José de Sousa Saramago (Azinhaga, Santarém, Portugal, 16 de noviembre de 1922 - Tías, Lanzarote, provincia de Las Palmas, España, 18 de junio de 2010) fue un escritor, novelista, poeta, periodista y dramaturgo portugués. Miembro del Partido Comunista Portugués desde 1969. En 1998 le fue concedido el Premio Nobel de Literatura. La Academia Sueca destacó su capacidad para «volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía».
Poesía:
1966 Os poemas possíveis (Poemas posibles)
1970 Provavelmente alegria (Probablemente alegría)
1975 O Ano de 1993 (El año de 1993)
2005 Poesia completa (Antología)
Tengo el alma quemada
Tengo el alma quemada
Por saliva de sapo
Fingiendo que descubro
Tapo
La palabra me infecta
Bajo la piel de apariencia
Pongo remedio seguro
Paciencia
En esta mal no se vive
Pero tampoco se muere
Cuando el ave no vuela
Corre
Quien no llega a las estrellas
Las puede ver desde la tierra
Quien no tiene voz para el canto
Berrea
Poesía completa
Traducción de Ángel Campos Pámpano
Agua azul
Altos secretos dentro del agua se esconden
El reverso de la carne, cuerpo aún.
Como un puño cerrado o un bastón,
Abro el líquido azul, la espuma blanca,
Y por fondos de arena y madreperlas,
Bajo el velo sobre los ojos asombrados.
(En la medida del gesto, la anchura del mar
Y el nácar del suspiro que se enrosca.)
Viene la ola de lejos, y fue un espasmo,
Viene el salto en la piedra, otro grito:
Después el agua azul descubre las millas,
Mientras un largo y largo y blanco pez
Baja al fondo del mar donde nacen las islas.
Poesía completa
Traducción de Ángel Campos Pámpano
Allá en el centro del mar
Allá en el centro del mar, allá en los confines
Donde nacen los vientos, donde el sol
Sobre las aguas doradas se demora;
Allá en el espacio de fuentes y verdor,
De mansos animales, de tierra virgen,
Donde cantan las aves naturales:
Amor mío, mi isla descubierta,
Es de lejos, de la vida naufragada,
Que descanso en las playas de tu vientre,
Mientras lentamente las manos del viento,
Pasando sobre el pecho y las colinas,
Alzan olas de fuego en movimiento.
Poesía completa
Traducción de Ángel Campos Pámpano
Dos piedras de sal
Dos piedras de sal en la pupila:
Los puños bien cerrados, apretando
Las agudas aristas de cristal;
Me viene sangre en el agua, mancha blanda,
Navegando en los ojos, mientras el grito
Golpea fuerte en los dientes que lo degüellan:
Al tiempo que la sonrisa me disfraza
El gruñido, la amenaza, el perro malo.
Poesía completa
Traducción de Ángel Campos Pámpano
Música
Grave son de alegría, el violonchelo
Pasa lento en el alma, y en ella vibra:
Murmuremos entonces al cuerpo doble,
A las bocas y manos, a los desmayos,
A las secretas búsquedas que no temen
Ni vergüenza, ni dolor, ni la verdad:
Esto es amor, un arco de alegría
Sobre la cuerda tensa del orgasmo.
Poesía completa
Traducción de Ángel Campos Pámpano
Blanco tu pecho
¿Blanco tu pecho o bajo la piel dorado?
¿Y los agudos cristales o rosas encrespadas
Como encendidas señales en la fortuna del seno?
Qué fresas maduras, qué sed no resignada,
Qué vértigo en las dunas que se alzan
Cuando el viento de la sangre dobla el agua
Y en blancura bogamos, muertos de oro.
Poesía completa
Traducción de Ángel Campos Pámpano
Los inquiridores
El mundo está cubierto de piojos:
No hay palmo de tierra del que no chupen,
Ni secreto de alma que no acechen
Ni sueño que no muerdan ni perviertan.
En sus lomos peludos se divierten,
Siendo amenazas, todos los colores:
Los hay castaños, verdes, amarillos,
Los hay negros, rojos y grisáceos.
Y todos se encarnizan, comen todos,
Acordes y voraces en su intento
De dejar, como restos de banquete,
En el erial terrestre huesos mondos.
Poesía completa
Traducción de Ángel Campos Pámpano
El poema es un cubo de granito
El poema es un cubo de granito,
Mal tallado, rugoso, insaciable.
Raspo con él la piel y la negra pupila,
Y sé que por delante
Tengo un rastro de sangre que me espera
En el camino de los perros,
En vez de primavera.
Poesía completa
Traducción de Ángel Campos Pámpano
Catedral vieja de Coimbra
Aquí donde estas piedras martilleadas
En forma de conjuro y de trampilla,
De estatuas y columnas disfrazadas,
La luz me prometieron, con el pan.
Aquí, donde el silencio más profundo
Bajo el paso del hombre se tornó:
Ni primero aquí hubo ni segundo,
Fue Dios llamado aquí y no habló.
Poesía completa
Traducción de Ángel Campos Pámpano
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Hay en la memoria un río donde navegan
los barcos de la infancia, por arcadas
de ramas inquietas que despegan
sobre las aguas las hojas curvadas.
Hay un golpear de remos acompasado
en el silencio de la tersa madrugada,
olas blancas se hacen a un lado
con el rumor de la seda arrugada.
Hay un nacer del sol en el sitio exacto,
en el momento que más cuenta de una vida,
un despertar de los ojos y del tacto,
un ansiar de sed no abolida.
Hay un retrato de agua y de quebranto
que irrumpe del fondo de esta memoria,
y todo lo que es río abre en el canto
que cuenta del retrato una vieja historia.
Retrato do poeta quando jovem,
"Os poemas possíveis", 1981
No diré:
que el silencio me sofoca y me amordaza.
Callado estoy, callado quedaré,
ya que la lengua que hablo es de otra raza.
Las palabras consumidas se acumulan,
se contienen, cisterna de aguas extinguidas,
penas ácidas en limos transformadas,
fondo vaciado con raíces torcidas.
No diré:
que ni siquiera el esfuerzo de decirlas merecen,
palabras que no digan lo que sé
en este retiro en que no me conocen.
Ni sólo lodos se arrastran, ni sólo limos,
ni sólo animales flotan, muertos, miedos,
turgentes frutos en racimos entretejidos,
en el negro pozo desde donde suben dedos.
Sólo diré,
crispadamente recogido y mudo,
que el que se calla cuando me callé
no podrá morir sin decirlo todo.
Poema à boca fechada,
"Os poemas possíveis", 1981
En la isla a veces habitada de lo que somos, hay noches, mañanas y madrugadas en que no necesitamos morir.
En ese momento sabemos todo lo que fue y será.
El mundo se nos aparece explicado definitivamente y entra en nosotros una gran serenidad, y se dicen las palabras que la significan.
Levantamos un puñado de tierra y la apretamos en las manos. Con dulzura.
Allí está toda la verdad soportable: el contorno, la voluntad y los límites.
Podemos en ese momento decir que somos libres, con la paz y con la sonrisa de quien se reconoce y viajó alrededor del mundo infatigable, porque mordió el alma hasta sus huesos.
Liberemos sin apuro la tierra donde ocurren milagros como el agua, la piedra y la raíz.
Cada uno de nosotros es en este momento la vida.
Que eso nos baste.
Na ilha por vezes habitada,
"Provavelmente alegria", 1985
MITOLOGÍA
Los dioses, antaño, eran nuestros.
Pues entre nosotros amaban. Afrodita
al pastor se entregaba, bajo los ramos
que los celos de Hefaistos figuraban.
Del plumaje del Cisne a las manos de Leda,
su pecho mortal, su regazo,
la simiente de Zeus, dóciles, recogían.
Entre el cielo y la tierra, presidiendo
los amores de humanos y divinos,
la sonrisa de Apolo refulgía.
Cuando castos los dioses se volvieron,
Pan el grande murió; huérfanos suyos,
los hombres no supieron y pecaron.
Donde ...
Donde Los Ojos sí cierran, Donde El Tiempo
Hare resonar la caracola del silencio;
Donde El Claro Desmayo sí disuelve
En El aroma de los nardos y del sexo;
Donde Los Lazos miembros hijo, Las Bocas y
No respiran, jadean violentas;
Donde Los Dedos trazan órbitas Nuevas
Por El Espacio de los cuerpos "Los astros y;
Donde la breve Agonía; dónde son los cantantes en La piel
Se confunde El Sudor; Donde El amor.
RITUAL
Si es altar el poema, sacrifico.
En la piedra de luna que es el verso
cobra filo el cuchillo de lo vivo.
Vendré aquí de rodillas. No rechazo
el ciervo de los prados de mi sueño
ni el dardo violento que lo alcanzó.
Sin tosca leña no habrá fuego, aunque
las manos de la luz acaben sucias
de apagadas cenizas de palabras.
(PIEDRA de LUNA)
ES TAN HONDO EL SILENCIO
Es tan hondo el silencio en las estrellas.
Ni el son de las palabras se propaga,
ni el canto de las aves milagrosas.
Pero allá, en las estrellas, cuando somos
un astro redimido, es donde se oye
el íntimo rumor que abre las rosas.
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