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miércoles, 8 de diciembre de 2010

2606.- WILLIAM GUAREGUA


William Guaregua. (Barcelona. Venezuela -1962). Poeta, narrador y traductor. Ingeniero egresado de la Universidad de Oriente de Venezuela, donde fundó el suplemento literario estudiantil El Mástil Roto (1986-1988). Dirigió por dos años (1997-1999) el suplemento cultural Fragua del diario El Oriental de Maturín. Ha publicado los libros de poesía: Sólo piel Intensa (1990, Editorial Espada Rota), Cotidianas (1992, Departamento de Tecnología Educativa UDO-Anzoátegui), De tanto andar en Solitario (1999, FUMCULTURA), Pentadrama (2003, Litolila) y el libro de cuentos La Billo’s no compadre (Trafford Publishing, 2009). Ha colaborado con diversas publicaciones periódicas, incluyendo la Revista Nacional de Cultura y ha escrito para diversas exposiciones de artistas plásticos de Venezuela. Actualmente reside en los Estados Unidos.




Los poemas han sido seleccionados por el autor
para esta Antología




Poema de amor y sexo

I

Del labio el horizonte y las montañas que se agrietan en la carne
Del sexo el vértigo y la profundidad del estallido
Del ojo la luz que incesante brilla en su reflejo
Del seno la sal y el pezón de nervios encendidos

De la boca bien adentro la textura
Del susurro el mar de los quejidos
Del silencio el reposo del oído
De la mano la piel que se extiende en la penumbra

De los besos los alientos confundidos
Del acople el roce, la tibieza y el sonido
De las piernas un cruzar de atlético tejido
Del cansancio el letargo que adormece los sentidos.








Lejos

Yo que tan sólo he querido estar en ti
Habitarte a ratos
Ser esa voz que susurra mi nombre en tu oído
Para que construyas un recuerdo
Ser parte de la mano
Con la que recorres tu cuerpo en la ducha
Yo que he querido estar en la nube de aire
Que te rodea
Y a la vez en la sombra que te sigue
Yo
Que estoy siempre a tu lado
Y a veces me siento tan lejos.







Poema del aire

Respiro este poema
Siento su levedad que pasa
Del aire al cuerpo
Y circula en diminutos vocablos
Que buscan hacerse palabra
Escucho su urgencia
Su búsqueda de luz y parto
Su deseo de hacerse visible
En versos y en canto
Para sentirse pleno
Como un hecho consumado
Por sí mismo.










Condena

No sé cuántas veces he escrito esta misma página
la rompo y vuelve a aparecer
Cada vez que la arrugo y va a la papelera
renace cualquier otro día
con la misma secuencia
con la misma persistencia
No me convenzo
ni ella me convence
Sólo está allí
repitiéndose hasta el infinito
como una suerte de condena perpetua.








Instante

Árbol creciente de los nervios
Río de deltas infinitos
Fluye
Fluye la angustia
Su incesante oleaje
Sus preguntas
Sus incertidumbres
¿Dónde iremos a parar?
¿Qué buscamos realmente?
¿Dónde está la calma?
Sólo el instante reconforta
Saber que estás aquí
De nuevo
Palpando resbaladizas respuestas.










Aire

Respírame en tu aire,
devuélveme el oxígeno boca a boca,
resucítame en espasmos
Que sea el leve silbido que viene de tus labios
la partícula que le faltaba al flujo del viento
para llegar hasta el atlántico y hacerse tormenta,
movimiento incesante que levanta olas en la piel
y agita las aguas en la profundidad de tu sexo
Que sea un suspiro la música que me faltaba escuchar
para calmarme como a un animal
atrapado entre las notas
de una flauta de pan.









Tormenta

Si amanezco de tormenta
y con nubes oscuras en el pensamiento
no abras los ojos hasta que escuches el trueno
y ya el resplandor haya pasado

Demasiada luz enceguece,
demasiada estática en el aire eriza la piel

Si amanezco con el humor inundado
hasta las rodillas
y vientos que pasan en indomables ráfagas,
cobíjate,
hazte ovillo de piel que reposa en la cama

Porque si somos dos nubes que chocan
cargadas de distintas aguas
podría despertarse un huracán
que nos separaría con su espiral de odio
hacia lugares muy distantes.










O> O> O>
Pájaros eléctricos

Pájaros eléctricos, alineados sobre los cables de alta tensión
Bajo la lluvia
Millones de electrones circulando de plumaje en plumaje
En un río de veinte mil voltios
Pájaros unipolares en esencia
Sobrecargados y de erizadas plumas
Que nos miran desde lo alto
Como se mira a una peligrosa fauna
Pájaros sin canto y de terribles aullidos
Que se lanzan en manadas incesantes
Y navegan las corrientes del aire
Amenazantes pájaros de Hitchcock
Dando vueltas sobre nuestras cabezas
Y también dentro de ellas.













Y si el tiempo

Y si el tiempo pasa y las trayectorias de nuestros caminos no se interceptan
Y si el tiempo pasa y las estrellas desaparecen
Y después de la noche aparece otra noche

Y si el tiempo pasa
Y nuestros ojos se despiertan en la oscuridad y no hay un interruptor en la pared
Y nuestras manos no encuentran la ventana ni la puerta

Y si el tiempo pasa y el río de sus horas crece y se lleva hasta los recuerdos
Y nos deja en la intemperie
Desnudos
Temblorosos

Y si el tiempo pasa y las piedras se desgranan
Y el viento se las lleva y vuelven a ser polvo que viaja en una galaxia remota
Que alguien mira colapsar desde el otro lado del universo.









Mujer de Picasso

Te busqué sencilla, en el lado sereno de mis deseos,
pero tenías que ser como las mujeres de Picasso

Cada día un rostro distinto,
hoy la calma absoluta, mañana la tormenta perfecta,
un vendaval que arrastra todo a su paso

Mujer que fragmenta los espacios
y abres múltiples dimensiones en los sentimientos

Cúbica figura de mis geométricos impulsos,
sexo de variables combinaciones corporales,
tántricas y terrenales

Rostro de espejo donde me miro,
iluminado por la luz que viene de sus ojos
y me descubro,
igual de complejo.









Amigos lejanos

Amigos míos, dispersos por todos los rincones de la tierra
con sus fardos de nostalgias y sus lejanas familias,
con sus tristezas de aeropuerto y pasaporte

A diario me alimento con el recuerdo
de sus sonrisas, de sus palabras

Amigos que como yo dejaron seres amados en su tierra
a quien pedir bendiciones,
con quien compartir alegres o tristes momentos,
a quien cargar en brazos y contar cuentos o jugar a las escondidas

Por todos los amigos que hoy soportan vejaciones
para llevar el pan a la boca de los suyos,
por todos los insultos e ironías que a diario reciben,
por todos los difuntos que partieron sin poder despedirlos

Si maldecir es un pecado,
por todos ustedes valdría la pena el sacrificio
de arder como un bonzo en el infierno
y maldecir a quien ha sembrado tanto odio entre nosotros
hasta apartarnos por lejanos caminos

Yo te maldigo hoy con la fuerza de la palabra y del verbo,

por los siglos de los siglos

maldito eres,
maldito.



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