Amy Lemmon (Estados Unidos), es la autora de los libros de poesía, Fine Motor (Sow's Ear Poetry Review Press, 2008) and Saint Nobody (Red Hen Press, 2008) y coautora, with Denise Duhamel, of ABBA: The Poems (Coconut Books, 2010) and Enjoy Hot or Iced: Poems in Conversation and a Conversation (Slapering Hol Press, 2011).
Sus poemas y ensayos han aparecido en la revista Rolling Stone, Letras Nuevas, Prairie Schooner, Verso, Marginalia, y otras revistas. Su poema "Karyotype" fue nominado para un Premio Pushcart por los editores de Barrow Street y publicado como edición limitada (creado por el artista Amber McMillan) por el Centro para las Artes del Libro. Ha contribuido con opiniones y artículos referentes a nuevas letras, la enciclopedia Greenwood de Poetas Americanos y la poesía. En 2006 fue galardonada con el Ruskin Art Club Premio de Poesía por Red Hen Press.
El trabajo de ABBA: The Poems, una secuencia escrita en colaboración con Denise Duhamel, aparece en la Revista Birmingham, Revista Literaria Paterson, y en lafovea.org . Es editora de poesía de la revista literaria en línea Ducts.org.
Amy tiene un doctorado en Inglés / Escritura Creativa de la Universidad de Cincinnati y es profesora en el Departamento de Inglés y Lenguaje en el Fashion Institute of Technology en New York City.
Versión de Natalia Carbajosa
Las pestañas de Keats
¿Tan pálida estáis, quien tan dulce fuera
Y feliz en los prados? ¿Cómo así?
JOHN KEATS, Endymion
Su máscara mortuoria se guarda con esmero
para quien a su hogar de Hampstead peregrine. Suspendidos los labios
bajo el cristal como para un último beso,
el rostro casi a punto de hablar o respirar.
Mas son lo más extraño las pestañas–demasiado largas,
para el cepo del yeso demasiado frágiles.
Chico muerto, doctor muerto, demasiado bien sabía
que tenía poco tiempo. ¿Comenzó la tos temible
reclinado mientras Hayden le aplicaba las capas?
El aceite primero, luego el yeso, suavemente vertidos,
luego lenta la presión sobre el molde,
respirando por cañas. En apenas cuatro años
otra máscara se hizo, esta vez desecada. Severn,
que había dibujado el lecho de muerte, se encargó.
También había visto la sangre que su joven amigo escupía
al toser: mi sentencia de muerte. Los ojos
perdieron su célebre chispa, la boca ancha y lábil
se aflojó. ¿Por qué tener el rostro adentro?
En el recuerdo, su joven y blanco rostro se disuelve
en el tuyo, pálido por el té y el tabaco.
Aguardamos en Holborn al primer tren del día.
Pestañas, largas hasta el absurdo, ocultan ojos grisáceos
en los que no puedo entrar del todo. Llega el tren.
En Londres emprende su diario paseo la mañana.
(De Saint Nobody, 2009)
Keat's eyelashes
Art thou so pale, who wast so bland
And merry in our meadows? How is this?
-JOHN KEATS, Endymion
His life mask has been lovingly preserved
for pilgrims to his Hampstead home. Lips poised
beneath the glass as if for one last kiss,
the face appears about to breath or speak.
But strangest are the eyelashes–too long,
almost too fragile to be trapped in plaster.
Dead boy, dead doctor, all too much aware
his time was short. Had the dread cough begun
when he reclined for Haydon’s layering?
The oil first, then plaster, gently poured,
then slowly pressing down into the pan,
breathing through nostril-straws. In a scant four years
another mask was made, breath-drained. Severn,
who’d sketched the deathbed, saw to that.
He’d also seen the blood his young friend spat
when he coughed: my death warrant. The eyes
lost their famous spark, the wide and labile mouth
went slack. Why keep this face indoors?
In memory, his young face dissolves
into your face, pale from tea and smoking.
We wait at Holborn for the day’s first train.
Lashes, absurdly long, hide pale gray eyes
I can’t see quite into. The train arrives.
Morning takes its daily walk through London.
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