Nuria BARRIOS
Madrid, 1962
Es escritora y doctora en Filosofía. Ha publicado el poemario El hilo de agua (Algaida, 2004), que fue ganador del Premio Ateneo de Sevilla; la novela Amores patológicos (Ediciones B, 1998 / Punto de Lectura, 2002), el libro de relatos El zoo sentimental (Alfaguara, 2000 / Punto de Lectura, 2002) y un libro de viajes, Balearia (Plaza y Janés, 2000). Asimismo ha participado en varias antologías de cuentos: Páginas amarillas (Lengua de Trapo, 1998), Vidas de mujer (Alianza Editorial, 1998), Cuentos de mujeres solas (Alfaguara, 2002), Pequeñas resistencias (Páginas de Espuma, 2002), Tu nombre flotando en el adiós (Ediciones B, 2003) y Comedias de Shakespeare (451 Editores, 2007). Su obra ha sido traducida al holandés, al italiano, al portugués, al croata y al esperanto. Colabora habitualmente con el suplemento literario de El País. Como columnista ha sido premiada por la Fundación Mastia.
Tras la celebrada novela El alfabeto de los pájaros (Seix Barral, 2011), ha publicado el libro de poemas Nostalgia de Odiseo (Vandalia, 2012), un libro que habla de la soledad, de la locura, del deseo y de la naturaleza del amor.
Poemas de Hilo de agua
Hilo de agua, II Premio Ateneo de Sevilla de Poesía (2.004)
El agua para olvidar
El agua para olvidar,
para recordar de dónde venimos, para morir
y nacer de nuevo, par vaciarnos de escoria,
para burlar la gravedad, para perder la verti-
cal, para ser leves, para respirar, para diluir
el veneno, para abrevar de agua los besos,
para no llorar, para escuchar el silencio, para
enfrentarnos a nuestra sombra, para prote-
gernos del aire que no seca reseca diseca,
para que el cielo nos clave su estandarte en
la postura del misionero.
El agua para levantar los pies del suelo, y marchar al
desierto
Injertos
Mi cuerpo puede ser en una misma noche
arenas movedizas o tierra yerma
pista de baile pisoteada
o el compás que bailas
Puede ser la roca a la que te aferras
o brújula para encontrar a tientas ese sueño
que es todo y es nada
(Aunque a estas alturas de nuestra vida
sólo nos atrevamos a esperar
un poco de todo y un poco de nada)
Pero entre todas las posibilidades
mi cuerpo prefiere ser madera
la única materia donde dejar de ser uno
es algo más que una quimera
No bromeo
Sabemos del injerto por los tratados de jardinería
esos kamasutras domésticos
Por el lenguaje seco y esperanzador de las enciclopedias:
"Parte de una planta con una o más yemas,
que aplicada al patrón se suelda en él"
Mi cuerpo y tu cuerpo cuentan en total 20 yemas
sin anotar las de los pies, que entonces son 40
Y en este viaje no importa quién sea el patrón
quién huésped
ni quién paga
si es preciso para soldarse un sueldo
Al final, el resultado será dos en uno
es decir, sólo uno
Como injerto viene de "insertus", tú inserta
Adelante, no temas
Olvida el fantasma del voraz sexo dentado
"mantis" acechante entre mis piernas
Entre hombres y mujeres es difícil que cuajen utopías
por más que sigamos las instrucciones botánicas
al pie de la letra
Nos bastan los juegos de palabras
Lo insertado será devuelto por la realidad intacto
pero sin creces.
El ombligo
Ni Adán ni Eva tuvieron ombligo
Su madre fue el polvo
el hueso de una costilla
la magia del Gran Mago
Nosotros, los hijos, no heredamos sus vientres lisos
Nacimos con la señal de la pérdida
esa boca cegada siempre abierta
donde ahora tropieza tu lengua
Anega mi ombligo, amado
calma esa cicatriz siempre sedienta
Un susurro vegetal fermenta el aire
Donde nada había dulces semillas despiertan:
la vida que Eva ocultó para sus hijos
en ese centro mordido
donde el paraíso crece bajo tierra
Manzana I
Si las vulvas hablaran
contarían que, tras la marcha de Adán y Eva, el
Paraíso fue edificado
Manzana tras manzana se levantaron
adosados torres aparcamientos centros comerciales
Ningún obrero vio jamás ningún manzano
Si las vulvas hablaran
contarían que la serpiente, el hombre y la mujer eran
felices jugando
No hubo robo ni inmoralidad
pero hacían falta razones para expropiarlos
¿El nombre de la próspera constructora?
Pecado Original S.A.
Pero las vulvas jamás hablarán
Les cortó la lengua un mercenario
Deslenguadas!
Manzana II
En su boca roja la blanca carne
Entre sus dientes la semilla
Eva cierra los ojos
De sus labios escapa un hilo de
a
g
u
a
Manzana III
Al sexo en la Biblia lo llaman manzana
Reineta Fuji Golden Verde doncella
El nombre de las pecadoras refulge
rojo amarillo verde
Entra en mi boca, repiten
y te enseñaré lo que has de hacer
En la tibia oscuridad
el placer el fuego la vida
An apple a day Keeps the doctor away
O sea,
Una manzana al día
por lo menos.
del libro Nostalgia de Odiseo
Tejido
En el telar,
como en el ponto violáceo
donde navega Odiseo,
el horizonte se cierra sobre sí mismo.
Donde había olor a mar
no hay más que olor a Penélope.
El tejido es ella.
Caracola
La voz de Telémaco
resuena
en su soledad
como el mar
en el ombligo oculto
de la caracola.
Sal
Sobre la piel de Odiseo,
escamas de plata
que bordó la mar
para ocultarlo.
Penélope
las deshace
lentamente
con la lengua.
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