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sábado, 24 de mayo de 2014

ANY CARMONA [10.701]



Any Carmona 

Poeta, ensayista y novelista argentina
Ana Alejandra Carmona es Profesora y Licenciada en Historia recibida en la Universidad Católica de Salta y en la Universidad Nacional del Sur. Comenzó su carrera de docente en el pequeño pueblo de Sierra Grande en la provincia de Río Negro donde enseñó Historia y Educación Cívica en todos los colegios secundarios y desarrolló dos programas radiales de corte cultural, en la radio local.
Trasladada a la ciudad de Salta en el año 1992, trabajó en la Universidad Católica como Asesora y en la Universidad Nacional de Salta como Profesora e investigadora de la cátedra Historia de la Educación. También ejerció la docencia a nivel secundario y terciario e inició su nueva carrera en Periodismo. 
Publicó numerosos artículos en revistas locales y en dos periódicos de la provincia. Continuando con su amor por la radio, realizó el programa radial “Vivir Mejor” en FM Pacífico. 
En 2007 se trasladó a la ciudad de Buenos Aires donde hoy reside y desarrolla su labor cultural y literaria: Participa de varias asociaciones del arte y la cultura como SADE (Sociedad Argentina de Escritores), APOA (Asociación de Poetas de la Argentina) y FACRA (Federación del Arte y la Cultura de la República Argentina) 
Es miembro de la Sociedad Argentina de Historiadores de la Patagonia, Río Negro, Argentina, integrante de la planta permanente del CEFAP: Centro de Formación y Actualización Profesional de Salta y miembro de la Sociedad Argentina de Historia de la Educación, Luján, Provincia de Bs. As. 

Sus libros publicados son: 
1. Sierra Grande, breve historia de un pueblo patagónico. Editora Flash, Sierra Grande, Río Negro, 1991. 
2. La Escuela en Salta: Cambios y Permanencias. Colaboradora. En: Proyecto APPEAL (Alternativas Pedagógicas y Prospectiva Educativa en América Latina), Buenos Aires, Galerna, 2001. 
3. Luz de soledad (Poesías y cuentos cortos), Editorial Dunken, Buenos Aires, 2009. 
4. La mujer argentina desde fines del siglo XIX hasta principios del XX. En: Antología de Ensayos “Bicentenerio de la Patria”, Editorial de las Tres Lagunas, Junín, Buenos Aires, 2010. 
5. Mujeres Fieras (Historias de género), Editorial Emooby, www.amazon.com, 2011. 
6. Neruda y yo, Mesa Editorial, Buenos Aires, 2011. 
7. Impulso. Poemas sensuales a la hora del té, Editorial Prosa, Buenos Aires, 2013.

Fue galardonada con diversos premios literarios: 
3º Premio en Poesía Concurso SADE/2007 por su obra Aleteo
Mención de Honor en Relatos de viajero en Certamen Literario Metrovías/2008 por su obra Casi una sueca en Europa.
Mención de Honor en Poesía en certamen Junín-País/2009 por su obra Sed
2º Premio en Ensayo corto en Certamen Junín-País/2010 por su obra La mujer Argentina desde fines de siglo XIX a principios del XX.
Mención de Honor en Poesía Concurso SADE/2011 por su obra Navegante.
Mención de Honor en Narrativa en Certamen Mis escritos/2012 por su obra Tristeza bajo la lluvia.
2º Premio en Novela corta en Certamen Mis Escritos /2013 por su obra El último regreso.
Participó además, en varias Antologías. 
Actualmente ejerce el periodismo a través del Periódico cultural, cuentario y poemario La Cruda Verdad del Alma. Coordina el grupo virtual Poetas Inolvidables (en blogspot y en Comunidad de Google y desarrolla el Taller Literario ASOMBRO (presencial y online).

