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domingo, 4 de septiembre de 2011

4754.- PAOLO ASTORGA


Paolo Astorga Requena (Lima-Perú, 1987) Es estudiante de Educación en la especialidad de Literatura y Lengua Española de la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle – “La Cantuta”. Es miembro fundador del grupo literario cantuteño “Letra en Llamas”. Fue Director y editor de la revista digital de creación literaria Remolinos (45 números publicados). Ha publicado los libros de poesía: Anatomía de un vacío (2006 y 2010), Sin llegar a lo invisible (2008 y 2010) y De Lima a Chosica (2010), así como innumerables plaquetas. Ha editado vía web la I antología digital de poesía “La Voz del Mundo” (2006) y la II Antología digital de poesía “Una voz en el abismo” (2007) las cuales reúnen en su conjunto a más de 50 poetas de diferentes lugares del planeta. Ha sido publicado en las antologías: Reflejos del Alma (Lima-Perú, 2005), Poetas Solidarios (Almería-España, 2007), en Perú S. XXI. 60 poetas contemporáneos (Fundación Yacana, Lima-Perú, 2007), en la Primera Antología de Poesía “Catástasis 2008”, en Tránsito de fuego (Selección de jóvenes poetas latinoamericanos, edición bilingüe Español-Portugués, Caracas, 2009), Letra en llamas: Mitomanías (Ediciones Letra en llamas, 2010) y en el Dossier de poesía Cuervo Iluminado (Pájaros en los cables editores, 2010). Fue editor de la Editorial Electrónica Remolinos, la cual publicó más de 30 libros digitales de descarga gratuita a través de Internet. En el 2006 y 2007 fue Finalista del II y III Premio Internacional de Poesía “Desiderio Macías Silva” y ganador del segundo lugar del III Concurso Internacional “Revista Hybrido” Modalidad Poesía. Ha dirigido vía blog, un espacio radial de poesía llamado “Una voz en el abismo”. Actualmente dirige la revista literaria de alcance internacional Delirium Tremens. Su trabajo creativo se encuentra en revistas literarias tanto físicas como digitales.




Quiero escribir con sangre y sólo salen lágrimas.
Las lágrimas son transparentes. Nadie ve.
Xavier Echarri.

Cada persona es un mundo.
Esperemos que no sea este.
David González


HURTANDO HUMANIDAD

Los hombres buscan una flor celeste
bajo las piernas del Uranio.

El camaleón se esconde en las pupilas de
camellos rastreros y malolientes
abandonados a su suerte por Irak.

El desconocido tiene derecho sobre ti
y te pisa,
pero es libre
por un dólar que escribe miseria en Inglés.

El espejo se confunde de rostro,
las sombras desaparecen desunidas
cuando se oyen timbales de guerra.

La guerra de no sé. De comerme tu aliento tal vez
y expandir mi mercado internacional,
reírme de tus lágrimas
y hacer máscaras falsas para pulular por la ciudad
donde se ha explotado un perro ciego y herido.

Pues esconderán sus palabras en el honor,
y los niños soñarán con ser soldados
y ver morir al hermano
que ha compartido el pan en silencio.






AMÉRICA (LOS HIMNOS OLVIDADOS)

En las esquinas he visto extinguirte.
Atrapado por los semáforos y las manos
de metal
he oído un grito en tu mirada pálida
mendigando un sueño a las fábricas.
Tus piernas se han hundido
en la miseria de los postes.
En un agujero de fuego
tus ojos desnutridos se han olvidado de que existes.
Son las banderas sangre entre los pasillos del alba.
Son esquinas interminables de
compradores de cuerpos,
son niños destruidos hechos hombres fantasmas
felices por un sol gris.
Sus bocas están heridas, son dos en uno, una sola sombra,
cadenas que suenan a monedas vacías en los bolsillos,
esclavos de las habitaciones
esclavos de los cuartos de hotel.
Tu rostro sin nombre
pesa,
has dejado en un espejo la alegría
en un arenal la Fe
en una canción el sueño
la ceniza ahogada en el río
quebrada como una ventana en los suburbios.







LOS MONSTRUOS

Entre formas ajenas que van a morir a un árbol orinado
por los perros
la alegría de las corbatas
nos han quitado el nombre,
han violado cada uno de los años
con sus botellas rojas y sus ojos amarillos en la piel.
La multitud
se esconde en un burdel,
la calle se enfría
las máscaras ametrallan con su hambre
desgarran la carne de un cisne inocente.
Y el sueño, un musgo delante de los letreros,
pingüinos que cantan en las márgenes del silencio
lágrimas de arena
una voz de papel.
Y tu corazón se vende
a los insectos de la capital
en un puente,
hecha un banquete para las arañas.









