César Ángeles L. (Piura, Perú, 1961). Hizo la licenciatura en Literatura y Lingüística en la Universidad Católica del Perú (1990), así como un curso de especialización para docentes iberoamericanos con la Agencia de Cooperación Iberoamericana (AECI), en 1994. Trabaja en docencia y periodismo desde mediados de los 80. Ha publicado en La Última Cena (Lima, 1987): selección de poesía peruana actual, y dos libros individuales de poesía: El Sol a Rayas (Lima, 1989) y A Rojo (Barcelona-Lima, 1996). Asimismo, un libro con dos ensayos: Peligro: Rimbaud / Vallejo y el humor (Lima, 1998). En los últimos cinco años, ha sido catedrático en algunas instituciones universitarias en el Perú, como la Universidad Agraria de La Molina, y la Universidad Femenina (UNIFE). Actualmente se desempeña como docente contratado en la Universidad Los Ángeles de Chimbote (ULADECH), en la Escuela de Educación, donde tiene a su cargo cursos de lenguaje, comunicación y literatura. Se halla, preparando la publicación en España de un amplio volumen recopilatorio con sus ensayos, entrevistas, crónicas de viaje y artículos periodísticos que reúne su labor de 20 años en estos rubros. Asimismo, la publicación de otros dos libros de poesía y prosas cortas: Wandel y Sagrado Corazón.
C. VALLEJO QUE ESTÁS EN LOS CIELOS
Camarada Vallejo, estaba
pensando en vos esta mañana de enero
en que pasan caballos y
humanos heridos de todo por calles y plazas
estaba, adornado de cristales lanceolados
incrustados en mi tórax desnudo estaba
sentando en ti en vos en vuesa partícula
profana profana cama
rada Vallejo y vi gobiernos más andenes
derruidos
vi odres de vino más estiércol
totalmente derramados, licuantes y fluidos
por sobre muros ventanas
ilesas rosas
barcos de papel naos y
no oíste hablar de Pessoa sus dobleces
alejados y alejados
del bando de políticos que dejamos
tú y yo, heridos, humanos
hube de ver animales centenarios, César
para silbar en contra de los malos
hube de herirme de cárcel y país
todoroto todohueso todoanimal
cetáceo que me abrumas perorata vana,
balconazos
hube hubimos
de trizarnos en 2,000
y el rojo maíz de ofertorios paganos vino
y vino como lluvia
a matar
las hogueras de la trampa, los mil
millones
de balas y explosiones
con que fraguamos el epílogo,
la historia, el país
de donde venimos y de donde casi
por un descuido de la cresta
no salimos / pero ya salimos
camarada ígneo
remoto de la frente
y comba y comba
tu cabello
ébano y sonrisa tú
te fuiste a la francesa
no sé si sabes cómo cuánto
han ido tras tus pasos
doblegándote, invirtiéndote
y bagatelas y bagatelas
a ti la soga el palo y los difuntos
tardos
no voy ahora a hacerte amenas las visiones
ni las cámaras de tortura sus
aceites, agasajos y banquetes
no voy a poner tiovivos
ahí donde por siglos nos sangramos
tú ya fuiste y ya volviste
abufandado, ligero y joven
tú ya vienes de dos a cinco,
cuando los relojes hánse ido blancos
vienes a velocidad
a velocidad con la risa mural
con el aire, los pájaros ciclópeos
las historias, los senderos
el pan bajo el hombro,
tus moléculas, tus síes, tus nóes
vienes y acá estamos todounido
p a r a r e c i b i r t e
con rosas y venados
está pedro páramo la juana vásquez
pedro rojas los abismos
los cañones los meandros
el agua inmensa de la selva y sus océanos
estamos todos de todo
y para siempre nunca
ya sabes sin palabras, camarada
que de pie y en flujo están los niños
y al fin y sin preguntas nos
pertenecen el mar las montañas y
los pájaros en trino
de rojas barajas
y un azul intenso como
el alma que nos diste
para ganar para ser felices
sin que falte nadie sin que falte nada
Añil Claridad
ORACIÓN POR ABRAHAM VALDELOMAR
Amado hermano,
tú que quitas el pecado del mundo
que estás sentado a la diestra
y siniestra
del padre y el Amauta
no nos dejes trajeados de mentira
en esta herida tierra
de pallares y catetos
Líbranos de todo bien menor
y si es verdad como sabemos
que al navegar con desnudos
pies
sobre el oce ano de una ciudad corrupta
venciste
haz que tu ombligo sea estrella
y que Baco alumbre nuestros
viernes santos
para no echar tierra ajena
a tu memoria
Sabes bien estando arriba
como estás
que en Palacios se Conciertan
traficantes de culebra
a quienes tú y tu palabra
dejaron mortalmente heridos en el Jirón
¡Desnudo Valdelomar!
¡Arráncate las últimas flores
y polifemo muestra nos
tu sexo erguido
para asaltar el cielo!
¡Tú que hablas bis a bis
con César Abraham y con
José María,
no nos dejes caer en la tentación
de olvidar tu alma!
