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jueves, 23 de junio de 2011
4182.- PABLO GUIÑEZ
Pablo Guíñez nació en Lumaco (Chile) en 1926. Pertenece a la Generación del 50, término creado por Pedro Lastra y que comprende autores nacidos a partir de 1925 a 1939. Estudió en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile y ha ejercido la docencia en la capital chilena. Autor de "Miraje solitario" (Santiago, 1952); "Ocho poemas para una ventana" (Santiago, 1956); "Afonía total" (Santiago, 1967); "Fundación de las Aguas" (Santiago, 1973); "Territorio Celeste" (Santiago, 2004). Fue fundador del Grupo Literario "La Fraternidad del Agua", entre 1973 y 1973. Obtuvo el Premio de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción en 1967 y ha sido un permanente animador de talleres de creación literaria en las universidades de su país y en la Sociedad de Escritores de Chile.
de "Afonía Total"
Ediciones Tebaida, Santiago CHILE, 1967.
IDILIOS
I
A Therese
De la tarde
acompasadamente acompañada de ramas cargadas de agua
por el sendero de tilos, aún húmedos, crujientes de hojas; aún lleno de charcas,
a lo mejor podría reencontrar el jardín y esa glorieta levemente apoyada
en aquellas glicinas, y ese desvanecido rumor de los cipreses
aplastados por la niebla,
sin que nadie pise la sombra de damascos,
sin que nadie abra las puertas ni deslice la mirada
hacia aquellos rincones, ni en la mesa de té
reposarán los dedos que alargaran budines;
ni de la mantequilla habrá de desprenderse
aquel sabor a trébol ni su dorado aroma
de crema que retoma del batidor el punto
exacto, en que se torna como una espesa yema.
Ni saldrán del estanque unos gansos que vuelven
a la ancha libertad del río, hasta ahogarse
en el cielo desnudo, por donde irán las alas
hasta ser lo salvaje de ese viento invisible.
Es que de aquel entonces, ni sueños ni palabras
serán y los que en bosques crecieran no podrían
ya encontrarse, ni ese sendero existe y sólo de las ruinas
procuraré extraer una música lejana:
abejorros que huyen y jilgueros que se asoman,
en tanto de los tilos el agua se deshace.
II
A mi Prima Elizabeth
El gato lame, después de lengüetear,
el plato en que se le ha puesto la leche, cuyo sabor no le preocupa manchar,
mientras aspira, aunque prefiero decir, absorbe el olor de la grasa que,
a lo mejor, le evoca un resto de pan con mantequilla y que él saboreara en otro tiempo:
aquel de cuando las vacas andaban libres por el campo y los bueyes retozaban a la sombra de bandadas de tordos;
/cuando maitenes
a la sombra de los robles empapaban las hojas, sus hojas,
conservándolas húmedas, aunque el sol devoraba la tierra. En ese tiempo
de los trigos cortados a echona, por segadores inclinados,
cuyas manos hería la cizaña; de espaldas llenas de sudor;
provistos de chupallas y de un saco quintalero atado a la cintura, mientras el sol
giraba hacia quebradas, donde la gallareta
de rama en rama salta y el chucao, salido de escondrijos,
canta y echa a correr; como si se temiera; deseoso
de espantar a los superticiosos cortadores que cantan. Entonces
bosquecillos de boldos, arrayanes, de peumos borbotaban
agua, vertientes barriosas en que, cuando no un sapo, una culebra
suavemente se arrastra, dejándose entrever en las piedras. Entonces,
se lame los bigotes y emprende sus pasos
en busca de una estancia,
en la cual hará el sueño, justo en ese momento
en que los segadores se tienden en el pasto; mientras
echadas bajo boldos añoran los paisajes.
III
A Tí
Por enésima vez ha cantado el gallo
Y tú, recién vuelas en busca del sueño
Afuera, el rosa de los cerezos
ha cuajado en gotas de rocío
Y, mientras la suavidad de tu cuerpo
se distiende y distrae calurosamente
corno si desafiara el frescor de la mañana,
se afana en desprender de una en una,
todas, toditas las estrellas.
manos
las manos que me miran
tienen el gesto càlido de la tierra
con sus blancas mañanas de rocìo .
son manos como el pan y como el agua
en donde yo aprendìa el abecedario
de las pequeñas cosas campesinas .
blancas , tan blancas , como el puro trigo
que crecìa , en su harina ,
a florecer en pan , blanda , olorosa
como la miel del ulmo y su corola .
fuga del pan
la ya delgada luna del pan se quiebra . y rota
va entregando en su fuga un acre sabor pàlido .
es como un signo obscuro que señala la dura
consistencia sin eco de la palabra muerta .
dulce es su resonancia , si sostenido canta
sobre el trigo , al girar por los blancos molinos ,
y crece en su silencio el lamento delgado
de los que no cogieron su corola en el agua .
retrato
callado en su palabra . todo canta en su mano
de corazòn abierto como vieja ventana .
corazòn campesino , puro , de dulce greda
en donde las abejas levantaron el lirio .
como el agua le brota , su tibia sangre , y rueda
a flor de piedra viva , junto a su herida clara .
pequeño y solitario recibe las mañanas .
y son todos los pàjaros como latido suyo .
poetica
el poema es un àrbol
que al girarlo
se le cae la mùsica .
en el poema crece la palabra .
y la palabra canta , como un pàjaro ,
afirmada en el arco primitivo
que desnuda la sangre .
plegaria
hermano , si no cantas ,
yo cantarè en tu muerte .
hermano , sì no rìes
es porque se ha fugado
tu lamento y el tiempo
entre tus manos , florecido .
yo dirè tu plegaria .
la tuya se ha dormido .
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