Anastasia Kontratevidi nace en Kaluga (Rusia) en 1990. Sobre el año 2000 llega a Valencia acumulando clichés para jugar al tenis. Va de arriba para abajo jugando aquí y allá llegando a estar uno de España sub 18 y 500 del mundo hasta que con 18 años decide que no es lo suyo y para el estupor de sus padres se matricula en Filología Hispánica en la Universidad de Valencia, carrera que está cursando a día de hoy esperando terminar pronto. Trabaja como traductora del ruso y del inglés, da alguna clase de tenis y tiene un libro de poesía todavía inédito.
WEB: http://decaracolesycaimanes.blogspot.com.es/
Aproximación al deshielo
¿Cómo?
Fijamos la coma en el mismo bolsillo
en el que guardo el olfato, la memoria
y los ojos que echo de menos
cuando el espejo no responde.
También debo recuperar su espalda,
el perro a los pies, casi triste
y la sensación de que me falta algo
para completar la imagen.
Es un acertijo hecho de mis
barbas y talones pasados,
un toque repetido en el estómago,
line descontinua que cruza mi frente.
Las fobias todavía están por definir,
aunque ya sé que como los pulpos
tienen tres corazones intercambiables
dependiendo de si cae viernes o trece.
¿Dónde?
Eso puede que te lo deje a ti,
al fin y al cabo siempre nos llaman
las plazas de los bosques y las orillas
de las ciudades sin oxigeno libre
que por la noche me invento en el mapa
desplegado en el borde de mi colchón.
(Antes de parpadear ten en cuenta
que desde ayer funciono con lo que olvido
y procuro cabmbiar de género por costumbre
como simple cuestión de perspectiva.)
¿Cuándo?
Podemos darle la vuelta al reloj
y marcar treinta vueltas desde ahora,
restar seis semanas de los principios
por sequedad ignorante de la pupila
y dar el color de la sangre por relativo
mezclando H, N y O sin medida.
Hecho el esquema, absorbo
al hombre-ancla de la mesa de al lado.
¿Sabes? Aún queda tiempo,
varios días hasta el deshielo
no abandones,
formula mejor la pregunta.
Símil para qué
Y todo en la memoria se perdía
como una pompa de jabón al viento.
ANTONIO MACHADO
...pero hay tierra y hay noche para todos
y cada uno duerme y sabe donde está.
J.O. GIANUZZI
Nada recuerdas ya
de los dientes de hielo
que colgaban de los tejados.
Su lógica soledad
y el respeto de los transeúntes
tal vez sean lo único
que te acompañe aquí,
tan lejos de la escarcha
que ya no busca el miedo.
Los veías derramarse
con el último hilo de febrero
y fundirse con la nieve manchada.
Algunos morían en silencio,
poco a poco hechos agua,
otros, quizá demasiado orgullosos,
preferían un suicidio digno
desnudando la tierra desde lo alto.
Aquí no hay enero,
sólo peatones clonados,
esparcidos bajo las mismas nubes
pero secas de invierno.
Tu piel está en su sitio
y la memoria sólo se resiente
cuando hace suficiente frío.
Aprietas el paisaje y encajas en él.
Pero sólo hoy, sólo
hasta que la conciencia lo permita
y estemos todos.
Saltos e inocentes.
El pintor de las enredaderas de luz
escribió sus últimos signos
con triste desesperación.
Y dejó sus restos a los amigos
pidiéndoles sólo paredes
para sostenerlos.
SILVIO RODRÍGUEZ
La noche es para aquellos
que se quedan tumbados
buscando la parte correcta
de su cerebro;
para la carne recién consciente
de ser carne de pasillo;
para los del estúpido equilibrio
entre las sábanas y su ironía;
para el insomnio bien criado
y habilmente defendido;
casi siempre también para mí
que sólo tengo
dos folios y una gota de frío
justo detrás de la nuca
para sostenerme.
"Cáfila"
HAMBRE
I.
Nadie avisó del absurdo aburrimiento de la noche,
eso tuve que aprenderlo por mi cuenta.
Desde el dorso de la mano se asoma un número
de teléfono (mucho peor que tatuado)
y no es de ningún amante.
Los libros se abrazan con sinceridad
y montan sus pequeñas reuniones tristes
debajo de mi cama sin el permiso de las almohadas.
Hay que ordenar tantas cosas
que la habitación prefiere encogerse y callar
aunque ya sea tarde
y el armario se abra como una boca enferma
pidiendo a gritos que le arranque de una vez
los labios que lo devoran desde dentro.
Pero aún no-
hoy todavía te permitiré olvidarme.
II.
Con una piedad innecesaria despedazo la madrugada
mientras las fresas se desnudan sobre la mesa de la cocina.
Reflejo Felino
No busques en los cristales
respuestas que te desbordan.
A tu reflejo le faltan días
y le sobran noches de hormigón.
De lejos, una niña perdida
fondea en las calles,
una niña podrida
por veneno
y los ecos atrapados en una taza.
Guarda el paraguas en el congelador,
hoy la lluvia quemará.
Mientras, en las ramas eléctricas
los gorriones saben que nada les concierne,
simplemente disfrutan del espectáculo.
Haz el favor de cerrar la puerta,
vas a hacer que se me escape el amor
y ya no le queda ninguna vida
de las siete que forman tu imagen.
El verano huele a goma quemada
y a piel tostada al sol.
Nuestro mundo no trota más allá
de una indiferencia en la terraza.
Acércate más, no tengas miedo,
los cuchillos de plástico ya están usados.
¿Que tal si improvisamos un año
de silencio
por lo que aún nos queda por perder?
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