WEBS DE ANY CARMONA, SUS LIBROS Y COMO COMPRARLOS:

www.desdemiplexo.blogspot.com

www.poesiainolvidable.blogspot.com

SELECCCIÓN DE POEMAS  DE 
ANY CARMONA


MARIPOSA DE LUZ

Algunos días,
como hoy,
me despierto llena de grises,
sin color alguno sobre las cosas.
El cielo encapotado y oscuro,
está cargado de nubes.
Mi cara no tiene esos destellos de vida
que centellean en el espejo.
Las violetas del cantero
están levemente inclinadas
como pidiendo disculpas.
El mate no espuma borboteante,
ni la bombilla chistea su sonrisa.
Y la radio,
en mañanas como estas,
no da noticias buenas
ni entrevistas rutilantes.
Sino esa música metálica
que me crispa aún más la piel.
Es entonces cuando busco
mi mariposa de luz.
Bajo el agua tibia,
en la dulce taza,
en la hoja en blanco.
Pero no la encuentro.
Luego me siento
en el umbral de mis poros
a esperar que llegue.
Con los ojos muy abiertos
y el corazón en paz.
Ella siempre llega despacio,
aleteando sobre mi frente
e iluminando mi nariz.
¡Mariposa de luz,
todo lo enciendes!





EL VIENTO Y LA BAILARINA

Danzaron por los tejados
en puntas de pie,
como dos sombras nocturnas,
el viento y la bailarina.
 El viento la amarró de una nube,
la soltó a su destino
en la tarde urbana.

Por los tejados rodaron
como náufragos sedientos.
 Ella fue el agua y él el madero
en un baile pendular
de ausencia y cuerpo.
Latiendo al unísono
entre mundos paralelos.

¡Oh, la otredad ardiente!
¡Oh, los deshojados pechos!
¿Cuándo se encenderá  la luna
en otra tarde atardeciendo?

Escurran las briznas de arena
sus movimientos ágiles…
Para que sea el aire un remolino
y la bailarina,
su hoja al viento.




EL ÁNGEL NEGRO

Las manos tibias
de un ángel negro
apretaron con sus caricias,
las blanduras de mi cuello.
Sus plumas tenues
rozaron apenas
perceptibles,
los orificios de mi nariz.
Su cálido aliento
sopló en mi oído
hasta irrumpir
mi sueño.

Hoy el ángel se posó
sobre la curvatura
de mi hombro izquierdo
y no desea irse.





POESÍA PINTADA

¿Por qué, por quién
o por qué ahora,
te he perdido?
Tal vez te he dejado
en algún renglón olvidada
y sea yo la culpable.
¿O tú huiste de mí,
 mi palabra?

En tu lugar  está el lápiz,
los colores y formas
acariciadas.
La línea precisa
que me halló desnuda.
Ella dibuja sus sonrisas
y la mía propia
a esta hora del alba.

De pronto una carbonilla
hace brotar del blanco
la poesía pintada.
Como si un don oculto
me habitara
y cual ovillo esperando
ser desatado,
se desplegara desde mis dedos,
la imagen encontrada

¿Pero dónde estás tú?
Te busco, te deseo,
te necesito, mi palabra.
Entre el azul metafórico
de los sueños
 y las caricias tenues
de la aguada.

Tal vez sean las acuarelas
como sensuales velos transparentes,
las aperturas que hoy
desatan mi sentir en vuelo.
Sombreados indelebles
que diluyen tus pasiones,
tu drama,
tus dolores.

Y mi verbo en suspenso,
plasmado en el plano,
tal vez sea un canto de superficie
en búsqueda del ser,
en espera de ser hallada.

No lo se, palabra amada
pero sin duda es a ti
a quien hace el amor
mi alma.





PRISIONERA

No queda nada
de nuestro amor.
Solo el hilo del discurso
hecho hilachas
sobre la cama,
campo devastado.
Y mi ojo clavado
en tu rastro,
epílogo fatal en retirada.
Estoy sola,
soy como el punto final,
la última huella,
lo que quedó
después de la batalla.
Prisionera,
te pertenezco,
hasta el tratado de paz
o la amnistía.   





ELLOS Y YO

Ellos buscan cielo
yo ofrezco camino.
Ellos buscan razón
yo ofrezco luz.
Ellos buscan sexo
yo ofrezco pasión.
Ellos buscan pequeñez
yo ofrezco vuelo.
Ellos buscan ángel
yo ofrezco belleza.
Ellos buscan juventud
yo ofrezco adolescencia.
Ellos buscan miel
yo ofrezco sal.
Ellos buscan femineidad
yo ofrezco humanidad.
Ellos,
yo.
¿Alguna vez
podremos encontrarnos?





