Carlos Mamonde, Poeta y escritor argentino, docente universitario especializado en literatura argentina y psicoanalista vivió parte de su adolescencia y juventud en La Rioja y reside en Madrid.
Carlos Mamonde partió al exilio luego de estar preso durante la dictadura militar de los 70. En España continuó su gran amistad con el reconocido escritor riojano Daniel Moyano y, por su intermedio, tuvo el privilegio de compartir algunos mates con Julio Cortázar.
POEMAS ENVIADOS POR EL POETA CARLOS MAMONDE
PARA ESTA ANTOLOGÍA EL 6 OCTUBRE 2010
Poemas
Mi lengua supo sed muy antes que la luz,
antes aún que las encías de la muerte…
que la estructura del sinsentido
¿Dónde era el agua? Acaso niebla ya.
Sólo sangre lavó ese filo agudo
en la línea –no mellada- del horizonte
playas del gusano y del amor vertido.
El labio sorbió la arcilla
agria de la tempestad…
hielo del tiempo.
Rostro vacío de la luna:
ausencia de las flores
que tu paso quebrara
desierta ya la sombra del alma
en el secreto aceite de la piedra.
Sólo alienta el vacío en todas tus canciones
y la hierba famélica se oxida entre tus párpados.
Rostro borrado de la luna:
esquivas huellas de toda letra
ahuyentan nacimiento y muerte…
ahuyentan los pasos de tu éxtasis
y lo cierto de tu peso en el aire…
PARA ESTA ANTOLOGÍA EL 6 OCTUBRE 2010
Poemas
Mi lengua supo sed muy antes que la luz,
antes aún que las encías de la muerte…
que la estructura del sinsentido
¿Dónde era el agua? Acaso niebla ya.
Sólo sangre lavó ese filo agudo
en la línea –no mellada- del horizonte
playas del gusano y del amor vertido.
El labio sorbió la arcilla
agria de la tempestad…
hielo del tiempo.
Rostro vacío de la luna:
ausencia de las flores
que tu paso quebrara
desierta ya la sombra del alma
en el secreto aceite de la piedra.
Sólo alienta el vacío en todas tus canciones
y la hierba famélica se oxida entre tus párpados.
Rostro borrado de la luna:
esquivas huellas de toda letra
ahuyentan nacimiento y muerte…
ahuyentan los pasos de tu éxtasis
y lo cierto de tu peso en el aire…
Debajo de tu boca ya no hay día
se enreda la luz en las mareas
y los insectos caen
caducos y perennes
y la hora se aquieta
aguas se quiebran
muslos que transcurren cesan
las estrellas son cera
y gimen al pabilo de la vela
debajo de tus ojos ya no hay día
y una fría tormenta que calcina
tiembla en el cielo
y el aceite
de los exhaustos cuencos
penetra hasta los sueños…
todo ahoga
¿”Muerte…dónde están tus banderas…”?
ya se ha puesto la tarde y
polvo de locura brilla
sobre el terror del cielo
polvo de las estrellas
¿dónde tu señorío?
además del crujiente miedo
además del pez del corazón
roído
Rotas todas la cuerdas,
ciegas de sal las olas…
© Carlos Mamonde
Carlos Mamonde /
LO GRAVE y SENTIMIENTO DEL TIEMPO
1
Lo grave fue implacable,
sin piedad su arrebato de tu perfume hizo
y clavó hondo en la nieve la
forma extrema de tu corazón;
se muy bien que fue entonces
cuando ventanas… puertas,
1
Lo grave fue implacable,
sin piedad su arrebato de tu perfume hizo
y clavó hondo en la nieve la
forma extrema de tu corazón;
se muy bien que fue entonces
cuando ventanas… puertas,
ateridas pestañas,
murieron clausuradas,
para jamás oírte
Pero lo grave se desplegó sin tregua
y vieron la caducidad…
sólo mis ojos y la lluvia serena
retaron a la nieve
y al ensueño del tiempo
La tierra devastada…
2
No,
no aceptes la prédica ni el mapa,
ni el más secreto código del bosque…
¡ procura no enviar cartas
murieron clausuradas,
para jamás oírte
Pero lo grave se desplegó sin tregua
y vieron la caducidad…
sólo mis ojos y la lluvia serena
retaron a la nieve
y al ensueño del tiempo
La tierra devastada…
2
No,
no aceptes la prédica ni el mapa,
ni el más secreto código del bosque…
¡ procura no enviar cartas
en mitad de la noche!
Y ausente ya tu frente de la luz…la baldía;
rechaza el orden y el sentido:
No existe otra vereda que la pena incólume.
3
Aquel hermano tuyo, el soñador
de goces
de lenguajes
de estigmas…
no pudo con el tiempo.
Nadie es cómplice del acontecer.
La roca se hace niebla en el mísero acto.
Acaso si,
acaso te tuviera, si
abriría mi boca:
expulsaría incertidumbre de las huellas…
4
Hay mujeres y hombres que ignoran el terror
(¡ Inverosímil !)
y viajan por países bajo nubes de espuma.
Ante ellos yo hablo como aquellos que callan.
Por eso sobrevivo;
Como polvo invisible…
5
No existe carne humana ni bestiales pupilas.
Ni ángel que cayera.
Ni victoria.
Ni trueques.
Nadie de nonada, nadie
que conozca el vacío
espacio de tu pena.
Ni te toca la lengua ni la filosofía:
escritos de la anemia
vacancia de la espera…
6
¿ Recuerdas el caballo
de tu infancia postrera;
el primitivo hueso que subió a la montaña?
Ese animal herido
acaso fue quien viese
las palabras del árbol,
la frontera que fluye,
la más tardía cresta,
que avanza entre la sangre
avanza, avanza, avanza…
¿Recuerdas el caballo, veloz como paloma?
