EDMOND VANDERCAMMEN
Edmond Vandercammen nació en Ohain (Brabante), BÉLGICA el 8 de enero de 1901.
Edmond nació en Ohain Vandercammen 08 de enero 1901, donde vivió una infancia feliz. En la escuela primaria, conoció a Robert Goffin y escribió sus primeros poemas a la edad de doce años. Inscrito en la Escuela Normal de Nivelles, en 1916, se encontró con Elías Willaime. Trasladarse a Bruselas le permite ponerse en contacto con los círculos literarios y seguir, como un estudiante independiente, cursos de psicología y sociología en la Universidad Libre de Bruselas. Apasionado por la pintura, se matriculó en la Academia de Bellas Artes. Va a producir abundantes obras en esta faceta, en la que llevará a cabo en varias exposiciones.
En 1923 aparece la primera colección de poemas, Hantises et désirs. En 1925, se casó. En 1930, fue co-fundador de la Revista de poetas y una serie de publicaciones aparecen bajo ese nombre. Al año siguiente viajó a España y desarrolló una gran pasión por la poesía hispánica, por lo que no tardará en realizar múltiples traducciones.
Un viaje a Cuba, México y el sur de Estados Unidos le da la oportunidad en 1937 para conocer poetas como a Juan Ramón Jiménez y profundizar en una de sus pasiones: la civilización pre-colombina. En 1938, la publicación de poemas Ocean 's marca un punto de inflexión en su producción, como una extensión de su universo personal. En efecto, la inmensidad del mar se suma a las raíces de la tierra. Los vínculos entre los componentes sólidos y líquidos dominan ahora su poesía. En 1936, publicó sus traducciones.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Vandercammen se niega a publicar. Sufre el conflicto, y al final de ella, afirma en Gran Batalla (1946) su deseo de ver un mundo más humano.
Después de haberse retirado en 1949 por razones de salud, Vandercammen viajó mucho, escribió muchos artículos, incluyendo Marginal que le dedica un número especial en 1958, y periódicos como Le Soir. Pintó paisajes del Mediterráneo y continúa traduciendo autores españoles, pero también italianos, el ensayo de escritura (poesía española actual con Fernand Verhesen en 1956, en busca de estudios sobre la relación entre Charles y Max Van Lerberghe Elskamp en 1962 o Jean De Boschère de la luz y de Paria coronado en 1968). Es a su vez traducido al español e italiano.
Edmond Vandercamen murió en Uccle el 05 de mayo 1980. Fue elegido miembro de la Real Academia de la Lengua y Literatura Francesa el 08 de noviembre 1952.
[Cuatro poetas belgas de hoy (Publicaciones de la Universidad de Murcia, 1950, trad. de Dictinio de Castillo-Elejabeytia)]
MARINO TRISTE
El mar con apetito de vientos y mareas.
He aquí que, de repente, sus ejércitos marchan
para una paz de tarde entre los horizontes.
Hermano mío, oye una canción lejana.
Tu hermosa pena vístese de imágenes de Flandes
flores en tu país reemplazan a tu infancia;
No veles inclinado así sobre el océano.
Hermano, oye el estío de los campos que avanza.
Tu mano, con corteza de jóvenes lamentos,
retorna de la hoguera de una caricia vana
que mantiene el silencio cubriéndote de noche.
Dios mío, no es de aquí nuestra estación dorada.
Sin rostro está el amor y la ruta sin árboles,
y la luna del trópico ha roto sus amarras
y sobre ti ha dejado su pálido destello.
Dios mío, sé que el trigo da aquí sales amargas.
Pobre marino, hermano obscuro en esta pena
de no poder coger una terrestre lágrima
de tu amiga, tan lejos de aquí, de aquí tan lejos.
Es tu primer viaje. Saber su precio falta.
MARÍN TRISTE
La mer en appétit de vents et de marees,
Voici que tout á coup se rangent ses armées
pour une paix d'un soir entre les horizons.
Entends, mon frére, entends venir une chanson.
Ton beau chagrin se vét d'images de la Flandre,
des fleurs en ton pays remplacent ton enfance;
ne veille pas ainsi penché sur l'océan:
entends, mon frére, entends venir l'eté des champs.
Deja tombante en son écorce aux jaunes plaintes,
ta main revient du feu d'une caresse vaine
que garde le silence en te couvrant de nuit.
Mon Dieu, je sais,. notre saison n'est pas d'ici.
L'amour est sans visage et la route sans arbres;
la lune du tropique a brisé ses amarres
et n'a laissé sur toi qu'un pále éelat de ciel.
Mon Dieu, je sais, le ble d'ici germe du sel.
Pauvre marin, mon frére obscur en cette peine
de ne pouvoir cueillir une larme terrestre
aux cils de ton amie au loin, tres loin d'ici.
C'est ton premier voyagé, il faut savoir son prix.
(De Océan)
POETA ERRANTE
Cuando lanzas la amarra al más tranquilo anhelo,
las sombras del placer sobre las olas yerran,
y miras el océano y le vuelves la espalda,
y miras la ceniza do tu ciudad despierta.
