin ver, soy Roudenko
acalorado, con nieve
en el pecho, negro
sobre blanco satén.
Canto con Stalin,
meciendo mi cuerpo.
Detengo los caballos,
pero los gritos siguen,
organizados, asombrosos en
su adhesión a ese ansiado ritmo.
Duermo sobre un cañon
hirviente de grandes ruedas,
cada disparo de hierro
es la epifanía del ver
y el escribir, entender cada
palabra dicha sin vacilar.
(RARITÄTENKASTEN)
Un Misterio:
Nadie me cree. Fui devorado
integro por caníbales en Borneo.
Luego reconstituido con limaduras
y residuos del sudor de sus miembros
y sus alientos de fuego.
Fue la gran pasión.
Mis despojos se mezclaron
con los de una esclava
rubia, de dientes perfectos,
italiana, robada por piratas,
amante de Don Juan. Sabía inglés,
poco, sólo dice "I was".
Nuestros cuerpos se fundieron,
y además del alma sacudida,
tengo lunares nuevos en la piel,
tormentas en el cuerpo,
electricidades desconocidas.
Para el observador ajeno,
no he cambiado nada. Soy igual. Igual
a lo que era antes de la gran pasión.
El Ritual:
Negra vestida de naranja tira miel
en el agua para cuidar mi salud.
Es hija de Dante y reinas de la India
y Madagascar, mis antepasados, sus sombras,
mis reconocidos, sus nombres, envueltos
en sedas finas son el gran octágono,
rodeado por el mar. Me enseña el pasado familiar,
me envuelve en velo rojo y oro, me pasea
por Montevideo inundado. Desnuda mis recuerdos,
el taburete del piano y la pierna junto al rostro
escuchando invenciones... Es ambigua como todas,
sea soldado galán o reina del disimulo.
LA RODILLA
1.
Opera curiosa, rincón viviente
junto al seno grande como una cabeza
de varón adulto, mentón apoyado
sobre ese ángulo perfecto,
rodeado de grandes manos.
2.
Cuerpo único
aterrador umbral
secreto y oscuro.
Ombligo visible,
pies en la tierra,
y los secretos exhibidos
a todos los ojos.
Extraño lugar, blanco.
Es el fin del pensamiento,
contacto airado
irritado de roces,
el hueco de axila pasajero.
LA TELEVISIÓN
Homenaje a Louis Feuillade
1.
Veo leones de ojos luminosos
en la noche eléctrica
cargada de relámpagos,
estrellas volantes,
y deseos sin cumplir.
(Inspirar confianza y orgullo,
esa es la función de esos cuerpos,
desnudos, blanquísimos, sin penumbra).
2.
Es otro mundo, que no existe,
que desapareció con la guerra
y los príncipes polacos,
en sus cortos veranos, creyendo
en el poder de la caballería,
gloria de la seca pradera. Y evocan
los mitos y las paradojas de la paz.
3.
Un terrible hombre o mujer envuelto
en gasas, con amplia capa de lluvia,
aterido en el aire frío,
reflejado en la luna diurna, flotando,
como ahorcado de un árbol,
sufriendo en el suelo, fruto
de la caída. Son los andróginos del desierto.
4.
La mujer blanca como una piedra de río,
ofrenda de los antepasados.
Cabellos negros, largos, independientes,
que son parte del bosque.
Sólo las sorpresas salvan.
Oigo toser en el desierto,
el desolado lugar sin habitantes.
LA MUERTE DE STALIN EN 1963
Ayer:
Brazos sobre el pecho,
cruzados, la mirada extinta
en esos pequeños ojos violentos,
secretos como el alma del rey
negro. Mudos como la mirada
del mandril, como el robo
de manuscritos y el alma de Gorki
en la memoria de mi infancia.
Hoy:
Muslos como blancos nabos
bajo una falda marrón,
oscura, hecha de tela
de uniforme militar,
de soldado de guerra
perdida. Es el único recuerdo
de toda esa gran obra,
de todas las mujeres,
de la gran biblioteca
en mi casa de niño. Muslos
con la imaginada blancura
de esas raíces que crecen
bajo la tierra. La nueva pasión.
Como una señora seria,
Ibsen se traga la lengua
de susto.
UN MISTERIO DE LA VIDA ADULTA
Navegadora, la mujer ballena
mamífera de los océanos
me persigue por la gran ciudad
fuera de su elemento, blanca,
desorientada, oliendo a salitre,
enorme sombra del aplauso
consentido y ceremonial.
Monumento viviente,
desconocido para el caminante,
que vive de la adulación
y de las coincidencias.
Se envuelve en flores
y el espíritu de conquista
la domina. El mundo
sumergido es su esfera.
Lo único que puedo hacer
es luchar en ese duelo,
como la Divina Sara,
las espadas desnudas,
los pechos jadeantes.
Vive triste y desordenada
en su enormidad, rodeada
de recuerdos, dedicatorias,
tatuajes secretos, hierbas
del campo en los pliegues.
Mi blanca camisa abierta
y el alma en mi pecho,
temblando de emoción,
son las ofrendas infantiles
a ese airado recuerdo.
