Gustavo Cárdenas Ayad (1961) Poeta y narrador boliviano, nacido en Vallegrande, Santa Cruz.
En poesía ha publicado Las hojas de la madera (1998), Volver al agua de los sueños (2002), Andamios (2004) y Con versos (2011).
Sus poemas están incluidos en diversas antologías, revistas y suplementos. En narrativa publicó Tiro de gracia (1989) y Desapariencias (2003).
Otra infancia
Ese niño que jugaba
en el patio
con algún duende extraviado
es el mismo
que ahora
con todos sus fantasmas
transita por esta página baldía
jugando a esconderse en las palabras.
El visitante
Desde el Olimpo
y sin escalas
un dios desaliñado
vino a verme;
compartimos
el domingo
con café
fútbol
y anaqueles.
En la noche
leyó mis poemas
y se marchó
sin decir nada,
como todos los dioses.
Dulcinea
Tu inexplorada espalda
no sabe
de mis largas
andanzas
por otros cuerpos
donde yo
caballero errante
sólo buscaba
el tuyo.
El centinela
Con sus colmillos de nácar
reposa
en el árbol de mi infancia.
De una noche a la otra
y a la siguiente
vela mi sueño
acariciando mi cabeza
con sus garras.
Ágil
preciso
ingrávido
feliz
como son
todos los tigres.
Bird
Emigrante efímera de la altura
igual que el humo,
la música.
Diferencia
Las mujeres que amé
son como las palabras:
diferentes
como
dos
gotas
de
agua.
[De Las hojas de la madera]
Arte poética
Así como el mar
que vomita
al amanecer
y se engulle para
sí
la noche
así eres tú
poesía
que llevas
y que traes
en las altas
mareas
el apetito
y la náusea.
Tu nombre
Quiero aligerar
el olvido
y encontrarte
en solo un verso
que te diga
y que te nombre
como antes
cuando yo no te conocía
y andaba por ahí
a ciegas
sin memoria
deletreando tu nombre
en cada mujer
que pasaba
por mi vida
tu nombre
temblando de amor
entre mis labios.
[De Andamios]
Un poema
Un poema es
apenas
el silencio
de todos
los que
ya
se han ido.
Estrella naufragada
La estrella
me extendía
sus brazos.
Precipitada
y caída
en el trasparente
río de la noche.
Mis manos
se sumergieron
en las aguas,
ella temblaba
no sé
si de miedo
o quizás de frio.
Plegaria en si mayor
Poesía
tú que estás
en los sueños
y
en el alto abismo.
No permitas
que trastabillen
mis versos
dame la pausa
precisa
entre palabra y palabra.
Aléjame
de todos los
malhechores
que
posan en tu nombre.
Y no me dejes caer
ni un segundo
en la cordura
Amén.
[De Con versos]
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