Franco Castignani nació en Bragado (Prov. De Buenos Aires, ARGENTINA) en 1985. Es Licenciado en Ciencias Políticas. Se encuentra cursando la Licenciatura en Filosofía (UBA). Ha publicado textos en la Revista Plebella y La Voz Joven. Ha resultado finalista en el IV Certamen de Ediciones Ruinas Circulares (2011).
Ha publicado el poemario El sueño del soldado (Editorial Ruinas Circulares, Año 2012)
Actualmente cuenta con dos libros inéditos (género poesía).
mujer se acerca, besa la herida
camina descalza
sobre el barro
abatida en el fuego
de la tarde
desolada
cubre su piel
con agua
de tormenta
los párpados
se visten de llanto
la niebla entre
sus manos blancas
al fin es mi devota
compañera
*
el centro
en el centro
de la tierra
un fuego
salvaje
consume
otra vez
los silencios
[de El Sueño del Soldado]
parabellum
la lucha es clamor solitario, madre
sobre cielo plomizo un sol ardiente
cubre el campo de ortigas rojas
pobre comienzo animal, madre
ahoga
tristes
fortunas
[de El Sueño del Soldado]
acerca de
precisa la muerte en la batalla
al encontrar la herida
el canto ínfimo
precisa la muerte en el camino
al encontrar
el canto
la herida
gran palabra
llamado vacío
hermana perdida
en el clarear
del látigo
[de El Sueño del Soldado]
instrucción
hay quien especula y hay quien se quema en el propio fuego
leopoldo marechal
da un giro
o dos o tres
el soldado
un roll (quizás)
hasta alcanzar
el centro de
su sueño
su espejo
brotando
en el fuego
cuando llega
(si llega alguna
vez)
se arma
de paciencia
y espera
[de El Sueño del Soldado]
Poemas inéditos
IV
al acecho de algo que ya era tu mirada
serpentea bajo el rocío; es aún temprano
el cuerpo no despierta una taza y otra de
café no aplazan el cansancio ni callan el
rabioso canto de la carne bajo los árboles
volvés a tu casa decidís quedarte allí
sin demasiadas pretensiones sólo
esperar la llamada de alguien
que en otro tiempo te vestía
de sierva o nodriza para reinventar cada
amor cada dolor; “ el problema no es la
libertad sino encontrar una salida “ te decís,
la radio anuncia próxima invasión de abejas
producto del indeclinable cambio climático,
se acostaba con el juez, quien luego la
prostituía para que el mundo sepa y
entienda de una vez cómo hay que
tratar a las mujeres;
ellas corren como lobos enfebrecidos
beduinas a punto de perecer en la mitad
del desierto;
no es sencillo todo esto el resto de los
mortales duerme o grita en silencio
vos intentás abrir otra puerta
una grieta interrogar las cicatrices
aún abiertas desaparecer entre
la gente salir
VII
eterna la música de una palabra,
guerra que se vuelve absurda
y prolongada / ni adentro ni afuera
sólo un testigo muy pocas veces invocable;
te acomodás sobre la almohada no hay
mejor posición que aquella que se encuentra
y en el mismo instante se pierde pensabas
se siente en los brazos los tobillos se hinchan
las venas a punto de estallar el infinito de un
cuarto sutil imagen para lo que muere;
desordenaste los recuerdos / otra vez es otra
noche y la misma el cielo arquea su boca
de azufre pronto sudestada quizá todo acabe
de una vez para recomenzar los esclavos canten
al fin sus deseos sin ser apaleados tu pena y la mía
aquí como peces heridos que vierten su sangre
inocente en círculos sobre todas las costas
se pierden alojan el mar
VIII
minding me to know that I`m glad Sufjan Stevens
oís sol moribundo siete cisnes
tocan la puerta melodía de lobos
hambrientos por detrás se abren
el pecho muestran su secreto
luz tenue quién violentaría
este instante sino un rostro
desde siempre amado y
perdido conmoción mis
hermanas se han alejado
como agua que corre
busca huracanes cojo
cazador tanto bosque encinto
de malvones te abruma sopla
viento fuerte aquí aliento redime
voz muñeca ronca bocanada
se tuerce hasta dar en el blanco
distancia es aquello que merece
cada lobo al subir la montaña
más empinada ya sin pelo
sombra o presa que
alcanzar
De: "Poemas de amor y guerra"
Tres poemas inéditos, que formarán parte de su próxima obra Corpusculario
CANCIÓN DEL CREPÚSCULO
al ocaso marchad amiga
que muero con la muerte
y si muero no es mi muerte
las calles estrujan la sangre
con su puño de hierro
acompañad un cortejo de
pájaros blancos que beben
del rayo beben y trinan
furiosos a la noche y caen
sin memoria ni olvido caen
al ocaso marchad amiga
que muero con la muerte
y si muero no es mi muerte
brisa misterio amado
apaciguad tanto hambre
de mundos en la carretera
alguien acuna un sol observad
el ruido de los muros
el ojo roto la lluvia
impaciencia nueva
gran salud rojo estertor
al ocaso marchad
amiga
amada
misterio
salud
ternura
y un
dolor
ETOMÍN
H. V. T
hombre que
te mides con
el pulso
de las
últimas
olas
en tus brazos
la dicha de un
agua
negra
avanza
-estallada-
hacia la luz
construye
el silencio
feroz
compañero
padre
de las mil
heridas
las mil
y una
noches
al filo del viento
silencio
el hombre
es un
barco errante
sobre las costas
de la noche
trepana las rocas
congeladas
hasta devolver
al mar
su olvidado
fulgor
CANCIÓN DEL AHOGADO
dice cuerpo como
dice sed como dice
trinchera
como dice
sexo
como dice
cuerpo
como dice
fragua
cosmos
como dice
cuerpo como dice
ángel como dice
muerte como dice
dolor agujero
cuerpo como
dice
amor
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