CANCIÓN DE CEMENTO

Hay restos de mi figura y ladra un perro.
Me estremece el espejo: la persona, la máscara
es ya máscara de nada.
Leopoldo María Panero

Miramos a los perros
a los gatos
y entonces sus sombras
nos llevan a las esquinas
y sólo una adelgazada nube de humo blanco
nos contenta.

La felicidad, me dicen que existe
si miras por las discotecas
detrás de
dos jóvenes
dopados y apunto de vomitar.

La ciudad es un imán
y cada poste de luz una tétrica mentira.

Mis ojos palidecen y se enredan a una
sorda cicatriz que se vuelve a abrir lentamente
rasgando la tierra violenta que bebemos
mientras fugaces estómagos curvos
giran alrededor de filudas aves urbanas y con cuerno.

Estoy con la cara roja
y mirando todo como un triste objeto
mientras mi corazón es degradado
por las últimas luces de neón reflejadas hacia la luna
que siempre estalla en el olvido.









ESPIRAL

cariño, hubiera querido mostrarte cada roja
columna que yergue mi piel
quisiera desafiar
los abismos con mi sola canción
con mi solo límite, una línea que arde.

El obstinado reflejo de la luz
Tus cabellos canos la fuerza que hereda el sol.
Cariño, tus labios no son tus labios. Ni los míos, míos.

Las pinturas del cielo se alzarán
Como rocío derramado sobre tus pies.

No hay razón para brotar
Tu perfume en las paredes.

Cariño, soy un deudor de tu espesa sombra
Porque así no exista
Necesito correr tras el fuego
Que extraviaré...







ESTE ES EL AMOR APRISIONADO

La blanca mejilla de tu rostro
bajo mi sueño te atan con mi caminar.

Estas allí, bajo la aurora esperando mis palabras.

Quiero desnudarme ante tus labios,
no quiero despertar sin tu perfume,

sin tu sombra a mi lado.

Las calles me repiten tu voz.
Todas las aves me reflejan tu cuerpo
que inunda mis pupilas.

Pero el amor
siempre bajo una flor desconsolado
te busca entre los días
bajo el vestido de la luna
bajo una pequeña quemadura
se pierde en un laberinto

Tu silencio lo tiene
prisionero.








DÓNDE ESTAS

Busco la nieve, encerrado en mi habitación

reviviéndote.

Busco sin forma tus labios albinos
en esta atmósfera plana y desgarrada
desnudando tu pecho llano,
bajo las tétricas formas de la mar
recordándote.

Me pierdo por los espejos
por las playas rojas estirando bajo la espuma mi
grito desesperado,
fábula interminable
que se extravía por tu neblina,
y mi habitación que se desprende
de sus cinturas
y de los albatros que se incendian
bajo la hoguera del olvido.








CAFÉ COMPASIVO

Tu espalda es mi poesía.

La noche decrece es ahora más anciana
y las caricias inútiles.

Son sólo reflejos mis amigos, tenues moscas
disolviéndose en mi café.

Cuando siquiera esta último bramar de mi soledad
te toca las mejillas
te esconde entre sus últimos lamentos,
sonríe desesperado.








EL TERCERO

Dos palomas se visten con tu silencio.

Has despertado
tus ojos se desnudan a la soledad de la mesa,
el silencio otra vez.

Es 1945, es un día como hoy
tal vez habrá una noche y estaremos juntos
sin tristeza
Quizá sea 1945, y no alguna de sus horas
que se suicidan en el hambre,
o las otras horas que se sientan sobre su propia sombra
y esperan.

Dos palomas con tu silencio,
las horas que se sacuden con nuestra sangre
donde no hay manos
sino mutiladas palabras sin sentido.
Has despertado
con otro día por recoger. Las ventanas al mundo,
donde es muda la tierra.









NOCTURNO DE NORMANDÍA

Cerebro dormido
naciste sin sueños
viste la cara de la luna despintada
el cuerpo de las hierbas pulverizadas
de las miradas cantando de pie.

Del campo recuerdo la sonrisa desnuda de crueldad.
Eran amigos sordomudos
los que se fueron a morir sobre ahogados tanques.

Aquellos ojos llorosos bajo las trincheras
el humo de las fieras
desgarrando el silencio.

No los dejan en paz.