UN JUEGO MAGNÍFICO
1.
¿Porqué no hay más escritura?
¿Escultura? ¿Misivas? ¿Estuches?
¿Escurridizas sensaciones? La necesidad
cotidiana desaparece y la escritura
se ahoga. La única manera de aprender
es la lectura sin texto, la lisa escritura.
Religare en nosotros como simplificar
la lengua, que es instantánea sorpresa.
La Máquina de Vapor, el Caballo de Vapor
desenfrenado en nuestro pecho, paisaje
rural de verdes praderas, descansando
en mis espaldas, sostenido por mis huesos
como la escena de un teatro, bisturí,
lupa de sueños del poeta rural. Es
la transformación instantánea, La expresión
de algo, una emoción, los paisajes, el Centro.
2.
Los objetos llueven del cielo. Ochenta y tres
lenguajes. Eso produce el riesgo y el resultado,
el efecto y la eficacia. Como un sueño, todo llueve
del cielo. Las utopías, los silencios. El serio mirar
es ver las calles, los ojos rojos, la reflexión
o el reflejo, es La Vanguardia japonesa en todo
el universo, indiferente. Violencias y desastres
claros, Descartes desorientado en su cielo. ¿Qué tenemos
delante? ¡Piano Fuerte! Into the night, saltos de bailarín,
heroicos, repetidos, la imagen del agotamiento. Cada uno
camina como puede, dice. Sin distracción, en la pradera,
con Bulgakov sentimos la sustancia como virtud.
SUAVES IMÁGENES
1.
Negra mujer adulta
en pañales, olvidadiza
de su cuerpo, uñas
rojas como las flores
del ceibo (la ceiba), comiendo
almendras con desesperación.
Un cuerpo lustroso de sudor oriental
desfalleciendo en el lecho, su vida
es el nudo de enfermedades.
2.
La marinera vestida
de blanco, en posición
de descanso, piernas
separadas, las manos
detrás de la espalda.
Larga espalda como Alpes
nevados y limpios,
en vertical insignia.
Su fundamento es estéril,
sin olor, de labios finos,
crueles, transparente
y amanerado monóculo,
con toda la contemplación
de las vanguardias
en Ginebra. Tristán
de las marinas, fuente
de aguas en Suiza.
Los tobillos fulgurantes
en su tensa posición,
son campos de hierbas
verdes pero desconocidas.
3.
La actriz del cine,
alta como un granadero,
cara de gran caballo
desenfrenado de amores,
que me hace temblar
al verla. Senos como
puños retorcidos,
casi sin movimiento.
Los brazos en cruz,
cada pierna una orquesta
completa tocando su música
con intensidad.
Todo su cuerpo, cada surco hace
el juego aristocrático
del blanco suburbio americano.
Lucha de clases la pierna,
frontón la mano grande y un orgullo
nacional agranda su seno.
HOMENAJE A CHAMFORT
Es el escritor de la novela fragmentada
en máximas, retratos, insultos, enfermedades,
ocasiones únicas, episodios nacionales, uno a uno,
viviendo junto a los pliegues amados y el desorden.
El 10 de Septiembre (de 1793) trata de matarse
treinta veces, cuarenta veces, con armas,
cuchillos, navajas, asombrado de seguir viviendo
después de esfuerzos tan terribles.
Nada es real porque todo es general, cada ejemplo
cada frase, sólo hablan de nadie y sus miles.
Acariciado por fuego de volcanes, me enseña
a contar, a sumar, a recordar suspirando.
DOS RECUERDOS JUVENILES
Uno.
María Antonieta Pons aparece en un sueño,
dice que se llama Rara Machine, es casi
la noche del solsticio de otoño, y las nubes
vuelan en un cielo oscuro. No es tormenta ni tifón,
es aire y nubes y nieblas adheridas a sus carnes.
En voz baja me describe cada pelo (de su pubis),
la curva del monte medida en grados de ángulos,
grados hirvientes, la selva oscura, la pirámide,
la línea de crines que sube del monte al centro
del vientre esférico, ni convexo ni cóncavo.
Estoy embelesado. Se niega a hablar de su espalda
y sus nalgas, o la inclinación del muslo. Insisto,
pregunto, ruego, ella sigue altanera hablando
sólo de su triángulo real, oscura trinidad, cabeza
abajo, de ese mundo amazónico, siempre oculto
hasta hoy. Sacude los rulos del rostro. Sus labios
son violetas y brillantes por fuera. Quiere
que introduzca mi cabeza en su boca de leona.
Luchamos, me aferra con manos de chacal, blancas
como perlas. Su aliento tiene perfumes y sonidos,
jadeos de gran mujer ansiosa, pero de mirar sereno.
Me suelta, nos soltamos de ese abrazo sin suspiros.
Escapo corriendo sin mirar atrás. Luego vuelvo
arrepentido, pero ya no está. Me llamó amadamado.
Dos.
Ninón Sevilla aparece en un sueño,
vestida de almirante, las piernas al aire,
se arranca las medallas que le cubren
el pecho y me muestra sus ancas lustrosas.