Y vas bajo los arcos de antiguas aventuras
y, el delirio acabado, cruzas vivientes huellas
de vivos y de muertos tal como tú cansados
de tender todo el día las imposibles velas.
Y ya no encuentras el resplandor de la fuente,
ni la sangre del labio donde el beso aun florezca,
ni el canto de ti mismo en medio del pasado
cual niño que una sombra, perdido, en vaho acerca.
¿Qué dedos de locura destrozan tus imágenes?
La calle está sin sol y cambias ya de senda,
tu alma está sin sueño y cambias de razón,
y cambias de morada; por otra tu faz truecas.
Ahora el viento te guía y otro velamen turge,
la vida es horizonte de la crueldad terrena
y til no concluirás el sueño que tus manos
desgarran en la tarde con luz de otras estrellas.
POETE ERRANT
Quand tu lances l'amarre aux désirs plus tranquilles,
les ombres du plaisir dérivant sur les flots,
tu regardes la mar et lui tournes le dos,
tu regardes la cendre oú s'éveille ta ville.
Tu vas sous les arceaux d'anciennes aventures
et croises les vivants, ton delire achevé,
les vivants et les morts ainsi que toi lassés.
de tendré tout le jour d'impossibles voilures.
Tu ne retrouves plus l'éclat de la fontaine,
ni le sang de la bouche oü murit le baiser,
ni le chant de toi-méme au milieu du passé
perdu comme un enfant qu'une ombre en vain raméne
Quels doigts desesperes meurtrissent tes images?
Tu changes de chemin, la rué est sans soleil,
tu changes de raison, ton ame est sans sommeil,
tu changes de maison, tu changes de visage...
Alors le vent te guide et gonfle d'autres voiles,
la vie est horizon de gestes inhumains
et tu ne finís plus le songe que tes mains
déchirent dans le soir au feu d'autres étoiles.
(De La nuit fértile)
EL POETA Y LA MUERTE
En el país nocturno que atraviesan los vientos
desatados, los vientos y la piedad del mundo,
está abierto un abismo donde aún nada el tiempo,
que dejó enloquecer un poeta en su sombra.
Es un país perdido como un barco inclinado
sobre el mar vacilante que en la distancia sueña,
y es el abismo mismo consagrado a las lágrimas,
la última herida donde el alma ve su vida...
Sus alientos uniendo de la ribera al soplo,
la ola hace su lecho para un próximo amante.
Celeste entonces surge el tierno testimonio
de un ángel que solloza desde una edad lejana.
La espuma es ignorada, aun cuando su obsesión
el corazón a veces balanceó de la tribu
llevada por el canto que jamás se quebranta
y queda cual primer mensaje de virtudes.
¡Oh, fabulosa Muerte, acoge este poeta:
él es el pastor crédulo, por su rebaño amado,
sonriente aún al cabo de recias tempestades,
mas triste si se llama bellísimo a su ensueño.
Sus pasos guía, oh Muerte, por tus tinieblas puras
y, para ti, su carne, dulce captura sea.
He aquí de su mirada el matinal espacio
desarrollando siempre la eternidad del sueño,
y tú también sueño, eres y nunca quieres mal
la eterna claridad que hacia Dios le prolonga .
Llamarle sin rodeos es tu deseo justo,
mas su mirada aún tiene derecho a ser aurora
en jardines de sed donde a morir se viene.
¡NO, jamás!... No procures ahogar hasta las rosas.
Tendida he aquí su frente hacia qué encantamiento,
impaciente la proa por tocar otras tierras
sin mentiras, su proa igual a los océanos.
He aquí su boca donde tiembla aún una luz,
hecha palabra alada de su sencillo orgullo.
Su mano, la conoces, esa isla de caricias
donde reposa el ave ya libre del gran luto
de los otoños. Mira las llaves de su reino;
carga secreta que ya dio la vuelta al mundo;
del errante profeta, en su estelar decoro,
áureas llaves. ¡Oh, sino de un alma fecundísima!;
¿de qué amores colmaste todos estos tesoros?
Al contacto primero con la orilla agitada
por los vientos esclavos de frágiles viajes,
del más allá una hora trae mil años de sueño
a los ojos pendientes de la postrera página.
Oh, Recuerdo, edificio extraño del saber,
templo de amores cuyas saetas no se olvidan.
La fiebre de allí brota, larga esperanza abraza
y salva claridades dormidas en la pena.
Ojivas hasta Dios, columnas del futuro,
de la llanura en medio y de bellas vendimias,
¡cómo eleváis la torre en su ardiente deseo
a pesar de su arcilla y sombra que la cambia! '
En sus pliegues de luto, da el mármol flor entonces
y su carne realízase para la eternidad
que, rehusando la tumba, de un sudario renace.
A tomar vuelve el fuego de un alma ya extinguida.
y el bardo es siempre allí quien toca un poco el mundo
y lo adivina en el espejo que se acerca
para saber... El cielo ,que acaricia aún la roca, '
deja pasar la tarde por los vidriados ojos,
deja pasar la noche por la boca marchita,
por el cuello y la espalda, al lecho encadenados.