________________________________________
Carlos Mamonde /
Y ausente ya tu frente de la luz…la baldía;
rechaza el orden y el sentido:
No existe otra vereda que la pena incólume.
3
Aquel hermano tuyo, el soñador
de goces
de lenguajes
de estigmas…
no pudo con el tiempo.
Nadie es cómplice del acontecer.
La roca se hace niebla en el mísero acto.
Acaso si,
acaso te tuviera, si
abriría mi boca:
expulsaría incertidumbre de las huellas…
4
Hay mujeres y hombres que ignoran el terror
(¡ Inverosímil !)
y viajan por países bajo nubes de espuma.
Ante ellos yo hablo como aquellos que callan.
Por eso sobrevivo;
Como polvo invisible…
5
No existe carne humana ni bestiales pupilas.
Ni ángel que cayera.
Ni victoria.
Ni trueques.
Nadie de nonada, nadie
que conozca el vacío
espacio de tu pena.
Ni te toca la lengua ni la filosofía:
escritos de la anemia
vacancia de la espera…
6
¿ Recuerdas el caballo
de tu infancia postrera;
el primitivo hueso que subió a la montaña?
Ese animal herido
acaso fue quien viese
las palabras del árbol,
la frontera que fluye,
la más tardía cresta,
que avanza entre la sangre
avanza, avanza, avanza…
¿Recuerdas el caballo, veloz como paloma?
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Carlos Mamonde /
TRAZAS DE MUDEZ y DE NOCHE DE EXILIO
Caballo inaccesible
Tu ausencia y tu retorno, el vaivén de ese aire
mortifica la pena que condena a las cosas…
pero
su desespero ( de las cosas) oigo
Caballo inaccesible
Tu ausencia y tu retorno, el vaivén de ese aire
mortifica la pena que condena a las cosas…
pero
su desespero ( de las cosas) oigo
porque tu boca tienta al hambre de la muerte
y a aquel caballo verde donde Dios se disfraza
en el hondón del bosque para callar airado.
Y las voces y sombras de los objetos muertos
gimen entre las frondas donde trisca la bestia
bebiéndose la niebla, humillando al silencio …
Y un desamor antiguo degrada la materia,
las fuentes más secretas y las finitas flores
donde pisa su cuerpo.
…………………………………………..…
Piafa y trota un instante derrumbando la tierra
¡y su poder se hurta y tú te desvaneces!.
El cono de tu eclipse
Es tu precisa sombra de imprecisas cuchillas
la que hiere a mi alma y a su voz luminosa
esa sombra redonda y salobre y amada
esa tu sombra esa tú… que te eclipsas
forma de luna
ingrata
que pule cada sábana de los días complejos y
a la arena y al heno que paren al verano
deshilas con tus dientes de pavorosa niña.
Tergiversas mi herida con tu heridora mano
y me das risa y huellas de tu sangre caníbal:
¿por qué bajo tu peso me inclino hasta la muerte?
¿por qué los muros huelen a cristales y a peces?
¿por qué sopla mi tumba tu canción y enmohece?
Bajo una luz oscura se comprende la falta
Uvas bajos las Pléyades iluminan las cárceles
y el sudor que tuvimos de amantes estallando…
y mi memoria inútil que te busca (hoy) en textos
y en todas las crujías del centro de los días
bajo todos los cielos de boca de los niños
y aún bajo la forma del huevo de serpiente
que amó nuestro verdugo con besos de mujer.
Exilado de ti.
Lejano de tus muslos, toda piedra me hiere…
me borra cada ácido de la voz enemiga.
Y si me das la espalda, ese calor dulcísimo
que todo te robaron; su absoluta condena
bebe ríos y lluvia y devasta la vida…
¡No puede sostenerse el fragor de tu ausencia
y no puedo perderte porque ya no te tengo…!
y a aquel caballo verde donde Dios se disfraza
en el hondón del bosque para callar airado.
Y las voces y sombras de los objetos muertos
gimen entre las frondas donde trisca la bestia
bebiéndose la niebla, humillando al silencio …
Y un desamor antiguo degrada la materia,
las fuentes más secretas y las finitas flores
donde pisa su cuerpo.
…………………………………………..…
Piafa y trota un instante derrumbando la tierra
¡y su poder se hurta y tú te desvaneces!.
El cono de tu eclipse
Es tu precisa sombra de imprecisas cuchillas
la que hiere a mi alma y a su voz luminosa
esa sombra redonda y salobre y amada
esa tu sombra esa tú… que te eclipsas
forma de luna
ingrata
que pule cada sábana de los días complejos y
a la arena y al heno que paren al verano
deshilas con tus dientes de pavorosa niña.
Tergiversas mi herida con tu heridora mano
y me das risa y huellas de tu sangre caníbal:
¿por qué bajo tu peso me inclino hasta la muerte?
¿por qué los muros huelen a cristales y a peces?
¿por qué sopla mi tumba tu canción y enmohece?
Bajo una luz oscura se comprende la falta
Uvas bajos las Pléyades iluminan las cárceles
y el sudor que tuvimos de amantes estallando…
y mi memoria inútil que te busca (hoy) en textos
y en todas las crujías del centro de los días
bajo todos los cielos de boca de los niños
y aún bajo la forma del huevo de serpiente
que amó nuestro verdugo con besos de mujer.
Exilado de ti.
Lejano de tus muslos, toda piedra me hiere…
me borra cada ácido de la voz enemiga.
Y si me das la espalda, ese calor dulcísimo
que todo te robaron; su absoluta condena
bebe ríos y lluvia y devasta la vida…
¡No puede sostenerse el fragor de tu ausencia
y no puedo perderte porque ya no te tengo…!
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