SIN REMEDOS

No moriré  por ti
en el umbral de ninguna iglesia
ni contigo por tus banderas.
No sucumbirá mi alma a tus urgencias.

No pasará el viento a  mi lado
sin que lo oiga
ni dejaré de sentir el agua por mi cuerpo
en la cascada,
detrás de cada gota.

No te seguiré.
No me postraré más que a los deseos
ancestrales de mi historia
más  seré una hembra derrotada
cuando el instinto me postre a tus pies.

No lloraré si no me amas
pero te llenaré de lágrimas secas
para que me conozcas.
Ni dejaré de renacer
con la mirada rota,
cada vez que tú te vayas.

No copiaré de nadie las ideas
ni  me avergonzaré de mi decir
sin remedos,
con sal en la boca.
No miraré la vergüenza de las otras
ni la saliva de los que desean someterme.

No haré por ti lo que no hagas por mí.
Por eso, si caminas conmigo
y no delante de mí,
cuida mi frágil corazón
para que no se rompa.





AGUJEROS NEGROS

Te quedaste mirando la luz,
toda ojos y corazón,
toda imagen.
No sentiste llegar la primavera,
no escuchaste el trinar
de la mañana.
Sólo la pantalla
y con ella, tus latidos,
tu pequeñez.
En el sitio
de los túneles
y las redes.
(Soledades compartidas/
Agujeros negros/
Abstracciones)
De voces contenidas
y miembros castrados.
Mientras a tu lado
se marchitaron los claveles,
se distorsionó el cielo y las horas
te fagocitaron.
Pero te escapaste igual
aunque no sabes adónde
ni con quién.
Solo sentiste su amor,
desde el espacio infinito,
inconmensurable.





SUBLIMAR

Aquella herida intensa, negra
como la daga de mi propio ángel de la guarda
clavada en mi pecho izquierdo,
la convertí en paloma, 
la hice de mazapán,
le puse alas para que partiera
hacia misiones secretas.

Aquella pasión de Peter Pan
envuelta en juegos de mariposas
que perdí entre los bosques del desconsuelo,
la envié a la luna brillante
besándole en sus mejillas
toda la ternura de aquellos amantes.
Quería tenerla en mi hueco
para que no me falte.

Y esa tormenta  triangular 
que me devastó la juventud 
hasta purificarme,
La transformé en obra prima
para no olvidar nunca.
Nunca dejar de saberla mía 
por llevarla entre mis células
hasta desangrarme.

Más toda la serenidad de la poesía,
todas las hojas otoñales
y las lágrimas escritas.
Todo aquel bordado de palabras
pegado a mi espalda adolorida,
¿dónde fue?
¿Estará esperando junto a mi cielo
para ser sublimado 
por mis caricias?




MUJER DE ARENA

Copito, grano, terrón, brizna, punto.
Eso soy. Nadie.
Tal vez una pieza del engranaje.
Alguien parecida a una hormiga.
¿Una miga?
¿Un soplido?
¿Una gota que baila en la lluvia?

Quise amasar un castillo,
lo quise de piedra
pero lo esculpí en arena.
Arena que la brisa mece.
Fue como un espejismo,
una nada entre quimeras.

La arena besa rauda,
el tiempo de las cerezas.
Es el ave migratoria,
es la caricia de céfiro.
Y mi vida va tras ellos.

Mujer de arena
que se esfuma, pasa, vuela.
Pero mi alma no,
mi alma quedará,
a pesar de los relojes
y las olas,
grabada en piedra. 





LLUVIA DE ROSAS

Me asomo  al balcón y allí están:
Multitud de rosas rosadas, amarillas y liláseas,
en guirnaldas de ramilletes,
cayendo por mi ventanal abierto.
Llueven hortensias azuladas
y margaritas blancas del cielo.
Son capullos de primavera
que les dan calma a mis sueños
mientras su aroma salvaje
aprisiono en esencias del huerto.
¿Dónde están las amapolas
y los lirios del lejano campo?
¿Dónde las mariposas lunares
susurrando sus aleteos?
¿Y las lavandas envueltas
en rocíos de azahares añejos?
Todas vinieron a mí
para llenar una cesta
que cubierta de tules y moños
encerró escondidos,
los besos.
Secretos de amor futuro,
regalos de cosechas plenas,
perfumes de íntimos deseos.





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