Sus arrugados cuerpos de acordeón
sus trajes blancos en el pavimento
vagan por las calles desunidas,
por un barco que los trae
para soñar, con los que quedan.









FARÁNDULA

(¿Y?)

Sin confirmar
negué que era un perro
o un loro
o un suri
pero cuando besé a una rana
no pude
convertirla en una bruja
o en un caballo
o en un trasbordador espacial
para irme a Plutón
a hacer un Pic Nic eterno sin los
medios de comunicación.










EL VIOLINISTA

Tú eres la tercera sombra
que no sirve de nada.

El sonido de tu violín en el vacío
rasguñando el viento de una cárcel de cartón.

El fantasmal eco de tu violín
nadie lo recuerda.

Eres el tercero de dos hombres.

Eres el cuarto ojo de una mosca.

Es tu lugar. No te imagines otro.

No puedes detenerte
sangran las dos últimas sombras
y te quedas solo
y con una conciencia ajena que te golpea el rostro
para siempre.











EL SECRETO DE ESCRIBIR

Tengo que escribir sobre una lucha
y amar sobre todas las cosas.

No puedo crear ante la luna que se incendia de dolor.

No puedo dormir ante la máscara de espanto que se asoma
a los rostros de cartón que se venden por un
simple plato de arena.

Tengo que escribir sobre una batalla feliz
y furioso
amar.

No puedo crear un nuevo murmullo en las flores.

No dejan acercarme tus latidos. Despierto.

Tengo que quejarme y levantarme cruelmente
por un lamento que no termina de crecer.

Y sin sentido, amar.








ENA-MORADO

A la fuerza, digamos,
tenemos la materia en nuestras manos
y volvemos a nacer sin ojos.

Encarcelarnos
en una jaula para pájaros, abrir las alas,
querer volar
mirarnos a los ojos.

Espléndida, digamos,
colgar su foto en el mostrador
hacerla mía
y de cambiar de nombre
cambiar de cuerpo
y abrir la jaula.

A la fuerza, digamos,
es simple amar
cuando ya
no es necesario llegar hasta el final.









INMANENCIA

Te dieron poder

Inmanencia plumas

Te dieron una piel para no sentir
la avenida

Para que puedas correr, sin entristecerte
con la miseria que nos asfixia

Te dieron voz una costilla
huesos
carne un corazón
te quitaron las lágrimas
pobre
míseras lágrimas arrastradas
por las calles.

Todos lo saben
todos te ven
te dicen que hay una vida mejor
más cálida
fuera de tu piel, fuera de tus huesos
de tu propia ciudad
un campo inmensamente
vacío
y rosado que jamás creerás.










PUERTO DE ENTREGA

(la costa verde)

Un policía mira el cadáver
y controla su asco hablando por su radio.

La gente traga moscas se acercan al cadáver.
Mover las piezas de ajedrez; una roca manchada de sangre. La tristeza.

La gente alrededor se baña con su sangre verde
embarrada de desperdicios
y en su propia inmundicia
comiendo la sal, un fajo de basura, objetos no identificados,
y haciendo de una botella de cerveza
un monumento de arena, aún más basura.










PAÍS CONFUSO

En este país
puedo cargar un arma
y matar al primero que se me acerque
a pedirme la hora.

Puedo seguir a los leones
y castrarlos sin sentirme culpable.

Puedo descansar entre basura
y beber Coca Cola hasta morir de sobredosis.

En este país se puede cambiar de nombre. Desnudar
a una mujer con dos soles. Babear, sin limpiarme la cara.

Puedo destrozarte la cabeza
quemar tu casa y presenciar muertes
sin sentirme culpable.

En este país puedo
ser
un
hombre
y también un presidente analfabeto.










AUSENCIA

Quizá detrás de una piedra o de un recuerdo
podré esconder cada imagen de tu rostro
cada posición de tu sombra. No cambiarán las calles
pero se perderá tu perfume como palomas blancas de mis manos.

Dejar de entender la razón de un caminar
dejar de ver a las aves volar por los cielos
y volver a ver el cielo
e imaginarme dormido sin ti;
realmente caer.

Por desgracia no puedo esconder mi corazón
por desgracia no lo puedo dejar sangrar acariciándote en nombre del olvido.
Mis ruegos son campanas
mis lamentos el silencio de los vientos
y sólo una palabra que me deja desnudo y desarmado
me atrae hasta lo más lejano de ti.

Un poema desgarrado que no termina de escribirse
en nuestros corazones.





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