Son emociones imposibles de narrar,
recuerdos fetales, fosgenos en los ojos cerrados,
electricidad y tormentas metálicas en el alma.
Mi meñique toca su ombligo movedizo,
como un relámpago el contacto dura segundos.
Cubiertos de tules que nos ocultan, mariposa
entra y habita mis pulmones, echamos una luz
malsana. Ella entra y sale cuando respiro.
LA DESESPERACIÓN
Es la vida en Turquía, luminosa,
llena de olores, tan lejana como
las sombras de la vida aquí
entre los vapores, las iras, las agudas
voces como abejas en el campo de verbena.
Vender un caballo y comprar oro
(un collar, una medalla) es igual aquí y allí.
Es desfallecer. Vender ovejas es lo mismo;
vender libros, discos, muebles, el sable
de caballería, para ir a Estambul
la sucia. Duda y certeza iguales,
iguales en este tiempo. (El hombre camina
delante, serio. La mujer, negra por fuera,
azul por dentro, como la gloria de la noche
le sigue). Es la vida inerte, sin raíces, dictador
por vida en Burgos, esteta en París, turco en
Sirmione camino a Suiza. Una menos diez en Milano,
niebla de día, en enero, cruzando los Alpes.
Ya no creo en lo que veo día a día, no puedo creer.
No se si veo una mujer rubia con perros,
en la montaña, vestida de azul flotante,
o si son reflejos en la neblina, en la necedad,
antes de la nevada. Miro mejor y son piedras negras,
africanos, turcos, elefantes, hijos del Magreb,
congelados. Estatuas en el paisaje alpino
surcado de poetas, patinadoras
sobre hielo y los amigos de la familia,
con sus iras y conocimientos terminados,
con el corazón en la mano,
imágenes de la terrible necesidad y su cortejo.
LO EXTRAÑO
Velo indio me cubre,
rojo y oro, son los eslabones
con el pasado familiar,
el acercamiento a las viejas
budineras. Recuerdo
de infancia lo llamo.
EXCESOS DE LA IMAGINACIÓN EXALTADA
(o Los Frutos Colombianos)
(Atención:) El tiempo vuela.
Siempre hay tiempo, me digo.
Esas son sentencias, sólo mariposas
amarillas de Estocolmo, olvidos.
Una mujer hace crecer cosas
en todos. No hay imágenes, apenas
un borde difuso. Ya no hay
liturgia, sólo hay fiebre de frutas.
Hoy mexicana joven muestra axilas
afeitadas, grises, al volcar agua fría
en una ducha casera. El pecado
castiga al pecado, esa es la paradoja.
Hay que encontrar las sábanas
voladoras, temblando, para creer
en el milagro. Pero la paradoja
siempre enseña en la oscuridad,
la nuca tensa. El Cristo Porta Croce
se baña conmigo en el mar. Los dos
flotamos de la mano, sólo
la momia de Evita nos separa.
Esmero es bueno. El esmero enseña. El apretón
de manos, el mensaje en la botella, la botella
en el blanco mar enseñan. Así jugamos
al azar nuestros más ardientes amores.
LOS PRESAGIOS
La tinta salta de los tinteros,
salpica mejillas y blancos cuellos.
Como la orina de fuego es grave presagio.
La mirada sorprende cosas terribles.
Es la tristeza grande y moral,
las rodillas desnudas sobre el suelo,
esperando la enfermedad, la venganza.
¿Se levanta un león en la noche
o es la multitud simbolizada?
Bares de glicerina,
adictos de toda clase
beben oscuro té y sudor
de virgen niña. ¡Hurra!
¡Hay que huir a Holanda!
Es hule, hueso, hurto, huella,
humoso, humus, huno y huracán,
huero, husmeo, y es húsar,
tambor mayor amante de Marías.
Nada nos detiene en esta fuga.
SORPRENDIDO UN DOMINGO
Un niño de rostro redondo,
caza una bala en el aire,
con la mano. Sus dedos
la rodean, después del disparo.
Un rostro en el agua azul,
ojos orientales, boca esférica,
roja a veces, otras azul,
cruces de oro en los dientes,
su cuerpo brillante se acaba en la cintura
líquida. Veo una red, algo que parece
un seno, un ojo, sombras oscuras,
entreabiertas, un lunar en el labio.
Una mujer de pelo negro,
con gran sombrero (rojo),
rostro blanco de chacal,
tocando el violín, erguida.
Todo es óptica, ver sin ver,
como en los sueños, los sueños
repetidos, apurados, inolvidables.
Una figura blanca corriendo,
desnuda, no sé si es hombre
o si es mujer. Dice que escribe
como una araña, y vive a la sombra
de los refugios, que es frase
incomprensible, un viaje apurado.
Sólo se puede espiar jugando,
la boca abierta, húmeda, feliz.
(Hay que) ver para creer.
Hay que colgar de la horca
de un pie, feliz, cabeza
abajo, flotando en el zodíaco.
Hay que tocar las bocas de las damas.