¡Líbranos de ir sin cuerpo
sin lluvia
por la vida!
Y rodea con tu lengua
nuestras piernas
para andar erguidos sobre el mar
como hiciste mago en plena dictadura
antes que empezara la lucha final
¡Oh, joven poeta y eterno
que entre árboles nos miras,
tan en blanco y negro,
no veas sólo nuestras faltas!
Y en la cromática mañana
cuando cante para siempre el Carmelo
has de estar tú y José Carlos,
entre tantos,
sobre clásicas tumbas
de un viejo cementerio ya vencido
y abierto
Tú que quitas el afeite
y los perfumes baratos de esta
Ciudad en Rüinas,
líbranos de todo mal
y con húmeda piel,
mirada inmarcesible,
concédenos comer tu cuerpo,
beber tu sangre
Que sea esta poesía
la alianza nueva y eterna
en la que nos hemos de reencontrar
y que hagan esto en conmemoración tuya,
nuestra,
por los siglos de los siglos,
camarada,
Amén
(Condado de Lemos y Jerusalén, abril Qeer, 2004;
by: César Ángeles L.)
hube hubimos
de trizarnos en 2,000
y el rojo maíz de ofertorios paganos vino
y vino como lluvia
a matar
las hogueras de la trampa, los mil
millones
de balas y explosiones
con que fraguamos el epílogo,
la historia, el país
de donde venimos y de donde casi
por un descuido de la cresta
no salimos / pero ya salimos
camarada ígneo
remoto de la frente
y comba y comba
tu cabello
ébano y sonrisa tú
te fuiste a la francesa
no sé si sabes cómo cuánto
han ido tras tus pasos
doblegándote, invirtiéndote
y bagatelas y bagatelas
a ti la soga el palo y los difuntos
tardos
no voy ahora a hacerte amenas las visiones
ni las cámaras de tortura sus
aceites, agasajos y banquetes
no voy a poner tiovivos
ahí donde por siglos nos sangramos
tú ya fuiste y ya volviste
abufandado, ligero y joven
tú ya vienes de dos a cinco,
cuando los relojes hánse ido blancos
vienes a velocidad
a velocidad con la risa mural
con el aire, los pájaros ciclópeos
las historias, los senderos
el pan bajo el hombro,
tus moléculas, tus síes, tus nóes
vienes y acá estamos todounido
p a r a r e c i b i r t e
con rosas y venados
está pedro páramo la juana vásquez
pedro rojas los abismos
los cañones los meandros
el agua inmensa de la selva y sus océanos
estamos todos de todo
y para siempre nunca
ya sabes sin palabras, camarada
que de pie y en flujo están los niños
y al fin y sin preguntas nos
pertenecen el mar las montañas y
los pájaros en trino
de rojas barajas
y un azul intenso como
el alma que nos diste
para ganar para ser felices
sin que falte nadie sin que falte nada
Añil Claridad
ORACIÓN POR ABRAHAM VALDELOMAR
Amado hermano,
tú que quitas el pecado del mundo
que estás sentado a la diestra
y siniestra
del padre y el Amauta
no nos dejes trajeados de mentira
en esta herida tierra
de pallares y catetos
Líbranos de todo bien menor
y si es verdad como sabemos
que al navegar con desnudos
pies
sobre el oce ano de una ciudad corrupta
venciste
haz que tu ombligo sea estrella
y que Baco alumbre nuestros
viernes santos
para no echar tierra ajena
a tu memoria
Sabes bien estando arriba
como estás
que en Palacios se Conciertan
traficantes de culebra
a quienes tú y tu palabra
dejaron mortalmente heridos en el Jirón
¡Desnudo Valdelomar!
¡Arráncate las últimas flores
y polifemo muestra nos
tu sexo erguido
para asaltar el cielo!
¡Tú que hablas bis a bis
con César Abraham y con
José María,
no nos dejes caer en la tentación
de olvidar tu alma!
¡Líbranos de ir sin cuerpo
sin lluvia
por la vida!
Y rodea con tu lengua
nuestras piernas
para andar erguidos sobre el mar
como hiciste mago en plena dictadura
antes que empezara la lucha final
¡Oh, joven poeta y eterno
que entre árboles nos miras,
tan en blanco y negro,
no veas sólo nuestras faltas!
Y en la cromática mañana
cuando cante para siempre el Carmelo
has de estar tú y José Carlos,
entre tantos,
sobre clásicas tumbas
de un viejo cementerio ya vencido
y abierto
Tú que quitas el afeite
y los perfumes baratos de esta
Ciudad en Rüinas,
líbranos de todo mal
y con húmeda piel,
mirada inmarcesible,
concédenos comer tu cuerpo,
beber tu sangre
Que sea esta poesía
la alianza nueva y eterna
en la que nos hemos de reencontrar
y que hagan esto en conmemoración tuya,
nuestra,
por los siglos de los siglos,
camarada,
Amén
(Condado de Lemos y Jerusalén, abril Qeer, 2004;
by: César Ángeles L.)
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