ANALÍA GIORDANINO
Nació en 1974 en Santa Fe, ARGENTINA, donde vive. Obtuvo el premio Provincial de Narrativa “Alcides Greca 2007”, categoría inéditos, por el libro Fantasmas (UNL, Colección “Los Premios” 2008). En 2009 publicó Nocturna, su primer libros de poemas (Ediciones Diatriba). Organiza con Carina Radilov el ciclo bimestral “Poesía Elástica” (Santa Fe-Sunchales). Es profesora en Letras (UNL) y docente en escuelas públicas en la ciudad de Santa Fe.
El poema que se escribe
A veces creo fervientemente
que ni siquiera la literatura
es verdadera.
O sirve para algo.
Es una certeza deprimente.
Pero otras veces leo a otros poetas
y sé que la cosa es buena.
Preparar la cama para un amigo
también es algo bueno de hacer
o conversar en la mesa de un bar
o repasar los muebles y refrescar el piso
sobre todo en verano en esta ciudad.
Sobre todo en verano en esta ciudad
es bueno preparar algo fresco de beber
y salir al balcón a mirar.
Y preparar un verso o dos o más.
Y es bueno volver del balcón
y escribir esos versos o tratar de escribirlos
mientras se pregunta al amigo si se va a quedar
mientras se conversa
mientras se mira a los ojos
mientras se piensa en los muertos
mientras se prepara una clase o se prepara el bolso
mientras se duerme o se corta una cebolla
mientras se recuerda
(mientras se recuerda sobre todo)
o se prende un cigarrillo
o se está en la mesa de un bar
en la casa, en el patio para profesores
en el colectivo, en la terraza colgando ropa.
Mientras se hace todo eso
también se prepara un poema.
Escribirlo es otra cosa,
se hace o no se hace.
La vida no es literatura
y viceversa.
De “Nocturna” – Ediciones Diatriba (2009)
Razones para no hacer manualidades
Hay infinidad de pájaros
y plantas y árboles
de los cuales no sé bien el nombre.
De uno de ellos sí lo sé.
Sé del ceibo que había en un patio
por el que yo corría.
La maestra nos enseñaba los viernes a desbrozar.
Yo quería ir a carpintería
y no hacer puntadas macramé
o anudar con hilo sisal.
Me gustaba el olor de la madera balsa
y los mimbres en el agua
amarillos, verdes,
hinchaditos para la trenzada.
Una vez entré en la sala de carpintería
y ví las manos de los niños
y las virutas reposando en la ventana.
Ví el olor de las máquinas, del aceite
y el calor del torno y los metales.
Me pareció que en la otra punta
las labores se callaban
para poder rodear tanta belleza.
De “Nocturna” – Ediciones Diatriba (2009)
La ordenadora
No soporto esa falta de pudor
de la naturaleza desordenada.
No me gusta Rincón
ni prefiero el bucolismo tardío.
No.
Me afirmo como ordenadora
o como desvarío a sabiendas.
Si hay que enloquecer o estar en paz
que sea en la ciudad
no en la burbuja o circunstancia
del ido a parecerse a jugar
cerca del agua o de la hoja.
Las raíces no despegan pavimento.
No.
Ya lo he dicho:
no soporto el desorden
ni caminar bajo el rocío
si no es porque empieza el día
en el balcón de casa
y me preparo para salir.
(De Nocturna)
[http://www.festpoesiarosario.com.ar/p_analia-giordanino.html]
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