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martes, 22 de febrero de 2011

3270.- GABRIEL GUDDING


Gabriel Gudding (nacido el 16 de junio 1966en Minessota, Estados Unidos) es poeta y ensayista.
Publicaciones:
"Praise to the Swiss Federation", Harper's, August 2008
"Et qu'est-ce, amis, qu'on appelle une route?", Myopies, #1, translated by Guillaume Fayard, January 2009
"The Genotype/Phenotype Distinction and the Disappearance of the Body." Journal of the History of Ideas. July 1996.
"A Defense of Poetry", Wild Honey Press,
"My Buttocks" and "To Roosevelt" (a translation of Rubén Darío's "A Roosevelt"), Maximum Post-Avant
"The Tuning Fork of St. Louis", St. Louis Magazine
"Minnesota," "No, Popsickle," "An Ditch," "Dear Eagles" and "Literary Narcissism and the Manufacture of Scandal" Seven Corners, 5 April 2006
"And What, Friends, is Called a Road" Action Yes.
"Congratulations on Being Here" Eoagh. Issue 5.
"On Kindness and Hipness as They Relate to Cultural Production", Octopus Magazine, Issue 9
"[The Parenthesis Inserts Itself into the Transcripts of the Committee on Un-American Activities]" Jacket #7
"How I Caught My Cold" The American Poetry Review (APR), Mar/Apr 2001 Vol. 30 No. 2
"Praise to the Swiss Federation," and "To the Sun at Anchor" GutCult






ADOLESCENCIA

La gansa está atacando a Humpty Dumpty. Está
por destrozarlo.

Ambos están llenando el oasis con gritos.

Dándose cuenta de que tiene que luchar por su vida,
Humpty empieza a rodar con fuerza
por las dunas de arena, intentando derribar a la gansa.


De vez en cuando el huevo deja de rodar, recupera
su orientación, se golpea el pecho fieramente
(pero no tanto como para quebrarse a sí mismo)
y vuelve otra vez a rodar,
tratando de derribar a la gansa.


De pronto, Humpty se detiene
y pega un alarido, "Mamá?!
Sos vos?"


Y quién había pensado qué tipo de huevo
era Humpty Dumpty?
Yo siempre había creído que era una gallina gigante
un cisne, una vez me dije, "Ah, es un
pterodáctilo seguro."
Pero nunca, "Ganso."

"Mamá! Sos vos, no?"

Y mientras la gansa vacilaba buscando la respuesta adecuada,
y justo cuando Humpty recobraba la compostura
para poder articular

su furia y confusión y resentimiento
por el comportamiento de su madre,
la cabeza de un gansito apareció rompiendo la cáscara de Humpty a la altura del hombro.

Albumen por todas partes.

Entonces la cabeza pegajosa del gansito giró
y descargó su pico en la olla de la cabeza de Humpty.

Y reventándolo con una patada, el cisnecito finalmente tuvo un orgasmo
de sí mismo, entre los fragmentos, y se giró hacia su má. Y su madre,

con un arpegio de ruido de gansa,
corrió a abrazar
a su hijo verdadero.








[FRAGMENTO]
(…)

“Ahí está el árbol” dijo Heródoto
“centelleando misteriosamente con cada mirlo.
Podés sacarle el trueno que hay adentro?”

Hice una pausa. A lo mejor era una prueba, no sé.
Era un viejo. Los viejos me molestan. Fruncidos
arrugados pelados esponjosos perros de juguete como bebés
mirando con el cuello erguido un poco asquerosos
pero creyéndose sacerdotales.

Señor, no puedo extraer luz del cielo ni
truenos de los árboles,
he venido a sacarlo de este sitio.
“Esta es mi casa”, dijo Él. Preguntó,
“No es esta mi Halicarnaso natal?”
Dije, “No Señor, este es un lugar de mierda. No podría
describirle realmente cómo es este lugar. De verdad es
una mierda.”
Soy un historiador, dijo Él. Cómo puedo no
saber como llegué a un lugar?

Se quedó parado, con el agua chorreando desde sus tobillos.
Sus pantorrillas estaban enchastradas de barro. No llevaba
pantalón. Su pija era pequeña y
azul. “A veces, Señor, nos quedamos dormidos y el conductor
comete algún error.” “Estoy muerto?” preguntó.
No creo Señor. Diría que se cayó. Su
espalda parece lastimada, todos escuchamos un ruido
y salimos a buscarlo.
Nuestras bibliotecas oyeron el impacto
desde lo más profundo por toda la tierra
fue como un pedo ensordecedor.

Por eso vinimos acá al sótano
de la biblioteca con este
grupo de búsqueda. Y le señalé al grupo de búsqueda.
“Estoy en el sótano de una biblioteca?” No Señor:
vinimos a través de las notas al pie de
Una Historia de Nortumbría, 1820
de John Hodgson-Hinde. Nos pasamos
165 páginas en esa nota en particular. Nadie más
sabe cómo llegó usted aquí.

