JOSÉ GARCÍA PÉREZ, malagueño nacido en Melilla (1936), Licenciado en Filosofía y Letras (Ciencias de la Educación), ha desarrollado su vida bajo tres pilares: movimientos cristianos, política y literatura.
Fue elegido por el obispo de Málaga, Ramón Buxarrais, Presidente del Movimiento de Cursillos de Cristiandad, responsabilidad de la que dimitió para presentarse por UCD, en la circunscripción electoral de Málaga, en las primeras elecciones democráticas (1977), en las que obtuvo acta de Diputado Nacional. Hecho que volvió a repetir en la I Legislatura (1979-82). La primera (1977-79) se convirtió en Constituyente. Fue nombrado por Consejo de Ministros, Vicepresidente del Consejo Nacional de Educación, cargo del que, al igual que de otros, dimitió por su desacuerdo con la política autonómica del gobierno de UCD. Fue secretario provincial de UCD en la provincia de Málaga.
En el libro Así cayó Adolfo Suárez (Planeta, 1981), su autor, Josep Meliá, pone en boca de Adolfo Suárez que la postura crítica de José García Pérez fue causa inmediata de su dimisión, y así se lee en la página 69 del mencionado libro lo que sigue: “…En tres horas de conversación no fui capaz de mantener al diputado malagueño Pepe García en el partido, a pesar de que invoqué las más sagradas razones que se pueden presentar a un político. ¿Por qué? Porque en contra de la verdad, cuando yo le hablaba de España y del partido, él estaba convencido de que la única razón que guiaba para pedirle que fuera fiel a sus compromisos era permanecer en la Presidencia…”
Tras un largo paso por el Partido Andalucista, del que también fue secretario provincial y candidato a la Alcaldía de Málaga, dejó la política y actualmente no milita en ningún partido político.
Sin embargo, cristianismo y política han marcado su vida según se desprende de todos sus escritos (poemarios, ensayos y artículos).
En la actualidad es:
Miembro de la Orden del Mérito Constitucional por nombramiento de SM el Rey Juan Carlos I.
Presidente de la Asociación Colegial de Escritores de España (Sección Autónoma de Andalucía)
Coordinador de Papel Literario Digital
Vocal Adjunto a la Presidencia de la Asociación de Críticos Literarios de Andalucía.
Miembro del Consejo Editorial de Fundación Unicaja.
Director de la Colección de Poesía del Ayuntamiento de Málaga Ancha del Carmen
Columnista de www.diariolatorre.es
Ha publicado:
18 horas con Tejero (Vivencias del Golpe de Estado de 23-F de 1981)
Andalucía, la decisión (Con motivo del XXV Aniversario de la Constitución Española)
Los poemarios, entre otros, Desacuerdos con Dios, Fue un acaso, De la casa verde, Silabario de amor, Inacabada ausencia, Elegía de un romántico, Los grises días, Impromptu, De los besos de mi madre,…y el Sur (La singularidad en la poesía andaluza actual), Elegía andaluza, Tatuaje de leche, etc.
El copo (Selección de columnas periodísticas) y El husmeador (Selección de artículos satíricos sobre el mundillo literario.
Tiene publicado, entre columnas de opinión (bajo el nombre genérico de El Copo), reseñas literarias y críticas al mundillo literario, más de CINCO MIL ARTÍCULOS.
No está traducido a ningún idioma.
Todas las publicaciones han sido abonadas por el autor.
Y parte de su obra está recogida en alguna antología de poca monta, exceptuando Poesía andaluza en libertad.
De José García Pérez, se ha escrito: “confundió durante años, existencia con vida. Y un día, atravesando la existencia, se encontró con la vida, y nació de nuevo. Es, por tanto, joven a la vida y anciano a la existencia. Cuando solamente existía, dedicó sus años a caminar sobre las huellas de los demás; siguió a numerosos hombres; aprendió diversas doctrinas; estudió algunas carreras; consiguió algunas metas y obtuvo algunos premios. Cuando descubrió la vida, empezó a descubrirse como ser diferenciado y siguió los impulsos de su corazón y consiguió ver, por un instante, el ideal de ser-hombre. Fue tan sólo una fugacidad, pero aún permanece.”
Tal vez por todo lo anterior, un editorialista de Renacimiento, dijo de él: “García Pérez es un provecto babeante de mentalidad infantil”, aunque Alberto Torés García afirmó: “García Pérez puede ser la lúdica encarnación de la provocación, es decir, la singular actuación de acuerdo a lo que todo anhelamos, normalmente, en silencio.”