Después de los gestos del deseo,
sobre el corazón a traer alas
vuelven las manos que deliran
con juramento de hermanas pálidas.
A liberar este largo silencio
la carne en destierro se prepara;
retoma el tiempo hacia su isla
y queda aquí la luz más diáfana.
Lo recobras, oh tierra, en lo hermoso del día
y es una hora nupcial,
en las gargantas de oro de alegres catedrales,
una hora en el fin de tus labores.
Y ahora, en tu cuerpo, para ti sola él cambia,
eterno parto tuyo,
madre y sepulcro, madre de trigos siempre invicta
en tus tesoros y,tus gracias.
Te amaba él por tus campos, tus selvas y estaciones,
tus caminos de Tierra Prometida;
más allá de ti misma y la sombra infinita,
él será de tu seno la más tierna razón...
¡Adiós, poeta, anillo de estrella puesto en tierra
para unir a la aurora los nocturnos misterios!
LE POETE ET LA MORT
Au pays de la nuit que traversent les vents
echevelés, les vents et la pitié du monde,
un abime est ouvert oü nage ancor le temps
qu'un poete a laissé s'affoler dans son ombre.
C'est un pays perdu comme.un vaisseau penché
sur la mer vacillante aux distances ravie,
et c'est le méme abime aux larmes consacré,
la derniére blessure oú l'áme voit sa vie.i.
Unissant son haleine aux souffles des rivages,
la vague fait son lit pour un prochain amant:
alors parait au ciel le tendré témoignage
d'un ange qui pleurait deja depuis longtemps.
L'écume est inconnue et pourtant sa hantise
a balancé parfois le coeur de la tribu
coduite par le chant qui jamáis ne se brise
et reste le premier message des vertus.
O fabuleuse Mort, accueille ce poete:
il est berger crédulo aimé de son troupeau,
rieur encoré au bout des plus fortes tempétes,
mais triste quand on dit que son réve est trop beau;
dirige, ó Mort, ses pas danstes ténébres purés,
et que sa chair demeure en toi douce capture!
Voici de son regard l'espace matinal
élargissant toujours l'éternité du songe;
et tu es songe aussi et tu ne veux de mal
á la tendré ciarte qui vers Dieu le prolonge.
L'appeler sans détours est ton juste désir,
mais ce regard a droit d'étre encoré une aurore
aux jardins de la soit oú l'on vient pour mourir:
non, non! ... Ne tente pas d'étouffer jusqu'aux roses
Voici son front tendu vers quel enchantement,
la proue impatiente á toucher d'autres terrer
sans mensonges, sa proue égale aux océans.
Voici sa bouche oú tremble encoré une lumiére
faite parole ailée en son naif orgueil.
Sa main, tu la connais, cette ile de caresses
oú repose l'oiseau delivré du grand deuil
des automnes. Voici les clés de son royanme,
fardeau secret d'une ceinture autour du monde,
les clés d'or du prophéte errant dans son décor
d'étoiles. O destín d'une ame trop féconde,
de quel ainour as-tu gorgé tous oes trésors?
Aux premiers frólements des rives soulevées
par les vents serviteurs des fragües voyages,
une heure d'outre-vie apporte mille années
de songe aux yeux penchés sur la derniére page.
Souvenir, édifice étrange du savoir
et temple des amours aux fleches qu'on n'oublie,
la fiévre s'en échappe, embrasse un long espoir
et sauve les clartés dans la peine endormies.
Ogives jusqu'á Dieu, colonnes d'avenir
au milieu de la plaine et des bellas vendanges,
Vous élevez la tour en son brúlant désir,
malgré son poids d'argile et l'ombre qui la change.
Alors fleurit le marbre en ses replis de deuil,
et sa chair s'accomplit pour la vaste durée
qui refuse la tombe et renait d'un linceul...
Alors reprend le feu d'une ame consvunée.
Et le poete est toujotirs la qui touche un peu
le monde et le devine au miroir qu'on approche
pour savoir... Mais le ciel qui fróle encor la roche
laisse glisser le soir sur la vitre des yeux,
laisse glisser la nuit sur la bouche fanée.
sur la gorge et l'épaule á la couche attachées.
Aprés les gestes du désir,
les mains raménent sur le coeur
des ailes qui délirent
en un serment de pales soeurs.
La chair s'appréte dans l'exil
á délivrer ce long silence;
le temps retourné dans son ile:
il reste ici la transparence
tres subtile.
Tu le reprends, ó terre, á la beauté du jour
et c'est une heure nuptiale,
et c'est une heure aux gorges d'or des cathédrales,
une heure au bout de tes labours.
Maintenant dans ton corps, poiir toi seule il remue,
eternelle gésine en toi,
mere et tombeau, mere des bles jamáis vaincue
en tes trésors et tes appas.
II t'aimait pour tes champs, tes foréts, tes saisons,
tes chemins de Terre Promise;
au déla de toi-méme et de Tombre infinie,
il sera de ton sein la plus tendré raison...
Adieu, poete, anneau d'étoile mis en terre
pour unir aux matins les noctumes mysteres!
(De La nuit fertile)
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