“Dónde estoy, por el amor de Dios? Y asumiendo
que vos me hayas sacado de ahí”, dijo él,
“adónde voy ahora?”
Hice una pausa. “Usted está en mi libro”, le dije. Hizo
girar sus ojos. “De qué trata?”
Es sobre manejar, Señor. Cómo se llama, dijo él.
“No importa”, dije yo, “Vámonos.”
Pero Heródoto se negó. Dijo,
“Primero la gallina,
esa es la regla.”

Casi le di una piña. Susana estuvo a punto
de perderlo. Afortunadamente había traído
la gallina. Le ordené a Susana que la pelara,
pero Heródoto dijo
que sus gallinas le gustaban con plumas. Di un paso
adelante con la gallina. Mi muñeca se apretó
contra el cuello fino de la gallina. La sostuve
en alto, haciéndola oscilar sobre mi cabeza, como si estuviera
por darle un golpe con ella en la cabeza. Él apenas pestañeó, rabínicamente. Mi corazón
cayó como un kayak chocando contra un témpano. El tipo
quiere su paga, pensé. Incluso en el Hades,
el tipo quiere su plata.

Es un pato, dijo con discreción. No Señor, Una Gallina,
dije yo. Un pato! dijo. Una gallina dije yo. Pato
dijo él gallina grité yo.

Dulcemente dijo pato.

Es una gallina, le aseguré. La rabia me hizo
subir la bilis hasta la garganta, mi lengua por entonces como
una alfombra empujó contra mis dientes.
Todavía sostuve al ave en alto, aflojé
mi boca y empecé a salmodiar,

“Entonces, Heródoto, querido médico,
usted que ha caído tan bajo hasta la Oscuridad
tome por piedad como premio, como pequeña muestra de gratitud,
esta gloriosa, clamorosa gallina.

Para usted que ha caído en su destino final
caído todo este camino hacia abajo.

Y pueda esta gallina
hacerlo levantar.”

La gallina quedó tirada sobre la mesa.

Heródoto
no se movió
no se levantó, y en cambio dijo

“Pensá que me voy a quedar acá
aunque aullés como un cachorro:
al fondo
de tu libro,
el que vos escribiste,
pelotudo de mierda-

estoy como en casa.”

Susana empezó a putear. July dijo cagamos. Yo
estornudé. Nos dimos vuelta y empezamos a caminar. La ruta
no parecía conocida, nada
parecía conocido. Oímos a la gallina
detrás de nosotros, siendo desgarrada. Oímos
detrás de nosotros
un risa estúpida, un cacareo, dijimos que se vaya
a la mierda
y empezamos a caminar más rápido. La oscuridad
se nos vino encima mientras nos íbamos
de ahí. Marga, Marga
tu pelo tan lindo detrás nuestro, me acuerdo qué
hermoso
qué hermoso
y nuestras narices tan amadas.








QUERIDOS ANIMALES

Muchos de ustedes no tienen pechos. Eso es
innegable. Inmediatamente pienso en los anfibios,
los reptiles, pájaros –ninguno de los cuales posee
pechos ni nada a lo cual aplicarle un pezón.
Yo en cambio no tengo pelaje.

Entiendo que muchos de ustedes no tienen pene. Una gran
cantidad de animales poseen órganos sexuales y
les tienen muchísimo aprecio. Algunos de ustedes, sin embargo, no
se reproducen sexualmente y carecen por lo tanto de
genitales. En muchas de sus especies, según
entiendo, los machos puede tener
pene mientras que las hembras pueden no tener
pechos en absoluto. Además, soy completamente
conciente de que muchas de sus especies ni siquiera
se reproducen sexualmente. Pese a que ustedes y yo
tenemos muy poco en común, y sus cuerpos
me parecen inquietantes, debo decir que a pesar de esa
distancia biológica que nos separa, ustedes y yo tal vez
deberíamos tomarnos un café, si ustedes lo
bebieran – o si tuvieran boca.

Y lo que es más, sé que muchos de los penes de ustedes
son raros, las vaginas de ustedes extrañas, y las caras
largas, planas o sino con cuernos. Veo
que ninguno de ustedes usa reloj, mientras que yo
obtengo un placer definido de un nuevo reloj a la
noche, cuando perdido en la oscuridad, me despierto sin
referencias temporales en el distante AM y apreto
el botón “indiglo” de mi reloj de pulsera,
iluminando la tabula rasa de mi cara y
la hora en una débil aunque crujiente “era espacial” de la luz.
Ése es un placer completamente humano. Aunque claro que ustedes
deben tener sus propios deleites, como mugir en un estanque
o mirarse las pezuñas durante horas.

Sinceramente,
Gabriel Gudding







A LA MANERA DE YEATS

Cuando esté viejo y use tintura para el pelo Revlon
y me trague el vademecum entero,
y sólo pueda tomar descafeinado-
cuando no tenga ya tantos amigos
y el baño sea un sitio solitario-

Sí, cuando esté viejo, hipnagógico y revlonizado
cabeceando al volante,
agarrá este libro, abrilo
y leé a aquel que te llamaba cada vez menos,
pero que te entendía y recordaba
tu mano elegante
y tu aspecto algo nerd.

Traducción de Aníbal Cristobo

[http://kriller71.blogspot.com/search/label/Gabriel%20Gudding]

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