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jueves, 2 de diciembre de 2010

2423.- MARCELO ARANCIBIA

MARCELO ARANCIBIA. Valparaíso (Chile)

OBRAS DEL AUTOR

El Arca de Noés
Lamentos del profesor Ganapán
Prendas Íntimas
Manifiesto del Terrolirismo
Insumos Básicos
Cabeza de Poeta
Mester de Julería
El Viejo del Patio
Ojos de mi tamaño mundo
Acuario (2004)
Máscara de yerro (2000)
Yo maté a Zurita (2006)
Bertoni & camerón y otros chicos del montón (2007)
Habemus Parram (2005)
Alambres pelados (2008)
Eco del barrio (2007)
Lobotomía (2001)
Verso Facial (2006)
La Dictadura del Poetariado (2008)
Mytologías (2003)
Ojos de mi tamaño mundo (1997)





Yo maté a Zurita

2006


1

Yo maté a Zurita
Por plagiar al Dante
Por quitarle los bigotes
A la Gioconda
Por lanzarse ácido telúrico
Sobre los ojos
Y pajearse ante la virgen
De los desiertos
Lo maté por carepalo
Por escribir sobre el cielo
De Nueva York
La última profecía de Nostradamus.

2

Ahí va el tonto de Zurita
-dirán algunos-
Encarnando al loco
al pájaro raro
De don quijote con manchas
Recorriendo las planicies
Los paisajes de la patria
Desenterrando las palabras
de la tumba de los versos libres.

3


El hincha pelotas de Zurita
Me conmueve hasta las tripas
-dirán otros.

4

Si todos los desiertos de Chile
Fueran paisajes empastados
Grandes mamotretos de pura lírica
Los ríos que se aman y se odian
Tumbas que se abren y se cierran
Mares herméticos de pura mierda
Grandes páginas de pajeo místico
Entonces va Zurita, con la cruz al hombro
Igual que una tripa, cortado, goteando sangre
Haciendo de su perra vida, La vita nuova.

5

Zurita, nuestro Dante
Cucarro, socarrón el pícaro
Vate el chocolate de los ríos
Que se juntan y lamen grandes lenguas
En los tremendos culos
Y en los anteparaísos artificiales
comiéndose a las musas
a las castellanas lenguas
todas llenas de cruces.

6

La Zurita, entonces,
Se endiosaba como un Nietzsche
Ni limonada y se rayaba la cara
en la postura de un indio cherokee.
Nos quemábamos las alas
Los ángeles malditos
Y nos partían el cráneo
Con palabrotas que eran
Como huevos prehistóricos
De pura mala poesía babosienta.

7

Y Zurita volaba por los aires
En un zepelín
Escribiendo sobre el cielo
Todos los líos de la farándula.
Hacía orgía entre los dioses
Metía bulla en el infierno
Chucheaba a los amigotes
Y escribía poemas de alabanzas
al emperador La-Ghos
para conseguir embajadas
Y joyas que eran baratijas
Y fue premiado por las sectas
Porque él sabía que era el mejor
De los poetas del imperio
El gran tábano dorado
Sagrado de la democracia.

8

Eran cientos y miles los desafiantes
Hijos de la gran puta
Alabándolo a Ud. -El Mesías-
Anda y toma a tus hijos, Gran Zurita
Y sígueme entre las montañas
De financieras y bancos
Sigue sin abrir los ojos quemados
Por el ácido, la vieja música
De tus difuntos.
Pero tiraban a matar los francotiradores
De la poesía negra
Los envidiosos que nunca faltan
Y sólo querían sentarte en la estaca
Del gran Buda verde.

9

La Zurita vaca pastando
En el ocio de los putos pastos
Y en sus reverendas huevas
Ideologías que hacían llamarte
La madre de todas las nuestras
Almas perdidas en el Hades.
Y éramos multitudes de pendejos
que te alabábamos la cara de santo
los dedos de la victoria
en el conde de Orgasmo.
10

Agáchate Zurita
Que vienen los indios, los negros
Los sudacas y mapuches
Quieren puro dártela
Quemarse en la hoguera de tus vanidades
Sacaríamos fuerzas de flaqueza
Y nos inspirarías con tu solo verso
Y yo te guiaría como Virgilio
Por entre los vericuetos
Del infierno y a chuchadas limpias
Te sacaríamos los versos del canasto.

11

Oye Zurita
De qué color son las bolas del Dante.

12

Nuestro gran Zurita
Nuestro Dante Alaligheri
Que también bebió del icor
Y profanó la carne de las Santas Escrituras
Y mordió la mano de ese otro bendito
Llamado Juan de Dios Martínez
Según dicen las malas lenguas.

13

Siempre habrá un dante
Y un después de Zurita
Que en sus primeros opus
Brillo con carne propia
Con alas de ángel
Y fue nuestra esperanza blanca
Aunque después sonó como guatapique
Con sus amarillos poemas militantes.

14

Zurita viene volando
Sobre los techos de la Pintana
Zurita viene nadando
Bajo el suelo submarino
Del océano Pacífico
Viene bajando de su montaña rusa
De su torre Infiel
Viene cayendo como un altazor
Sin paracaídas.
¿Habrá suficiente público
Para que aplauda su pirueta
Y amortigüe su caída
En esta copia feliz del Edén?

15

Y lo maté ... y me maté de risa
La carcajada por el cuello
Y entre bombos y platillos
Chorreara su sangre lírica
El sudor sobre su gigantografía
¿O es qué acaso querían
Que este hijo de la gran putesía
Caminara sobre las aguas
Y promoviera sus salmos milagrosos
Haciéndose llamar el nuevo Duce?