WEB DEL AUTOR: http://www.josegarciaperez.es/
SÍLABAS DE MARZO
Sintiendo en mí la brisa, distraigo mi recuerdo.
Tengo fío de ti, esta noche de marzo.
Un sol, rojo de verse, palidece de muerte
como alma que penetra su descanso lejano.
El mar, en derramado fin del último azul,
cede su tono verde mientras lloro tu ocaso.
Una red solitaria suspira por la orilla
y solo por la orilla recorro mi pasado.
Las estrellas se enconden por nieblas de levante,
una luz parpadea como rosa de llanto
y en la playa que duerme su silencio de abismo
tengo frío de ti, esta noche de marzo.
DE TATUAJE DE LECHE
ERA TODO TAN FÁCIL
Era todo tan fácil.
Estaba todo tan cerca de mí:
el pezón de la madre,
el gris de aquellos ojos,
la serena mirada de vigilia.
Era todo tan fácil
que nunca quise despegar de allí.
Los años y su roce
desnudaron mi ser a la intemperie
y un recodo de frío
habitó para siempre mi existencia.
Ahora, cuando suenan
tan lejos las palabras de los hechos,
aquella vaga estancia
balancea de nuevo su profundo
siseando sus mimbres mi persona.
UN SOFÁ DE LAMENTOS
Un sofá de lamentos.
Certeza de presencia en la penumbra.
Un cielo de escayola me contempla.
Tras la pared, el "ello" se sonríe.
Palabras sin destino: ¿con quién hablo?
Cada palabra extiende su reposo.
El miedo selecciona sus esencias:
las emana sin odio:
como sólo él sabe hacerlo:
embovedando tiempo y aposento.
ATIENDE MI SUSURRO
Atiende mi susurro desgranado
en las bajas marismas
donde las aves bailan vuelos de luna roja.
Son palabras nacidas entre playas
y mar y dunas leves.
Son mías, pero en ti nacen y viven.
Escucha su canción:
Te quiero en la quietud de mis noches de seda.
Más allá de este tiempo que empaña mis amores.
Como las aves aman las ramas donde duermen.
No te sientas perdida, compañera feliz
en el adiós azul de mi tiempo de ayer.
Pasaré mi desierto con las frágiles dunas.
En las noches calladas encontraré tus luces.
Cada estrella será sendero de esmeralda.
Ya presiento la aurora por levante venir.
Será un ardiente mar de acantilados tuyos.
Los oscuros lamentos se harán flores abiertas.
No te pierdas ya siempre. Renace. No te pierdas
por los páramos quietos y muertos del silencio.
Música de esperanza derraman mis palabras
donde las aves bailan vuelos de luna blanca.
ALCANZO EN TU PENUMBRA
Alcanzo en tu penumbra de silueta perdida
la dicha de tenerte sumisa a mi ilusión.
No te inquietes por ello, bailarina de dioses
que danzas endiosada los juegos del amor.
Cesa en tu baile azul, oh linda mariposa,
gaviota de mi mar, verde y pálido junco,
espuma lujuriosa de besos desbocados.
Cesa en tu danza alada, sortija de Saturno.
Camina con tu pelo suelto que se derrama
por tus hombros de plata. Cruza la niebla gris
y pósate en mis brazos como pluma sin ave,
ingrávida, sin cuerpo, deslizándote en mí.
Y ahora, besa el llanto de mis versos sutiles,
de mi vida que canta la angustia del presente.
Escancia sobre el cáliz tu risa desmayada
que yo beberé lento tu vasija de muerte.
SON BESOS DE QUIETUD
Son besos de quietud,
láminas alargadas de mares condensados.
Yacen por las arenas
como gotas de soledad.
Cambiaron sus entrañas de fresas sumergidas
por tapices plegados en ondas soleadas.
Lloran su fénix,
es un verde sendero de lágrimas cambiantes.
Nacen de lo profundo de mi tiempo,
me taladran
asesinándome.
Pasto de su llamadas, vomito convulsiones.
Decaigo sin lamento
¡Si pudiese soñar el sol de la ribera
de aquellas verdes algas!
SÓLO AQUÍ
¿Más allá, para qué? Es aquí donde
quiero vivir. En este tiempo que amo
y que odio. Con la luz que yo reclamo
y la sombra que rápida la esconde.
Sólo aquí. Con el Dios que no responde
a la angustia del grito con que bramo
mi dolor. Sólo aquí, donde derramo
las gotas de la vida al triste son de
saber que se termina este camino
del que soy solitario peregrino.
Sólo aquí: por la tierra y la miseria,
por el manto de cielo de este infierno,
por la sangre que mana de esta arteria
que arrastra en su morir todo lo eterno.
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