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domingo, 6 de marzo de 2011

3431.- JAVIER MARIMÓN

Portada del libro La muerte de Eleanor

JAVIER MARIMÓN (Matanzas, Cuba, 1975)

Ha publicado los libros de poemas:
· La muerte de Eleanor (Editora Abril, 1998)
· Formas de llamar desde Los Pinos (Editorial Letras Cubanas, 2000)
· El Gran Lunes (Ediciones Vigía, 2000)
· el gatico vasia (cómo engañé al Súbito) (Aldabón Editores, 2001)
· Himnos Urbanos (Editorial Letras Cubanas, 2002)
· Himnos Urbanos (Editorial electrónica Cubaliteraria)

Otras publicaciones en: La Gaceta de Cuba, Viceversa (México), Azoteas, Encuentro de la Cultura Cubana (España), Mandorla (Estados Unidos) ..., y en mas de 10 antologías de poesía y narrativa cubanas, tanto en Cuba como en el extranjero, así como en una veintena de revistas en internet.

Premios:
· Calendario (1997)
· José Jacinto Milanés (1998)
· Pinos Nuevos (1999)
· Premio Nosside- Caribe (2000)
· Beca de Creación Prometeo, La Gaceta de Cuba (2001)
· Beca de Creación Prometeo, La Gaceta de Cuba (2003)

Premios en su trabajo como realizador de vídeo:
· Premio Mejor Vídeo Experimental, Festival Cine Plaza, 2001.
Mediometraje de ficción: "LA CARPA".
· Mención Primer Festival Nacional de Vídeo Arte, 2001. ICAIC y la Fundación Ludwig.

Actualmente estudia el doctorado en Estudios Hispánicos en Texas A&M University, College Station , Texas, Estados Unidos, país donde radica hace mas de dos años.





por dos lugares distintos

por dos lugares distintos, como brazos desgajados de un sólo organismo, habían llegado a nosotros las únicas dos películas de esa actriz principiante. no lo habíamos previsto, pero allí estaban, orgullosas. una llegó el día en que la otra debía irse. pero por una fina serie de acontecimientos se encontraron las dos sobre la misma mesa. se reveló una historia: esa actriz había hecho varios años antes un cortometraje. del cual nadie tenía copia (el director había quemado y enterrado la matriz aún con vida, lejos, en un claro de bosque). siguiendo al deseo de poder ver aquel cortometraje me encontré en soledad un conejo inválido que me dijo: “puede la piedra convertirse en río aunque el mar desaparezca?” puede la flor redimir su antigua vocación de cangrejo? se revela una historia, sin querer, como muchas veces, decimos algo crucial y seguimos bebiendo.







fiesta en la casa de anoche
en una colonia hippie

a partir de un detalle se puede imaginar todo lo demás:
le gustaba el canto de los gallos
pero se desesperaba si eran demasiados
se puede uno imaginar de lo que se trataba
a pesar que la idea no arroje una seguridad
es mejor no discutir eso
no me gustan los pocos gallos ni me molestan los muchos
tengo una indefinición
el gusto y la molestia en mí no adquieren significado
soy una entidad floja
después pasaría a hablar amablemente con otro.
si me hubieran preguntado: estos tránsitos no te afectan?
yo diría: acaso a ti sí?
por eso mismo, en cualquier momento podría dejar de hablar
practicarlo unos momentos: dejar de hablar mientras caminaba
mirar un teatro improvisado
un taller de muñecos había atrás.
no se oía ningún gallo en el silencio,
no a aquella hora.
había, entonces, una indefinición en el también,
al menos en lo que se refiere a eso, ahora.
después lo vi de nuevo, hablaba animado de otra cosa.







somos invisibles

mira a tu alrededor. esto está funcionando. ahí estas parado tú y aquí yo e incluso esa planta que has dejado momentáneamente de regar. ella, como nosotros, está ahí también, en esa actitud, haciendo que todo funcione. se me están presentando recuerdos de un tren, de un mosaico, para que reflexione. el tipo terminó contestando lo que yo había preguntado anteriormente, ya ni lo recordaba. me dije a mí mismo: todo tiene que ser por algo. una distracción vale lo mismo que la flecha superdireccionada. el único centro que distingo es el ano. hay algo que ahí se gesta. donde no hay significados somos invisibles. haz algo, cualquier cosa, verás como es absorbido al instante. por la creencia en este principio, he dejado de procurar atención sobre mí.







el colador incipiente

dos amigos: riachuelo, techo de automóvil.
están haciendo el doctorado en temperatura.
los muchachos del mundo real tienen fotos de otros,
y ellos la del colador absoluto,
“la cosa tremenda”.
le cayó granizo arriba a techo de automóvil,
le cayó lluvia arriba a riachuelo.
demostrado quedó en la tesis,
el mismo efecto causaba, arriba de uno y del otro,
depende de las temperaturas del elemento que cae
y la constitución del que recibe,
pero las mismas ondas expansivas, anuncios del colador absoluto
en el colador sólo incipiente.
todo en ellos se estanca, la idea del yo no deja que nada atraviese.
el hueco se plantea, se anuncia, pero una vez adentro,
gozando los bordes ya del pozo,
se vuelve gritando la gota engañada
en olas de desesperación.
metales de fondo (aluminio y agua) no atraviesa.
imagina eso, esa caída confiada
y tropezar con un fondo de castigo.
carpetín, amigo de ellos, estudiante de diseño, dijo:
podemos diseñar el fondo del hueco con los mismos diplomas del doctorado,
así sabremos de lo que se trata.
pero no sólo de eso, claro.
parados, como frente a un espejo (no sé qué quiero decir),
riachuelo y techo de automóvil
tropezando con los dos estudiantes de materiales y constituciones.
las 4 movidas son como una coreografía de lucha.
y un paisaje detrás.
todos sus esfuerzos, ellos le llaman: rellenando el hueco.
oh, una carretera, una carretera de nada, añoran todos
sentados en las sillas giratorias de la cafetería.
se dan cuenta, a iluminado, profesor de los dos doctorados,
ellos le llamaran tapón y será su cuerpo troceado
lo que sirve de materia para cubrir el hueco general.
al mirar esto, sillas girando, los chistes
algo de esto sí se filtra, sí, mientras aunque más duro parece.
regalías del colador absoluto para ellos desde su mundo abstracto.
riachuelo dice: ya claro, cuándo no parecía.
techo de automóvil dice: sí, pero no podemos decidir cuándo.
se posa allí, sobre la idea de las 4 pingas enyuntadas
el profesor emérito del doctorado decidir cuándo:
una paloma cohete que caga anillos de diamantes.
colador incipiente (singándose a la paloma por el culo): puta vieja, te estoy vigilando.
paloma cohete: chico, no te agites, sólo trato de entretener a los muchachos.






natillas pensamentales

todo lo que hay en mí debe ser saciado aunque lo que de mí quede sea estrecho por delante y por detrás una gota de agua sin agua una gota secada por mí misma por la conciencia palpitante de mí mismo como un corazón de hierro líquido si me vuelvo me encuentro conmigo encuentro mi ser volteado como un guante. sé que de algo me estoy escondiendo de lo mismo a lo que me estoy mostrando, pero ese algo tiene los ojos inversos y no me ve, por eso puedo pasear (aparentemente) y decir, completamente suelto de mí, cosas que te dejarían frío. delante de una natilla me estoy comiendo mis propios dedos, mi madre llorando es merengue, es caramelo.







arquetipos

atención a la lámpara blanca, los efectos. esa manera de disponer los enunciados no tiene sentido justo, u “ocasión justa de desenvolvimiento”. en una guagua conjetural, donde dos hombres (sentados o a pie), y uno le diga al otro: atención, allí vive un tío mío. la observación en sí no tiene valor autónomo, todo ese grupo de significados conocidos es un globo desinflado. es el estado de crepitación paralelo lo que devela el sentido último, que lo libera de esa “retención de espíritu”. no debería uno (creo) estar arreginchado del yo, o debería, en último caso, hacerlo del modo en que no queda ninguna duda de esa filiación, que se pase, y cuando se dé cuenta ya sea tarde, que tenga que adaptarse al nuevo panorama. me mantengo cerca de los dos hombres de modo que a través de mí campo visual se filtre su condición concreta y quede como un sedimento (que más tarde como una fuerza contraria empujara, provocara visiones adversas para que lo deje salir de nuevo, aspirando el vuelo de la abstracción). niños de la guagua me gritan: corre, corre!!!! sí, muy gracioso, ya cállense cabrones. todo espera por que yo siga existiendo, corriendo ahí detrás, es muy difícil simplemente desaparecer, esos dos arquetipos continúan, uno deja caer colilla por la ventanilla, el otro apoya la mano en el hombro del primero. (mira cómo se abre, mira cómo la colilla se quiebra y toca el suelo!!). el chofer, una entidad que no debería ser desestimada, sigue insistiendo, pero dejemos que todo se concentre en los arquetipos de los dos hombres (al chofer, a pesar de pertenecer a esa trauma de composiciones, aún no lo veo como arquetipo luminoso). mientras el sedimento sigue tirándome: qué es lo que quieres conmigo? déjame a mi, me estoy fortaleciendo, estoy contemplando un mecanismo suelto, compacto como un haiku, que cuando se abre llama a absorción (no como idea) y uno entra en esa dinámica esplendente y ligero. a continuación no queda más nada que pueda ser compartido. un tío es un familiar, quiero compartir eso último. un familiar, un familiar, queriendo decir qué? un nido recordado? qué es un tío, qué es una montaña? tengo una condición de estar fuera de la guagua, el chofer tiene una condición de insistir: “monta muchacho”, pero nadie puede afirmar otra cosa, es ridículo. ven, vamos a soltar una idea contra el espacio, y a favor de las luces, que se extiendan. quién eres tu? me dejarás conocer tu estado de crepitación paralelo? siento las caricias y los fervores de la naturaleza pasando a través de mí.





Grafía

A partir de una estructura que causara, escribirlo. Se orientaba en esa, descascaró el momento que consiste, materialidad hace admirar el trazo que retiene la imagen.






Confuso ya

Balanitis a ser más adentro muchachos con (Fergusson, Herzog, Fakjian, Leber, Waskett), pero Van Howe acertó balanitis directamente en muchachos sin. Dijeron que eran pocos muchachos sin, aún a Van Howe le falla en la habitación de pocos, 6 en la muestra, incluyéndose.






Lindantes

El que no llega tuerce juego de imanes frente al que se pasa. Equilibrio alambrado, o materia liquidada bajo suposición que de tan natural se hace artificial.






Sin ganancia

Entrevista a dos idiomas en 80 transfronterizos y el proceso, hilo enmedio, deja ida la base que ahonda al interior, interrumpe seguimiento, sin ganancia, se restituye en masa facial, aindiada.


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