16

Zurita pudiste ser el mejor de todos
Los poetas del imperio
Nuestro Dante Alaligera
Tu quema de ojos
La mejilla, la pinga
La aguja rolliza sobre la vena
Vuela la pluma en el paisaje
Y no tecleo, dijo el chino
El caligrama confuso.

17

Manifiesto

Un fantasma recorre Chile:
El fantasma de Zurita
Todos las fuerzas de la vieja
Poesía se han unido en santa cruzada
Para acosar a ese fantasma:
El mismo Parra y el zar Uribe,
Hahn y Artechell
Los malditos Ouidobrianos
Los poetizontes nerudinos
Que le quieren dar la dura
Por botarse a clásico.








Ojos de mi tamaño mundo



"Supo que estaba dormido, que cualquier
movimiento rompería la ilusión de ese
frágil equilibrio".

"La Ecuación", Luis Larco.

Viaje


Partí de islas embrujadas
por mares de fervientes pesadillas
hasta arribar a orillas fugaces
en diosas de oscuras mitologías.


Quería alcanzar espejismos,
abejas en el azogue de la luz,
sombras en la fragilidad de espuma.


Pero caí …caí en el azar
en redes de pez y hogueras estridentes
lunas de estambres de colores.


Entre olas estruendos de la nada
Y la muerte tempestad de un sueño.






De la tierra


Desde mi lágrima ventana
Un niño agita
Su ojo
de locura






¿Qué hago amada
en este molino infinito?
Atrapado por aspas de tedio.


Soy un ángel desnudo
sombrío gato de lunas amarillas
Que cruza en llamas
tus mares alucinados.






Mordido fruto de apariencia
caes del árbol demencial.


El ojo husmea
en su fábula
pudre mi cáscara espiritual.






Amada
fuera de margen asumo
en conciencia
tu amor concluso.
La muerte de mi rostro
en el espejo
la lluvia del cristo temporal
y los colores al borde del abismo

¡Oh bucles del azar!







Cazadora de almas
llenas mi soledad.


Cazadora de sombras
qué triste verdad.


Vas buscando secretos
mi lujuria es cantar.


Vas buscando los ríos
de mis dedos se van.







¿Dónde, amada?
En qué rama del cielo habitas
pájaro de escarcha.


La luz detenida
cae del árbol.


Cuando la noche aplasta
un sueño
sobre la tierra.







Del agua


Pez herido por relámpagos
voy entre corrientes ultramarinas
tras el ruido de tus alas
embrujado por arpones
de colores.


En tempestades alevosas
pudo mi cabeza mantenerse
en calma
a salvo de la ira
y el canto de sirenas.


Pero piratas saquearon
tu nave de oro
cargada de esporas
y de soles…


Y zozobró mi velera alma
a orillas de oscuros espejismos.







Destello de hélice rupestre
el pez agita su hilo espiritual
de manchado estruendo
y mortal agobio.







Mi sombrero de bruma
deshoja el tiempo


Su infinito rezo
es luna en el agua.







Hoguera de princesa triste
rugen tus labios de pecar.


Ojos de mi tamaño mundo
en oleaje de espuma y herejía.







Sed de los ángeles cautivos
El humo de sus almas
Escapó al delirio
de las aguas.







Del aire


Luna de azar…
la crueldad está en mis alas.






Unidad de cada sol
caes
en la fuga
de mi oscura sombra.


La luz
rumor del tiempo
en mis lágrimas
de Ícaro.







Miras el destierro
del ángel fugitivo


Aquel que hechizó
con su canto
El relámpago
de los dioses.







Guía mi mano tahúr
por la total esqueletura
del aire.


El tiempo que rompe el cristal
Suprime la infinita ración
del alma.


¡Oh flor del vacío!
y nadie explicó
por qué estábamos.






Ahora puedo mirarle, señora
que mi capricornio
deja su horóscopo
engranaje de locura.


Ripiada isla
en desierto blanco.


Sombras…
Joyas misteriosas
de las palabras que
nos miran
y nos mienten.






¿Qué me queda sino fablar
con mi Dios?


La ira de los días
alada mi tedia flor
Y escritura herida.


¡Ah…caer al otro cielo!
A la luz usura del tiempo


Donde el ojo es huésped
Y la magia instante.






Y de las nubes huían
Los peces
A la rama secreta
De tus besos.


Y en el aire remoto
de mis alas
un sol mordido por un vértigo.


Eras un ojo de luna
en la manzana…


El ángel caído del espejo.







Del fuego


¡Oh labio cretense!
Viejo río perlas.


A fuego de nublar
y tenderme…


En el secreto sueño
de los mercaderes.







Fuego
ríes en mis alas
música ciega en sus mejillas.


Tiznado lenguaje del sol
dorada muerte.


En que mi vuelo pierde
altura
sobre los mares
en llamas.







Mano de greda luminosa
tu pequeña oscuridad
gira un sol
entre las aguas

El viejo espejismo
caído
realidad.







Noche del pez lunar
Los amantes entrechocan
Sus escamas
de fuego


Golpes de tréboles
Mis sienes
en llamas.


La noche
echa a volar
sus pájaros destinos.







Pez rojo de tus labios
corazón anclado
en mi pupila.


Tras la carnada del vacío
el mestizaje de la carne
y el espíritu.







Oropel en el remo
de las aguas


Las abejas danzan
en el oro
de sus pies.






De la luz


Túnica veloz
La sombra
palpa el insecto
Entre sus dedos instantes.


y emigra cegada
por la música del agua.




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