LA FACILIDAD
Amores:
No hay consecuencias lógicas
del pasado. El pasado es
sólo suma y resta de defectos
elegidos. Recuerdos de la fama,
los cansancios, el corazón de vacíos.
Lo único que sirve es la soledad,
el aislamiento, insular vida
sin nadie. Eso es lo mejor.
Sonido sin ecos, palabra sin fulgor.
Oír y escuchar, en silencio, el oído
gana. Así se salvará la libertad
despótica y ruidosa, escandalizada.
Esperas:
Es ella la que me hipnotiza en silencio.
Soy su víctima, su higo rojo, mesmerizado,
en silencio, como una planta, un cactus,
un libro abandonado, mudo, peor que cenizas,
un pecado verdadero, imperdonable y vulgar,
en la biblioteca vacía, en su penumbra.
Todo está en la voz, la nuca
tensa, el tono, el suave pronunciar. Sólo
eso salva a la literatura y su hundimiento.
Imágenes:
Agua marina limpia en el rostro
y un portal de fuego, evocan poesía
como espuma de mar, oleaje, aire fino.
La mujer rubia hablando a un espejo,
el gran rodete de oro sobre la espalda,
diciendo que no puede esperar más.
El puerto en calma, rojo al atardecer
como un incendio. A lo lejos un hombre
mueve algo negro con un palo, sin esfuerzo.
Mirando el agua, mirando la leche hervir,
la carne temblando. Interminable lectura, seca,
desesperada, los olvidados textos en la mano.
Así la facilidad enseña, torpe, tranquila.
Impide escribir sobre la duda y la certeza,
engendra la lectura seca, interminable.
LA MIRADA DE LA VIRGEN22
La mirada casta (de la virgen leyendo),
acariciando las páginas del libro,
con sus ojos, casi cerrados.
Bajo los párpados muy bajos,
angostas miradas, que no llegan
a las páginas del libro.
Sus angostas miradas,
los párpados azules muy bajos,
no llegan a las páginas.
El libro espera ansioso
la angosta mirada, huyendo
de esos ojos de párpados cerrados.
Bajo los párpados cerrados, azules,
las angostas miradas, que acarician
las páginas del libro.
El universo entero se encuentra
en el lago que forma la lluvia cuando llena
la huella de un casco de caballo en la arena.
La virgen olvidadiza no mira ni lee,
no sabe ver el lago ni su campo de trébol perdido,
y ya no conoce los principios del poeta.
SELECCIÓN DE POEMAS (Publicados en EL POETA
Y SU TRABAJO Nº 3, Primavera 2001, pags. 71 a 74,
México D.F. Revista de poesía dirigida por Hugo Gola.
LA PRIMERA LECTURA
Hoy la joven leerá a ese poeta que amo
por primera vez. Sabe que existe pero es
la primera vez que tiene un libro suyo entre
las manos. Un cambio se avecina. ¿Cambiará la curva
de su pierna después de la lectura? ¿Su seno
en punta cambiará? ¿Cambiará la sombra
de su espalda en el suelo de cerámica?
La lengua cómplice no puede explicar
este milagro. El poeta cree conocer
el color verde y el rojo y el ámbar
y el plateado del zapato y el negro
charol, el diente blanco, la figura
fugaz que sigue su marcha y se aleja
y la otra sombra que se queda aferrada
a la memoria. Esta batalla fingida
no tiene fin y el emocionado por sus culpas
(y esos olvidos), espera ansioso el retorno
de la lectora nueva. Cambiada, ilustrada
en su lectura, suspirante y atractiva, deseada
y próxima, rojo el rostro de esa fiebre que la domina.
LOS SOLDADORES
No se puede soldar
el hierro cuando truena.
No se puede soldar
frente a una mujer.
El hierro no responde,
nada se pega cuando truena.
Fierro gris cuando ella entra.
Los soldadores no pueden
ignorar esos signos. Ella
entra y los soldadores comen,
el hierro rojo espera.
Ella se va sin saludar
y el cielo truena, truena.
Hoy ya no se puede soldar.
Mañana puede ser,
si ella no viene. Y van a soldar
felices y serios, soldaduras eternas.
SELECCIÓN DE “LOS SONETOS (DE GOMBROWICZ)
Plaquette Nº 98 de CAFÈ CENTRAL (Barcelona) 1997
14 sonetos. Sin numeración de páginas, tirada
LA PRIMERA LECTURA
Hoy la joven leerá a ese poeta que amo
por primera vez. Sabe que existe pero es
la primera vez que tiene un libro suyo entre
las manos. Un cambio se avecina. ¿Cambiará la curva
de su pierna después de la lectura? ¿Su seno
en punta cambiará? ¿Cambiará la sombra
de su espalda en el suelo de cerámica?
La lengua cómplice no puede explicar
este milagro. El poeta cree conocer
el color verde y el rojo y el ámbar
y el plateado del zapato y el negro
charol, el diente blanco, la figura
fugaz que sigue su marcha y se aleja
y la otra sombra que se queda aferrada
a la memoria. Esta batalla fingida
no tiene fin y el emocionado por sus culpas
(y esos olvidos), espera ansioso el retorno
de la lectora nueva. Cambiada, ilustrada
en su lectura, suspirante y atractiva, deseada
y próxima, rojo el rostro de esa fiebre que la domina.
LOS SOLDADORES
No se puede soldar
el hierro cuando truena.
No se puede soldar
frente a una mujer.
El hierro no responde,
nada se pega cuando truena.
Fierro gris cuando ella entra.
Los soldadores no pueden
ignorar esos signos. Ella
entra y los soldadores comen,
el hierro rojo espera.
Ella se va sin saludar
y el cielo truena, truena.
Hoy ya no se puede soldar.
Mañana puede ser,
si ella no viene. Y van a soldar
felices y serios, soldaduras eternas.
SELECCIÓN DE “LOS SONETOS (DE GOMBROWICZ)
Plaquette Nº 98 de CAFÈ CENTRAL (Barcelona) 1997
14 sonetos. Sin numeración de páginas, tirada
99 ejemplares numerados
Un ángel
El ángel de la ciruela
pensativo cuida mi alma
y mi cuerpo. Cuida de mí
en el huerto y en la casa,
seco o mojado ese tiempo
buscando anís, luchando
con la maleza, las espinas
y el aloe. Ahora aprendo
con él en mi jardín. Sabio
miro tallo y raíz y hoja
mordida y oruga inmóvil. El ángel
de la ortiga. Es la nostalgia
de las cosas que han pasado, es
un ángel del alimento, una hoja de te.
La mujer profeta
Lee en voz alta y su don asombra.
Profetiza sobre lo impar, lo único,
la improbable cosa y lo que el hombre
desconoce. Describe la pierna perfecta
de la mujer de imperceptible renquera,
Emma sin senos de pierna blanca de marfil.
Descubre los secretos del rápido río
y sus ahogados frente al valle familiar.
Crea deseo. Tiene el encanto y la atracción
de la linda paradoja. Habla de silencios
y bocas ocupadas. De la carne. Jura y perjura
sus visiones como hojas de una reina
de la realidad diaria, enardecida
en su hablar, como danza y acrobacia del cuerpo.
Écriture (II)
El lenguaje ya usado no puede ser
inocente. El uso previo lo engarza
en la memoria misteriosa que siempre
reaparece, nunca se pierde. Navega
en mar nuevo de significados pero esa
memoria implícita no se va, sigue
aferrada a esa y esa palabra,
vampiro que roba y ensalza
como medusa quemando la carne
en el mar. Miro esa roja mancha
en mi brazo al sol, la quemadura
y la mirada y mis recuerdos ya no son
nuevos ni inocentes. El lenguaje es niebla
decorativa que fascina al lector.
Verso Libre
Escibir un verso
y encadenarlo con otro
siguiendo el pensar
como el reflejo brillante
en el ojo del venado
pastando entre terneros,
punto de plata en la cabeza
color de la avellana.
Es la mirada que da vida,
que sacude el cuerpo antes
del salto de la muerte.
El animal herido muere
respirando versos encadenados,
que su respiración dicta.
OTROS POEMAS (INÉDITOS)
LOS DESEOS
Noche de luna y clara luz,
se rompe el collar y las perlas
ruedan por el suelo del salón.
El ruido es único e inolvidable.
Mucha gente no es lo que aparenta.
Son perlas falsas, dicen los espías.
Algunos tienen imaginación desbordante.
Otros son débiles y modernos, los ojos
enrojecidos de lágrimas, mirando ociosos.
El ocio es peligro familiar, agita
a la madre y a la hija, las menea
infalible en su aparición diaria.
Tanto el ocio como la actividad,
ocurran en el día o en la noche,
producen agotadores deseos ocultos.
Quisiera poder disparar un cañón.
Contra nadie, contra nada, sin objeto,
solamente por el estruendo y el humo.
Todas estas historias son imágenes
de la obediencia, son el revés
y el derecho, el adentro y el afuera
de la sumisión. Todo lo que escribo
es resultado de obediencia perdida
y de la anti-obediencia huracanada
que es duro placer solitario.
Publicado en Hora de Poesía Nº 94-95-96, Barcelona,
Un ángel
El ángel de la ciruela
pensativo cuida mi alma
y mi cuerpo. Cuida de mí
en el huerto y en la casa,
seco o mojado ese tiempo
buscando anís, luchando
con la maleza, las espinas
y el aloe. Ahora aprendo
con él en mi jardín. Sabio
miro tallo y raíz y hoja
mordida y oruga inmóvil. El ángel
de la ortiga. Es la nostalgia
de las cosas que han pasado, es
un ángel del alimento, una hoja de te.
La mujer profeta
Lee en voz alta y su don asombra.
Profetiza sobre lo impar, lo único,
la improbable cosa y lo que el hombre
desconoce. Describe la pierna perfecta
de la mujer de imperceptible renquera,
Emma sin senos de pierna blanca de marfil.
Descubre los secretos del rápido río
y sus ahogados frente al valle familiar.
Crea deseo. Tiene el encanto y la atracción
de la linda paradoja. Habla de silencios
y bocas ocupadas. De la carne. Jura y perjura
sus visiones como hojas de una reina
de la realidad diaria, enardecida
en su hablar, como danza y acrobacia del cuerpo.
