BUSCAR POETAS (A LA IZQUIERDA):
[1] POR ORDEN ALFABÉTICO NOMBRE
[2] ARCHIVOS 1ª, 2ª, 3ª, 4ª, 5ª 6ª 7ª 8ª 9ª 10ª 11ª 12ª 13ª 14ª 15ª 16ª 17ª 18ª 19ª 20ª y 21ª BLOQUES
[3] POR PAÍSES (POETAS DE 178 PAÍSES)

SUGERENCIA: Buscar poetas antologados fácilmente:
Escribir en Google: "Nombre del poeta" + Fernando Sabido
Si está antologado, aparecerá en las primeras referencias de Google
________________________________

domingo, 5 de septiembre de 2010

1133.- LISEL MUELLER


Biografía:
Lisel Mueller nació en Hamburgo (Alemania) el 8-Feb-1924 Poeta, tiene la nacionalidad
de Estados Unidos, país en el que reside desde los quince años.
En el año 1997 Lisel Mueller, obtuvo el prestigioso premio Pulitzer de poesía por: Alive Together: New and Selected Poems.
Obra:
Dependencies (1965, poetry)
The Private Life (1976, poetry)
Voices from the Forest (1977, poetry)
The Need to Hold Still (1980, poetry)
Second Language (1986, poetry)
Waving from Shore (1989, poetry)
Learning to Play by Ear (1990, poetry)
Alive Together: New and Selected Poems (1996, poetry)









Vivir juntos


Hablando de maravillas, vivo
junto contigo, cuando podría haber vivido
con otro cualquiera,
cuando podría haber sido la mujer
de Abelardo
o la fulana de un papa del Renacimiento
o la esposa de un campesino
sin comida suficiente
ni suficiente amor, mis niños
muertos por la plaga. Podría haber dormido
en una alcoba cerca del hombre
de la nariz dorada que apunta
a las estrellas,
o haber cosido una bandera estrellada
para un general con dientes de madera.
Podría haber sido la Pocahontas ejemplar
o una mujer sin nombre
llorando en la cama del Amo
por mi marido, cambiada por una mula,
hija mía, perdida en una apuesta borracha.
Podría haber sido amarrada
al palo de un tótem
para apaciguar a un dios vengativo
o abandonada, niña sin provecho,
a la muerte en el acantilado.
Me gusta pensar
que podría haber sido Mary Shelley
enamorada del ángel insidioso,
o la amiga de Mary. Podría haber sido tú.
Este poema no tiene fin, las probabilidades
en contra nuestra son interminables,
nuestras oportunidades de vivir juntos
estadísticamente inexistentes;
aún así lo hemos hecho, vivir en un tiempo
en que racionalistas de ajustados sombreros
y destocados Testigos de Jehová
están de acuerdo en casi todo,
vivir con nuestros niños vivaces
quienes —para los interminables si—
podrían haberse perdido el vivir
juntos con maravillas y locuras
y anhelos y engaños y deseos
y error y humor y compasión
y viajes y voces y rostros
y colores y veranos y mañanas
y conocimiento y lágrimas y azar.








El amor, como la sal

Yace cristalino en nuestras manos
demasiado intrincado para descifrar

Entra en la sartén
sin pensárselo

Se derrama sobre el piso, tan delicado
que todos pasamos por encima

Llevamos un pellizco en cada pupila

Nos sale en la frente

Lo guardamos en nuestros cuerpos
en secretos odres

En la cena, lo pasamos por toda la mesa
hablando de vacaciones junto al mar








Dando nombre a los animales

Hasta que él llamó al caballo
caballo,
no dejaron los cascos huella sobre la tierra,
no fueron inventadas las crines,
la velocidad y la gracia no se hermanaron.

Hasta que él llamó a la vaca
vaca,
nadie dormía de pie,
nadie veía a través de ojos opacos,
la comida se masticaba sólo una vez.

Sólo cuando él llamó al pez
pez,
puso la luz sobre las pieles
aceite de amarillo y plata,
revelándose a sí misma como bailarina
y campeona del mundo en salto de altura,

así como por último
hubo de llamar a la mujer
amor
antes de que pudiera él
mostrarle al conocimiento
quién era ella, la de pequeñas manos.







A veces, cuando la luz

A veces, cuando la luz
incide en extraños ángulos
y te devuelve a la infancia

deambulando por una mansión desvencijada
totalmente oculta bajo viejos sauces

o un convento abandonado
que guardan la cicuta
y abetos gigantescos erguidos
flanco a flanco,
de nuevo sabes que allende ese muro,
bajo la indómita cabellera de los sauces

persiste algo secreto,
tan maravilloso y peligroso

que si te adentraras y contemplaras
morirías, o serías feliz por siempre.








De paso

Cuán veloz la tensa miel
de la luz del crepúsculo
fluye hacia la oscuridad

y el capullo cerrado se acoge
en especial misterio
para romper en flor

como si cuanto existe, existiera
porque en su acabamiento
llegara a ser precioso.


Versión de los poemas: Antonio Mengs

No hay comentarios: