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jueves, 21 de agosto de 2008

29.- PEDRO CASARIEGO CÓRDOBA












PEDRO CASARIEGO CÓRDOBA
Poeta y pintor. Nació en Madrid en 1955 y murió en 1993


POEMAS

Mis labios
como dóciles
ruidosas segadoras rojas
que piden un relincho
de gasolina
porque besarte
es cortar hierba
hierba
hierba
olor a hierba
olor a hierba
recién cortada.


Mi cuerpo
hervidero de hierba
helada
para enseñar anatomía
y botánica
y mi cuerpo
enseñanza
hierba que nadie recoge
hierba que el viento pisa
hierba que se hace suela
de mil zapatos vacíos.


Tu cama
fría y pedregosa
es el lecho de un río:
Eres río
eres río que llora
bajo mis abrazos de madera
madera que flota
madera que no sabe penetrar
eres río
eres río que se desborda
eres río y en mis labios
en mis labios desembocas.

1977 (son tres poemas de una serie que incluye uno o dos más)





Envejeces
Marie
egocéntrica campeona de yo-yo
envejeces
Marie
se despintan tus cabellos
envejeces
Marie
por los siglos de los siglos
abandóname
Marie
ha llegado el telegrama
que esperaba recibir
en el hueco de mi tiempo.


Envejeces
Marie
telaraña la red de tu sonrisa
herrumbre el hierro de tu mirada
envejeces
Marie
relicario soy
que al besarte atrapa
la reliquia de tus labios
envejeces
Marie
con el vuelo de los pájaros
con el paso de los años.

septiembre 1977 (son dos poemas distintos, pero otra vez evidentemente encadenados)









¿Dónde está la fruta
para nosotros los débiles?
Caen las naranjas
siempre en otras manos
¿por nuestra culpa, madre,
todos esos gajos desprendidos?
Redobla la sangre
en los huertos de abajo
y hay cascadas amarillas
en los bosques de arriba
¡No hay culpa,
sólo hay herida!
Cristales antibalas los de nuestras gafas ¡guerras hay en todos nuestros ojos!
¡Porque no sabemos mirar,
porque no sabemos mirar
como miráis las madres!
¿Es la fiebre del egoísmo
lo que atenaza nuestros corazones?
¿Hay todavía en nosotros
una espiga de trigo?
Traen los cielos una hoz de tormenta
traen los ciervos la despedida
¡Fuertes son los que aman a los débiles!
¡Débiles somos los amados por los fuertes!
¡Y la única misión
es salvar a las madres!

(para mi madre 23 diciembre 1992 –manuscrito–)


El Joven Carne de Horca levanta sus botas de bandolero
muy por encima de su cara verdosa
y envía a la escupidera un trozo de sí mismo sin envoltura alguna,
pero a pesar de todo, alegre tras sus audacias,
no se siente disminuido, el cambio le deja intacto.
El muchacho que ama las trifulcas
parece alto o bajo según se le mire,
y elabora complicadas Añagazas junto a la chimenea color de barco despintado
pensando en la mujer de la nuca dorada y el abrigo azulado;
ella le habló del Río Negro al morir la fiesta nocturna,
su pálida boca compartida por dos espejos.
Carne de Horca dispara y acierta seis veces de cada siete,
aunque yerra en los Grandes Concursos,
y podrá montar una foca en el próximo rodeo
con bastantes posibilidades de vencer,
nunca cepilla sus trajes
y cuenta hasta ciento siete sin haber ensuciado la escuela.
No os riáis de mí; él es mi hermano mayor,
y cuando le suban al roído Patíbulo
jugará con el calendario y continuará Alterando las Fechas.

1976

El ogro
: lava
: el árido asteroide
: con su
: paraguas de agua
: y con
: jabón
: de aerolito.


N.65.





: La espesa barba
: del ogro
: imberbe
: nunca se afeita
: alabada sea
: su
: longitud
: natural.


N.66.







Calló Markowitz
y oímos los ronquidos
de la araña colorada
que había retornado
al cuarto luminoso
para descansar
en su mancha-fortaleza.



N.67.





El camarero sonreía.
La araña venenosa
extranjera como el grito
había entrado
en las tinieblas
de su dormitorio
y había tropezado
con los 5 pegasos.


N.68.







Markowitz sonreía.
La araña
había expulsado
a los 5 caballos alados
que momentos antes
reposaban
felices y más felices
bajo delgadas mantas
de telaraña.


N.69.





El diente
que
el camarero
enseñaba
al sonreír
se sonrojaba
como si fuera
de oro.



N.70.







La sonrisa de Markowitz
terminó por desarmarnos.
Sin sus dagas
de 4 filos
Nadezhda
no simulaba ser bella.


N.71





Markowitz
nos pedía
a punta de daga
y cuchillo
que no lo dejáramos
:solo:


N.72.







S: como el ogro
o: cuando lo acompaña
l: una bruja
o: que se tiñe de cohete
.. y friega el aerolito.






N.73.





.....
: s :
: o :
: l :
: o :
.....
como
la ri
sa de
Dios.

N.74.





Los poemas originales tienen sangrados (de distitas medidas y en muchos de los versos) que determinan el ritmo de lectura ideado por el autor.
Aquí no se han reproducido.





.
LA EDITORIAL SEIX BARRAL, PUBLICÓ EN 2003, LA ANTOLOGÍA " POEMAS ENCADENADOS 1977-1987"

Para el poeta Ángel González, como se lee en el esclarecedor texto preliminar de este libro, Pedro Casariego era "un artista intrigante y misterioso [...] sin par en la literatura española de su tiempo", un escritor cuya "incuestionable originalidad no es algo buscado, sino un hecho que se deriva espontáneamente de una actitud ante la escritura que, en el panorama de la literatura española de finales del siglo XX, no comparte con nadie", un autor que en su afán de secreto no pudo evitar que de una "obra literaria tan insólita como compleja" emanara limpiamente la certeza de lo que real y dolorosamente fue: "ante todo poeta, un espléndido poeta".




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