Écriture (II)
El lenguaje ya usado no puede ser
inocente. El uso previo lo engarza
en la memoria misteriosa que siempre
reaparece, nunca se pierde. Navega
en mar nuevo de significados pero esa
memoria implícita no se va, sigue
aferrada a esa y esa palabra,
vampiro que roba y ensalza
como medusa quemando la carne
en el mar. Miro esa roja mancha
en mi brazo al sol, la quemadura
y la mirada y mis recuerdos ya no son
nuevos ni inocentes. El lenguaje es niebla
decorativa que fascina al lector.
Verso Libre
Escibir un verso
y encadenarlo con otro
siguiendo el pensar
como el reflejo brillante
en el ojo del venado
pastando entre terneros,
punto de plata en la cabeza
color de la avellana.
Es la mirada que da vida,
que sacude el cuerpo antes
del salto de la muerte.
El animal herido muere
respirando versos encadenados,
que su respiración dicta.
OTROS POEMAS (INÉDITOS)
LOS DESEOS
Noche de luna y clara luz,
se rompe el collar y las perlas
ruedan por el suelo del salón.
El ruido es único e inolvidable.
Mucha gente no es lo que aparenta.
Son perlas falsas, dicen los espías.
Algunos tienen imaginación desbordante.
Otros son débiles y modernos, los ojos
enrojecidos de lágrimas, mirando ociosos.
El ocio es peligro familiar, agita
a la madre y a la hija, las menea
infalible en su aparición diaria.
Tanto el ocio como la actividad,
ocurran en el día o en la noche,
producen agotadores deseos ocultos.
Quisiera poder disparar un cañón.
Contra nadie, contra nada, sin objeto,
solamente por el estruendo y el humo.
Todas estas historias son imágenes
de la obediencia, son el revés
y el derecho, el adentro y el afuera
de la sumisión. Todo lo que escribo
es resultado de obediencia perdida
y de la anti-obediencia huracanada
que es duro placer solitario.
Publicado en Hora de Poesía Nº 94-95-96, Barcelona,
Julio-Diciembre, 1994, p. 239 (con otros cuatro
poemas, pp. 237-243). Fue incluido en la “antología”
de Diario de Poesía Nº 52, verano 2000, Buenos Aires
& Rosario, p. 12. Es el poema usado en un re-mix por
Roxana Páez (Soy esa máquina que puede explotar)
que aparece en este blog.
UNA CONJETURA
Viajo inmóvil. Soy el viajero
en su sillón, en el banco de plaza,
en el almohadón oriental o cercano. Cuando
miro y veo la encía rosa del jaguar
en la gran boca o el gris reborde elegante
del zorro de las nieves o el diente agudo
y limpio del lince oloroso. ¡Cómo cambian
los tiempos! Hay pudor y elegancia
exigiendo despedidas sin pañuelo
ni lágrimas en tiempos de zapatos
a medida. Son tiempos de bifurcación
y masculino mármol con el brazo levantado,
tiempos de mujer medio gallo y medio
gallina, amazona madre amante.
13 DE AGOSTO DE 2001
Hoy la muerte cardiaca me pide
que toque su teclado. Poso
mis dedos en su marfil y ella
gime suave a mi primer acorde.
- Mi Mozart - me dice
y se menea lúbrica, apasionada
Cuando es ella quien toca mis marfiles
tengo sensación de agonía
y temo por mi vida melódica,
por mi visión que se borra,
por el silencio de mi boca.
Es rara relación, rara relación,
unión, coherencia, analogía.
Es contacto coherente, dependencia.
La salaz libertina me sacude
y asusta a mis vecinos. Impúdica
me obliga a escribir esta estrofa
sobre mi muerte. Pulcro
acepto sus hechizos y la recuerdo
con cariño pero sin necesidad.
Publicados en Lateral, Nº 96, Barcelona, Diciembre
UNA CONJETURA
Viajo inmóvil. Soy el viajero
en su sillón, en el banco de plaza,
en el almohadón oriental o cercano. Cuando
miro y veo la encía rosa del jaguar
en la gran boca o el gris reborde elegante
del zorro de las nieves o el diente agudo
y limpio del lince oloroso. ¡Cómo cambian
los tiempos! Hay pudor y elegancia
exigiendo despedidas sin pañuelo
ni lágrimas en tiempos de zapatos
a medida. Son tiempos de bifurcación
y masculino mármol con el brazo levantado,
tiempos de mujer medio gallo y medio
gallina, amazona madre amante.
13 DE AGOSTO DE 2001
Hoy la muerte cardiaca me pide
que toque su teclado. Poso
mis dedos en su marfil y ella
gime suave a mi primer acorde.
- Mi Mozart - me dice
y se menea lúbrica, apasionada
Cuando es ella quien toca mis marfiles
tengo sensación de agonía
y temo por mi vida melódica,
por mi visión que se borra,
por el silencio de mi boca.
Es rara relación, rara relación,
unión, coherencia, analogía.
Es contacto coherente, dependencia.
La salaz libertina me sacude
y asusta a mis vecinos. Impúdica
me obliga a escribir esta estrofa
sobre mi muerte. Pulcro
acepto sus hechizos y la recuerdo
con cariño pero sin necesidad.
Publicados en Lateral, Nº 96, Barcelona, Diciembre
2002, p.20.
LA INTRANQUILIDAD
El aire huele raro y hay ahora presagio
de invasiones. El jardín cambia
de forma, su puerta se achica. Ahora
veo otra vez a Durero en Florencia
con un cardo entre los dedos
y ya no me tranquiliza su mirada
y el cardo morado, violeta, es salón
irrespirable donde el poema no se dice.
Este texto me traiciona, huye hoy
de mi amor y se retira. Alejado, retorna
ejemplar sin cercanía. Crea el desorden,
las mas calientes discordancias ante mis ojos,
en la casa familiar o fuera, cerca y lejos.
Sirviendo a todos los dioses y a sus siervos.
EL CASTIGO
La poesía es mi castigo,
es personaje diario
de espuela y fusta leve.
Hoy y ayer su recuerdo
no me dejó respirar. Toco
sin retener en la mano
y las cosas se rompen
al contacto. Hoy me rodea
un mundo agitado, mundo
enemigo que se aleja
cada vez más de mi casa.
Miro perplejo ese cambio
y los agudos sonidos que produce
en el habla común.
“La Intranquilidad” y “El Castigo” son poemas
LA INTRANQUILIDAD
El aire huele raro y hay ahora presagio
de invasiones. El jardín cambia
de forma, su puerta se achica. Ahora
veo otra vez a Durero en Florencia
con un cardo entre los dedos
y ya no me tranquiliza su mirada
y el cardo morado, violeta, es salón
irrespirable donde el poema no se dice.
Este texto me traiciona, huye hoy
de mi amor y se retira. Alejado, retorna
ejemplar sin cercanía. Crea el desorden,
las mas calientes discordancias ante mis ojos,
en la casa familiar o fuera, cerca y lejos.
Sirviendo a todos los dioses y a sus siervos.
EL CASTIGO
La poesía es mi castigo,
es personaje diario
de espuela y fusta leve.
Hoy y ayer su recuerdo
no me dejó respirar. Toco
sin retener en la mano
y las cosas se rompen
al contacto. Hoy me rodea
un mundo agitado, mundo
enemigo que se aleja
cada vez más de mi casa.
Miro perplejo ese cambio
y los agudos sonidos que produce
en el habla común.
“La Intranquilidad” y “El Castigo” son poemas
escritos y corregidos en 2002-2007 y forman
parte del libro inédito El Mar de Bohemia que
contiene 95 poemas.
TEXTO
No trobo la foscor en la paraula nit (O.Stutman)
Tejo textil texto
con trama de adverbios
y siento ser mi jefe carpintero
de lápiz azul, señor de tinciones
y colores sordos como el tejido
del texto que antes tejí.
Pero esta pasión no emociona.
El lector mira el tejido
y dice: - Esto sólo arde
en el fuego del incendio
y no quema alma ni
recuerdo de otros fuegos.
Quemar al lector no es difícil.
Pero escribir no es fácil.
Escribir es difícil. Quemar
o tejer es creer que se escribe
porque la trama urde su existencia.
Este poema es el “Envoi” de La Vida Galante
TEXTO
No trobo la foscor en la paraula nit (O.Stutman)
Tejo textil texto
con trama de adverbios
y siento ser mi jefe carpintero
de lápiz azul, señor de tinciones
y colores sordos como el tejido
del texto que antes tejí.
Pero esta pasión no emociona.
El lector mira el tejido
y dice: - Esto sólo arde
en el fuego del incendio
y no quema alma ni
recuerdo de otros fuegos.
Quemar al lector no es difícil.
Pero escribir no es fácil.
Escribir es difícil. Quemar
o tejer es creer que se escribe
porque la trama urde su existencia.
Este poema es el “Envoi” de La Vida Galante
(en 129 poemas), aun inédito. El epígrafe es
mi primer texto en catalán, escrito en Barcelona
en mayo-junio del 2006 y dice con mas sonoridad
que en castellano: No encuentro la oscuridad
en la palabra noche.
Trece Poemas de Fin de Año 2007
I
El poema muere
en el silencio, sin
la voz que lo lee.
Miles de poemas muertos
dentro de los libros no leídos
en la grandiosa biblioteca
o en la pequeña municipal
son el cementerio verbal
con sus sílabas desencajadas
de palabras nunca dichas
de poemas leídos o no
pero nunca pronunciados
ni oídos en alta voz por
nadie. Triste destino perdido.
II
Me olvido de mis preguntas
mirando un río ancho
y luego olvido el recuerdo.
III
La ligereza del pensar
en el propio idioma
es lo opuesto al peso
del mundo que veo.
IV
En la poesía poética
el agua es aceite,
el mar es su orilla
y la nube un humo inmóvil.
Pero el agua es tierra
y el mar es su ausencia
y el aceite humo de nube
en la escritura libre.
V
En Assisi (Perugia),
saliendo por la entrada,
como siempre. Derecho
del mundo al reves.
VI
¿Para qué sirve el arte?
El arte sirve para pensar.
¿Para qué sirve pensar?
Pensar sirve para vivir.
¿Para que sirve vivir?
Vivir sirve para pensar,
para inventar el mundo,
para olvidarlo luego, así
como ahora, sin pensar.
Y luego tratar de recordar.
VII
La Muralla China
Siempre pensando
historias ya no vemos
que el día tiene sólo
las antiguas doce horas
y que lejos, en el horizonte
el humo negro de los fuegos
de excremento de lobo
en las torres, nos alerta
del peligro que llega,
siempre del norte, siempre.
La frontera de ese norte
se acera hoy hasta mi
propio umbral, tanto
aquí como allá en
mi norte que es el sur.
VIII
¿Cómo puedo vivir
sabiendo que cuando
muera alguien
me robará los zapatos?
¿Cómo puedo vivir
si sé que cuando
muera alguien
me robará los zapatos?
IX
Cuando abra los ojos
habrá una imagen mía
pero ya no seré yo.
X
La claridad o la oscuridad
no me interesan. Significan
poco o nada y el lenguaje
vacuo sigue como agua de ducha.
XI
Admiración a Berkeley
El mundo existe porque yo lo veo. Por
lo tanto yo existo porque alguien me ve.
Si elimino al vidente que me ve me elimino
a mi, el objeto visto por el otro. Cada
vez que mi vidente cierra los ojos
yo desaparezco de su vida y de la mía.
XII
No existe espacio más libre
que el espacio del poema,
si el poeta lo permite.
XIII
El poema
es el espacio
más libre que
podemos imaginar.
Tendría que serlo
aunque muchas veces
no lo es. Hay poetas
que se encadenan
con más saña que
el más cruel verdugo.
Poetas que eligen
su modelo de dogal
o bozal ceñido,
a pesar de la libertad
que ofrece el espacio
del poema comenzado.
Textos inéditos escritos en Barcelona o Mallorca
Trece Poemas de Fin de Año 2007
I
El poema muere
en el silencio, sin
la voz que lo lee.
Miles de poemas muertos
dentro de los libros no leídos
en la grandiosa biblioteca
o en la pequeña municipal
son el cementerio verbal
con sus sílabas desencajadas
de palabras nunca dichas
de poemas leídos o no
pero nunca pronunciados
ni oídos en alta voz por
nadie. Triste destino perdido.
II
Me olvido de mis preguntas
mirando un río ancho
y luego olvido el recuerdo.
III
La ligereza del pensar
en el propio idioma
es lo opuesto al peso
del mundo que veo.
IV
En la poesía poética
el agua es aceite,
el mar es su orilla
y la nube un humo inmóvil.
Pero el agua es tierra
y el mar es su ausencia
y el aceite humo de nube
en la escritura libre.
V
En Assisi (Perugia),
saliendo por la entrada,
como siempre. Derecho
del mundo al reves.
VI
¿Para qué sirve el arte?
El arte sirve para pensar.
¿Para qué sirve pensar?
Pensar sirve para vivir.
¿Para que sirve vivir?
Vivir sirve para pensar,
para inventar el mundo,
para olvidarlo luego, así
como ahora, sin pensar.
Y luego tratar de recordar.
VII
La Muralla China
Siempre pensando
historias ya no vemos
que el día tiene sólo
las antiguas doce horas
y que lejos, en el horizonte
el humo negro de los fuegos
de excremento de lobo
en las torres, nos alerta
del peligro que llega,
siempre del norte, siempre.
La frontera de ese norte
se acera hoy hasta mi
propio umbral, tanto
aquí como allá en
mi norte que es el sur.
VIII
¿Cómo puedo vivir
sabiendo que cuando
muera alguien
me robará los zapatos?
¿Cómo puedo vivir
si sé que cuando
muera alguien
me robará los zapatos?
IX
Cuando abra los ojos
habrá una imagen mía
pero ya no seré yo.
X
La claridad o la oscuridad
no me interesan. Significan
poco o nada y el lenguaje
vacuo sigue como agua de ducha.
XI
Admiración a Berkeley
El mundo existe porque yo lo veo. Por
lo tanto yo existo porque alguien me ve.
Si elimino al vidente que me ve me elimino
a mi, el objeto visto por el otro. Cada
vez que mi vidente cierra los ojos
yo desaparezco de su vida y de la mía.
XII
No existe espacio más libre
que el espacio del poema,
si el poeta lo permite.
XIII
El poema
es el espacio
más libre que
podemos imaginar.
Tendría que serlo
aunque muchas veces
no lo es. Hay poetas
que se encadenan
con más saña que
el más cruel verdugo.
Poetas que eligen
su modelo de dogal
o bozal ceñido,
a pesar de la libertad
que ofrece el espacio
del poema comenzado.
Textos inéditos escritos en Barcelona o Mallorca
entre noviembre y diciembre de 2007 y corregidos
en enero-febrero de 2008
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